Este es el DIARIO de como fueron nuestras 3 semanas por libre en NICARAGUA en 2018 a pesar de la dudas. ¿Por qué?… Porque aunque teníamos los billetes comprados desde febrero para un viaje en octubre, en abril estallaron revueltas y protestas contra el gobierno Ortega-Murillo. Si estas pensando en ir puedes leer dónde dormir y QUÉ VER en tu ruta por Nicaragua, que te facilitarán el viaje.
Contactamos con gente que estaba viajando en esos momentos por allá, y en Septiembre, un mes antes de nuestra fecha de salida, decidimos que era el destino que nos apetecía y que queríamos ir a verlo y vivirlo por nosotros mismos. Así que Nicaragua… ¡allá vamos! Viajamos del 12 de Octubre al 03 de Noviembre del 2018, con clima lluvioso, pero con calor… así la lluvia se lleva mejor.
Pasamos en Nicaragua 22 días con el de llegada y el de salida, más otro de escala en Miami. Desde aquí llevamos los vuelos intercontinentales, y en esta ocasión compramos también los vuelos internos para viajar a las Corn Islands. Además, contactamos con una casa particular que ofrece alojamiento para las primeras noches en León. El resto del recorrido y transportes, como siempre desde allá.
En este viaje por Nicaragua más la escala en Miami nos gastamos cada uno un total de 1250 euros. 525 en vuelos intercontinentales, 160 € en los vuelos internos, 120 en en transportes públicos (buses, minibuses, minivans, triciclos, pangas, lanchas…), 225 € en alojamiento y el resto en comida, compras, excursiones y demás.
Ese es el recorrido con base en la ciudad de Granada y a continuación el DIARIO de 3 semanas por libre en NICARAGUA:
DÍAS 1 Y 2: RUMBO A NICARAGUA, PERO ANTES CHURROS Y NBA
El día 11 de Octubre Salimos de Bilbao, esta vez en avión. Sacamos las tarjetas de embarque en el aeropuerto, nos da ya las de mañana de Madrid a Miami. En el aeropuerto de Madrid llamamos al hotel y viene un minibus, tardamos unos 15 minutos en llegar hasta el hotel.
Al día siguiente nos despertamos pronto, vamos a la plaza del pueblo de Barajas que ayer nos dijeron en recepción que hay churrería. Compramos 2 porras y 6 churros con 2 chocolate para los 2 por 6 eur. Cogemos el traslado gratuito del hotel al aeropuerto. Al pasar el control policial, nos toca a los dos prueba de explosivos.
El vuelo flojo, poca comida… Desde esa comida a la “cena” pasan más de 5 horas en que no pasan ni con agua.
YA ESTAMOS EN MIAMI
Al poco aterrizamos, y desde que salimos del avión hasta que pasamos el control policial pasan apenas 20 min… ¡increíble! Vamos a los mostradores de American Airlines y preguntamos a ver si podemos sacar las tarjetas de embarque de mañana, nos dicen que sin problema y las sacamos en las máquinas situadas enfrente de la puerta 5.
Con las tarjetas de embarque ya en mano, vamos al Mia Mover, un tren como el que hay en Madrid para llegar a la T4 satélite, que te lleva de la zona principal del aeropuerto hasta la única parada del recorrido, donde están las oficinas de alquiler de coches, el metro y los buses. Allí un chico de seguridad del metro nos ayuda a sacar los billetes (más bien lo hace él todo, no parece tan difícil) y entramos al metro. 6 paradas nos separan del Historic Downtown que es la nuestra. En el metro frío, y fuera un calor de la leche.
Preguntamos al de seguridad del metro si sabe a qué hora empiezan a funcionar los buses, y en 10 minutos nos hace un resumen del funcionamiento, horarios y frecuencias de metros y autobuses. Muy majo. En menos de 10 min andando estamos en el hotel, otra carambola de oferta porque es de bastante lujo. La puerta principal está de obras, hay que entrar por un lateral.
Nos da la tarjeta y subimos a la habitación… ¡qué locura de botones para encender las luces! ¡No hay quien lo entienda! Bañadores puestos, subimos a la piscina, Katz en albornoz del hotel 😎. Las vistas son impresionantes, muy bonitas.
PRETEMPORADA, PERO ES LA NBA
Una ducha y nos vestimos para ir a cenar y al partido de la NBA. El American Airlines Arena está muy cerca del hotel, se ve ya bastante gente por los alrededores, incluyendo mucho control policial. Llegamos al Bayside, un centro comercial junto al American Airlines, y vamos directos al Five Guys. Pedimos 2 hamburguesas y una de patatas, además de un vaso rellenable. Katz coge unos cacahuetes, ya que hay cajas y cajas y son gratis. Las hamburguesas muy ricas, pero llenan un montón y quedamos petados.
Vamos andando a la NBA. En la entrada al estadio hacen control de seguridad. Llegamos rápido a nuestros sitios, están muy bien ubicado, se ve genial. Está curioso de ver el partido, animando con música, cámaras hacia el público en tiempos muertos… muy yanqui todo.
Y la gente… ¡se pone de comida hasta arriba! ¡Qué cantidades! Ganan los Miami Heat a los Atlanta Hawks por 119 a 113. Lo mejor es poder ver a jugadores conocidos como Dwyane Wade y Vince Carter, y la camiseta de Michael Jordan retirada en lo alto del pabellón a pesar de que nunca jugó en los Heat. Acabado el partido, al hotel y a dormir que llevamos más de 21 horas desde que nos despertamos en Madrid.
DÍA 3: DE MIAMI BEACH A LEÓN DE NICARAGUA
Como despertamos pronto, salimos pronto del hotel. Objetivo: Miami Beach. Vamos a la parada del bus, al poco viene una chica a la que Katz pregunta si tiene cambio, pero no lo tiene. El caso es que el precio por billete es de 2.25 usd por persona, y hay que meterlo en una máquina… si no tienes el dinero justo, no devuelve cambio.
Tenemos que meter 5 usd para pagar el billete, así que mejor llevar el importe exacto o toca dejar propina aunque no quieras. Mientras vamos en el bus (el 110), una de las chicas nos cuenta que es de Honduras, de La Ceiba. Llegamos a la calle Washington Avenue, que es donde hemos visto que tenemos que bajar. Para avisar de que el bus tiene que parar no hay un botón, sino que hay que tirar de un cable que rodea al bus por las ventanillas… ¡curioso!
LOS VIGILANTES DE LA PLAYA EN MIAMI BEACH
Entramos en una tienda a comprar una chorrada para tener cambio para el bus de vuelta. Y ahora sí a la playa, está muy cuidada y limpia, hay gente entrenando, haciendo yoga, nadando… ¡y eso que son poco más de las 8 de la mañana!
Las casetas de los vigilantes de la playa de colorines como las de la tele 😄. Volvemos a la parada a coger el bus al aeropuerto. Cuando estamos llegando a la parada vemos que llega el 150 que es el nuestro, es la ruta directa entre el aeropuerto y Miami Beach.
Y empezamos a correr, y cuando estamos llegando a la parada el bus se va… hasta que un señor le avisa y nos espera, así que una carrerita más y nos montamos. En menos de media hora estamos en la parada del aeropuerto. MIA Mover hasta él, y allí preguntamos dónde está el control policial para pasar a nuestra puerta de embarque.
DE PASEO POR EL AEROPUERTO DE MIAMI
Por cierto, curioso que en las pantallas del aeropuerto, los vuelos vienen ordenados alfabéticamente por ciudad de destino y no por hora de salida. Llegamos al control y lo pasamos sin problema. Toca caminar un poco, y nos encontramos con un food court, donde compramos cosas ricas que comemos en el avión.
El vuelo es de menos de 3 horas, nos da tiempo a mirar por la ventanilla el mar con unas islas y vistas espectaculares.
POR FIN LLEGAMOS A NICARAGUA
Vemos cómo empezamos a adentrarnos en la Nicaragua verde verde. El control policial más o menos rápido, hay que pagar 10 usd de tasa de entrada por persona.
Justo al salir está la oficina de turismo, donde hacemos alguna consulta y nos dice que el agua se puede beber, así que cogemos agua de una fuente que hay y pasamos por el cajero, que curiosamente deja sacar tanto córdobas como dólares. Sacamos 11.000 córdobas y a salir… otro control de equipajes, donde nos hacen ir a otra ventanilla para que revisen la cámara… nuestra mini cámara… ¿pues entonces los que lleven una buena de verdad?
Nada más salir del aeropuerto nos ofrecen taxis, que rechazamos y vamos hacia la parada del bus. Llega, y arranca cuando aún no hemos llegado… Katz le hace señas y para junto a nosotros. Al Mercado Roberto Huembes. Es más de media hora de bus con calor, y de pie. Cuando llegamos nos reciben los colores del mercadillo.
EN RUTA HACIA LEÓN
Preguntamos y vamos hacia la parada del siguiente bus, destino la UCA. Esperamos 10 minutos y llega, nos metemos a presión. Este trayecto es más corto pero sube mucha más gente, así que todo el trayecto lo hacemos como sardinas en lata. Cuando llegamos a nuestra parada me bajo como puedo. Y veo cómo se cierran las puertas y Katz sin bajar.
