Nuestro viaje más especial hasta la fecha, tres semanas en EGIPTO por libre, quedó plasmado en este DIARIO. Un sueño cumplido, y un destino que probablemente seguro repetiremos. Fueron unas semanas muy complicadas según se acercaba la fecha del viaje. Un atentado en un vuelo desde Sharm el-Sheij no lo hacía fácil con familia y amigos. Las recomendaciones de no ir (o más bien el “estáis locos”) se repitieron constantemente.
Nuestra forma de viajar un poco independientes con el itinerario abierto a posibles cambios, nos llevó a una búsqueda por internet de gente que hubiese viajado así. Fue imposible conseguir información de este tipo. Toda la gente hacía el habitual circuito organizado, que no era lo que buscábamos. Así que después de concienciarnos de que este viaje tendría que estar un poco más organizado que otros, nos pusimos manos a la obra con el itinerario.
Viajamos del 21 de noviembre al 13 de diciembre de 2015, con mucho, mucho, mucho calor. Por las noches en El Cairo o zona de playa se necesitaba una chaqueta fina, en el resto de sitios ni por la noche. Nos hemos movido en bus, avión y el típico crucero por el Nilo. En este viaje a EGIPTO nos gastamos cada uno un total de 1.040 euros. 306 en vuelos y el resto en los guías, comidas, alojamientos y visitas.
Así narró Saioa en el DIARIO las tres semanas en EGIPTO:
PREPARATIVOS PREVIOS PARA NUESTRO VIAJE A EGIPTO
Lo primero, como siempre, compramos los vuelos para las 3 semanas de viaje, aprovechando todos los días al máximo. Luego, después de informarnos de los diferentes Templos, Pirámides, Colosos, Tumbas, etc., repartimos los días como mejor creímos.
Lo siguiente reservado fue el crucero (que no nos queríamos perder dado lo que gustaba a la gente), y los hoteles de playa en la costa este. Estas dos cosas las hicimos con ASADE, su información y recomendaciones fue de gran ayuda, y sus precios super competitivos. Totalmente recomendables.
Después reservamos el resto de hoteles desde aquí, para tenerlo todo lo más cerrado posible. Hoteles en El Cairo, en Aswan (en la zona nubia), y en Luxor. El de Abu Simbel nos costó un poco más, pero después de intercambiar unos mails reservamos el más económico que encontramos. Aún así, para nosotros, era caro. Además, el vuelo interno de El Cairo a Aswan.
Con todo ya reservado, nos pusimos en contacto con un guía local de El Cairo, al que recomendamos, no porque sí, sino por su calidad. Moha nos dio información combinándola con buen humor. Una agradable compañía para los primeros días en el país.
El resto de transportes, visitas no incluidas en el crucero, etc, lo miraríamos sobre la marcha. Cuando volvamos a Egipto no creo que llevemos mucho reservado… nos ha parecido que se puede hacer sobre la marcha sin problema.
DÍA 1: VIAJE A UN SUEÑO CON SUEÑO, SALIMOS DE BILBAO A EGIPTO
Esta vez nos encontramos en el aeropuerto después de comer en casa de nuestros respectivos aitas. Facturamos sólo una mochila pequeña con los líquidos, las mochilas grandes van con nosotros. Mientras esperamos a la revisión de los pasaportes, se ve un arco iris doble completo.
El vuelo de Bilbao a Estambul de lujo. Hay comida a elegir entre pollo al curry con arroz y verduras, o pasta con tomate y queso. La mejor comida de avión que he probado. Katz se coge con tres asientos libres por atrás, yo con los tres que nos habían tocado. Gran sobada hasta que aterrizamos en Estambul, el sueño de Egipto nos espera.
ESCALA EN ESTAMBUL Y LLEGADA A EL CAIRO
Primeras latas de coca-cola de colores y en árabe. Se empiezan a ver chicas con burka. Me llama la atención una familia en la que el padre no es muy mayor (de hecho seguro que es de mi edad o incluso algo más joven). Tiene tres hijos vestidos normal, y dos hijas, la pequeña de 5 años aproximadamente con velo, y la mayor de unos 9 años con burka igual que la madre.
El vuelo Estambul-Cairo sin incidencias, alguna que otra turbulencia, y comida buena también pero sin elección. Llegamos al Cairo. Junto al control policial compramos el visado, y cambiamos 50 euros a libras.
El poli que nos toca es la caña, nos pega el visado perfecto y con una rapidez alucinante. Recogemos la mochila pequeña facturada, y salimos a buscar a la persona que nos ha enviado el hotel a buscarnos.
Llegamos hasta la puerta de salida que da a la calle y no hay nadie esperándonos. Uno de los chicos que gestionan taxis, llama al hotel. Se le ha pasado enviarnos a alguien, así que contratamos el servicio de taxi con este chico. 10 eur + 50 libras propinas incluidas. No hay forma de hablar con el chófer, ni inglés ni castellano.
A VUELTAS CON EL HOTEL
Durante el recorrido en coche hacia el hotel, me llama la atención la forma de conducir. De 140 km/h no baja, e incluso llega a los 160. Las luces largas para todo. Katz intenta hablar algo con él, pero me da la risa porque es imposible. Después de una parada en una gasolinera, llegamos al centro.
Para y pregunta por el hotel, se ha equivocado, está más atrás en la misma calle, pero la calle es de un solo sentido. Solución: apagar las luces del coche e ir marcha atrás un buen trozo. Mustafa del One Season nos espera en la calle, se disculpa por lo del taxi y nos lleva al hostel Luna por esa noche, ya que el otro está completo.
La primera impresión del edificio es de estar casi en ruinas, portal sucio, abandonado, sin luces… pero la habitación es muy amplia, de 4 camas. Limpia. Y a dormir ya que son las 4:30 y el día ha sido largo.
DÍA 2: TOMA DE CONTACTO EN EL CAIRO CON MOHA
Hemos dormido poco y mal. Agradecemos no ir hoy a las pirámides, porque esa visita sí la queremos hacer 100% despiertos y descansados. Cuando Katz abre la ventana, las vistas desde ella son un poco deprimentes: edificios en ruinas. Cogemos las mochilas y nos llevan al otro hotel, el One Season.
Está muy cerca, justo al doblar la esquina de la calle principal, pero hay una gran diferencia ya que las calles principales están muy limpias, pero el resto están llenas de basura y esta no se libra. Cuando vamos a entrar en el portal una rata pasa rápidamente entre mis pies.
El ascensor no funciona, así que 3 pisos de escaleras. Nos guardarán las mochilas hasta que volvamos, ya que la habitación aún no está libre, y nos ofrecen té o café para desayunar. Nos sirven las bebidas y llega Mohamed, nuestro guía.
Nos quemamos la boca para terminar rápido. Vamos al coche donde espera Guillermo, un peruano que ha aprovechado un viaje a Barcelona para visitar El Cairo.
MUSEO MEZQUITA DE IBN TULUN
Los primeros momentos de coche a la luz del día en El Cairo se resumen en una palabra: caos. De tres carriles sacan 5 ó 6. Si por la noche usan las largas, de día es el claxon. Llegamos al Museo-Mezquita de Ibn Tulun, la mezquita más antigua nos explica Moha, aunque ya no se usa como tal sino como museo. Me tengo que poner chaqueta y pañuelo. Es muy bonita, con varias “puertas” en dirección a la Meca hechas por los diferentes mandatarios.
Subimos al minarete desde donde hay buenas vistas de la ciudad, impresiona porque mires donde mires hay casas, parece no acabarse nunca. Ya en esta subida al minarete, mis piernas empiezan a flaquear con las escaleras, así que no quiero ni pensar cuando vayamos a las pirámides. Guillermo fue ayer y le cuesta un poco subir.
MEZQUITA DEL SULTAN HASSAN
Siguiente visita la Mezquita y la Madraza del Sultán Hassan. En la madraza, un señor canta a nuestro lado la llamada a la oración, se me ponen los pelos de punta de lo bonito que es. En la mezquita, varias salas con alguna sepultura.
Nos ponemos en marcha al centro a comer. Hay mucho tráfico, además hay zonas con mucha gente: son los colegios electorales, ya que estamos en elecciones al Parlamento. Para cuando llegamos al centro son sobre las 3… ¡y nos lleva al Museo! ¡Antes de comer! Qué hambre…
MUSEO EGIPCIO DE EL CAIRO
El museo no deja indiferente, impresiona porque tiene un montón de cosas con las que podrían llenar varios museos. Dos horas ahí que no dan para mucho, vemos la vaca, la Piedra Roseta, el Escriba Sentado… Nos explica la historia de Hatsepsut, la primogénita del faraón, lista y con mano para gobernar. Pero como el heredero al trono tenía que ser varón, fue para su hermano, un poco tonto.
Así que la solución fue casarse con su hermano, con quien tuvo una hija. El hermano se casó en segundas nupcias y tuvo un hijo, así que Hatsepsut casó a su hija con este niño para seguir gobernando. ¡Vaya historia!
Vemos también los 4 sarcófagos y los 3 ataúdes de Tutankamon, la máscara la están restaurando. También vemos momias, de personas y animales. Antes de salir pasamos por una sala con estatuas gigantes y tres puntas de pirámides, los ojos ya se salen de las órbitas. De todo esto ni una foto, ya que hay que dejar la cámara en la entrada. Terminada ya la visita exprés al museo, toca comer.
COMIDA Y MERCADO
Sobre las 17.30 comemos en la calle, en una mesa de un bar donde no se ve ni un turista. En un callejón con un montón de gatitos callejeros, gente fumando shisha o jugando al backgamon. Mientras esperamos la comida, Moha nos da libras que le hemos pedido que nos cambie mientras estábamos en el Museo.
Comemos kebab, yo de pollo y Katz de ternera. Además Moha nos da bocatas de queso frito. Dicho así suena a mucho, pero no es más que un pan de pita pequeño abierto y relleno de lechuga, unos trozos de tomate, y dos cuadrados que él dice que son queso frito. De beber un batido precioso y rico. Precioso porque abajo tiene zumo de ¿fresa? rojo, luego creo que de mango, y luego leche o nata batida. Así que tricolor. Y rico, muy rico.
BAZAR KHAN EL-KHALILI
Acabada la comida, vamos hacia la zona amurallada antigua de la ciudad, donde continuamos hasta el mercado. Durante el paseo vemos una especie de tortitas que nos dice Moha son de miel. Tienen muy buena pinta. En el mercado estamos media hora paseando entre puestos.
Volvemos donde hemos quedado con Moha, y damos por finalizadas las visitas del primer día. Nos despedimos de Guillermo, que mañana coge el vuelo de vuelta a primera hora. ¡Ojalá nos veamos en Arequipa!
Nuestra habitación en el hostel huele mucho a humedad, pero para dormir dos noches suficiente. A las 21,30 ya estamos en la cama, muertos de cansancio.
DÍA 3: DÍA DE PIRAMIDES EN GIZA, SUEÑO CUMPLIDO
Sobre las 08.15 hemos quedado con Moha, así que nos preparamos y vamos a pedir té y café para desayunar. Mientras lo preparan, bajo a comprar algo a la panadería pero está cerrada aún. Así que el desayuno de hoy es un café y un donuts que viene de Bilbao.
Al final bajamos a la calle a esperar a Moha, que ha pillado atasco. Como justo han abierto la panadería, compramos un curasán de chocolate a compartir. Moha llega algo más tarde de las 9, y nos cuenta que a Guillermo no le han dejado montar en el avión porque su visado de España sólo le permitía una entrada, y al viajar a Egipto esta sería la segunda.
Pasamos a verlo un momento por la embajada, y vamos a recoger a tres argentinos que nos acompañarán en el resto de la estancia en el Cairo. Están alojados en el Meridien junto a las pirámides. Según nos acercamos a su hotel, de repente Moha nos dice “Mirad ahí”. Y ahí están, impresionantes, enormes, majestuosas… Se ven las pirámides de Keops y Kefren envueltas en una bruma.
