Aunque íbamos de concierto el fin de semana, escribimos este pequeño DIARIO de nuestra escapada a LUXEMBURGO por libre. La finalidad de este viaje era ver un concierto… pero al final fue lo de menos. Y es que todo puede cambiar en un momento y dar un giro de 180º. Solo podemos pensar que tenemos mucha mucha suerte.
Viajamos del 22 al 24 de Junio del 2018, así que hacía fresco temprano, pero en las horas centrales había una temperatura muy agradable. En este viaje a LUXEMBURGO nos gastamos cada uno un total de 149.50 euros. 55 en vuelos, 16 en autobuses, 51.50 en la entrada al concierto de «A Perfect Circle» y 27 en comida y visitas.
También hemos creado un artículo para hacer más fácil ver Luxemburgo en un día.
Mira el DIARIO de nuestra escapada a LUXEMBURGO y sigue paso paso todas las peripecias que pueden ocurrir en un fin de semana narradas por Saioa.
DÍA 1: SALIMOS DE BILBAO A LUXEMBURGO
Nuestro avión sale de Santander a las 20:30. Recogemos todo, mochilas a la espalda y arrancando… Pasamos por casa de los aitas de Katz a recoger nuestra cena… ¡tortilla de patata, of course!
Retenciones por el camino hacen peligrar el viaje, pero finalmente conseguimos llegar a tiempo. En la puerta de embarque, una larga cola. El vuelo tendría que salir a las 20.30, pero ya indica que está retrasado. Finalmente despegamos a las 21.00. Hoy que quiero dormir en el avión, porque la noche y el día de mañana van a ser largos, no me duermo. Katz se echa una siestecilla.
INTENTADO BUSCAR UN SITIO PARA DORMIR EN EL AEROPUERTO DE CHARLEROI
Damos un par de vueltas por el aeropuerto de Charleroi (¡es enano!) e intentamos encontrar los asientos de los que hablan en un blog sobre dormir en aeropuertos. Finalmente nos sentamos en la zona para minusválidos, ahora no hay nadie usándola.
Son asientos duros, imposible dormir, hasta que vemos que algunas personas se sientan en las sillas de ruedas… me siento yo en una de ellas, mucho mejor, más mullida… ahí me quedo intentando dormir, mientras Katz va a otro sitio donde hay enchufes y así cargar el tlf.
Durante estas horas me despiertan varias veces: que si ahora unos niños corriendo y gritando, ahora mi compañera de “silla de ruedas” que quiere salir al baño, ahora una chica de seguridad que les hace levantarse a unos de donde están tumbados… Al menos pego ojos durante unos 30 ó 40 minutos.
DÍA 2: SABOR FILIPINO EN LUXEMBURGO
A la 1 de la mañana tenemos un autobús desde el aeropuerto a Luxemburgo con la compañía Flibco. El bus es muy cómodo y va casi vacío, así que nos cogemos dos asientos para cada uno. Llegamos sobre las 4:30 de la madrugada.
Salimos totalmente desorientados del bus. Estamos junto a la Estación Central de trenes, hay muchísima gente por las calles que se ve que vuelven de fiesta. Y es que en casa leímos que hoy era fiesta Nacional, pero con eso de que son de Luxemburgo no pensábamos que se desmadrarían tanto…
Miramos la ruta organizada por Katz para ver la ciudad, y cogemos la calle principal. ¡Sorpresa! Las dos cadenas de comida rápida más famosas siguen abiertas. Son una mierda, pero necesito café en vena para aguantar hasta la siesta, y además hace bastante más frío del que pensaba.
PONIENDO LAS CALLES EN LUXEMBURGO
Primero nos dirigimos a la zona baja, donde hay unas casitas muy bonitas junto a un río. Vamos pisando botellas, vasos y encontrando elementos varios como mecheros. Menudo fiestón. Nos perdemos un poco por allí, el equipo de limpieza de la ciudad empieza su jornada laboral. En estas horas nos da tiempo de pasear tranquilamente por sus calles de la zona baja y subir a la alta.
Entramos en las Casamatas, uno de los complejos de galerías militares más largos del mundo y Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y volvemos a la zona de la Estación. Empiezan a colocar barandillas para el desfile que habrá luego a las 12.00. Estamos derrotados.
DÍA NACIONAL DE LUXEMBURGO 2018
Cerca de la zona de la estación hay casetas de comida de diferentes tipos y procedencias, además el desfile pasará por aquí. Compramos un giros que compartimos mientras hacemos tiempo, bien ubicados en primera fila. El desfile empieza, pero no llegan. Están allá a lo lejos, tenemos los pies reventados ya. Decidimos acercarnos, pero después de un poco viéndolo nos parece muy aburrido, así que media vuelta a la zona de comidas.