Al poco se vuelven a abrir y sale. Vamos donde nos dicen que están los buses a León, y a esperar. Este trayecto lo hacen minivans. En la segunda que viene entramos, vamos muy cómodos, no las cargan como las chapas de Mozambique. Cuando se detiene para dejar a gente, Katz mira en el maps.me y ve que estamos cerca de la casa donde vamos. Pero para cuando preguntamos no hay tiempo de reacción, ya que arranca de nuevo.
La última parada deja en la otra punta del pueblo. Nada más bajar empiezan a ofrecemos taxis, hostales, triciclos… de hecho el triciclo nos lo dejan por 20 cdb cada uno, pero nos vamos andando. Nos encontramos con una celebración de camino, está chulo el pueblo, y bastante limpio.
CASA DE LA ESPERANZA EN LEÓN
Llegamos a la calle donde nos indica que está la Casa de la Esperanza. Pero ahí no vemos ninguna indicación… hasta que desde una casa nos dicen… ¿buscan la casa de la Esperanza? ¡Aquí es! Nos presentan a toda la familia, y vamos a la habitación. Muy sencilla, pero nos quedamos. Nos duchamos (no hay agua caliente) y cambiamos de ropa a algo más fresco.
Vamos a dar una vuelta al centro, a ver la Catedral y los alrededores. Según vamos caminando empieza a llover un poquito, pero para enseguida. Hay un montón de puestos alrededor de la Catedral, entramos a verla pero nos echan que están cerrando. Damos una vuelta a la plaza, compramos una bolsita de yuca frita que está muy rica, y nos cogemos una hamburguesa a compartir de unos puestos que hay en una calle cercana.
No hay mucho más que hacer, ya ha oscurecido, así que nos vamos caminando tranquilamente para casa, que nos espera la cena. A medio camino se pone a llover, y llegamos calados. Nos secamos un poco y ¡a cenar! Ensalada de repollo, arroz blanco con pimientos y cebolla, y pollo rebozado. Está riquísimo.
Charlamos un poco y nos vamos pronto a la habitación. Katz consulta vía WhatsApp a una empresa para hacer el Cerro Negro mañana, quedamos con ellos en que mañana lo hacemos aunque reconfirmando sobre las 6.30, ya que no deja de llover. Tenemos mucho sueño, y aunque intentamos aguantar nos dormimos muy pronto.
DÍA 4: EL VOLCÁN CERRO NEGRO EN TRINEO
Nos despertamos como a las 4, hacemos tiempo hasta las 7 que hemos quedado en que desayunaremos, y a las 7 estamos como un clavo en la mesa del desayuno. Plátano verde, revuelto de huevo con cebolla y pimientos, un trozo de queso y 3 lonchas de mortadela con pan. Katz además gallo pinto. Muy rico.
Es acabar el desayuno y llegar el coche para la excursión. Vamos a coger rápido las cosas que necesitamos, y montamos. Con una parada de por medio para comprar agua (llevamos 2 litros para los 2, en lugar de los 2 para cada uno que recomiendan), empezamos la ruta. Van con nosotros el conductor y el guía que nos acompañará arriba. Un poco serios, dicen que antes de la crisis de juntaban al día allá arriba de Cerro Negro unas 300 personas.
Llegamos a donde comienza el ascenso, y es donde me doy cuenta de que con tanta prisa nos hemos olvidado la cámara en casa… ¡qué mala suerte! Desde aquí se ve el Volcán inmenso, negro, precioso. Mochilas y tablas a la espalda, empezamos a andar. Sólo estamos nosotros 3. Al poco de empezar a subir ya se empieza a ver el contraste de colores: los verdes intensos de los árboles y palmeras de los alrededores, el negro de la lava caída del volcán.
A mitad de camino hacemos una pequeña parada desde donde se ve el interior del cráter del volcán… hay fumarolas y de vez en cuando huele un poco a azufre. Seguimos el ascenso, esta segunda parte es más suave. Cuando llegamos arriba dejamos las tablas y vamos al otro lado junto al cráter. La arena quema, hay varias fumarolas. ¡Es precioso!
AHORA TOCA BAJAR EL VOLCÁN CERRO NEGRO ¡SOBRE LA TABLA!
Katz va el primero, y va perfecto, parece fácil y todo… pero yo no le cojo el truco, me caigo 2 veces antes de pillar un poco la dirección correctamente, pero en ese momento comienza la bajada con mayor inclinación y además es más difícil frenar, así que voy un poco desbocada hasta que llegando a donde Katz me vuelvo a caer, esta vez con voltereta y todo 😁
Nos quitamos los buzos que te dan para no ensuciarte, que se agradecen, pero aún así acabamos con arena de lava hasta en los oídos. Totalmente recomendable la subida a Cerro Negro por sus paisajes, la bajada ya para mi gusto es más chorrada… si volviese subiría de nuevo, pero bajaría andando por el otro lado del cráter que es el que usan cuando hay viento.
De aquí al centro de León a por una cervecita que entra en el precio, probamos las 2 del país, la Toña y la Victoria. Me quedo con la Victoria. De aquí a la agencia a por nuestras camisetas que también entraban en el precio, a mi no me queda ninguna así que 2 para Katz. Y nos dejan en la casa, donde nada más entrar nos saca Esperanza la cámara olvidada. Ducha bien merecida, y vamos a dar un paseo hacia el centro.
LLUVIA Y MÁS LLUVIA PARA PASEAR POR LEÓN
Empieza a llover nada más salir, así que Katz saca el paraguas. Cuando llegamos al centro la lluvia es más intensa, nos ponemos a resguardo pero tenemos que salir porque el agua nos alcanza. Aunque tienen muy buen alcantarillado, es imposible sumir tanta agua como cae. Al cabo de un buen rato, decidimos ir poco a poco hacia casa aprovechando que ha bajado la intensidad.
Llegamos calados a casa, les ha entrado agua en la cocina y están limpiando. Poco después ya estamos sentados esperando a la cena. Hoy toca caldo, que es un guiso con plátano verde, yuca, patata, carne… está muy rico pero la costilla no me gusta nada de nada. A Katz tampoco. Estamos un rato de charla con Esperanza y el chico de Honduras. Y de nuevo pronto a la habitación y a dormir muy temprano.
DÍA 5: LAS PEÑITAS, PONELOYA Y LA CATEDRAL DE LEÓN
Hoy es el día en que nos vamos hacia Granada, pero no nos queremos quedar con las ganas de visitar las playas cercanas a León, así que después de desayunar una tortilla francesa con cebolla, queso, mortadela y pan dulce, recogemos las mochilas y cogemos lo necesario para la playa.
Vamos andando al Mercadito, que está como a 10 cuadras de la Catedral. Allá agarramos el bus que va hacia Las Peñitas y Poneloya, y en una media hora llegamos a la zona del Bar La Roca, que nos ha recomendado Esperanza porque dice que el agua es más tranquila. Aún así, la mar está agitada, es playa de surf. Es larguísima, y estamos solos. Una hora después nos montamos en el bus de vuelta a León.
SOBRE LA CATEDRAL DE LEÓN
Cuando llegamos a la terminal, cogemos un triciclo para llegar hasta la Catedral. ¡Menuda sudada se pega el chaval! En la plaza de la Catedral compramos un raspado, que es hielo raspado (tienen el bloque de hielo allí y ves tú mismo cómo lo raspan) con sirope de leche (es como leche condensada) y sirope de grosella. ¡Menudo descubrimiento! Muy rico, y con el calor que hace entra genial.
Subimos a ver las cúpulas de la Catedral, en mi opinión visita prescindible. El blanco refleja muchísimo a estas horas, se necesita llevar gafas de sol, y hace mucho más calor que abajo. Compramos cosas para picar, incluyendo unos lichis que aquí llaman mamonchinos. Volvemos a casa, nos duchamos, y nos despedimos de todos.
DE LEÓN A GRANADA EN NICARAGUA
Pasa justo la ruta a la terminal, y la cogemos. Ahí conocemos a una señora que nos cuenta la fábula del sombrero del Tío Nacho, que siempre se lo olvidaba por ahí. Cogemos el interlocal a la UCA de Managua, aunque esta vez sentados detrás del todo se hace más incómodo. Nos comemos las cosillas que hemos comprado antes… ¡qué ricos los mamonchinos!
Una vez en Managua nos hacen salir rápido, y de la misma entramos en otro minibus a Granada. En este minibus Katz se da cuenta de que ha olvidado en el otro la visera que traía… ¡qué mala suerte! Este bus tarda como hora y media en llegar a Granada, vamos a buscar la oficina de turismo pero no la encontramos.
Vamos a buscar hotel. Yo he mirado los 2 más baratos en booking, y vamos al que tiene precio con desayuno incluido. Nos deja habitación con baño compartido (pero que será para nosotros solos porque no hay nadie ocupando la otra habitación) por 10 usd. Está de lujo, se nota que en otras circunstancias es más caro.
Salimos a pasear y empezar a ver la ciudad, la verdad es que es preciosa. Cenamos una fritanga que nos recomienda Carlos del hotel. La fritanga es plátano verde o guineo, tajadas de plátano frito, ensalada de repollo y carne (de res, pollo o cerdo). Está muy rico y bastante cantidad.