LAS PIRÁMIDES DE GIZA
Se ven gigantes. Sin palabras. Me emociono, se me ponen los pelos de punta. A Katz se le escapan las lágrimas. Estoy aquí, estamos aquí. Suben al coche los argentinos, se llaman Gabriela y Valeria (hermanas) y un amigo, Javier. De ahí a montar a camello. Van los argentinos primero, luego yo y el último Katz.
Al principio el camino un poco cutre y triste, una calle trasera sin comercios ni vida, con la verja del recinto a la izquierda y al otro nada. Vemos un caballo muerto a un lado. Al fin llegamos a una entrada del recinto, o eso parece, porque aún no se ve ni una pirámide.
Empezamos a subir entre dunas, y al girar para rodear la que tenemos a la derecha, de repente ahí están. Nos vamos acercando poco a poco, ese momento de ir viendo surgir de la bruma esas pedazo pirámides… ¡impresionante! A medio camino hacia la primera pirámide, la de Micerinos, nos bajamos de los camellos y estamos ahí un ratito contemplándolas y haciendo fotos.
MICERINOS
Me da un poco pena un señor que está ahí vendiendo bebidas, no le compra nadie y algunos le tratan de malos modos. Montamos al camello de nuevo, y vamos hasta una de las pirámides más pequeñas que están junto a la de Micerinos, una de las pirámides de las mujeres.
En este trayecto le dejan a Katz conducir a su propio camello (y por ende al mío, que voy atada al suyo), y es muy gracioso ver cómo le va dirigiendo, y luego cómo hace un ruido de escupir para hacer que el camello se agache y nos podamos bajar. Mini-vuelta por esta pirámide, fotos y al camello de nuevo.
KEFREN Y MIRADOR
Bajamos de los camellos finalizando el tour junto a la pirámide de Kefren. Katz compra una figura de una pirámide de piedra, y cuando estamos llegando al coche se da cuenta de que está un poco rota así que vuelve a que se la cambien… ¡pues 5 libras más! jaja
Vamos a un mirador desde el que se ven las tres pirámides, precioso. Es que no hay palabras para explicar las sensaciones. Pues bien, parece que llega el momento. Nos subimos al coche, y Moha nos deja a nosotros solos en la entrada de la pirámide de Keops. Inmensa.
KEOPS
Entramos, primero un pequeño corredor que gira a la izquierda, ahí unas pocas escaleras entre rocas, de ahí una pasarela con cuesta hacia arriba con unos travesaños de madera para no resbalar. Todo esto agachados y en penumbra. Llegamos a una estancia enorme, con dos pasarelas, una a cada lado, para seguir subiendo.
Llegamos arriba, yo ando en cuclillas y Katz gatea un poco y… ¡ahí está!!! ¡La cámara funeraria de Keops y su sarcófago! Todo muy austero, hay varias personas sacando fotos pero nosotros no hemos traído la cámara. Las paredes son lisas, de granito rojo, todo con muy poca luz.
Hacemos el camino de vuelta, y al coger la cámara que habíamos dejado donde el guarda, nos hacen sesión de fotos imprevista. Unas fotos más por fuera.
En el interior de la piramide Keops y justo a la salida ⬆.
LA ESFINGE
Siguiente visita la esfinge. Impresiona, tiene un montón de detalles, como las patas o la cola que se ven perfectamente. La cabeza tiene algún resto de pintura. La vista desde aquí con las pirámides de fondo es chulísima.
LAS PIRÁMIDES DE DASHUR
De aquí vuelta al coche que aún queda mucho día por delante, y ahora toca Saqqara y todo lo que hay más allá de la PIRÁMIDE ESCALONADA. De camino, Moha nos pone una canción árabe, y luego Katz pone Echoes. Cuando estamos escuchando la canción, Moha reduce la velocidad y baja las ventanillas, diciendo si ese ruido era una rueda pinchada. Le decimos que no, que es la canción, y continuamos ruta.
PIRÁMIDE ROJA
Llegamos a la Pirámide Roja. Ahí es cuando Moha se da cuenta de que la rueda sí está pinchada. Se queda cambiándola mientras nosotros vamos al interior de la pirámide. Primero, unas escaleras de madera que han puesto por el exterior, de ahí cuando llegamos a la altura del acceso, desciende una rampa inclinada con travesaños. Se llega a una cámara en la que hay que subir unas escaleras, gatear un poco y… ¡ya estamos en la cámara!
Huele mucho a amoniaco, así que como no tiene más que ver salimos rápido. Cuando llegamos al exterior estamos bastante cansados, esta ha sido dura. Bajamos y Moha sigue con la rueda, así que le preguntamos si nos da tiempo a rodear la pirámide andando y vamos a ello.
PIRÁMIDE ACODADA
Cuando estamos por la mitad, oímos un claxon. Son Moha y los argentinos, ya está la rueda arreglada. Antes de ir hacia la Pirámide Inclinada, unas fotos “made in Moha”. Cuando llegamos a la Pirámide Inclinada, Katz y yo intentamos rodearla, pero la poli se marcha que ha llegado su hora de salida y nos mandan salir a todos.
Empieza a anochecer mientras vamos en el coche, próximo destino un restaurante. Pero… estamos en El Cairo. Al entrar en una autovía de entrada a la ciudad, atasco que nos pilla. Como esto no le puede pasar a Moha, tira marcha atrás un trozo hasta que puede girar y dar la vuelta.
Vamos hasta la salida por la que hemos entrado (más de un kilómetro seguro) en dirección contraria en plena autovía, y nos volvemos a incorporar a la secundaria por la que veníamos. Poco después, otros 15 minutos en sentido contrario hasta el restaurante…
CENA TÍPICA EXQUISITA
Hoy toca un restaurante típico, donde cenamos sentados en el suelo. Preferimos que saque cosas a compartir, que así probamos más. Así que nuestra cena se compone de: ensalada de tomate, que es tomate con ajo y alguna especia; salsa de sésamo; salsa de berenjena; berenjena aliñada con ajo y alguna especia y un poco caliente; pan típico; salchichas de carne bastante especiada; pollo; arroz… muy muy rico todo.
De aquí al espectáculo de luz y sonido de Giza, desde el Pizza Hut. Cuando acaba, de camino a nuestro hostel, Moha nos comenta que al día siguiente él llevará a los argentinos a visitar el centro, así que para que nosotros podamos ir a la otra zona de Saqqara llama a un amigo para que nos lleve y nos devuelva donde estén ellos.
Antes de subir al hotel, Katz va a la panadería para comprar algo para el desayuno. Decidimos ir a dar una pequeña vuelta, que son las 9 y sino nos quedamos fritos ya.
TARDE LIBRE POR TAHRIR
Katz mira cómo ir a la plaza Tahrir y para allá que vamos. En línea recta son 15 minutos, así que es un paseo corto que es lo que queremos.
Después de ver la Plaza vamos a ver los primeros grafitis hechos en la Primavera Árabe. Como la calle no está muy frecuentada y de noche no se ven bien, nos vamos pensando en volver mañana.
Damos media vuelta y ponemos rumbo al hotel. O eso pensamos, porque al cabo de un rato nos damos cuenta de que esa no es la calle. Tenemos que retroceder y cogemos la correcta.
COMPRANDO DESAYUNO
Vemos una panadería y entramos pensando en coger algo con chocolate para el desayuno, pero no tiene. El chico muy majo nos indica por señas que hay otra panadería más allá (nos imaginamos que nos dice la que está junto al hotel), le damos las gracias pero le explicamos que tampoco tienen. Entonces, nos pregunta cuántos queremos, le decimos que un curasán, y nos hace señas para que esperemos un momento. Se va con el curasán y viene con él abierto y relleno de chocolate. ¡Pero qué majos que son!
Seguimos andando, y cuando llegamos a una plaza que no conocemos, nos damos cuenta de que nos hemos vuelto a perder. La pérdida sólo había podido ser en la plaza anterior, así que volvemos a ella y ahí vemos que nuestra calle es la siguiente. Por fin llegamos al hotel, y a las 12 a dormir que al final hemos estirado el día un montón.
Espectáculo nocturno desde el Pizza Hut ⬆.
DÍA 4: SAQQARA, MENFIS Y EL CAIRO
Nos levantamos pronto, hemos quedado a las 8 con Sayed (el amigo de Moha) y tenemos que dejar las mochilas preparadas. Me duele todo el cuerpo, tengo agujetas en todos los lados, casi no puedo moverme. Pedimos un té y un café, y comemos un curasán cada uno. Dejamos todas las mochilas en recepción, menos una pequeña con lo básico, y bajamos a esperar al taxi.
Mientras esperamos, comemos el curasán relleno de chocolate que está muy rico, chocolate negro y espeso.
De camino a Saqqara, Katz intenta hablar con Sayed. Me hacen gracia sus intentos porque él sólo dice “Saqqara, Menfis, si, si”. Eso sí, muy majete quiere invitarnos a un refresco. Llegamos a Saqqara, y al bajarnos Sayed dice “15, 20 minutos, lo que quieras, yo aquí” ¡Pues vale!
PIRÁMIDE ESCALONADA Y COMPLEJO DE SAQQARA
Al entrar el de seguridad nos explica dónde están el resto de cosas para ver y que están incluidas con las entradas que tenemos. Ya en la entrada al recinto de la pirámide, un señor se ofrece a explicarnos, entra con nosotros y empieza: “Esto pintura, esto escultura, aquí entrada, otra pintura…” En fin, a los 5 minutos 10 libras y adiós, porque no explica nada.
Intentamos rodear la pirámide escalonada y no se puede. Hay obreros trabajando en la restauración. Nos dirigimos al otro lado, donde hay una pirámide semi-derruida, y por suerte vemos que hay tres tumbas al nivel del suelo y otras excavadas.
Todo un descubrimiento porque están muy chulas, muchas de ellas tienen aún colores… eso sí, toda una hazaña para mi el poder andar, subir y bajar. Mi cuerpo me duele hasta el infinito y tengo músculos que parecen nuevos porque nunca los había sentido, todo ello gracias a la suma del camello más la entrada a las pirámides de ayer.
PIRÁMIDE DE TETI
Acabamos de ver este recinto y vamos hacia el coche… total 1h30 de visita. El taxista está ya aburrido. Le decimos que nos lleve a la pirámide de Teti, vemos las tumbas de los alrededores, y entramos en ella. Por dentro es muy bonita, llena de jeroglíficos y el techo con estrellas y de color azul. La entrada no es muy dura, es menos profunda que las otras dos de ayer.
Última parada, el Sarapeum. La cara de Sayed es un poema, él nos llevaba ya a Menfis, se le está haciendo eterno. Esto es de lo que menos me gusta, son unos 12 ataúdes de bueyes, que son enormes, pero con tanto impresionante alrededor esto se queda corto para mi gusto.
MUSEO AL AIRE LIBRE DE MENFIS, ANTIGUA CAPITAL DE EGIPTO
Ahora sí, ya en el coche vamos a Menfis. Hay que cruzar el pueblo, se ven muchos niños con el uniforme del cole. Aquí Sayed se queda tomando algo mientras nosotros entramos al Museo a ver el Ramsés tumbado. Es enooorme, con un montón de detalles esculpidos.
Como vamos ya con un poco de retraso sobre lo planificado, nos vamos sin ver el resto del Museo. Llegamos al taxi, y como Sayed está fumando con unos locales Katz se une a ellos, y yo me meto en el coche. Ahí casi me quedo dormida, lo necesito, los dolores van a más y meterme en el coche es ya un suplicio.
ÚLTIMA TARDE CON MOHA
Vamos hacia el Cairo, y paramos en una gasolinera. Sayed nos dice como puede que Moha nos recoge allí, no pasan ni 3 minutos y ahí está. Cambio de coche y con los argentinos vamos a una fábrica de perfumes, donde nos explican cómo obtienen las esencias, nos dan a oler las 2 más famosas en Egipto para las mujeres y la más famosa para los hombres.
Además nos dan a oler menta, sólo 3 gotas en un vaso de agua caliente y huele super rico. Eso sí, los botes pequeños 350 libras. Salimos con Moha a esperar a los argentinos fuera.