Pasan sobre nuestras cabezas helicópteros, aviones y avionetas militares. Sobrevuelan muy cerca. En las casetas, compramos a compartir un giros, una de patatas y un “correbus” (salchichas con curry y ketchup). Cuando nos ponemos a comerlo el chico de couchsurfing que nos acoge esta noche, JC, avisa a Katz de que ya ha salido del curro y nos espera junto a la estación.
Nos envía una foto para que sepamos donde está. Llegamos a la estación y como nos había dicho que esperaba junto al coche, nos equivocamos de persona. ¡Menos mal que JC está atento y nos llama desde la otra acera!
COUCHSURFING FILIPINO EN LUXEMBURGO
Nos presentamos, y nos pregunta si hemos comido. Nos comenta que un amigo filipino le ha invitado a comer en su casa, a él y a nosotros. Nos pregunta si queremos ir. Estamos reventadísimos, pero no vamos a rechazar una oferta así… Así que vamos a la comida. JC no sabe cuántos seremos, compramos 6 cervezas.
Cuando llegamos en el patio delantero están con un cerdete espetado con un pedazo palo a la brasa. ¡Qué pinta! Empezamos a presentarnos… ¿está toda Filipinas aquí metida? Es una familia de varios miembros. Ellos con pelo largo, tatuajes, dilataciones en las orejas… muy muy simpáticos.
Nos ofrecen tomar asiento en el sofá, donde nos van ofreciendo cervezas filipinas (¿os gustan las cervezas filipinas, queréis más?), rollitos fritos, y al final trinchan el cerdo y reparten un plato para cada uno para que cojamos lo que queramos. Además hay un cocido como de carne, patatas, maíz y arroz para todo Luxemburgo. Katz acaba con el karaoke ¡cómo no!
Estamos flipando, el trato es alucinante, como de la familia pero al mismo tiempo encantados de conversar y descubrir tus cosas. Es abrumadora esta sensación de buen rollo y generosidad.
A media tarde nos vamos ya a casa de JC, en Esch–sur–Alzette, para una verdadera siesta reparadora.
A PERFECT CIRCLE EN ESCH-SUR-ALZETTE
Ya es la hora de «A Perfect Circle«. Hablamos con JC, y se ofrece a llevarnos hasta el lugar del concierto. ¿Qué hemos hecho para tener tantísima suerte? Nos deja casi en la puerta de entrada.
Entramos y cogemos buen sitio, empiezan los teloneros. Unos gritones para mi gusto. El concierto empieza a las 21.00, hace muchísimo calor. Exagerado. Katz se empieza a encontrar mal, mareado, se sienta un poco y parece que recupera.
A Perfect Circle empiezan a las 21.15. Muy buen concierto, me gusta mucho. Lo disfruto a tope, pero si es verdad que no dejo de pensar en los filipinos y en Jean Claude y en la suerte que tenemos de encontrarnos siempre con gente tan buena. Aquí me prometo que aunque sólo tenga interés para nosotros, escribiré un pequeño diario de este fin de semana, para recordar estas sensaciones siempre.
EL COUCHSURFER MÁS MAJO DE LUXEMBURGO
Queríamos haber vuelto a casa en bus o tren o como pudiésemos, pero Jean Claude nos ha dicho que ni hablar, que en 10 minutos está aquí y no le molesta. Así que le avisamos para que venga a recogernos. 20 minutos después nos extraña que no haya llegado. Katz le llama, le cuelga. Un rato después nos manda whatsapp que ya viene. Se había quedado dormido. Nos recoge y para la 1 ya estamos en la cama… zzzzz
No hay fotos del concierto, pero si esta haciendo el idiota…
DÍA 3: FIN DE VIAJE, REGRESO A BILBAO
Nos levantamos, duchamos y recogemos. Cogemos el coche y vamos con JC hasta la estación de nuevo. Aquí nos despedimos, esperamos que le vaya todo bien, tiene pensado dejarlo todo y montar un hostel Filipinas, así que esperamos verle allí.
Volvemos a pasear por los sitios que más nos gustaron ayer, y descubrimos otros nuevos como un parquecillo en mitad de la ciudad, donde los luxemburgueses disfrutan de caminos y senderos rodeados de verde.
A las 12:00 sale nuestro autobús de Luxemburgo al aeropuerto de Charleroi, donde hacemos tiempo picando unas patatas de un puesto en el aeropuerto. Están riquísimas, tipo a las de Ámsterdam. El vuelo de nuevo con retraso, una chica que viaja con sus padres no se encuentra bien, y el personal de Ryanair llama al médico del aeropuerto, abren puertas del avión, viene una ambulancia, y suben dos médicos o enfermeros. Le hacen alguna pregunta, le miran tensión y alguna cosa más, y le confirman a la azafata que puede volar.
A las 19.30 estamos en Santander, ya de nuevo en nuestro coche, rumbo a casa. Ha sido un fin de semana memorable. No puedo dejar de pensar… ¿El concierto? Bien, gracias. ¿El resto? Increíblemente bien.
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