Este DIARIO cuenta nuestra escapada a GRECIA por libre para explorar Hellás, el hogar de los dioses. Recién habíamos estado en Giza y habitualmente visitamos Roma, por lo que teníamos muchas ganas de ver juntos el otro lugar legendario del mundo clásico, Atenas. Así podíamos completar el triángulo que en nuestra cabeza forman La Gran Pirámide de Keops, el Coliseo y la Acrópolis.
Preparamos una escapada de una semana aprovechando un puente, pero es un viaje un poco caro, así que ¿cómo hacerlo barato? Pues buscando mucho, conseguimos vuelos baratos Bilbao – París – Atenas – Madrid, y así aprovechamos para dar una vuelta por París en la escala de ida, y ver a Muse que tocaban en Madrid el viernes a la vuelta.
Viajamos del 30 de Abril al 6 de Mayo del 2016, con muy buena temperatura durante todo el viaje, ideal para visitar los lugares sin pasar calor ni quedarte helado, eso sí el agua en la playa de Atenas fresquita, sólo para bilbaínos. En este viaje a GRECIA nos gastamos cada uno un total de 430 euros. 166 en vuelos, 55 en alojamientos, 43.50 en trenes, 67.50 € en la entrada al concierto de «Muse», 25 en el coche de alquiler y el resto en comida y visitas.
Así escribimos en nuestro DIARIO la escapada a GRECIA con París y Muse de por medio.
DÍA 1: ESCALA EN PARÍS Y LLEGADA A ATENAS
Aunque ya teníamos visto París, no podíamos desaprovechar la escala. Por ello pasamos todo el día por París con la mochila a cuestas visitando nuestros lugares favoritos. En función del tiempo que tengas puedes elegir todos o algunos de los que proponemos en nuestra lista de «Qué ver en PARIS en un día o más«.
Nosotros pasamos el día caminando con la mochila a la espalda empezando por la Torre Eiffel desde Trocadero, y callejeando hasta la Basílica del Sagrado Corazón en Montmartre. Una buena paliza que disfrutamos un montón.
Exhaustos pasamos la noche como pudimos en el aeropuerto, ya que nuestro vuelo salía muy temprano y no merecía la pena coger hotel. Cuando aterrizamos en Atenas ya estaba Spyridon esperándonos, nuestro host de AirBNB, que nos había ido a buscar con su coche.
DÍA 2: SPYRIDON, EL MEJOR HOST DE AIRBNB EN ATENAS
Spyridon tiene un piso muy económico, bien situado y accesible. Puedes contactarle directamente a través de su grupo de Facebook, Bangis Casa Athens AirBnB, y evitar el trámite de AirBNB. Habla castellano bastante bien y hará todo lo posible por que pases unos días inolvidables.
Así lo hizo con nosotros. Desde el aeropuerto nos llevó a una playa cercana en la zona de Vouliagmeni, y sin ni siquiera dejar las mochilas, estábamos dándonos un baño en el mar de Mirtos. Esta parte del mar Egeo es una gozada, aunque en mayo el agua estaba bastante fresquita, menos mal que somos de Bilbao.
El área de Vouliagmeni está chulísima, tiene un lago precioso y rutas para hacer senderismo con muchas calas por los alrededores que nos quedamos con las ganas de visitar. Pero ya estábamos cansados y además Spyridon nos guardaba otra sorpresa.
De camino a casa nos pasó por la colina del Monte Licabeto, un pequeño monte junto a Atenas desde el que puedes disfrutar de las mejor vistas de la ciudad. Y esto sólo podía mejorar con una suculenta cena a base de cordero y gyros, el kebab griego.
DÍA 3: ATENAS, LA CAPITAL GRIEGA EN UN DÍA
El día anterior ya habíamos visitado la playa en la zona de Vouliagmeni y disfrutado de excelentes vistas panorámicas desde el Monte Licabeto, por lo que hoy teníamos el día enterito para Atenas (Αθήνα). Más de 3000 años de historia contemplan esta cuna de artistas, escritores y filósofos que marcaron el desarrollo de la cultura occidental.
Lo más importante para visitar bien cualquier lugar es madrugar y, por consiguiente, jamarse un buen desayuno.
LA ACRÓPOLIS DE ATENAS
Empezamos por lo imprescindible, la Acrópolis de Atenas. El emplazamiento merece tiempo y dedicación. A pesar de tener trozos expoliados repartidos por los museos de medio mundo, aún quedan un montón de templos, teatros, altares y santuarios que admirar.
Si tienes una tarjeta de estudiante (no hace falta ni que sea la internacional), hay un descuento del 50% en taquilla, así que hazte con alguna. Nada más llegar nos recibe el Odeón de Herodes Ático del año 161, sí, 161…
Enseguida llegamos al famoso Partenón, que a pesar de haber madrugado ya está petado.