CIUDADELA DE SALADINO
Vamos a la Ciudadela de Saladino, donde nada más entrar vemos que hay un montón de grupos de escolares. Una niña se acerca a pedirme una foto con ella y sus amigas, y al final acabamos haciendo un photocall en toda regla, con Katz y conmigo como elementos indispensables en las fotos.
La mezquita muy chula, muy del estilo a la azul de Estambul. A la salida de la mezquita, cuando me estoy poniendo el calzado, veo que venden una flor de tres colores (amarillo, rosa y azul)… ¡es algodón de azúcar! Desde aquí hay unas vistas estupendas de El Cairo.
15 min de coche y llegamos a unos jardines. Está chulo, vamos siguiendo a Moha poco a poco, yo voy un poco a mi bola. De repente, se me acerca una niña y me pregunta: “¿Me recuerdas?” Pues claro, ¡es la primera que se ha atrevido a pedirnos foto en la Ciudadela!
CENA EN LOS JARDINES EL GALAA
Me quedo hablando con ella y sus amigas, que se acercan rápido. No dejan de repetir que bienvenida a Egipto, que qué guapa, me tocan el pelo, una de ellas me coge la chaqueta e intenta colocármela mejor, se ríen porque se me ve un poco de hombro… La niña me dice que se llama Henna y me preguntan de dónde soy, están encantadas, y yo más.
Cuando me quiero dar cuenta no veo ni a Katz, ni a Moha, ni a los argentinos, así que me despido de ellas y sigo recto rápido a ver si veo a alguien. Henna me sigue y me pregunta si puede ayudarme en algo, y me ofrece su móvil por si quiero llamar a alguien, se ofrece a buscarlos conmigo… un encanto. Entonces, a lo lejos veo a Gabriela, la reconozco por un pañuelo naranja que lleva.
Así que doy las gracias a Henna y voy corriendo hacia la argentina (bueno, corriendo es un decir… todo lo que mi cuerpo me permite). Veo que han entrado en un restaurante con unas vistas preciosas, dejo la sudadera en mi silla y voy al baño. Hoy no es mi día, al salir del baño noto que la puerta está atascada.
La puerta no abre, estoy encerrada. Por suerte justo entra Valeria y me ayuda a abrir la puerta desde fuera. En este restaurante pedimos también platos a compartir, salsa de berenjena, ali-oli, chuletillas, arroz con pan y tomate, pizza egipcia… El ali-oli y la pizza están de muerte.
AEROPUERTO DE EL CAIRO, RUMBO A ASWAN
Moha deja a los argentinos en el mercado, y vamos al hotel a por nuerstras cosas.
De camino al aeropuerto, nos pilla un mega atasco. Cuando parece que salimos de él, Moha nos dice que nos paga un taxi para que hagamos el resto del trayecto, que ya no queda mucho pero que si nos lleva él hasta el aeropuerto, no llega a recoger a los argentinos, ya que tiene que dar la vuelta y volverse a chupar todo el atasco en la otra dirección.
El taxista es un chico joven, nos hace gracia que a medio camino otro conductor se pone a la altura del taxi para preguntarle por una dirección, parando el tráfico de esos dos carriles con las consiguientes pitadas del resto.
CONTROL POLICIAL
Control policial casi llegando al aeropuerto, pero es rápido. Como estamos con bastante antelación, vamos a las ventanillas de Egiptair para consultar si podemos llevar nuestras mochilas de equipaje de mano.
Vamos al baño, me quiero lavar los dientes pero no hay agua. La chica de la limpieza muy maja me trae media botella de plástico con agua. Cuando acabo, se la devuelvo y me voy donde me espera Katz.
Pasamos un control policial antes de la zona de facturación, sacamos las tarjetas de embarque y a esperar mientras cogemos un poco wifi de la zona vip. Los asientos son muy estrechos, justos para mi. Vamos separados, yo me duermo casi todo el trayecto.
LLEGADA A ASWAN
Llegamos a Aswan. Ahí está Khaled, que se acerca y dice “Mister Oscar?”. Es un señor con chilaba, nubio. Me cae bien, habla pausado y conduce tranquilo, después de El Cairo es la gloria, transmite paz y tranquilidad.
Nos lleva al Ekadolli Nubian Guesthouse, que es suyo, y nos da a elegir habitación. Está genial. Bebida de bienvenida (karkadé) y a dormir.
DÍA 5: DÍA APACIBLE EN ASWAN Y BAÑO EN EL NILO
Nos levantamos sin prisa, hoy relax. A las 9 a desayunar: pan, mantequilla y mermelada, judías, ensalada de queso con tomate y pepino, y dos tortillas francesas, una de ellas con pimiento y tomate. A elegir té o café. Después de este pedazo desayuno, nos quedamos un par de horas o más en la terraza.
Mientras yo escribo este diario, Katz habla con Khaled para reservar el bus a Abu Simbel. Después de esta mañana tan tranquila, sólo nos faltaba una limonada, que al poco nos trae Mustafa. Al acabarla, decidimos ir a dar una vuelta. Nosotros estamos en un lado del pueblo, al otro está la zona turística.
Los turistas que bajan de los barcos, o se alojan en Aswan ciudad, hacen aquí la excursión llamada Pueblo nubio. Ahí se pueden ver las casas, donde tienen algún cocodrilo de mascota, montar en camello, o comprar en alguna de sus tiendas. Nos paramos a hablar un rato con Juanito, un nubio que habla más o menos castellano y que vende especias.
Me da a oler el té de limón, huele genial, pero me da pereza ponernos a comprar ahora, aunque pienso que a amama le gustaría. Seguimos andando con nuestro “guardaespaldas” Mustafa y llegamos a la playa. Es divertido, porque hay que bajar una cuesta de arena. Meto los pies en el agua y al poco Katz también. A ratos viene un poco sucia el agua, pero se ven peces y quisquillas. Desde ahí preciosas vistas al comienzo del desierto.
CENA Y RELAX
Al rato nos volvemos, por el camino damos algún boli a los peques. Avisamos que queremos cenar en la terraza del hotel, y empiezan a prepararla. No dan a elegir, es menú único. Vuelvo a ponerme mientras en mi faceta de escritora de este diario, mientras Katz intenta explicar a Khaled el whatsapp fumando una shisha.
Poco después nos avisan de que ya tenemos la cena lista. Una ensalada de tomate y pepino, una cazuela de guisantes con cebolla, zanahoria y vainas, en otra cazuela pollo con verduras, un plato de arroz… ¡un montón!
Cuando acabamos pagamos todo a Khaled, y nos aseguramos en que a las 3 habrá un coche esperándonos para llevarnos a Abu Simbel. Otro rato de terraza, mientras sigo con la escritura Mustafa se acerca y me da un sobre con té de limón como regalo.
Katz les pregunta a unas chicas si han ido a Abu Simbel. Nos cuentan su viaje, y al rato nos vamos a dormir que mañana hay que madrugar. Con la tontería nos hemos liado y sólo nos quedan 4h30 para dormir, son las 22:15.
DÍA 6: LA MARAVILLA DE ABU SIMBEL
A la 1 ya estoy despierta, doy vueltas y vueltas y me es imposible volver a dormir. Suena el despertador, oímos un coche llegar ¿será el nuestro? Al poco oímos unos nudillos tocando la puerta de la habitación, es el chico del hotel para avisarnos que el coche está fuera y para darnos los desayunos en unas cajitas.
Este taxi nos deja en el centro de Aswan, donde nos hacen cambiarnos a un minibús. El tan famoso convoy del que la gente habla para ir hasta Abu Simbel, no es más que reunir a todos los coches, minibuses y autobuses en un sitio para salir todos juntos, previa revisión de los coches por si hay alguna bomba adosada.
El camino se me hace duro, todos dormidos y yo con lo poco que he dormido no lo consigo. A medio camino sale el sol, estamos en medio del desierto. Los minibuses, buses y coches del convoy tienen un código de luces y adelantamientos… para no quedarse dormidos nos dicen.
Cuando llegamos a Abu Simbel pueblo, justo los peques están yendo al cole. Hacemos una parada en los templos donde bajan el resto de turistas, y después nos lleva a nosotros al hotel Eskaleh Nubian Ecolodge.
HOTEL ESKALEH EN ABU SIMBEL
Llegamos al hotel, pero a mi no me parece que sea el de las fotos de internet. Desde luego, no desde fuera. Pasamos y es agradable, aunque por fuera parece en ruinas. Se presenta Goma (viernes en árabe), que nos da un té de bienvenida. Aprovechamos a abrir las cajas de desayuno.
Dos rebanadas de pan, mermelada, queso feta para untar, un zumo y un huevo cocido. Ya estamos listos, así que a la habitación… ¡qué pasada! Muy muy chula, eso sí, la cama tan dura que rebotas. Directos a la cama, nos dormimos un rato. Katz va al baño y de repente oigo que se empieza a descojonar.
Voy y me cuenta que, sentado en la taza, se le ha ocurrido girar un “grifo” y le ha salido un chorro directo al culo. Me entra la risa, tenemos momento chorros y descojono. Salimos del hotel por una puerta que está en obras, decidimos ir andando hasta los templos, nos ha parecido que están cerca. Abu Simbel es un pueblo pequeño y tranquilo, se nota que no hay muchos turistas que se pasean por ahí.
DE PASEO A ABU SIMBEL
Paramos en una tienda a comprar un paquete de patatas y agua, y seguimos andando a los templos… es un paseíto largo, y con el calor que hace cuesta un poco. Por fin llegamos, compramos las entradas y para adentro.
Nada más pasar el control de la entrada, me encuentro dos liras en el suelo. Vamos hacia la derecha, por ahora no se ve nada, sólo las partes traseras de la montaña. Le explico a Katz que he leído que mejor no mirar hasta que lleguemos al final del camino y ahí nos giremos de golpe. Así lo hacemos, llegamos al final, nos paramos, cuenta atrás 3, 2, 1…
ABU SIMBEL PARA NOSOTROS SOLOS
¡Oooohhhhhh qué pasada! ¡Alucinante! Sin palabras. Nos acercamos poco a poco a Abu Simbel. El guarda empieza a hablar con nosotros y nos “deja” la llave para unas fotos.
Acabamos de verlo, si es que esto es posible. Estamos solos con el cuidador. Decidimos ir al de Nefertari. Precioso también, aunque a la sombra del otro. Vamos al de Abu Simbel de nuevo. Los mosquitos son horribles, hay muchísimos, en cuanto nos metemos a la sombra del templo desaparecen.
Volvemos a verlo, descansamos tranquilos, y comemos unas patatas. Viene otro cuidador diferente, y nos explica que las taquillas para comprar las entradas para el espectáculo nocturno abren a las 5. Como son las 3 y llevamos ahí ya 4 horas, volvemos a ver el templo por última vez y nos vamos.
En lugar de salir por donde hemos entrado, vamos rodeando el templo de Nefertiti. Mala decisión, miles de millones de mosquitos nos atacan. Conseguimos bajar a la salida comiéndonos algunos de ellos.
COMIDA POR SEÑAS EN EL PUEBLO DE ABU SIMBEL
Ya bajando al pueblo, un coche se para y un chico nos pregunta en inglés a nosotros y a una pareja que viene detrás si vamos a ir al espectáculo nocturno, ya que se necesita un mínimo de 10 personas para que lo hagan. Les decimos que sí, y la pareja que va detrás nuestro dicen que se apuntan, que luego nos vemos.
En el centro miramos los restaurantes que hay por allí. Decidimos comer en el que más limpio parece, y que creemos tienen cordero, pollo y pescado.
A la izquierda se ve la nube de mosquitos… 🦟.
EL MEJOR KEBAB DE NUESTRA VIDA
Con dibujos con el camarero para asegurarnos que era carne de cordero y no de algún otro animal (no nos quedó muy claro tampoco en esos momentos la verdad), pedimos eso para los dos.