DÍA 6: SIN BUNBURY EN LA PULPERÍA DE LUCITA, MASAYA
Como siempre estamos pronto despiertos, oímos llover. A las 6 decidimos ir a dar una vuelta antes del desayuno que empieza a las 7.30. Llueve bastante, pero la ciudad es tan bonita que se disfruta de todas formas. A las 7.30 estamos ya en el hotel, el desayuno consiste en huevo revuelto con cebolla y pimientos, y con gallo pinto para Katz.
Esperamos un poco a ver si deja de llover, pero como no lo hace salimos con el paraguas. Bajamos por el centro hasta el Parque Central. Llueve bastante. Seguimos por la calle la Calzada, a un lado de la Catedral, que se supone que es la zona más guiri de la ciudad, ya que hay bares, restaurantes y cafés, y agencias de tours.
De momento hay poco abierto, así que continuamos la calle hasta el malecón. Hay vacas de paseo por la playa que forma el lago. Nos para Jorge para vendemos la excursión por las isletas, también luego nos para otro señor que dice que pertenece a la cooperativa, y cuando estamos observando el lago revuelto, se acerca otro más. Es una lástima ver cómo están todos sin trabajo al no haber turismo.
ENTREVISTA BAJO LA LLUVIA EN GRANADA DE NICARAGUA
Cuando nos vamos se nos acerca este último a pedirnos algo que no entendemos, nos dice que esperemos un momento y vuelve con 4 chavales, 3 chicos y 1 chica, que nos quieren hacer una entrevista para su trabajo de graduación. Nos la hacen y charlamos un poco, 2 de ellos quieren estudiar arquitectura, otro relaciones internacionales y ella derecho… ¡menudos cerebros estos chavales!
Nos despedimos, estamos ya empapados. Vamos hacia el centro, donde pasamos un buen rato de soportal en soportal esperando que baje la intensidad de la lluvia. Katz aprovecha a comprar la camiseta de fútbol de Nicaragua. Es ya casi la 1 y no parece que vaya a cambiar el tiempo.
Estamos un rato en el hotel buscando info y haciendo tiempo, pero como la lluvia no para decidimos ir a Masaya… a la búsqueda de la Pulpería de Lucita que nombra Enrique Bunbury en su canción.
PERO ¿DONDE ESTÁ LA PULPERÍA DE LUCITA?
La pulpería de Lucita está en Masaya, así que caminamos 10 cuadras hasta la terminal de la que salen los chicken a Masaya. Justo se acaba de ir y nos toca esperar un rato. Sale a las 3.05, y los 15 minutos que nos dicen que tarda en llegar a Masaya se convierten en 45. Una vez allí nos dicen que hay 10 cuadras al Parque Central (esas son las indicaciones que nos han dado para encontrar la Pulpería), así que caminamos de nuevo.
Se nota que no estamos en una ciudad turística, hay bastante más basura por las calles. Una vez en el Parque, buscamos el super Palí y tomamos la calle de su costado izquierdo. 3 cuadras más allá… ¡la Pulpería de Lucita! Nos acercamos, y les decimos porqué estamos aquí, están muy contentos. Dicen que hay gente que se pasa de vez en cuando a visitarla. Te lo contamos en detalle en nuestro post: DÓNDE ESTÁ LA PULPERÍA DE LUCITA DE BUNBURY.
LUCITA NO ESTÁ EN LA PULPERÍA
A Lucita no podemos conocerla porque no está en estos momentos, pero conocemos a su marido Vallardo y a su “tierna” (la hija más joven). El señor muy majo, nos cuenta su historia con Lucita, cómo se conocieron… ¡llevan casi 60 años juntos! Me emocionó bastante la verdad. Además nos cuenta cómo iba Bunbury, se sentaba en un banquito con su guitarra y se ponía a tocar y anotar en una libreta.
¡Desde aquí muchas gracias por su ratito y sus recuerdos Señor Vallardo! Volvemos rápido a la terminal, ya que el último bus es a las 5.30. Sobre las 6.15 estamos ya en Granada, vamos a cenar a un restaurante que hemos visto esta mañana que ponen burritos. Y pronto para el hotel, donde tras una buena ducha y rehacer maletas nos acostamos.
DÍA 7: BUSES Y BARCA HASTA EL CASTILLO
A las 5.40 me despierta Katz. Está comprando unos trenes que necesitamos en el siguiente viaje, y la venta se acaba de abrir, así que… ¡ya tenemos todo para el próximo viaje! Mochilas a la espalda, vamos hacia la terminal para coger el minibus a Managua. De camino paramos por una panadería, donde compramos suministro para el desayuno de hoy.
El minibús va a la UCA, de camino Katz le pregunta a un chaval que va a su lado, y le dice que sí hay autobuses a la terminal Mayoreo, desde donde salen los buses a San Carlos. Así que nos bajamos en la UCA, y preguntando nos enteramos que tenemos que cruzar la calle y agarrar ahí el bus 110 hasta la última parada que es el mercado.
No esperamos ni 5 minutos y llega el bus, tarda un buen rato en llegar al Mayoreo. Una vez allí nos deja justo enfrente de donde salen los buses a San Carlos. Justa va a salir uno, así que mientras yo voy a comprar los billetes, Katz va a comprar alguna cosilla para picar. Son las 9.15.
El bus va haciendo varias paradas, el tiempo va cambiando continuamente, pero predomina la lluvia. El paisaje es increíble, todo tan verde… precioso. A las 14.15 hace una parada. El bus llega a las 15.40, y directos bajamos y entramos en la terminal de lanchas. El próximo bote es en 15 min. Compramos los tickets y mientras esperamos Katz va a comprar unos mamonchinos.
EN BARCA POR EL RÍO SAN JUAN HASTA EL CASTILLO
El trayecto en barca es muy chulo, aunque se agradece una chaquetilla fina. Empieza a llover y bajan unos plásticos de los laterales. Se hace de noche en la barca, y la última parte nos acompañan rayos y truenos, da un poco de yuyu. Cuando llegamos a El Castillo llueve bastante.
Así que con paraguas en mano vamos rápido hacia el alojamiento con el que habló Katz el otro día consultando el tiempo. El Nena’s Lodge, al final nos dejan una buena tarifa y el hotel está bien así que nos quedamos. Sigue lloviendo sin parar, así que dejamos la decisión de realizar el tour para mañana a primera hora.
Salimos a buscar algún sitio donde cenar, pero o no nos convence lo que dan, o con la crisis están cerrados. Al final compramos 2 panes y chicharrones de cerdo en una pulpería, pero cenamos poco… son todo grasa. Nos vamos a dormir pronto, con el sonido de la lluvia golpeando el techo de fondo…
DÍA 8: INUNDACIONES Y RESERVA INDIO MAÍZ
El primero en salir de la habitación es Katz, y me avisa que salga rápido. La calle está inundada, la gente sacando las barcas y achicando el agua de ellas. Está todo precioso, y la gente nada preocupada. Así que hablamos con Seyla, la que gestiona el hotel, y decidimos desayunar aquí y hacer el tour Bartola hoy. Nos presta unas botas de agua, y la barca nos viene a buscar a la puerta de casa.
El paseo en barca muy chulo, vemos varios tipos de pájaros, aunque no caimanes ni el pájaro típico de aquí. Durante el recorrido a pie, empezamos buscando y encontrando ranitas venenosas rojas y verdes, que seguimos encontrando durante el resto del camino. Nos explica diferentes usos de plantas, conocemos las que llaman las “navajitas”, que se te pegan y al quitarlas te dejan corte (yo llevo varios), y aunque en el último tramo se pone a llover un poco ni nos importa… ¡es todo tan bonito que merece la pena con creces!
Ya acabando, aún no hemos visto ni monos ni perezosos, una pena… hasta que de repente miro a un árbol y ahí está… ¡un perezoso! ¡Qué gracioso! Vemos termitas y Seyla nos dice que saben a zanahoria… ¡Katz se atreve y prueba una! Luego otro pequeño recorrido en barca, donde vemos un mono a lo lejos, y vuelta al pueblo. Lo que iba a llevar unas 3.15 horas, al final han sido como 5.
PASEO POR EL PUEBLO INUNDADO
Es la hora de la comida y tenemos hambre, así que después de pensar cómo ir a buscar algún restaurante, lo hacemos como la gente de aquí: descalzos. Vamos de un restaurante a otro, hasta que nos quedamos en uno donde la señora Eva nos pone tostones con pollo frito y a Katz le saca un cuenco de arroz y otro de judías.
Para cuando acabamos de comer son las 5, y tanto la cooperativa del cacao como la fortaleza han cerrado. Así que damos otra vuelta más por el pueblo, y de vuelta al hotel mientras Katz se está duchando aparece Seyla a invitarnos a su celebración de cumple.Vamos a casa de Seyla y ya le están cantando… incluso canciones que nosotros desconocemos.
Nos comemos un trozo de tarta, que es como bizcocho con dulce de leche por encima. Y la sobrina nos enseña el trabajo de la escuela, este sábado celebran el día de la Hispanidad (o día de la raza), y están elaborando un vestido de lo más trabajoso pegando y cosiendo maíces. Luego nos quedamos de charla con Seyla hasta las 9 o así y a dormir.