Lleva tiempo en restauración y las obras no terminarán antes del año 2035, pero emociona igualmente y siempre hay algún ángulo para sacar fotos chulas. Fue construido entre los años 447 a. C. y 432 a. C. y a duras penas aguanta en pie.
Desde los tiempos del instituto uno de los templos que más nos cautivó fue el Erecteion y su Pórtico de las Cariátides. Aunque las que se encuentran in situ son réplicas, no lo notamos. Cinco de las originales se encuentran en el Museo de la Acrópolis y la otra, al igual que mucho de lo que falta, está en el Museo Británico. Se construyó entre el año 421 a.C. y 406 a.C. en honor a los dioses Atenea Polias y Poseidón y a Erecteo, rey mítico de la ciudad.
DEL ÁGORA AL TEMPLO DE ZEUS
Lamentablemente sólo pudimos dedicarle unas horas, ya que no podíamos dejar atrás el Ágora, que está colina abajo. Y es que si la Acrópolis era la sede de los principales sitios de culto y lugar de refugio en caso de ataque, el Ágora era centro de la actividad política, administrativa, comercial y social de la antigua Atenas. Incluso aparece citada en la Ilíada y la Odisea.
También pasamos por las Ruinas del Metroón y Templo de Hefesto, y nos encantaron las estatuas de Afrodita y Adriano. Seguimos bajando por la colina de la Acrópolis hasta llegar al templo de Zeus, el último templo clásico que nos queda visitar por hoy.
El templo de Zeus Olímpico, también llamado Olimpeion, fue en su día el más grande de toda Grecia. Aunque hoy apenas quedan unas pocas ruinas, impresiona de por sí ver esas enormes moles de piedra aún en pie.
Saioa se quedó de piedra al verme 🗿.
DE LA CATEDRAL DE ATENAS A LA PLAZA SYNTAGMA
Aprieta el hambre y, mientras caminamos hasta el siguiente punto, hacemos un avituallamiento durante el que aprovechamos para ver la Catedral de Atenas y edificios sin ningún significado pero con un encanto especial que nos vamos encontrando por la ciudad.
Y así llegamos al Estadio Panathinaikó, estadio de atletismo que acogió la primera edición de los Juegos Olímpicos Modernos en 1896. Está reconstruido a partir de los restos de un antiguo estadio griego. El Panathinaiko es el único estadio importante en el mundo construido enteramente de mármol blanco y uno de los estadios más antiguos del mundo, ¡gracias Wikipedia! 🙂
Pero el día aún no ha terminado y nos quedan lugares muy interesantes por ver, aunque el mero hecho de callejear sin rumbo siempre es un premio para la vista. Poco a poco nos acercamos hasta la plaza Syntagma. Está justo en frente del Parlamento, que fue, es y será, núcleo de las protestas y manifestaciones del pueblo Griego contra la injusticia.
MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL DE ATENAS
Cerca de aquí visitamos el Museo Arqueológico Nacional de Atenas, que alberga multitud de objetos arqueológicos encontrados en Grecia y otras colecciones como la egipcia, siempre apasionante. Merece mucho la pena y además sólo cuesta 5 euros. La muestra de objetos y estatuas griegas es excelente, así como la siempre interesante colección egipcia.
Exhaustos tras un día muy exigente volvemos a casa de Spyridon y caemos rendidos, mañana temprano tenemos tren hacia Kalambaka. Apenas intercambiamos unas palabras y nos vamos pronto a dormir.
Una estatua me intenta robar la cámara y la otra me pide 1 euro… 💰.
DIA 4: LLEGADA A KALAMBAKA, EL CORAZÓN DE GRECIA
Nuestro tren sale temprano de la estación de central de Atenas, conocida como estación Larissa. Lo primero y más importante llevar buenas provisiones porque, aunque son menos de 5 horas, no se puede dejar de lado un buen desayuno y aperitivos varios. El trayecto cuesta entre 15 y 20 euros por persona y trayecto, y se disfruta un montón ya que los trenes son cómodos y las vistas muy chulas. Puedes reservar billetes aquí.
El tren es muy puntual, sale a las 8:21 y antes de las 11 ya toca nuestra parada, Kalambaka. Directos a buscar el camping Vrachos que habíamos reservado desde Bilbao. Hay muchas opciones de alojamiento y varios campings, nosotros elegimos uno bien situado y de los más económicos, en el que nos dejaron una caravana muy destartalada por 26€ la noche.
El camping estaba un poco viejo pero acogedor, incluso tenían un gato bizco muy majo. Enseguida nos acomodamos, dejamos las mochilas y nos preparamos para recorrer el pueblo. Teníamos muchas ganas, ya que desde la estación te reciben las imponentes masas rocosas grises de arenisca y conglomerado tan características.