Esperamos con pocas expectativas de comer rico, cuando al poco oímos un fuerte ruido, miramos… ¡y es que están encendiendo las brasas de una parrilla con un soplete! Coloca ahí una parrilla con bastante carne, y la hace durante mucho rato, nosotros pensamos que se va a quemar, pero es imposible entendernos así que les dejamos hacer.
La gente que pasa a nuestro alrededor se nos queda mirando, extrañada de vernos ahí sentados. Al fin empiezan a traernos la comida. Primero un plato grande con pepino y tomate, luego una cesta con pan de pita, además un cuenco pequeño de salsa de sémola para cada uno, y por fin una fuente con un montón de cordero… ¡vaya pinta tiene!
Me meto un trozo en la boca con desconfianza, está espectacular. Tiene pimienta negra por encima y sabe a chuleta a la brasa. Impresionante comida. Todo nos sale 150 libras, al cambio menos de 20 euros. Es caro para Egipto, pero hemos comido un montón, y se lo merecen por lo simpáticos que han sido.
EL ESPECTÁCULO NOCTURNO DE ABU SIMBEL
Después de esa panzada toca volver a los templos, cruzamos dedos para que hagan el espectáculo. Antes de salir del pueblo, compramos unos dulces en la panadería.
Hay suerte y finalmente habrá espectáculo. Nos dan auriculares para escucharlo en castellano. La luna está preciosa, redonda y naranja. Vemos el espectáculo y está bien, aunque ha quedado un poco viejito.
¿Taxi ahora? Pues no, andando al hotel. Allí conocemos a Friki, el dueño. Aprovechamos un poco de la wifi para dar señales de vida y a dormir, que ha sido un día largo.
DÍA 7: REGRESO A ASWAN, NILO Y TEMPLO DE PHILAE
Nos levantamos y como aún es muy pronto vamos a dar una vuelta por el lago que hay cerca del hotel, donde nos han dicho que hay cocodrilos. No tenemos suerte, no los vemos.
De desayuno, unos panes con mantequilla y mermelada y dos tortillas francesas para Katz, porque sólo están hechas por uno de los lados y a mi no me gustan así. Poco más tenemos que esperar y ya está ahí el minibus. Pasamos por los templos a recoger al resto de compis de minibús, pero nos toca sentarnos atrás del todo, bastante calor. Cada coche por su lado, no como a la ida que iban todos en grupo con el “convoy”.
La txabalería saluda a los cruceros que pasan 🙋🏽♂️.
RADAMIS II: NUESTRO CRUCERO
Llegamos a Aswan y nos deja en el muelle, nos dice la entrada por la que está nuestro barco. Bajamos, cruzamos la rampa y entramos. Katz me pregunta que qué me parece, le digo que cutre, que me lo esperaba mejor. Entonces nos dicen que tenemos que cruzarlo, que el nuestro es el siguiente. Entramos y esto ya es otra cosa, tiene muy buena pinta. El barco es el Radamis II.
Se presenta Hassan, nuestro guía para estos días. Dejamos las mochilas para que las lleven a la habitación mientras en el bar Hassan nos explica el planning de los próximos días en el barco. Bebida de bienvenida como de manzana. Nos dice que seremos tres en las excursiones, nosotros y Eugenia, una sevillana prima de Miriam Seco, una arqueóloga que curra en Luxor y que a Katz le suena.
Avisamos a Hassan que tenemos carnet de estudiante, y quedamos a las 3 en recepción para la primera excursión incluida. Antes nos da tiempo a comer (yo pescado por fin) y a descansar un rato.
LA EXCURSIÓN EN FALUCA POR EL NILO
A las 3 salimos a la excursión de la faluca. Nos montamos los cuatro solos en una, Eugenia se va a sentar en un banco que hay en medio pero cuando aún no tenía todo el culo apoyado uno de los barqueros le dice que ahí no, que en otro lado.
A mitad de camino, el barquero quita la manta que cubría este banco y es que tenían collares, pulseras, figuras, etc, no compramos nada, me da pena. Un niño se acerca en una tabla de surf, al oírnos hablar en castellano empieza a cantar la Macarena y el Porrompompero para ganarse alguna libra, tiene unos ojazos impresionantes, al ver que no le hacemos caso se va rápido.
Acabamos el paseo y se supone que por hoy no hay más excursiones. Le consultamos a Hassan por el espectáculo de luz y sonido de Philae, pero se hace un poco el loco.
ABDUL Y ESPECTACULO EN PHILAE
Preguntamos a Eugenia si quiere ir (por lo de compartir gastos) y dice que ella se va al barco. Así que los dos solos decidimos empezar a andar por el paseo de la cornisa junto al Nilo, aunque no sabemos por dónde está el Templo ni si está cerca o lejos.
Llegamos al Museo Nubio y lo rodeamos. Desde aquí, en lo que parece una antigua cantera, hay vistas sobre un cementerio. Damos la vuelta, pensamos en ir hacia la parada de taxis que hemos visto abajo en el paseo de la cornisa, pero de camino nos para un chico para ofrecerse como guía del museo nubio.
Como es majo, hablamos un poquito con él. Habla un poco de inglés, y le decimos que queremos ir a Philae. Su nombre es Abdul, y se ofrece a llevarnos de aquí al Templo en motocicleta por 40 libras ida y vuelta al barco. Aceptamos, aunque yo con mis dudas de si podrá la moto con los tres.
Al final es una experiencia super divertida, al principio justo encontramos que ha reventado alguna tubería y tenemos que cruzar un charco en la moto, pasamos por zonas menos turísticas donde nos miran entre alucinados y divertidos, los coches pitan, la gente saluda… en total unos 20 minutos para llegar al templo, donde nos deja quedando con nosotros para recogernos después.
TEMPLO DE PHILAE POR LA NOCHE
Katz me cuenta que han ido hablando en el trayecto, y que Abdul nos invita a su casa a una bebida de bienvenida al país ¡Qué majo! Mientras esperamos a que abran la ventanilla de los tickets, hablamos con unos peques que están por allí para vender cosas varias a los guiris como nosotros. Se nota que se tienen que buscar la vida, son super espabilados. Les damos bolis y unos chicles.
En cuanto abren la ventanilla, compramos los tickets y subimos a una barca que nos lleve al templo, que se encuentra en una isla. Según estamos llegando a la isla iluminan el templo.
LUZ Y SONIDO EN PHILAE
Comienza el espectáculo, va por trozos. Primero cuenta la historia general fuera, y después se va entrando en las estancias del templo. Una de ellas es cubierta con las columnas muy chulas, me quedo flipando mirando al techo, y a Katz le pasa lo mismo. Se queda mirando al techo y de repente oigo un ruido muy fuerte a metal a mi derecha y un golpe en mis piernas, miro y es él cayendo.
Intento poner mis piernas para que no siga cayendo pero es imposible. Vienen unas 5 personas alrededor para ver si está bien… ¡vaya leche! ¡Se ha tropezado con una de las cajas de luz y ha caído con la rodilla derecha! Se levanta riendo, le duele la rodilla pero por suerte nada grave.
Salimos y vamos a la siguiente parte de la historia, ya sentados. En total unos 45 minutos recorriendo el templo iluminado y precioso. Emprendemos el camino de vuelta, primero barca, luego nos despedimos de los niños, y seguimos andando.
NO ME TOQUES EL CULO
Llega Abdul con la moto, nos montamos y de camino al barco Katz me dice que sigue insistiendo en invitarnos a su casa a tomar algo. Paramos en la zona del barco, y mientras hablamos con Abdul un tío que pasa por detrás me toca el culo. Lo digo y Abdul se pone como un loco, quiere ir a por él, pero le decimos que lo deje que es una tontería.
Al final, quedamos con él en un bar después de cenar, nos dice que es la tercera calle a la izquierda y junto a un café con un letrero en árabe y una tienda de ¿zumos? O eso conseguimos entender, con ese inglés suyo.
Conseguimos que no nos espere mientras cenamos en el barco, que era lo que él quería hacer. Después de la cena, vamos en busca de Abdul.
Más de una hora después, habiendo preguntado a varias personas y hablar con personas de diferentes tiendas, de caminar entre tiendas y puestos y calles que no veían un turista desde hacía mucho tiempo, desistimos y empezamos el camino de vuelta al barco. Un poco tristes por no haberlo encontrado.
POR FIN NOS ENCONTRAMOS, ABDUL
Paramos de nuevo con un señor de un puesto, que nos había estado contando antes que la situación en Egipto era ahora muy mala, sin trabajo y sin turistas, y ahí que estamos 15 minutos de charla que incorpora a nuestro diccionario la palabra “trajabar”. Estamos despidiéndonos de él, cuando oigo una moto a mi lado… ¡es Abdul! ¡Por fin, qué alegría! Nos montamos a la moto y nos lleva hasta la tienda de jugos de su amigo… ¡habíamos estado al lado!
Nos presenta a sus amigos y nos invita a unos jugos de caña de azúcar, que nos dice que son buenos para ir al baño. Después nos enseña la casa de sus padres, que quiere convertir en hotel, y ya nos vamos andando al barco. Gracias a Abdul, ha sido una tarde-noche muy interesante.
DÍA 8: TEMPLOS DE PHILAE Y KOM OMBO, EMPIEZA EL CRUCERO POR EL NILO
Desayuno, mochila y a recepción. Hoy toca ir al Templo de Philae de día con Hassan y Eugenia. Salimos y nos espera una furgoneta, montamos y primero paramos en la Gran Presa de Aswan. Inmensa construcción de la que lo que más me impresiona es el trabajo humano invertido.
Además, claro, del desvío del cauce del Nilo y la reubicación de varios templos como Abu Simbel o Philae que sino hubiesen quedado sumergidos. Llegamos al templo y vemos a los niños de ayer. Katz les saluda, y en breve al bote que ya nos está esperando.
TEMPLO DE PHILAE POR EL DÍA
De primeras el templo impresiona menos que ayer, iluminado ganaba mucho. Pero enseguida Hassan empieza a explicarnos, y entro en otro mundo con sus explicaciones. Cuando estamos ya terminando la visita, en un templo romano mandado construir por Trajano, nos dice que le dejemos la cámara y nos explica cómo colocarnos… unas divertidas fotos para la colección.
La última visita de la mañana es la cantera de Aswan con el obelisco inacabado.
OBELISCO INACABADO Y 50 GRADOS AL SOL
Aquí el sol ya pega con fuerza, increíble el calor que tengo. Estamos sudando como pollos, y Hassan con chaleco polar. Esto en verano tiene que ser insoportable. El obelisco se ve gigante cuando estamos al lado. Pronto bajamos y a la furgoneta que se está fresquito.
Cuando llegamos a la zona del barco, Eugenia se va con Hassan a sacar dinero, y nosotros nos vamos a buscar una tienda a por una cuchilla para Katz y 3 botellas de agua para no comprar en el barco. Aquí una botella 3 libras, en el barco 15. Nos pensamos si ir a despedirnos de Abdul, pero hace demasiado calor y decidimos retirarnos al barco. Subimos al solarium, donde veo en un termómetro que marca 50 grados.
El resto de la tarde hasta las 5 que hemos quedado es de navegación, piscina y relax. Con el calor que tenemos en la terraza bajamos a la habitación a ducharnos, y nos quedamos fritos.
TEMPLO DE KOM OMBO
Bajamos del barco para ver ahora el Templo de Kom Ombo. Aquí el “acoso” de los vendedores es mayor. Empiezan vendiendo una pulsera por 1 euro, y al final ofrecen 10 por el mismo precio. Este templo no es muy grande, pero es chulo. Nos sorprende alguna zona que aún conserva color, sobre todo unas columnas de la entrada con un poco del color blanco de fondo.
Se hace de noche mientras estamos en él, y empiezan a iluminarlo. Aquí se nota que vamos en algo organizado, hay muchísima gente ya que hay tres barcos atracados, y todos a la vez viendo el templo. Acabando ya la visita, los mosquitos empiezan a atacar. ¡Vaya picotazos se notan! Vemos una de las cosas interesantes del templo, unos dibujos de instrumental médico, y acabamos con el museo de momias de cocodrilos.