DÍA 9: FORTALEZA DE EL CASTILLO
Cuando nos levantamos, el agua ya ha bajado y vuelve a haber calles normales. Nos vamos a pedir un café donde Eva, al que acompañamos con unos picos que compramos ayer. Luego vamos hacia la cooperativa Hijas del Cacao, donde compramos 2 tabletas de chocolate y cacao, y donde nos el chico que nos atiende nos muestra el proceso del chocolate.
Siguiente parada la Fortaleza, la entrada son 45 Córdobas que se hacen baratas, ya que una chica viene contigo explicando y guiándote por la zona. Cuando acaba nos quedamos dando una vuelta nosotros solos hasta que se pone a llover y nos ponemos a resguardo. Las vistas desde la Fortaleza son preciosas. No nos cansamos de hacer fotos a mariposas e intentarlo con los colibríes.
Después descanso en el hotel, y salimos a comer. De aquí subimos a la loma de Nelson, la cual no es nada especial, la Fortaleza tiene incluso mejores vistas… pero merece la pena la subida ya que vemos ardillas, mariposas y colibríes.
Descanso en las mecedoras del hotel con un poquito música y tranquilidad. Un último paseo por el pueblo, donde compramos unos picos y un nacatamal. Nos duchamos y organizamos mochilas para mañana, que hay que madrugar bastante.
DÍA 10: A TIEMPO PARA VER LA LAVA DEL VOLCÁN MASAYA DE NOCHE
A las 4.35 suena la alarma, nos levantamos y salimos rápidos hacia el puerto, la barca sale a las 5.15 pero hay que estar a en punto allá. Sale puntual, y de nuevo sólo por tanto verde merece la pena el viaje. En el camino vemos garzas blancas y azules, las golondrinas compiten en velocidad con la barca… ¡y vemos monos! ¡Los araña y los de la cabeza blanca! A las 7.15 estamos en San Carlos, justo llega nuestro bus. Sale puntual también, a las 8.
Por recomendación de Seyla para llegar antes a Granada, no llegaremos a Managua (donde tendríamos que coger 2 buses para llegar a Granada), sino que pararemos en Tipitapa y de ahí tomaremos un bus destino Granada. El bus hace una parada de 10 min para comprar comida o usar el baño.
Cuando llega a Tipitapa nos avisan y bajamos, preguntamos y justo enfrente salen las rutas hacia Masaya… porque ¡sorpresa! ¡No hay para Granada directos! Así que cogemos el minibus a Masaya.
CONTINÚA LA RUTA DE MASAYA HACIA GRANADA
Llegando a Masaya una chica nos recomienda bajarnos ahí en la carretera, porque dice que pasan continuamente buses a Granada, y así no tenemos que entrar a Masaya y esperar a que salga la ruta. Dicho y hecho, nos bajamos, y no pasan 2 minutos cuando veo venir una minivan dirección Granada. Le indico que pare, le digo que somos 2, nos sube las mochilas al techo y… nosotros medio colgando de la puerta porque no cabemos jajaja
Poco después se baja gente y ya nos podemos sentar. En Granada le decimos si nos puede dejar cerca de los bomberos, que ya les tenemos fichados y están junto al hotel. Al finla nos dejan un poco más lejos, pero en 15 minutos llegamos.
Dejamos las cosas en la habitación, y vamos a una agencia que nos recomienda Carlos del hotel a ver si podemos ir al Volcán Masaya esta noche. La agencia está cerrada, así que cogemos el número de teléfono que indican en la puerta y vamos a una pizzeria que vimos el otro día. Tienen WiFi, así que mientras reviso la carta Katz se mensajea con el de la agencia y queda con él a las 5 en el hotel. Hacemos hoy la excursión por 20 usd cada uno. Decidimos coger 2 slices sueltas cada uno (de 30 y 35 cdb) y nos lo llevamos para comer en el hotel.
VER LA LA LAVA FLUIR HIPNOTIZA
Siguiente objetivo sacar dinero. Vamos pero a Katz le bloquean la tarjeta, así que saco yo. Y de vuelta en el hotel nos preparamos y llegan a buscarnos a la hora acordada.
El coche muy nuevo y limpio, Katz va preguntándole precios por si hacemos otra excursión pero nos dice que hablemos con la agencia. También nos explica que durante el día sólo dejan estar 5 minutos arriba del volcán, y que tenemos suerte porque por la noche dejan 15. Así que a las 17.45 estamos entrando con nuestras pulseras (es la entrada) al recinto.
Después de una carretera de 5 km llegamos al parking donde sólo hay otros 3 coches, y humo que sale de un agujero. Nos acercamos a verlo… ¡qué pasada! Es increíble, recomendable la visita. Al final estamos casi una hora sin que nos digan nada, hasta que nos echan porque van a cerrar. De las 7 personas que estamos viendo el Volcán, todas somos de España.
Vuelta a Granada, y directos al hotel.
DÍA 11: LA LAVA DEL VOLCÁN MASAYA DE DÍA
Paseo a la panadería, como la panadería el Carmen está cerrada vamos a la María Elena y compramos varias cosas, para mi un curasán de chocolate 😋. Volvemos a desayunar en el hotel nuestro dulce y el plato de gallo pinto (mi parte para Katz) con huevos revueltos.
Hacemos tiempo después para ir a hacer una ruta en coche por la ciudad que incluye Carlos por reserva, iremos con un chico surcoreano. La visita está entretenida, nos explica la historia de la ciudad. Y luego por nuestra cuenta vamos a la Plaza Central, donde hablamos con un taxista y quedamos con él a las 15 para que nos lleve al Volcán por el día y nos deje en el aeropuerto. Me compro un raspado rico rico.
Hace mucho calor, vamos andando hasta la antigua estación de trenes. En el país había una gran línea férrea, hasta que el gobierno vendió todo, incluyendo los raíles. Luego paseo al puerto y su malecón, y por último vuelta a la Plaza Central donde nos pedimos un vigorón mixto (yuca cocida con pimentón + cerdo + ensalada de col + cueros). Compramos 2 bolsitas de yuca frita para el viaje, y otro raspado mientras vamos andando a ver si han abierto la panadería.
DE NUEVO AL VOLCÁN MASAYA
Está cerrada, pero la caminata merece la pena ya que nos paramos a charlar un rato con 2 señores muy majetes. Y al hotel, cogemos mochilas y esperamos al señor que nos llevará al Masaya. Nos va contando cosas sobre los últimos meses, y chistes y anécdotas. Primero vemos el museo del volcán, y las vistas que hay desde su terraza. Y luego estamos junto al cráter casi 1 hora, hasta que empieza a caer una tromba de agua.
El taxista nos deja en la puerta de la casa de Airbnb que hemos reservado para esta noche. La casa es enorme y muy lujosa, en nuestra habitación caben 2 de las de nuestra casa. Salimos y compramos en pulperías dulces para el desayuno. Y a dormir que mañana toca madrugón.
DÍA 12: LAS ISLAS DEL MAÍZ, EL CARIBE NICARAGÜENSE
A las 4 de la mañana ya estamos despiertos, vamos a comernos el bizcocho con merengue pero las hormigas se nos han adelantado, así que va a la basura directo. En unos 15 min llegamos al aeropuerto, ponemos las mochilas a la cola, y unos 15 min después facturamos los primeros al vuelo hacia Corn Island. En una ventanilla tenemos que pagar una tasas.
El control policial… flojo. Pasamos con la botella de agua sin problema. En la sala de espera estamos cerca de hora y media, el aire acondicionado a tope. Nos toca un avión de los grandes, una pena, me hacía ilusión coger una avioneta. En menos de 1 hora hacemos escala en Bluefield, donde baja y sube gente, y en otros 45 min estamos en Big Corn Island. Mochilas en mano, salimos a coger taxi al puerto.
Cobran 1 dólar por persona, sin taxis compartidos. En el taxi viene con nosotros una pareja de Managua que va a pasar 3 noches en esta isla. Nos deja en el puerto, vamos a preguntar para comprar el billete de la panga a Little Corn Island y nos dicen que hasta las 4.30 nada, han quitado la de la mañana por poca gente. No sabemos qué hacer, el señor que tiene una pequeña pulpería en el puerto nos recomienda una zona para hacer snorkel.
BIG CORN ISLAND, UN TROCITO DE CARIBE
Así que allí que vamos andando con las mochilas. El color del agua es espectacular. Llegamos a un sitio que parece chulo, nos llaman desde una casa y nos preguntan si necesitamos algo. Al final acabamos bebiendo una cerveza a las 9.30 de la mañana, y dejando la mochilas en su casa toda la mañana mientras nosotros estamos en la playa de enfrente, yo intentando echarme una siestecilla y Katz haciendo snorkel.
A las 2 recogemos… y menos mal porque empieza a llover. Nos acercamos a una panadería que está a 5 minutos , donde nos encontramos con la pareja nicaragüense con la que coincidimos antes en el taxi.