Pasamos el resto del día caminando por los alrededores, investigando por rocas accesibles cercanas, e incluso haciendo algún amago de escalada. Para comer degustamos una Musaka y Gyros, nuestra dieta básica. Nos llamó la atención ver presentes en Kalambaka oficinas de Syriza. El mal está por todas partes.
DÍA 5: METEORA, MONASTERIOS EN EL AIRE
El primer día completo en Meteora lo dedicamos a visitar los monasterios, y es que encima de estas imponentes moles hubo, en su apogeo, hasta 24 monasterios. Hoy sólo 14 quedan en pie y 6 en uso. El Monasterio del Gran Meteoro es el más grande… obvio, ¿no?
Se puede subir caminando desde Kalambaka, pero avisamos que es un trayecto largo y empinado. También se puede optar por un autobús que te acerca hasta la parte alta y luego bajar poco a poco, y por supuesto hay visitas organizadas desde cualquier establecimiento del pueblo para poder ir viendo todos o algunos de los monasterios.
Cada uno tiene su particularidad y también su tarifa individual de 3€ para acceder al interior. De todos modos, aunque uses el autobús o circuito organizado, no te librarás de subir escaleras en varios de ellos. Nosotros sólo visitamos uno por dentro y a pesar de que es interesante lo bueno son las vistas, y estas las puedes encontrar desde muchos ángulos.
Aunque el área de nombre a un disco de Linkin Park, más bien parece Namek, el planeta de Piccolo en Dragoi Bola. Por la tarde, después de una buena comida, nos fuimos a una de las mesetas en las afueras del pueblo para ver el atardecer, y ¡qué gozada!… ¡qué sensación de inmensidad y pequeñez a la vez! Una delicia.
DÍA 6: METEORA, EXPLORANDO NIDO DE ÁGUILAS, Y FIN DE VIAJE
Algunos conocerán el nombre de Meteora por el disco de Linkin Park. Otros habrán visto alguna imagen en «007: Sólo para sus ojos» y a muchos les sonará el paisaje por ser la localización usada en Juego de Tronos que recrea las tierras de «The Eyrie«, El nido de águilas y su famosa Puerta de la Luna. Por ahí es por donde quisieron «hacer volar» a Tyrion.
A nosotros nos cautivó una fotografía en un libro, en ella aparecían unas extrañas masas de roca gigantes y desde entonces quisimos visitar ese lugar mágico y misterioso que parecía tan inaccesible hasta hace no tanto.
Las rocas parecen pináculos de coral submarinos (sin coral, claro…) y es que hace cientos de miles de años, un gran río desembocaba en el golfo de Tesalónica. Cuando este río encontró una nueva salida en el mar Egeo, este macizo, bajo la acción de la erosión y los terremotos, se hundió y dio nacimiento a este paisaje tan especial.
SUBIR A LOS PINÁCULOS DE METEORA
Así que hoy nos tocaba patear, descubrir la zona recorriendo senderos y perdernos literalmente entre la piedra y la maleza.
El camino está bastante bien marcado desde el principio y la subida es exigente pero factible. Puedes elegir ir por senderos o por la carretera. Evidentemente ir por los senderos es mucho más atractivo, aunque también sudarás más. Si tienes interés en los monasterios, la carretera es tu opción, ya que pasa por todos ellos.
La subida fue como la seda y la bajada también habría sido igual de sencilla si alguno no se habría empeñado en pasar entre dos de los montes de conglomerado, a través de rocas desprendidas gigantes, maleza y zarzas para acabar poco a poco subiendo hasta el tope de uno de ellos.
Eso sí, fue una gozada caminar por ese lugar que parecía Jurassic Park. Al llegar a la parte alta nos encontramos con unos escaladores que venían del otro lado. Nos dijeron que, o bajábamos rapelando por ahí, o nos dábamos la vuelta, así que para atrás. Toda la zona es un sitio muy popular para la escalada. Se pueden hacer rutas para todos los niveles, además al ser conglomerado, la aderencia de la roca es perfecta.
SOÑANDO CON SON GOKU A LA VUELTA
Poco a poco fuimos bajando mientras seguíamos admirando todo lo que nos rodeaba, pero también escuchando el rugir de nuestros estómagos. Llegamos al pueblo y tras un buen gyros con patatas fritas para comer, nos dimos una ducha, recogimos las mochilas y para la estación.
El tren de vuelta era a las 17:36 y nuevamente fue muy puntual. Pasamos el trayecto dormitando y haciendo migas con unas japonesas en el tren. Para las 12 ya estábamos durmiendo de nuevo en Atenas, en casa de Spyridon. Pasamos la noche soñando que hemos sobrevolado Meteora como haría Son Goku en su nube Kinton.
Ya sólo nos quedaba una paradita al día siguiente con noche en Madrid. Lo más económico que encontramos fue el Hostal del Mar por 28€ la noche. Nos pillaba bien para disfrutar del concierto de «Muse» y regresar a Bilbao sintiéndonos, una vez más, los más afortunados del mundo.
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