De aquí al barco, cena y relax.
DÍA 9: TEMPLOS DE EDFU Y LLEGADA A LUXOR
Hoy madrugamos, y sin desayunar nos vamos a ver el Templo de Edfu. Para ello cogemos una calesa, a Katz le toca sentarse delante con el conductor, a mi junto con Eugenia y con Hassan enfrente. Son unos 10 minutos de recorrido, cruzando el pueblo de Edfu ya con vida a esas horas.
A la entrada del templo, mientras Hassan compra las entradas, Eugenia me dice: “Qué coraje montarme en una calesa de estas, mira que estos árabes son poco primorosos”. Intento explicarle que quizás lo que ganan lo necesitan para otras necesidades básicas como comer, pero no le doy más vueltas.
El templo no es muy grande, conserva también muchas pinturas. Lo vemos rápido y para el barco. Ahora hay más vida en el pueblo, gente desayunando, niños al cole… los peques saludan.
PISCINA Y PASO DE ESCLUSA EN EL TRAYECTO HASTA LUXOR
Ya en el barco no hay nada más que hacer hasta después de comer, cuando iremos a ver el Templo de Luxor. Pasamos el rato en el solarium, a la espera de pasar la esclusa. Yo me meto una o dos veces en la piscina, pero Katz se pasa ahí metido casi toda la mañana.
Llegando a la esclusa, vemos como unas barcas se enganchan al barco y tiran bolsas con fulares o manteles. Hay alguna persona que les compra algo, después de negociar el dinero lo tiran en la misma bolsa de plástico en la que antes iba el mantel.
Comida y a prepararnos para ver el templo. Bajamos del barco con Hassan y Eugenia, y ya hay un coche esperándonos. En 5 minutos estamos en el Templo de Luxor. Los pelos de punta, ahí está el obelisco gemelo al de París, la avenida de las esfinges… ¡alaaaa que pasada! ¡Anda que no los he visto veces en fotos!
TEMPLO DE LUXOR
Hassan empieza a explicarnos, y vemos todo el templo. Como curiosidad, al ver que las columnas parecen gigantes, Katz las mide con los brazos. Las del Panteón de Roma que ya parecen enormes son dos abrazos y medio, pues las de aquí son 5 brazadas. Hassan nos deja 10 minutos para fotos, que aprovechamos Katz y yo para ir al final de la Avenida de las Esfinges y volver andando al templo.
Cuando volvemos donde están Hassan y Eugenia, él nos explica que en un futuro se pretende conectar este trozo de la avenida de las esfinges con la que queda en el Templo de Karnak, tal y como fue en su día, ya que hoy entre medio hay carreteras y edificios. Cuando nos vamos lo vemos ya iluminado. Precioso.
Ya en el barco subimos al solarium, y nos damos cuenta de que estamos “aparcados” junto al Templo.
DÍA 10: WEST BANK Y KARNAK, EGIPTO SIGUE IMPRESIONANDO
Último desayuno en el barco, a las 8 tenemos que estar listos con las mochilas en recepción. Cerca del barco cogemos una barca “privada” para cruzar a la otra orilla. Hassan nos explica que cuando queramos cruzar estas privadas cuestan 10 libras, y que un poco más allá está el ferry público que tarda poco más y cuesta 1 libra. Cuando llegamos a la otra orilla (son poco más de 5 minutos), a Eugenia le está esperando un coche que le ha enviado su prima para llevarla a su hotel.
Hoy no hace las excursiones con nosotros, ya conoce Luxor. Nos despedimos y nos vamos con Hassan a un coche con chófer que nos espera. Parece majo el señor, pero nada de inglés. Hassan nos comenta que si queremos hacer Dendera, este chófer nos lleva por 200 libras, que se lo digamos.
VALLE DE LOS REYES Y TEMPLO DE HATSEPSUT
Primero vamos al Valle de los Reyes. Con la entrada se pueden ver 3 tumbas de las 7 que están abiertas, le dejamos a Hassan elegirlas por nosotros. Son unas tumbas preciosas, con muchos jeroglíficos en alto y bajo relieve y muchas pinturas aún intactas.
Hassan nos dice que nos fijemos en la montaña ¡tiene una curiosa forma de momia! Montamos en el coche y al templo de Hatsepsut. Hay muchos peques visitando.
Katz está encantado porque tenía muchas ganas de verlo, es uno de sus preferidos. En la subida, Katz recuerda el tiroteo que hubo hace años, y a mi se me ponen los pelos de punta al pensar que eran turistas como nosotros, disfrutando seguramente igual de emocionados, al ver estas cosas tan impresionantes.
COLOSOS DE MENNON
Vuelta al coche, y parada corta en los Colosos de Mennon. Es una pena, están semi-derruidos y llenos de palomas. Es gracioso que cuando Katz da una palmada, las palomas salen volando asustadas, pero vuelven a los pocos segundos. Se supone que estos colosos estaban a la entrada de un templo. Viendo lo enormes que son, el templo tenía que ser descomunal.
La última visita de hoy será el Templo de Karnak.
TEMPLO DE KARNAK EN LUXOR
En coche se tarda un poco más en cruzar a la otra orilla, pero como no hay mucho tráfico lo hacemos rápido. Cuando estamos junto a la maqueta del templo, empiezan a llegar grupos de escolares. Nos dirigimos a la entrada del Templo.
El templo increíble. Al fondo, tienen varias estancias donde se ven jeroglíficos con diferentes plantas, como imitando un jardín. Hassan nos deja media hora a nuestro aire por allí. Un señor nos abre una zona cerrada al público donde hay dos estatuas grandes.
La sala Hipóstila la leche, las columnas son 8 abrazos de Katz cada una. Cuando acabamos Hassan nos espera y nos llevan al hotel. Quedamos con él para que mañana nos haga de guía-chófer para lo que nos falta de ver, ya que aunque es un poco serio sabe mucho y es una gozada ver las cosas con esas explicaciones.
HOSTAL OASIS DE LUXOR
Nos dejan en el hotel, el chico que hay en esos momentos no sabe mucho inglés, le seguimos escaleras arriba y nos abre una habitación del último piso. Es un poco cutre, sobre todo por la moqueta que tiene bastante mierda, y el baño también chungo. Pero 35 eur por 7 noches, no se puede pedir más. Está muy céntrico, y las camas parecen limpias.
Dejamos las cosas y bajamos a ver si comemos algo. En un puesto callejero, probamos un pan de pita relleno de una mezcla de berenjena y patatas ya hecha. Cuesta 2 libras. Está rico, así que le pedimos 2 más pero esta vez en lugar de con la mezcla ya hecha, con berenjenas y patatas que tiene hechas pero por separado. Katz se atreve además a que le eche una salsa blanca que creemos que es de sésamo.
Como el garito que hay al lado y que tiene comida para llevar tiene mucha gente local, decidimos entrar. Acabamos comprando Koshari para Katz, una mezcla de pasta, fideos, arroz, garbanzos, lentejas y tomate. Para mi, unas berenjenas asadas y rellenas de tomate, y dos panes de pita.
CENA CALLEJERA
Nos vamos a una plaza junto al Templo de Luxor a cenar en un banco. Cena con vistas de lujo.
Rato de relax en la terraza del hostel. Katz baja a hablar con Khaled, el dueño del hotel, y dice que es muy majo. Queda con él mañana a las 6 para tomar un té en la terraza.
EL FAMOSO MERCADO DE LUXOR
Bajamos a dar una vuelta, ya que hoy según los caleseros es el día del gran mercado. Al poco de estar paseando, nos damos media vuelta porque el acoso de los caleseros es un poco insoportable.
Además nos damos cuenta de que el «gran día del mercado» es todos los días. Compramos maíces y cacahuetes, y a la habitación a descansar.
Nuestro hotel es humilde pero sus vistas son de lujo 😊.
DÍA 11: WEST BANK Y LAS ÚLTIMAS VISITAS DE LA ANTIGUA TEBAS, ACTUAL LUXOR
Ayer al entrar en el hotel quedamos con el chico que el desayuno sería a las 07.30. Subimos a la terraza, y al poco nos lo trae. El desayuno consiste en un té, dos panes alargados típicos de aquí con mantequilla y mermelada, y un huevo cocido además de una mandarina.
Al salir del hotel, Preguntamos al chico de recepción si a la vuelta podemos cambiarnos de habitación a una mejor que hemos visto, y sin problema.
Vamos andando hasta la parada de ferrys, diciendo que no a varios caleseros y a alguna faluca. Hay dos hombres sentados a ambos lados de la entrada al ferry, Katz les da dos liras sin decir nada y para adentro. El ferry es una embarcación grande, bancos de madera y dos niveles. Sentados ya en el nivel superior, se nos acerca un señor con el que, después de hablar un poco, nos enteramos que es taxista y que nos ha seguido para ofrecernos su taxi.
Le decimos que nos está esperando un amigo egipcio al otro lado, y se despide muy amable. La gente nos mira, parece que no hay muchos turistas que usen el ferry. Es muy rápido, en diez minutos estamos al otro lado, esperando ya a salir.
RAMESEUM
Comienza el día de visitas. Primero, al Rameseum. Gracias a Hassan me entero de algo y consigo imaginármelo, es una pena porque el templo está en bastante mal estado, bastante derruido. Hay mucha gente currando en él restaurándolo, por Hassan nos enteramos que el sueldo medio de uno de esos trabajadores es de 30 libras al día (poco más de tres euros).
Dice que son vagos, pero no creo que se pare a pensar en que es normal que se lo tomen con tranquilidad con ese sueldo que no llega para nada (ni siquiera con los precios de aquí).
VALLE DE LOS ARTESANOS
Después visitamos el Valle de los Artesanos, que nos recomienda antes que el Valle de los Nobles. La verdad es que las dos tumbas que están abiertas son increíbles, no están esculpidas pero están totalmente pintadas, guardan todas las pinturas y son preciosas. Sobre todo la segunda, la de la derecha, que tiene imágenes de la vida cotidiana del difunto, con su mujer, cosechando, con sus animales…
Por último, nos toca ver el Templo de Medinet-Habú o de Ramsés III. Vamos hacia allí en coche, aparcamos, y como aún es pronto Hassan nos invita a unas bebidas enfrente del templo. Vemos cómo llegan autobuses de escolares, y cómo van entrando estos y saliendo otros que ya estaban dentro…
TEMPLO DE MEDINET-HABU
Cuando entramos nosotros nos los encontramos dentro, y aunque al principio están bastante formales, después se revolucionan y empiezan a hacer de paparazzi y después a pedirnos fotos directamente. Están como locos.
Visto el templo y antes de ir a comer, Hassan nos lleva a cambiar dinero al mercado negro, que nos mejora bastante el cambio oficial. Le avisamos que mañana sí queremos contratar al chófer de ayer para ir a Dendera, y le llama para avisarle y que haga los trámites necesarios.
Nos lleva a comer al Hotel donde se alojaba Howard Carter, el famoso arqueólogo que descubrió la tumba de Tutankamón. La comida está bien, ensalada de tomate con pepino, salsa de sémola, berenjenas rebozadas, para mí pescado y para ellos pollo, todo ello con arroz. De beber limonada casera rica rica, y de postre un trozo de bollito.
Lo mejor las vistas a plantaciones de caña de azúcar. Hassan nos comenta que aquí se alojan arqueólogos que trabajan en la restauración del Ramesseum.
Terminada la comida, nos dice que él también tiene que cruzar a la otra orilla, así que nos ofrece ir en su barca privada, ya que él no coge ferry. Cruzamos con él y quedamos en hablar por whatsapp para ver si podemos quedar mañana por la noche a tomar algo en la otra orilla. Sería genial.
PASEO POR LUXOR Y PREPARATIVOS DE LOS PRÓXIMOS DÍAS
Intentamos ir al Museo de la Momificación, pero está cerrado. Siguiente parada, una panadería que nos ha recomendado Hassan enfrente del Templo de Luxor. Allí compro dos curasanes para mí para el desayuno de mañana, y Katz compra una torta rellena de mantequilla para él.