Llueve cada vez más fuerte y no para, así que nos echamos una carrera a donde nuestras mochilas, y al poco pasa el bus que rodea la isla. Nos montamos y por 20 córdobas estamos en el puerto. Vemos una tienda que rellena botellas de agua, y por 10 cdb rellenamos la nuestra de 2 litros.
En el puerto, mientras hacemos tiempo a que empiecen a vender los billetes de la panga, comemos en la pulpería del señor un sándwich y un hot dog a compartir. Además compramos un pastel de limón a una señora que está riquísimo. Compramos los billetes, y mientras esperamos a embarcar Katz charla con unos guiris que esperan también.
LLEGAMOS POR FIN A LITTLE CORN ISLAND
Los 3 guiris viven de momento en la isla, y uno de ellos conoce al dueño del único centro de buceo de la isla que sigue abierto. Le avisa por WhatsApp para que nos esperen y nos informen a nuestra llegada. El trayecto es divertido, la panga da muchos botes, mojándonos en alguno de ellos.
Cuando llegamos, hay una chica que nos da precios de buceo, pero el alojamiento es caro en el centro y para que salga gratis tienes que contratar un paquete de 5 buceos que sale una pasta. Así que vamos a mirar al Grace, que vi por Internet que era el más barato de la isla, y está al otro lado. Cruzando la isla por el camino nos encontramos con decenas de luciérnagas volando, quietas… ¡una pasada!
Ya en el lado este de la isla, los hoteles que nos vamos encontrando están cerrados, en el Grace tienen fiesta montada y nos dicen que sigamos más adelante. Llegamos al Sunrise Paradise Carlitos Place, y nos deja la cabaña a 10 usd. Le pedimos verla, y su marido Carlitos nos la enseña, básica pero nueva con baño privado en primera línea de mar. Un chollo, nos quedamos.
DÍA 13: LITTLE CORN ISLAND… UN PEQUEÑO PARAÍSO
Nos despertamos pronto, y vamos a andar por la orilla. Nos encontramos con Aaron (uno de los guiris que conocimos ayer) que vive cerca y nos invita cuando queramos a un café. Seguimos un poco más, y cuando ya no se puede seguir sin entrar en pleno bosque, nos damos la vuelta. Paramos a tomar el café en casa de Aaron, y echamos ahí como una hora. Vamos a nuestro hotel, y desayunamos.
Luego cogemos las máscaras y nos vamos a andar por la calle principal, la playa es una pasada y el mar como un plato. Nos encontramos con Elvis, el hermano de Carlitos, o más bien nos encuentra él. Nos ofrece snorkel en barca. Continuamos la calle hasta que se acaba el asfalto y seguimos por un camino hasta que vemos una zona que podría estar bien para hacer snorkel. Yo me quedo en la orilla porque hay muchas algas y Katz se va más adentro, pero ya en la orilla se ven muchos peces.
Cambiamos de sitio de snorkel y vamos más cerca del centro. Muy chulo, vemos muchos peces y una estrella de mar bien gorda. De aquí al hotel a comer. Encargamos, Katz pollo y yo pescado con mantequilla y ajo, y nos lo preparan mientras nos duchamos. El pescado increíble, se nota que es fresco. Vuelta hacia el centro, donde nos encontramos con Aaron y Angie, y vamos al bar con WiFi a tomar algo. Preciosa puesta de sol. Katz se da un baño en la playa sobre las 6 cuando ya no hay sol, y marchamos al hotel.
DÍA 14: NADANDO CON TIBURONES EN LITTLE CORN ISLAND
Malísimo tiempo durante la noche, empezó sobre las 11 con mucho viento y luego continuó con lluvia, rayos y truenos. Pero no rayos como los de casa, sino que eran 10 ó 12 rayos seguidos casi sin parar, unos segundos tranquilos y volvía a empezar.
Desayunamos unos cafés con unos panecillos que hace Marble y vamos hacia el centro, que hemos quedado con Elvis para ir a hacer buceo. No vamos muy convencidos porque llueve a ratos, pero al final sobre las 8.30 salimos en la barca después de empujarla de la playa al agua. Vamos con el cuñado de Elvis, que será el que nos acompañe haciendo snorkel.
Vamos a la parte norte, y nos explica que por las tardes se acercan las tortugas y las rayas a comer. Nos echamos al agua y… ¡tiburón! Vemos varios, y un montón de peces… pero es agotador, va muy rápido. Aún así ha merecido la pena, muy bonito. Volvemos a tierra, y vamos a darnos una ducha y cambiamos de ropa.
Cogemos el atajo (o lo que ellos dicen que es un atajo, a nosotros se nos hace más largo) y es mala decisión… está embarrado y con charcos. Hoy comeremos en el centro en el restaurante de Brigitte, la mujer de Elvis, con Aaron, Angie y otras 2 chicas que están alojadas en el hotel Ensueños.
TARDE DE RELAX EN LA PEQUEÑA ISLA DEL MAÍZ
Tenemos que hacer una parada en el camino al restaurante, ya que empieza a llover muy fuerte. Katz se pide pasta con vegetales, que son espaguetis con guisantes, zanahoria, pimiento, cebolla, tomate y tostones. Yo langosta con ajo y mantequilla, que incluye además un plato con arroz y tostones.
Nos quedamos de charla, y sobre las 5 nos despedimos, nosotros vamos con las 2 chicas hacia el norte para ver cómo es… hasta que me doy cuenta y le pregunto a Katz si no son las chicas que estaban en la cima del Cerro Negro con nosotros… ¡y si! Ellas tampoco se acordaban de nosotros jaja
Llegamos hasta el campo de béisbol donde acaba el camino y ellas siguen hacia su hotel, nosotros hacemos un par de fotos y regresamos, comprando por el camino en la panadería un trozo bollo de banana, una galleta de jengibre y una cajeta de coco, además de un pan de leche de coco a un chaval. De vuelta al hotel, volvemos a ver luciérnagas… ¡qué bonitas!
DÍA 15: SNORKELEANDO BAJO LA LLUVIA EN LITTLE CORN ISLAND
Nos levantamos y empieza a llover. Hacemos tiempo y desayunamos las cosillas que compramos anoche. Hace mal tiempo, ha refrescado y llueve bastante a ratos, así que las primeras horas son de tranqui.
Al final nos movemos sólo para quedarnos tomando algo en el bar restaurante Los Delfines, haciendo tiempo para otro snorkel a las 14.30. Sobre esa hora vamos para el restaurante Brigitte, donde dejamos las cosas que no vamos a usar en el snorkel para que no se mojen, sigue lloviendo.
El snorkel muy chulo, al final no llueve mucho mientras estamos haciendo snorkel, vemos más peces, más tiburones… y buscamos una tortuga que Elvis ve desde la barca, pero no hay forma. Así que después regresamos al hotel, donde cenamos, yo hoy me pido pescado en salsa de tomate pero me gustó más el del otro día. Vuelta a la habitación y a dormir temprano.
Aquí con Sidney, nuestro guía de snorkel ⬆.
DÍA 16: MÁS SNORKEL EN LITTLE CORN ISLAND, HOY MANTAS RAYAS
Hoy sale un día muy bueno, así que después de desayunar decidimos ir andando hasta las playas del norte. El camino es muy malo, y con lo que ha llovido estos días está todo embarrado. Cuando llegamos la playa se ve bonita pero sucia y con poca arena en esta época, vemos a las chicas que se alojan en el Ensueños y aprovechamos a ver el hotel, donde tenemos que resguardarnos de la lluvia.
Intentamos ir a la conocida playa de Otto Beach, que está hacia la izquierda, pero por el hotel de lujo Yemaya no nos dejan pasar y por la playa hay que descalzarse y no nos apetece, parece igual que la del Ensueños. Así que volvemos al Ensueños, y decidimos regresar a la zona de nuestro hotel intentando bordear por la costa norte y este.
Encontramos una zona con un hotel cerrado super bien arreglado, donde Katz aprovecha a bañarse, y al final yo también me meto y vemos estrellas de mar y una raya pequeñaja y de tonos verdes que se camufla con las algas. Sin vestirnos, cogemos las cosas y seguimos más allá, donde hay una mansión azul de donde sale Elvis. La familia propietaria le contrata para que la cuide mientras ellos no están. Nos dice que ahí enfrente hay buena zona de snorkel, así que dejamos las cosas y nos echamos al agua.
DESPEDIDA DE LITTLE CORN ISLAND CON MANTAS RAYA
Muchos peces… ¡hasta que en el regreso vemos una manta raya muy grande! Así que nada más salir, volvemos al agua de nuevo con la gopro, a ver si conseguimos volver a verla pero con poca esperanza… ¡hasta que veo a mi lado izquierdo 3 mantas rayas nadando juntas! ¡Qué respeto dan, son enormes!
Además luego vemos una gris, casi ya saliendo… remoloneamos un poco pero al final salimos y vamos hacia el centro del pueblo, pasamos por la panadería y volvemos a nuestro hotel a cenar otro pescadito rico con ajo y mantequilla para mi y un gallo pinto con un tamal para Katz.
Nos hacemos una foto con Marvor, Carlitos, y su hija, y para la habitación. Decidimos ir a despedirnos de Aaron y las chicas, estamos un rato con ellos mientras contemplamos la luna que está increíble. Hacemos las mochilas de nuevo, y dejamos todo listo para salir mañana bien temprano.