Decidimos ir a preguntar por los autobuses a Marsa Alam, ya que hemos visto casi todo lo que hay que ver en Luxor, y se nos hace pesada la chapa de los caleseros. Consultamos en todas las oficinas, y la última es la que vende ese viaje. Los tickets se compran en el mismo bus, no se reserva.
De vuelta en el hotel, un paquete pequeño de patatas para probar un nuevo sabor, y cambio de habitación. Después tiempo libre en la terraza. Como a las 6.20 Khaled no ha venido, decidimos ir a por la cena, pero aparece disculpándose y charlamos un rato con él. Ya a una mejor hora, nos vamos a por la cena al mismo sitio de ayer, que nos gustó mucho.
Con Hassan en el Templo de Medinet Habu 😎.
EL RESTAURANTE DE FREDDIE MERCURY
Intentamos decidir qué comprar hoy para la cena, y un señor cocinero muy majete que habla algo de inglés o al menos se hace entender, nos explica lo que hay. Se parece a Freddie Mercury. A mi me da a probar berenjena con patatas mezcladas, se supone que parecido a lo del puesto de al lado del día anterior, pero esto está muchísimo mejor. Está riquísimo, le pido un taper pequeño para mi de esa mezcla. Nos da a probar también el falafel, que está rico, y Katz se pide un sandwich de falafel.
Eso y dos pizzas pequeñas será nuestra cena. De vuelta al hotel, vemos que aunque las pizzas las hemos pedido margaritas, han echado tomate natural y pimiento verde.
Da igual, están ricas. Nos sobra una para el desayuno.
DÍA 12: TEMPLO DE DENDERA EN QUENA
Hoy hemos quedado con el taxista a las 8, parece majo pero es difícil porque no habla inglés. Pasamos por pueblos y algún control policial. En uno de ellos les entrega un permiso de turistas, que ha solicitado ayer. Pasan por los arcenes carros tirados por burros o caballos, que llevan detrás algo rosa, me parece algodón de azúcar, qué pena no probarlo.
Pasamos por Qena, una ciudad enorme. Llegamos al templo de Dendera, y le decimos que estaremos en una hora aprox. Compramos los tickets y para adentro, junto con unas tres clases de niños. Nada más entrar impresionan las pinturas de los techos.
Un señor nos abre una puerta para bajar a los sótanos, unas salas muy estrechas pero con unos grabados muy chulos. Sabemos por Hassan que se puede subir al tejado por unas escaleras de caracol a mano derecha, y que baja después en línea recta por el lado izquierdo, imitando al vuelo de un buitre.
EL TEJADO DEL TEMPLO DE DENDERA
Vamos para allí, pero uno de los policías turísticos se empeña en acompañarnos, y sube muy rápido. Yo me entretengo viendo algún grabado, y Katz me dice que vaya más rápido, me quejo de que porqué nos tiene que acompañar y me hace gracia porque me dice: “No lo sé, pero lleva pistola así que no le voy a llevar la contraria” jaja. En el tejado nos enseña alguna sala cerrada al público. Seguimos un rato más disfrutando del templo, es que esmuy chulo… al final hemos estado algo más de hora y media. Nos vino genial el árbol genealógico de los dioses de Egipto para saber un poco de donde viene cada uno.
TARDE EN LUXOR
Como llegamos pronto a Luxor y no hay mucho más que hacer, compramos un jugo con frutas para probar y luego rato de tranquilidad en la azotea del hotel. Pasamos de nuevo por la oficina de los buses para confirmar que los tickets los compramos mañana por la mañana en el bus.
A una hora razonable nos volvemos a nuestro restaurante preferido de Luxor. Yo vuelvo a pedir mi taper de berenjenas con patatas fritas, me encanta y quizás sea la última vez que lo pueda comer en este viaje. Justo sacan falafel recién hechos y nos da uno para probar, Katz le pide un sandwich pero sólo con falafel, patatas y salsa de sémola.
Además pide un taper de kushari, pero sin la parte de garbanzos. También compramos una crepe egipcia, es con la masa de la pizza pero más estirada y envolviendo todo lo que le metas dentro. Elegimos sólo tomate natural y mozzarela.
Detalle del techo del Templo de Dendera 👁🗨.
DÍA 13: TRAYECTO AL MAR ROJO, RUMBOA A MARSA ALAM
A las 7 menos cuarto estamos esperando en la oficina del bus. Por 55 libras cada uno (unos 7 euros), nos venden los dos billetes, tenemos que hacer cambio de bus en Qena. Nos montamos al bus y flipamos, un bus nuevo y super limpio, da gusto. Ni un turista más, sólo nosotros. Con aire acondicionado y todo.
Tenemos junto a nosotros a dos señores mayores, con chilaba, turbante y pañuelos en el cuello, que en un momento que a Katz le entra frío le ofrecen rápido uno de los pañuelos.
Llegamos a Qena, una estación de bus cutre cutre, algún banco pero nada más, mucha basura, muy sucia. Hay un montón de chavales vestidos de camuflaje, creemos que van a hacer la mili.
CRUZANDO EL DESIERTO EN BUS
Llega un bus que parece que se va a caer a pedazos y empiezan a entrar todos. De repente, el señor de la estación nos avisa de que nosotros también vamos en ese bus… ¡uffff qué mal! Entramos en el bus como podemos, y nos sentamos en dos sitios que vemos libres y que encima están genial, ya que son los que están justo detrás de la puerta trasera.
Tenemos que poner las mochilas a nuestros pies como podemos, no hay más sitio en el bus. Cuando arrancamos, hay varios chavales de pie y otros sentados en el suelo, el autobús va hasta arriba, yo me quito la chaqueta que me estoy asando y me pongo el pareo por encima diciendo “Cuando pongan el aire acondicionado iré bien”. A Katz le entra ataque de risa, bastante si se pueden abrir las ventanas en el bus.
El viaje se me hace algo pesado sobre todo por ser la única mujer y turista en el bus, me siento continuamente observada. El paisaje es espectacular, cruzando pleno desierto y después siguiendo la línea de la costa y empezando a ver el agua de esos colores azules y verdes tan bonitos, y esa arena tan blanca.
LLEGADA A MARSA ALAM
Cuando llegamos a Marsa Alam son sobre las 4 de la tarde, nos queda poco tiempo para que oscurezca. Preguntamos para intentar encontrar un hotel económico que hemos visto por internet.
Esperamos encontrarlo pronto, ya que no vemos a nadie por la calle. Preguntamos en un restaurante pero ni idea. Vemos muchos perros callejeros, a los que si haces un poco de caso no se separan de ti.
DANDO VUELTAS PERDIDOS POR MARSA ALAM
Nos encontramos casi de noche (a las 5 de la tarde) en un sitio donde hay edificios a medio construir y con nadie a la vista. Cuando estamos dudando de qué hacer, vemos un chico en unos apartamentos.
Es el mánager de las instalaciones, que nos explica dónde está el hotel que buscamos. Aparece un señor, que nos dice que va al centro y se ofrece a llevarnos en coche al hotel. Se lo agradecemos infinito, que llevamos un rato andando con las mochilas.
Mientras vamos en el coche, nos dice que es de Sudáfrica y que se llama algo así como George, que le han llevado ahí una temporada por temas de curro. Antes de dejarnos en el hotel, nos hace una pequeña ruta turística por el pueblo, mostrándonos y valorándonos restaurantes.
Nos dice que mañana estará sobre esa hora en un local llamado Moon, por si queremos tomar algo con él. El chico de recepción nos dice que la habitación por noche sale 240 libras, pero nosotros le decimos que hemos visto por Booking que el precio es de 210, hace una llamada y nos lo deja a ese precio.
La habitación es una pasada, gigante, muy nueva. Tiene un balcón con vistas al ¿mar?, sobre todo a unos edificios a medio construir, como hemos visto todo el pueblo.
Dejamos atrás a los infatigables caleseros de Luxor, en Marsa Alam no hay 🎠.
EXPLORANDO MARSA ALAM
Bajamos para ir al centro a comer-cenar, porque si nos duchamos nos va a dar el bajón y no hemos comido nada. Antes de irnos el chico de recepción nos explica que hay dos calas a poca distancia, una a la derecha a 7 “kilos” y la otra a la izquierda a 10 “kilos”, y nos ofrece llevarnos mañana por 40 libras a una de ellas en un motocarro. Nos lo pensaremos.
Después de más de 15 minutos caminando, llegamos a una calle donde empieza a haber comercios y restaurantes. Elegimos uno de los que George nos ha recomendado, es de pescados y mariscos… Como no hay mucha más opción, pedimos dos pescados con patatas fritas.
Ya con el estómago lleno, vuelta al hotel. Es desolador ver todos esos edificios sin terminar, y un montón de perros vagando por ahí en busca de comida y caricias. Llegados al hotel, ducha amarilla, el agua está turbia. Se nota que el hotel no tiene clientes, y que no se ha usado apenas. Una vez en la cama, no aguantamos mucho más, y nos dormimos casi con los Lunnis.
DÍA 14: PRIMER SNORKEL EN EL MAR ROJO, MARSA ALAM
Lo bueno que tiene irse pronto a dormir, es que estás despierto temprano. Así que vemos el amanecer desde la cama. Además, desde el balcón vemos unos cachorros abajo jugando, Katz empieza a llamarles desde el balcón y se vuelven locos porque no ven a nadie.
Hacemos tiempo a que den las 7, que es la hora a la que nos dijeron que empezaban los desayunos. Al llegar a la recepción no hay nadie. Katz empieza a decir “Hello, hello”, y de repente veo por el rabillo del ojo algo que se mueve a mi izquierda justo detrás del mostrador.
Es el chico de recepción del turno de noche, que nos dice que estaba tumbado porque le duele la muela. Le decimos si podemos tomar ya el desayuno, y nos dice que esperemos en el restaurante, que ahora va. Pasamos al restaurante, y salimos por la otra puerta porque vemos que ahí están los cachorros. Hay tres o cuatro casi iguales, y uno super mini que está tirado y parece que no puede con su vida.
Uno de los cachorros es bastante avispado y más despierto que los otros, y enseguida empieza a jugar con Katz, que ya ha hecho un amigo fiel.
DESAYUNO Y FAMILIA EGIPCIA
Nos empiezan a traer cosas, lo primero una bandeja de pepino con tomate. Luego una cesta con pan de pita, además una tortilla francesa con pimienta, una bandejita con un quesito, una mantequilla y una mermelada a cada uno. A mi un café y a Katz un té. El café es de puchero de toda la vida, con los posos abajo del todo. La tortilla me sabe a gloria.
Salimos fuera y hablamos un rato con el chico de recepción, que se llama Asraf. Le comentamos que queremos ir a la playa, y nos dice que en la más cercana al hotel no se puede. Se ofrece a hacernos un “tour” por la playa y que lleguemos hasta el centro para ir a su casa, que nos invita a un té. Parece muy majo y habla inglés bastante bien, así que aceptamos la oferta.
Subimos a la habitación y cogemos lo necesario para ese rato. Antes de irnos del hotel con Asraf, que ya ha terminado su turno, quedamos en que avisen al señor de ayer de recepción para que sobre las 11 esté ahí para llevarnos a una de las playas cercanas.
Asraf nos lleva hacia el paseo que va junto a las playas, vemos que casi todo está acotado excepto una mini playa que “pertenece” a los apartamentos donde George está alojado. De ahí al centro del pueblo, y a casa de Asraf. Conocemos a su mujer, y nos invita a un té y hace palomitas para todos. Al poco llega también una de las hijas, y allí estamos viendo la tele y charlando.
Un clon, doble de Pablo Iglesias en la TV egipcia 🟣 ⬆.
LA PLAYA «7 KILO» ESTÁ A 7 KILÓMETROS
Al final el señor del hotel viene a por nosotros con el motocarro a casa de Asraf, que ya ha hablado con él y lo ha organizado. A las 11 está ahí, nos despedimos de la mujer y la hija de Asraf dándoles las gracias y nos subimos al carro con una peque de unos 5 años.