DÍA 17: AGUAS CRISTALINAS EN BIG CORN ISLAND
Madrugamos mucho, que hay que coger la única panga que sale de la isla hacia la Big Corn Island. Las chicas del Ensueños se acoplan a nuestro plan de hoy. La idea es coger el bus de la isla y hacer el recorrido circular completo. Así que a las 6 estamos ya esperando a la panga, nos apuntamos en la lista y compramos los boletos.
Se supone que sale a las 7. Hay un montón de gente esperando, muchos de ellos niños. Un señor italiano que también va a coger la panga, y dueño de un restaurante en la isla, nos dice que los niños van en otra panga diferente, así que nos quedamos tranquilos. Llega una panga, se montan a potrollón los niños, y aún no se por qué nos acercamos… hasta que nos dicen que dejemos las mochilas en un lado, que ellos las embarcarán en bodega ahora, y que montemos.
¿Que montemos? Pues no sé cómo… yo me hago hueco como puedo en el banco de delante, pero Katz aún no ha entrado. Al final, ya que las amenazas a los niños que ocupan el segundo banco para dejarle un hueco no surten efecto, se mete y se sienta apartándoles como puede. Ha habido sobreventa de billetes, y hay gente con boleto que se queda en tierra.
Los niños van por primera vez en el año a jugar un partido de beisbol a Big Corn Island, y la idea más adelante es ponerles una panga exclusiva, pero de momento hoy casi nos la lían. Bajamos en el puerto, y cuando preguntamos por el bus nos dicen que hoy no funciona, no entendemos muy bien si por ser fin de semana o porque están arreglándolo.
ESPERANDO AL AVIÓN EN LA PLAYA
Así que pillamos taxi al aeropuerto, donde pedimos facturar las mochilas, y aunque aún no podemos facturar nos permiten dejarlas en un lado. Libres ya de mochilas, lo primero buscamos algún sitio para desayunar.
Después del mega desayuno, y con ayuda del Maps.me, nos dirigimos a la Long Beach cruzando la pista de aterrizaje. Nada más pisar la playa vemos que es de estas aguas de anuncio, cristalinas, arena fina y blanca… las chicas se quedan en el primer chiringuito que vemos. Nosotros quedamos aquí con ellas más tarde pero nos vamos a recorrer la playa hasta el final, a pesar del calor que hace.
Cerca del final, y cerca también de un puesto policial, nos metemos al agua. Está buenísima. Cuando empiezan a llegar lanchas de policías nos movemos hacia el chiringuito. En realidad este chiringuito es el bar de playa de un hotel de lujo en Long Beach, donde alquilar la hamaca sale 10 usd por cada una, consumiciones aparte. Dos bancos acolchados con mesa en medio, 20 usd a descontar en consumiciones.
Y unas mesas con sillas junto al bar, gratis… así que pedimos una cerveza que bebemos rápidamente, y otra más para que dure un poco. Y nos metemos al agua de nuevo, precioso el sitio hasta que me pica una medusa. Salimos y nos duchamos en una ducha para clientes del hotel (nadie nos dice nada), y la picadura de la medusa va dejando de escocer y va desapareciendo poco a poco.
ESTA VEZ SI, LA AVIONETA DEL EQUIPO A
Así que recogemos, y quedamos con las chicas en vernos de camino al aeropuerto. Aprovechamos a ir al ATM que nos pilla al lado, y que está junto al camino que abren para cruzar la pista de aterrizaje andando o en bici.
Ya en el aeropuerto facturamos, y nos dicen que iremos en avioneta… ¡yuhuuuu! Aquí revisan las mochilas a mano por si te llevas (imaginamos) corales o alguna cosilla prohibida. El vuelo en avioneta está muy chulo, da un poco cosilla pero es entretenido, y el paisaje alucinante. Vemos incluso Ometepe desde las alturas.
Una vez en Managua, salimos del aeropuerto y preguntamos a una chica para coger el bus a la Terminal Roberto Huembes, para no tener que llegar hasta la UCA cogeremos desde allí un bus de los grandes a Granada. La chica se queda con nosotros hasta que llega el bus, y nos dice que cualquier problema o cosa que necesitemos su casa está junto a la parada. Muy majeta.
VUELTA A NUESTRO CAMPAMENTO BASE EN GRANADA
El trayecto en este bus como la otra vez, va hasta la bandera y hay que coger hueco como sea. Al final Katz y yo terminamos sentados, las dos chicas de pie. Nos van siguiendo en plan autómatas, se nota la fiesta de ayer y que apenas han dormido.
En el Mercado, nada más entrar vemos el bus que indica Granada, así que según nos bajamos vamos rápido y montamos. Una vez en Granada ya estamos como en casa, vamos hacia el hotel El Arca de Noe a ver si tienen sitio, ya que no hemos contactado antes con Carlos, y sí tienen 2 habitaciones, además a las chicas les hace nuestro mismo precio también por ir con nosotros.
Salimos a cenar algo, y hay muchos puestos montados en la Plaza, donde cogemos dos tortas con queso (parecidas a las pupusas) y luego vamos a la pizzería y cogemos 2 slides. Estamos reventados, así que después de buscar info en internet sobre los sitios de la costa para ver desovar tortugas e intentar ponernos en contacto con alguno de ellos sin éxito, nos vamos a dormir.
DÍA 18: DE BUS EN BUS… ¡Y TIRAMOS A OMETEPE!
Desayunamos los ricos huevos revueltos que hace Marta, la cocinera del hotel. Katz intenta volver a llamar a los de la reserva de Chacocente, pero nada. Decidimos intentarlo de todas formas. Así que, dejando la parte de la ropa que ya no usaremos aquí (volveremos a pasar la última noche en Nicaragua de nuevo a este hotel), cogemos las mochilas más ligeras y vamos a coger un bus para Rivas, con la idea de bajarnos en Nandaime.
Una vez en la calle donde paran los buses, nos informan de que hay uno directo a Nandaime que sale en 10 minutos. Triunfada. Unos 45 minutos después llegamos a Nandaime, donde nos mandan a preguntar a un puesto de enchiladas por nuestro siguiente bus. Y menos mal que Katz aclara que queremos ir a El Astillero del Pacífico, porque debe de haber otro cerca de Rivas al cual nos mandaban…
Nos dicen que hay un bus que llega a El Astillero y que sale de aquí a las 14.30, pero son muchas horas de espera. Nos recomiendan ir a Jinotepe y desde allá coger otro a El Astillero, y así llegar antes sin tanta espera. Así lo hacemos, aunque aún así tenemos una media hora en Nandaime que aprovechamos para dar una vuelta por el mercado.
Cogemos el bus a Jinotepe, a donde llegamos en algo más de media hora… pero… nos dicen que hoy al ser domingo no hay bus a El Astillero, que tenemos que volver a Nandaime y esperar al otro que había directo, aunque también dudan que opere hoy.
SÚBITO CAMBIO DE PLANES, VAMOS A OMETEPE
Pues nada, nos montamos de nuevo al bus dirección Nandaime, y comentando la jugada decidimos, en un arrebato, cambiar el destino e ir a Rivas, ya que dudamos que podamos llegar hoy a El Astillero y además los de las tortugas no nos han respondido llamadas ni mensajes. Así que bajamos rápido del bus, y nos montamos en otro destino Rivas, ya que nos dicen que no hay minivan (o expresos) para allí. Allá vamos Ometepe…
Se supone que el bus sale dentro de poco, así que esperamos mientras los vendedores suben ofreciendo distintas mercancías… y de repente veo una minivan que pone destino Rivas. Katz baja rápido a preguntar y nos dicen que si, que van para Rivas y que con nosotros salen, así que volvemos a hacer cambio de bus y montamos en la minivan, cómodamente con nuestras mochilas en el maletero.
Algo así como hora y 20 minutos después estamos llegando a Rivas. Como les hemos avisado de que queremos ir a San Jorge a coger el ferry a Ometepe, nos paran lo más cerca posible. Casualidad se baja una chica con nosotros que va en nuestro sentido, y con la que andamos 5 minutillos y cogemos un taxi, que en lugar de cobrarnos 30 córdobas por persona que es lo habitual nos cobra 20.
Está lloviendo… ¡qué mala suerte! El taxi nos deja en el puerto, y preguntamos por el ferry. Hay uno que justo sale, y sino hay que esperar como hora y media al siguiente… así que echamos a correr cual Pekín Express, y conseguimos montarnos en este. Son bancos duros, hay una tele en la que ponen un programa tipo Impacto Tv donde todos se pegan unas leches del copón.
LLEGADA A OMETEPE
Se mueve un poquito, ya que hace muy malo y hay mucho oleaje. Katz sale a grabar un poco fuera y casi le pilla el agua de las olas. En media hora llegamos a Ometepe. Ha parado un poco la lluvia, sólo hay una pareja de extranjeros más. En el puerto un chico extranjero con una chistera y rastas nos recomienda un hostal, el Papagayo, que está junto a la gasolinera que hay ahí al lado junto al puerto.
Así que vamos a verlo y no está mal, hay ya alojados unos cuantos turistas. No hay casi gente por la calle, entramos en una guesthouse que ponían bien en Booking pero nos da miedo por los mosquitos, porque hay un espacio abierto entre el tejado y la pared. Así que salimos y la misma señora nos dice que ahí al lado hay otro hostal.
Se llama Hospedaje Siero, la habitación está bastante bien y entra el desayuno. Y de precio es el más caro pero también la habitación está mejor, así que decidimos quedarnos aquí. Descargamos mochilas, y vamos hacia la calle principal a un restaurante italiano que hemos visto al pasar. Hoy cena de lujo, dedos de mozarella de entrante y pizza de pesto a compartir.
De vuelta en el hotel nos preguntan cuál de los 3 desayunos disponibles queremos mañana, yo pido una tortilla con cebolla y pimiento verde, y Katz un gallo pinto. Vamos a dormir prontito de nuevo.
DÍA 19: OMETEPE, TIRADOS CON LA MOTO DE NOCHE
Amanecemos y está lloviendo bastante ¡qué pena! Bajamos al desayuno y luego holgazaneamos en la habitación mientras esperamos que escampe. Sobre las 11 empieza a parar y sobre las 12 nos movemos… ¡ha dejado de llover! Bajamos hacia el Papagayo Hostel a alquilar la moto, que nos sale mejor de precio que en nuestro hotel, y de camino pasamos por una tienda de pacas a echar un ojo.
Nos traen la moto y los cascos, y ya motorizados pasamos por el supermercado Palí a por una botella de agua. Con esto, comenzamos con nuestra vuelta a la isla, o al menos a la parte de la isla que rodea el Volcán Concepción, ya que como vamos tan tarde no nos va a dar tiempo a mucho más.
Poco después de salir de Moyogalpa, vemos un cartel de entrada al Volcán Concepción y lo seguimos por cotillear. Ahí vemos un montón de pájaros de color azul con cresta muy chulos, que un chico que pasa por ahí nos dice que son urracas. Este mismo chico nos dice que cuando puede trabaja de guía subiendo al volcán, y que si queremos subir nos lo deja en 10 usd por persona.
Al pedirle un teléfono donde poder contactar con él, nos dice dónde vive, que la verdad es ahí al lado, y quedamos en que si queremos subir pasaremos por aquí a avisarle. Seguimos el trayecto en moto, y nos damos cuenta de que el panel no funciona. Pasamos camiones pequeños que hacen la recogida de plátanos, motos que nos pasan, bicis, vacas con orejotas…
DANDO LA VUELTA A OMETEPE EN SCOOTER
Paramos en Altagracia, que en realidad tiene muy poco de turístico, son 2 calles. Entramos a una tienda de ropa de pacas, y Katz se compra 2 pantalones. Además en la plaza compramos 2 bolsitas de tajadas por si acaso. Seguimos la ruta, la siguiente parada es en la Playa Santo Domingo, que ahora está un poco comida por la marea. Hay unas vistas chulas del Maderas desde acá. Katz incluso se mete en el agua.
Siguiente parada, un “view point” que marca Maps.me, que nos lleva a una carretera privada por donde entramos a pesar de los ladridos de un perro. Damos un paseo por allí intentando buscar el mirador, pero no lo encontramos. Quizás en otra época del año se pueda cruzar una plantación que hay, pero ahora está muy crecido y no podemos, y nos marca que está por ahí.
Así que volvemos a la moto, y paramos en otro punto que indica miradores: el hotel Zopilote. La subida es muy chula, por un camino verde con flores. El hotel es un tipo ecolodge, con cabañas, y tiene dos miradores a los que hay que subir por unas escaleras que dan miedo. Yo me quedo abajo, Katz es el que sube y dice que tampoco es muy allá.
El tiempo se nos echa encima y queremos ir a ver el atardecer a la Punta Jesús María, pero al final llegamos cuando ya ha anochecido. Aún así entramos, por el camino de entrada un montón de luciérnagas, y echamos un ojo para saber ya dónde regresar mañana a tiro hecho. Ahora ya no hay nadie, todo cerrado.
LA MOTO SE PARA
Así que salimos directos a avisar al chaval de que mañana intentaremos subir el Concepción, cruzamos Mogoyalpa y aunque así de noche nos cuesta centrarnos, encontramos su casa rápido y quedamos con él en estar mañana a las 4.45 AM en la parada del bus junto a nuestro hostel. Con esto ya hecho, nos vamos hacia el pueblo con la idea en nuestra cabeza de pasar por la gasolinera.
Queremos luego devolver la moto e ir al super a comprar provisiones para la subida de mañana, además cena, ducha, etc, pero todo esto da igual, cuando una vez en la carretera y ya pasada la pista del aeropuerto, la moto se para… ¿Perdón? ¿Qué pasa aquí? ¿Será que nos hemos quedado sin gasolina? No tenemos forma de saberlo, ya que no lo marca, y encima aún queda una buena caminata.
Un señor desde una casa nos dice que sigamos, que es casi todo cuesta abajo hasta el pueblo. Así que nos montamos, y de noche cerrada y sin luces, con la linterna del móvil iluminando la carretera, echamos a rodar… da un poco yuyu, inercia pura, hasta que se para.
LOS SAMARITANOS ESLOVACOS
No sabemos bien qué hacer, cuando vemos que estamos junto al hostel Life is Good y Katz entra a preguntarles si tienen gasolina que nos puedan vender. Tenemos suerte, los dueños del hostel son eslovacos, y mientras Katz se va con él a buscar gasolina al pueblo, yo me quedo dentro charlando con Bárbara.
El hostel da muy buen rollo, se llama Life is Good. Cuando Katz vuelve y echa la gasolina, a la moto le cuesta arrancar, pero al final lo consigue y nos volvemos rápido al pueblo antes de que se vuelva a parar, por si no es un problema de gasolina que no lo tenemos muy claro. Llenamos el tanque en la gasolinera, y la devolvemos.
Luego pasamos por el super, donde compramos más de lo que deberíamos, y después de dejarlo en la habitación vamos a un restaurante cercano. Yo pido una quesadilla de vegetales al pesto, y Katz un burrito vegetal. Está buenísimo. Y con este intenso final de día nos vamos a dormir pronto, que mañana toca madrugar y andar.
DÍA 20: SUBIDA AL VOLCÁN CONCEPCIÓN EN OMETEPE
Bajamos con las mochilas listas, y la puerta está cerrada. Intentamos buscar las llaves para no tener que despertarles para que nos abran, nos parece raro ya que ayer les avisamos de que salíamos temprano, pero oímos ruidos en la habitación y sale él con las llaves para abrirnos.
Vamos hacia la parada y justo baja en bici el chaval que nos hará hoy de guía. Vamos a la parada del bus, donde hay un par de chavales esperando y aprovechando a dormir mientras tanto, y en menos de 15 minutos está ahí. 15 minutos después nos bajamos junto a la entrada al volcán en que estuvimos ayer, el chaval va a llevar la bici a su casa y empezamos la ruta.
PRECIOSO CAMINO DE SUBIDA HASTA EL BALCÓN DEL VOLCAN CONCEPCIÓN
Al principio es descansado, camino llano aunque con piedras y raíces en el suelo, además Agustín va rapidillo, aunque por aquí no me importa tanto. Vemos una caseta con pinta de abandonada, y nos cuenta que aquí antes se vendían bebidas y comida a la gente que subía el Volcán. Ahora está cerrada. Empezamos la subida, y el camino cada vez es más empinado, y más estrecho. Vemos pájaros, insectos, muchísimas mariposas, y casi arriba del todo algún mono.
Hay mucha humedad, pero poco a poco y descansando de vez en cuando conseguimos llegar al mirador, aunque es una mezcla de sensaciones, de orgullo al haber conseguido llegar hasta aquí y de decepción porque hay tanta niebla que no se ve nada. Hace mucho viento, así que bajamos hasta una pequeña caseta abandonada que hay un poco más abajo y comemos aquí un poco de jamón y queso. La bajada la hacemos más o menos bien, con cuidado yo consigo llegar abajo sin caerme, Katz se resbala 2 veces.
En total hacemos la subida y la bajada en unas 5 horas y media, nos sentamos a esperar al bus hasta que viene Agustín y nos dice que le acaban de avisar que ya no hay autobús hasta dentro de 2 horas. Así que no nos queda otra, empezamos a andar hacia el pueblo, haciendo autostop. Al final nos para una camioneta, nos subimos en la parte de atrás y nos deja casi junto al hotel, ¡qué majos! Ducha y rato de tumbing e interneteo, estamos molidos.
HOY SÍ QUE VEMOS EL ATARDECER MÁS BONITO DE NUESTRA VIDA
Sobre las 3 decidimos movernos y aprovechar el resto de la tarde, preguntamos al del hotel precio del alquiler de una moto y nos pone en contacto con una empresa de su confianza. No queremos volver a coger al Papagayo ya que varias personas nos han hablado mal de él. Así que va Katz a recoger la moto, y nos vamos hacia la Punta Jesús María, hoy sí vamos a ver el atardecer. No podemos evitar el pararnos en la pista para hacernos unas fotos con el Concepción.