Le pedimos que pare en el hotel, así cogemos las gafas y los tubos. Le decimos que nos lleve a la de la derecha, la que está a 7 kilos. El trayecto se nos hace bastante corto, y cuando llegamos allí sólo hay una furgoneta con gente que va a bucear.
Katz les pregunta por el precio del curso de buceo para mi, pero sale sobre 350 eur, así que me voy olvidando. Nuestro taxista nos dice que nos espera ahí, pero nos da cosa tenerle todo el rato esperándonos y le insistimos para que se vaya y vuelva luego a buscarnos.
Le decimos que se pase a por nosotros a las 3, y nos vamos a la izquierda de la playa, donde hay muchísimo coral.
SNORKEL LIBRE Y SOLITARIO EN «7 KILO» BEACH
Precioso, no puedo decir otra cosa. Miles de peces, coral, un poco de corriente pero vemos mucho de todo sin problema. Al cabo de un rato me empiezo a quedar fría y las gafas me hacen mucho daño, así que decido salir.
Se ha levantado bastante viento y aunque la temperatura es buena, al salir me quedo un poco fría. Nos damos cuenta de que la furgoneta con los buceadores también se ha ido, así que estamos solos. Una playa, rodeada de desierto y con una carretera secundaria que pasa cerca pero por la que no hay tráfico. Solos, en medio de todo aquello.
Me encanta. Disfruto. Disfruto del paisaje por un lado de las montañas de arena con sus tonos que van del ocre al rojizo y al marrón, por el otro del agua turquesa, azul, transparente a trozos, una maravilla. Pienso que esto es un lujo que muy poca gente tiene, soy afortunada.
Volvemos a nuestro rincón, y decidimos ir a la mitad de la playa ya que parece que también hay coral por ahí. Katz es el primero en entrar a ver si merece la pena, ya que a mi me da pereza con este viento. Me dice que merece la pena, así que ¡al agua patos! Uffff… sin palabras. Es que nunca he visto tal cantidad de peces y de colores bajo el agua.
ESPERANDO UN MOTOCARRO EN MEDIO DE LA NADA
Cuando nos cansamos ya salimos del agua, y vemos que queda una media hora para que venga nuestro motocarro. Nos acercamos a la carretera a esperar, pasa un coche con unas chicas dentro que nos saludan y nos lanzan besos.
Un poco más allá, el coche entra en la playa y se bajan. Nos empiezan a hacer señas, y nos acercamos hacia ellos, aunque antes me pongo el pareo por encima. Cuando ya estamos juntos, piden hacerse fotos, pero nos dicen que nosotros no podemos hacerles a ellos. En fin… nos hacemos fotos y están encantadas.
No hablan inglés, se despiden de nosotros y van hacia el coche, al poco las vemos metidas en el agua bañándose con los vestidos que llevaban, los pantalones y los velos. El motocarro está puntual. Nos lleva al hotel, y ahí es cuando flipamos porque nos pide el doble del precio acordado, excusándose en que le hemos mandado irse y volver, y es doble gasto.
Nos dice que si queremos nos lleva hasta el centro gratis, así que le decimos que en 10 minutos estamos, y en 10 minutos clavados después de ducharnos, cambiarnos de ropa y coger lo necesario estamos junto a su motocarro.
ECHANDO LA TARDE EN MARSA ALAM
Le pedimos que nos deje junto a la mezquita, y pasamos el rato dando una vuelta y entrando en tiendas. Compramos agua, y en un restaurante nos sentamos a comer unas pizzas. Nos pedimos una cada uno, además de otra cosa que es como un rollo de pollo con verduras.
Una comida-cena muy rica, la masa de las dos cosas es de hojaldre, y como hemos pedido demasiado y estamos ya un poco reventados, los trozos que no nos comemos nos los llevamos envueltos y pensando en los chuchines de debajo del hotel.
Volvemos poco a poco al hotel, pero el camino se me hace eterno. Damos de comer a los perrines, aunque no vemos al majete ni al super mini. Habitación, y cama hasta el día siguiente.
DÍA 15: NOS VAMOS AL RESORT DE MARSA ALAM
Estamos despiertos de nuevo muuuuy pronto. Así que no queda otra que remolonear hasta las 7 que empieza la hora del desayuno. Igual de completo que ayer, sólo que desayunamos fuera al aire libre, con uno de los cachorros, sin fuerzas el pobre, tirado debajo de la mesa.
Hablamos otro poco con Asraf, que nos envía a un coche a buscarnos para llevarnos al hotel Oriental Bay que tenemos reservado desde casa. Le decimos que pase a las 11, ya que en los papeles pone que el check-in es a las 12.
En menos de 20 minutos estamos en el nuevo hotel. El recepcionista no me cae bien, me parece un soso seco, y no empieza a explicarnos las cosas hasta que Katz no está al lado. Pulseritas puestas, y un señor nos acompaña a la habitación, donde nos enseña todo a la espera de una propina que no llega. Lo sentimos, pero nos queda muy poco dinero, y todo en billetes grandes.
APROVECHANDO EL TODO INCLUIDO DEL ORIENTAL BAY
La habitación es gigante, con una cocina americana abierta a un salón nada más entrar, y luego la habitación y el baño. Además, un balconcito. Miramos la tarjeta que nos han dado con los restaurantes abiertos, vemos la hora y… ¡primera comida buffet en el hotel! La pasta hecha al momento triunfa.
Después, vamos a conocer la playa del hotel y consultamos sobre los cursos de buceo. Sale caro, y las salidas para hacer buceo también. Vemos dos salidas para hacer snorkel que nos pueden encajar.
El resto ed la tarde el plan es piscina y tumbona. Katz va a la barra sumergida de la piscina a pedir algo. Allí conoce a dos gemelos alemanes.
Cuando Katz vuelve a la tumbona, se lía a hablar con un alemán que está en la tumbona de al lado y que tiene unas ganas de hablar de la pera. Se llama Judo (al menos suena así jajaja), y estamos ahí un rato de charla hasta que nos dice que la piscina de abajo es de agua caliente… ahí que va Katz a probarla.
Cuando estamos en la habitación preparándonos para ir a cenar, suena el teléfono, y le digo a Katz que coja que seguro que es Asraf con el amigo que tiene la empresa de buceo. Efectivamente, es él. Katz habla con el amigo y aunque el curso de buceo es caro, queda con él mañana en el hotel para que nos comente posibles excursiones de snorkel.
Vistas desde la habitación 🏜.
DÍA 16: PLAYA Y PISCINA, EN EL TODO INCLUIDO DE MARSA ALAM
Casi los primeros en el desayuno, hay tortitas ¡qué bien! Vamos hacia la playa. Es gracioso, porque entre el hotel y la playa hay una carretera, la principal que bordea el mar, y tienen a un chico allí sólo para ayudar a la gente a cruzar.
Dicho así parece bien, si no fuera porque los dos lados de la carretera se ven perfectamente y tampoco es que pasen muchos coches. Hace un viento desagradable, casi hay que estar con la ropa puesta. Como siempre, Katz es más valiente y se mete al agua primero.
Cuando sale me dice que le haga caso y que vaya al agua, que merece la pena muchísimo. Nos vamos hasta el otro lado de la playa para meternos allí y venir nadando hasta este. Cuando buscamos el mejor sitio donde empezar a entrar en el agua, me fijo y le aviso a Katz.
El suelo está cubierto de estrellas de mar finitas ¡pero hay muchísimas! Aunque me cuesta, ya que el viento viene fresquito, me meto poco a poco. Cuando el agua me cubre poco más de la rodilla, hay que echarse ya a nadar, porque empiezan los corales. Otra vez más sin palabras, alucinante.
SNORKEL DE MUY ALTO NIVEL
Nunca imaginé que podría haber tantos peces, y que encima no tuviesen miedo de nosotros, porque se nos acercan un montón. Uno multicolor se acerca varias veces a mis gafas, mirándonos los dos a los ojos… indescriptible.
Como pone que hay barbacoa en la playa, decidimos quedarnos ahí para así aprovechar más. La barbacoa se limita a patatas fritas y unas hamburguesas pequeñas de pollo. Picamos algo, y al poco de nuevo al agua. Esta vez, vamos a lo largo de una cuerda con las boyas, y tenemos la suerte de ver una raya moteada.
Tarde de piscina, comida, bebida, y pronto a la habitación que no hace mucho calor que digamos.
PREPARÁNDONOS PARA EL DÍA SIGUIENTE
Mientras Katz va a hablar con el amigo de Asraf sobre las diferentes excursiones, yo aprovecho a darme una buena ducha y a lavarme el pelo tranquilamente. Cuando estoy acabando y a punto de salir de la ducha, suena el teléfono y no me queda otra que contestar.
Es Osama, el amigo de Asraf, que está en recepción pero no sabe quién es Katz. Le digo en inglés “No te preocupes que lo ves fácil. Es un chico muy alto con pelo largo” Y ya no me da tiempo a decir más porque me dice que ya lo ve. Contratamos para mañana una excursión.
Como queda aún un rato largo para la cena, cogemos el listado de bebidas y pedimos para ir probando. Salimos hacia unas tiendas que hay junto al hotel. El chico de la tienda de papiros nos pilla por banda y nos mete dentro para enseñarnos.
La verdad es que son muy chulos. De regalo, nos escribe nuestros nombres en árabe en un marcador de libros de papiro. Él se llama Mido, es majete y estamos allí un ratito hablando con él, nos despedimos después de enseñarle la frase “Yo se hablar un poquito español”.
Cena (pasta), y habitación hasta mañana.
DÍA 17: EXCURSIÓN EN BUSCA DEL DUGONGO EN EL MAR ROJO
A las 8 esperando fuera al coche que tiene que pasar a por nosotros para empezar la excursión. Ahí empezamos a hablar con Mustafa, el chico que ayuda a la gente a cruzar la carretera y que es un super fan de Cristiano Ronaldo. Cuando a las 08.15 no ha llegado el coche nos empezamos a preocupar, pero aparece poco después.
Nos lleva hasta el barco donde pasaremos hoy el día, y con el que tenemos 3 sesiones de snorkel incluidas. Cuando llegamos al barco alucinamos, está genial, y muy nuevo. Tiene muy buena pinta. Al poco llega el resto de la gente, 3 chicos y 2 chicas de Dinamarca, una pareja de señores mayores de Londres, y dos chicas no sabemos de dónde.
Se presenta el guía y empezamos el día. El barco se mueve bastante, yo al final me tengo que tumbar para no marearme. Vemos un montón de delfines, saltando a nuestro lado.
Unos cinco minutos después, les dejamos tranquilos y nos vamos al primer sitio de snorkel. Dos de las chicas no se bajan del barco del mareo. El resto nos montamos en la zodiac, y nos llevan a una zona un poco más apartada. El agua está muy fría a ratos.
PRIMERA PARADA: SNORKEL EN UN REEF EN MAR ABIERTO
Vemos un montón de peces incluido el pez león. Pero es una lástima, porque también vemos basura, mucha basura que compite con los peces.
Nos dirigimos a la otra zona, con la despedida de una tortuga que saca la cabeza mientras nada por la superficie. Cuando llegamos, hay unos 5 barcos como el nuestro y varias zodiacs con gente montada dando vueltas. Y es que están intentando ver algún dugongo.
Nos montamos nosotros también en nuestra zodiac. En un momento dado, el guía nos dice “Saltad, saltad”, y todos al agua menos los señores mayores y yo, que no me ha dado tiempo porque no tenía puestas las aletas. Cuando me voy a tirar, el chico que conduce la zodiac me dice que no, que espere, y vamos con la zodiac más adelante.
EL DUGONGO
Ahí nos dice que nos tiremos por el lado izquierdo de la lancha. Voy yo la primera, caigo al agua, y de repente veo venir de frente al dugongo. Es enorme, pasa por mi lado y me pongo a nadar junto a él, empieza a llegar la gente detrás de él, todo esto en apenas unos segundos. Me paro porque el pobre animal me da pena, y yo ya le he visto bien, poco pero bien.
Volvemos a la zodiac, me seco y subo al barco a descansar. Sirven la comida, Katz sigue haciendo snorkel, así que me pongo a comer. Cuando viene ya hemos acabado todos de comer, y nos dice que ha visto una tortuga. ¡Qué envidia!
No tenemos fotos nuestras del Dugong, así que dejamos esta con licencia GNU para ilustrarlo 📷.
TIEMPO LIBRE EN ALTA MAR Y A DORMIR
Me voy yo sola a nadar un poco a ver si veo yo algo, pero no veo ninguna tortuga.
Al rato nos volvemos a tierra firme. Nos despedimos de los señores de Londres, muy majos ellos, y nos montamos en el coche. De camino al hotel, Katz le dice al chico que conduce que a ver si puede llamar a Osama, y quedamos con él en hacer mañana otra excursión.
Llegamos al hotel y otro rato de charla con Mustafa. De ahí a la habitación, ducha, cena y a ver el espectáculo de Fakir, con cristales, clavos, fuego…
DÍA 18: SNORKEL EN EL MAR ROJO, EL MUNDO DE NEMO
Hemos quedado a las 08.30 con Osama para ir a la playa. Estamos allí como un clavo, llevamos en la mochila las gafas y los tubos. No cogemos agua ni toallas para no ir cargados.
Llega Osama en un coche conducido por otro chico, y vamos hacia la playa. Cuando estamos llegando nos empieza a decir que hay playas privadas, y públicas con entrada. Que a donde vamos hay varias playas, que a cuál queremos ir… le decimos que a la que él nos diga, que no sabemos.
Nos dice que vamos a la más barata que es de las mejores. Que la entrada son 5 eur por persona. Katz le paga lo acordado (20 eur por los dos), y él se va y nos dice que cuando queramos que pasen a por nosotros le digamos al chico del bar que le avise. Vamos hacia unas tumbonas que nos han preparado en primera línea de playa.
Lo que nosotros pensamos que habíamos contratado era una excursión en la que él nadaba con nosotros explicándonos. En cambio, realmente lo contratado es el transporte hasta la playa y punto.
SNORKEL EN LA PLAYA DE ABU DABAB
De hecho, nos hacen hasta pagar la entrada de la playa, porque Osama no lo ha hecho. Katz va sin demora al agua.
Al cabo de un rato de perderle la pista, decido meterme yo también. Cuando el agua me llega por el muslo, me lanzo a nadar, y ya mismo empiezo a ver peces… ¡qué pasada! ¡Cómo se acercan!
Pero eso no es nada, cuando empieza a cubrir como un metro y medio, y siguiendo la línea del arrecife, empiezo a ver miles de peces diferentes, estoy flipando.
EL MUNDO DE NEMO
Colores, formas, peces, todo se mezcla en mis ojos cuando sigo el arrecife hasta bastante adentro. No me imaginaba que esto pudiese existir. Un guiri intenta arrancar un trozo coral, le miro y le hago gestos de no no no, me ve y se va.
La sensación es de paz, relax, incredulidad por estar ahí rodeada de peces que casi se dejan tocar… Cuando veo que estoy bastante alejada, y que me he quedado sola sin nadie a mi alrededor, decido volver. Ya en la orilla, Katz y yo comentamos lo que hemos visto, y lo que más encaja con lo que hemos visto es lo que Katz dice: “Es que parece que estamos en una peli de dibujos animados como Nemo, es increíble que esto exista de verdad”.
Él vuelve al agua, y viene a la tumbona para avisarme de que ha visto una tortuga, nos metemos los dos de nuevo. En el camino vemos una morena blanca, mantas rayas, y al final… ¡la tortuga! Está en el fondo, comiendo las hierbas, pero parece grande… ¡qué bonita!
MOVIDA CON OSAMA
Una vez en el coche, Katz le pide al chófer llamar a Osama para decirle que nos ha vendido algo que no era lo que nos había dicho, se pasan unos minutos discutiendo, y al final quedan para vernos esta tarde en el hotel a las 7. La verdad es que a mi me da ya igual, ha merecido la pena con creces el haber hecho snorkel ahí.
Cuando llegamos al hotel, saludamos a Mustafa, y nos vamos para la piscina. Charleta con Judo y Peter, y a la habitación para prepararnos para cenar. Osama no ha aparecido, pero esto nos ha dejado rato para hablar con Mustafa de nuevo, el chaval que ayuda en el resort. Me ha cambiado el nombre, me ha rebautizado como Salomi.
Después Mido, el currela de la tienda, y su compañero nos invitan a un café. Es la última noche en este hotel, y a la cama pronto que mañana nos espera un día interesante, tenemos que ir a Hurghada y aún no sabemos bien como.
DÍA 19: AUTOBÚS A HURGHADA DESDE MARSA ALAM
Bajamos a desayunar a las 7 como siempre, y cuando acabamos foto con los gemelos alemanes… jejeje que majetes. Vamos a recepción a ver si pueden avisar al bus público que va a Hurghada para que pare en el hotel. Primero nos dicen que no hay autobús que haga ese trayecto.
Le decimos que sabemos seguro que hay dos y le damos los datos, el chico nos dice que es verdad pero que sólo existe el primero de los que le hemos dicho. Le decimos que por favor entonces llame a ese para que pare, y nos dice que no, que no hacen paradas así en los hoteles, que tenemos que coger un taxi hasta Marsa Alam ciudad y montarnos en el bus allí mismo.
Mientras, un compañero suyo de recepción nos dice que es peligroso. Les miramos alucinados y nos vamos. Le contamos a Mustafa la situación, y que esperamos poder parar el bus aún sin avisarle.
Aparece por allí el del taxi y nos dice que nos lleva a la ciudad por 20 eur. Después de un rato nos lo baja a 15 y después a 10 eur. No pienso coger ese taxi, me ha caído muy mal el tipo ese.
SALVADOS POR MUSTAFA
Vemos que Mustafa hace unas llamadas con su móvil, y al poco nos dice que estemos tranquilos, que ha hablado con el chófer del bus y que va a parar allí. Nosotros no nos podemos creer que al final el último currela del hotel, el que menos gana (ayer mismo nos dijo que su sueldo era de 2 eur al día trabajando de 8 a 8 con una hora para comer), sea el que nos ayude.
A las 10.25, le llaman y nos dice que era el del bus, que crucemos la carretera que está a punto de llegar. Cruzamos con las mochilas, y nos despedimos de este gran chaval. Katz intenta darle 10 eur, los que nos hubiese cobrado el taxista de haber tenido que ir a la ciudad, pero no los coge diciendo que somos sus amigos.
Ni siquiera metiendole el dinero en el bolsillo, se lo saca y nos sigue hasta dentro del bus para devolverlo. Al final acabamos los dos en el bus llorando de ver cómo hay gente que cumple el tópico: aún sin tener nada te da todo. Tres horas y media después (y varias paradas para recoger a gente), llegamos a Hurghada.
Con Mustafa unos días antes ⬆.
ESTAMOS EN HURGHADA, LLEGAMOS ANDANDO AL RESORT
Nos avisan para que bajemos del bus, y empezamos a andar. Nos para un taxista para ver si puede llevarnos, y le decimos que no, pero consultamos el precio para ir al aeropuerto y nos apuntamos su tlf por si acaso. Tenemos suerte porque el hotel está muy cerca, a menos de 15 minutos.
Al entrar nos miran raro, y nos preguntan mirándonos de arriba a abajo si somos clientes. El hotel es impresionante, muy bonito, y el recepcionista mucho más majo que los del otro hotel. Nos acompañan a la habitación, y nos volvemos a hacer los locos con la propina.
¡Hay wifi gratis! Damos noticias después de casi una semana, y nos vamos a comer algo a la zona del snack… ellos la llaman así, pero ¡qué barbaridad! Pizzas y pasta al momento, sandwiches, perritos calientes, ensaladas, patatas fritas… ¡y crepes de postre!
ALF LEILA WA LEILA EL HOTEL CON ESPECTÁCULO
Con la tripa llena, vamos a coger el bus gratuito que nos lleva a la playa. Aquí viene la decepción, puesto que no hay coral, ni peces ni nada… Así que volvemos al hotel bastante rápido.
Después de cenar nos tomamos un gintonic para hacer tiempo a que empiece el espectáculo del hotel. Tenemos curiosidad, ya que el escenario es inmenso con la copia de las principales atracciones turísticas de Egipto. Sin palabras, un espectáculo de un hotel con bailarines, derviches, caballos, camellos, iluminaciones, fuente con música y luces… ¡hasta fuegos artificiales!
DÍA 20: TODO EL DÍA TUMBADOS, COMER, PISCINA Y DORMIR EN EL RESORT DE HURGADA
Hoy día de descanso total, desayuno, piscina, comida, piscina, habitación y cena. Decidimos ir a ver un show cómico… A los 10 minutos desaparecemos como podemos, la gente se parte el culo, a nosotros no nos hace nada de gracia.
DÍA 21: ÚLTIMO DÍA EN HURGADA, CANSADOS DE RESORT
Último día de vacaciones. Día relajado en el que no hacemos nada. Desayuno, piscina, snaks, bebidas, comida y piscina. A última hora de la tarde y como en la tienda del hotel no han conseguido la camiseta de la Selección de Egipto, salimos a ver si la encontramos por alguna de las tiendas de fuera.
No hay muchas tiendas que la vendan, la mayoría venden del Barça o Madrid, pero la de Egipto es complicado. En el hotel seguimos aprovechando. Mientras yo me preparo para la cena, Katz se pasa por recepción para que llamen al taxista que nos encontramos el primer día y que nos dijo que eran 70 libras para ir al aeropuerto, ya que en el hotel nos cobran un poco más caro, 10 eur.
Quedamos con él a las 2 de la mañana. Última cena y último gintonic… en fin, todo preparado para no perder mucho tiempo de madrugada, nos metemos a la cama pasadas las 9 para dormir un poco.
DÍA 22: FIN DE VIAJE, AGUR EGIPTO Y HASTA PRONTO
15 minutos antes de las 2 suena mi alarma. Hacemos el check-out y nos dan una cajita con un desayuno. Montamos en el taxi y miramos lo que incluye la caja del desayuno.
Hay una bandejita de dulces y otra de salados con algo de queso que no nos vamos a comer, así que le preguntamos al taxista si lo quiere y le dejamos las 4 bandejitas. Nosotros nos quedamos con los zumos y las cuatro manzanas. Cuando llegamos al aeropuerto, el taxi para en un control de policía donde le dan un ticket y entramos mientras nos cuenta que tiene que pagar el parking, que son unos 10 eur al cambio.
Cuando Katz le va a pagar lo convenido, 70 libras, le vuelve a preguntar por lo del parking. El chico insiste en que tiene que pagarlo, pero que no pasa nada, que él nos había dicho que 70 y eso es lo que nos cobra… Como nos asegura que es cierto, Katz al final le da los 10 eur, aunque yo no le creo mucho…
Dentro del aeropuerto, Katz pregunta y el parking son 5 libras en realidad, menos de un euro… ¡vaya timada nos ha pegado el taxista! Aprovechando el wifi del aeropuerto, Katz le manda un whatsapp al taxista para desquitarse.
REGRESAMOS A BILBAO
Embarcamos, y una vez en vuelo Katz se pasa a la fila de delante que tiene más hueco para las piernas, así tengo para mi sola los tres asientos. Poco los disfruto, ya que me quedo frita casi todo el vuelo.
El vuelo de Estambul a Bilbao se hace bastante más pesado, los asientos son más pequeños e incómodos y no hay pantalla individual.
Y a las 12 aterrizamos en Bilbao, ya estamos en casa. Me quedo de este viaje aparte de con lo monumental y la naturaleza, con la hospitalidad de la gente. ¡Quiero volver ya! Pero por el momento… ¿a dónde será el año que viene?
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