Nos pedimos una cerveza de litro en el bar de la punta, y Katz se mete al agua. Yo me pongo a hacer fotos y vídeos, es espectacular el sitio y los colores. Es el atardecer más bonito del mundo. Cuando anochece cogemos la moto de vuelta al pueblo, seguimos viendo muchísimas luciérnagas por el camino. Volvemos al restaurante de ayer a cenar, y a dormir.
DÍA 21: ¿RODEAR OMETEPE CON UNA SCOOTER?
Como hoy tenemos la moto aparcada en el hotel, desayunamos (Katz una tortilla y yo tortitas) y nos preparamos rápido para salir pronto y aprovechar el día. Hoy vamos a ir a rodear el Volcán Maderas, a ver qué hay por allí.
En el Charco Verde, sitio turístico que nos han recomendado, nos paramos y bajamos para preguntar en qué consiste, precio y si hay entrada sólo del mariposario. Llamo al tiembre varias veces y no viene nadie, así que entramos al mariposario. ¡Es un pasada qué bonitas y grandes son algunas mariposas!
Cuando salimos viene el chico, y nos cobra el total de la entrada aunque no hagamos el paseo del Charco Verde. Le preguntamos si podemos volver luego con la misma entrada si nos da tiempo y nos dice que sí, así que intentaremos hacer un hueco. En el cruce de la otra parte de la isla, tomamos la carretera de la izquierda para bordearla (y bordear a su vez el Volcán Maderas) de arriba a abajo.
Al poco se acaba el asfalto y empieza una carretera horrible, con baches, hoyos, tierra, charcos, piedras… Yo creo recordar, por el mapa que vimos en el hotel, que es toda así hasta completar casi el círculo, Katz cree que no así que continuamos. Al rato paramos en la ciudad más grande de esta parte, Balgüe, que no son más que unas casas a lo largo de la carretera. Pensábamos que sería un poco más grande tipo Mogoyalpa, pero nada que ver.
VA A SER UN DÍA LARGO
Compramos en una tienda un par de bolsas de tajadas, porque esto se prevee largo. Un poco más allá echamos gasolina en una casa que vende, sacando en una botella de plástico la cantidad que quieres. Y seguimos la ruta. Desde luego la gente debe pensar que estamos locos con esta moto los 2 y por esta carretera, pero no pensábamos que era tan mala, imaginábamos que sería como la que va a Altagracia, pero esto es muuuucho peor.
Y tampoco vamos a volver para atrás porque en realidad ya no sabemos en qué punto estamos, y para dónde hay menos trayecto, si para delante o para atrás… La carretera se pone peor por momentos… ¡qué cuestas! ¡Pobre moto! Eso sí, las vistas espectaculares. Unas horas después… si, si, ¡horas!… llegamos a la zona de San Ramón, donde hay unas cascadas que tengo anotadas y quiero ver.
No encontramos la entrada, y cuando dejamos atrás el “pueblo” y seguimos sin ver la entrada, damos media vuelta para comprobar si nos lo hemos pasado. Y así es, porque el cartel sólo lo tienen visible si vienes desde este lado (claro, es que ningún turista viene desde el otro, sólo nosotros).
Preguntamos hora de cierre, y tiempo que se tarda en subir y bajar. Nos dicen que entre subir y bajar serán unas 3 horas desde la entrada, así que Katz va a una pulpería a coger agua y algo para picar, y compramos las entradas. Empezamos la ruta, hace sol y calor, a ver si lo hacemos pronto.
EL CHARCO VERDE DE OMETEPE NO MOLA MUCHO
Según subimos bajan unos chicos, a los que Katz pregunta si merece la pena y cuánto se tarda… ¡llevan desde las 8.30 de la mañana y es la 1! 4 horas y media desde la puerta de entrada, no pensábamos que nos iba a llevar tanto, y aunque iban unos chicos delante nuestro a empezar la ruta, nosotros volvemos para preguntar si podemos usar la entrada mañana, hoy nos rajamos.
Nos devuelven el precio de la entrada y nos dicen que abre a las 7 de la mañana, así que mañana madrugaremos para venir aquí. Culos a la moto de nuevo, y aprovechamos que ahora tenemos tiempo “de sobra” para pasarnos por el Charco Verde a aprovechar la entrada que hemos pagado antes.
Por decirlo finamente, y en esta época del año obviamente, quizás en otra sea chulo, a nosotros nos parece un poco caca. Mucha vegetación alrededor de una charca o mini lago, una pequeña playa en un lateral, y en media hora hecho.
PINCHAZO PARA REDONDEAR
Un poco decepcionados, nos subimos a la moto para ir hacia Jesús María, cuando por el camino de salida de Charco Verde Katz para la moto mosqueado y me dice que baje. Hemos pinchado. Volvemos con la moto a rastras hasta la entrada del Charco Verde y preguntamos si puede llamar a la empresa de alquiler de la moto. Nos dice que intentemos en el hotel que hay al lado, él no tiene dinero.
Así que vamos al hotel, muy amables nos dejan hacer la llamada, y para hacer tiempo entramos de nuevo al mariposario. Ahora las mariposas empiezan a coger postura para dormir, así que hay pocas volando. De todas formas el tiempo se pasa rápido viendo las mariposas, y oímos que viene alguien y llama. Es el chico del alquiler de motos, él va a gestionar todo y ya nos dirá cuánto es el pinchazo luego, ahora nos ha traído otra scooter y nos vamos rápido hacia Jesús María.
Pero lo único que conseguimos ver son luciérnagas, ya está oscuro y nos quedamos sin puesta de sol. Así que pensamos qué hacer, y aunque pensábamos ir mañana por la mañana a la cascada y marcharnos de Ometepe luego, nos quedaremos una noche más. Queremos volver a ver este espectáculo del anochecer aquí de nuevo.
DE VUELTA A DAR LAS GRACIAS Y CENA
De nuevo en Mogoyalpa, parada en el super a reponer, y en la gasolinera a repostar. Pasamos por el sitio de alquiler de las motos para que nos digan cuánto sale el arreglo del pinchazo pero el chico no está aún, así que vamos al hostel Life is Good, que nos ayudaron el otro día, a tomarnos una cervecita con ellos. Les han llegado bastantes clientes, y están cocinando un gulash típico eslovaco.
Charlamos un poco con ellos, y de repente entra el del alquiler de motos. Venía a llevarse un quad que tienen alquilado unos chicos de aquí, y ha visto nuestra moto. Sale Katz con él y vuelve con las llaves del quad. Lo hemos alquilado el día de mañana para subir hasta el parking de la cascada San Ramón y evitarnos parte de la cuesta. Nos despedimos de estos chicos tan majos…
Y vamos al centro, donde después de dejar aparcado el quad junto al hotel, nos vamos a nuestro restaurante favorito. Le pedimos recomendación, y Katz pide unos tacos vegetarianos son soya, y yo pollo en salsa de jalapeños. Los dos platos muy muy ricos. Volvemos al hotel y a dormir.
DÍA 22: OMETEPE, HOY LA CASCADA SAN RAMÓN PARA NOSOTROS SOLOS
Madrugamos, desayunamos y nos ponemos en marcha. Cerca de la entrada nos encontramos unas orugas preciosas. Llegamos a la Cascada sobre las 7.15 de la mañana, compramos la entrada y a subir con el quad. La verdad es que el camino de subida al parking es muy malo, no se puede subir con scooter ni de coña, y con otro tipo de moto tampoco lo veo…
Llegamos al parking y aparcamos los primeros. Seguimos la senda, Katz va por delante llevándose las telas de araña que cruzan el camino. Vemos mariposas, libélulas, arañas, sapos, ranas… Hasta que llegamos al río. Ahí toca subir por él y sus rocas, siguiendo unas flechas pintadas en rojo que al principio no vemos. Más adelante, otra flecha indica que hay que ir por un camino de tierra, a mano derecha del río según vamos subiendo.
La primera imagen de la cascada es increíble. Preciosa. Después de unas fotos y mirarla y remirarla, nos ponemos el bañador y nos metemos. A mitad del camino de vuelta nos cruzamos con una pareja, y casi llegando al parking con otras personas más. Cuando leí sobre el sitio pensaba que era un camino más sencillo. Ojo que no es que sea difícil, sino que me imaginaba algo así como asfaltado hasta casi la cascada y no es así, está en un entorno muy bonito.
Después de esto nos vamos al hotel, desayunamos una tortilla rica que nos suben a la azotea, y la comemos a eso de las 12. Vagueamos un poco, y luego vamos a cambiar el quad por una moto… sólo queremos ir ya a ver anochecer a la Punta Jesús María y el quad gasta mucho. En realidad sólo lo necesitábamos para subir a la cascada, con él no estamos cómodos.
REPETIMOS EL ATARDECER MÁS BONITO DEL MUNDO EN LA PUNTA JESÚS MARÍA
Ya motorizados de nuevo, pasamos por una tienda de pacas donde Katz ha fichado un bañador y se lo compra, luego ya dirección a la Punta. Unas cuantas fotos más del Concepción. Aparcamos, cogemos una botella de litro de cerveza, y en el banco del otro día nos quedamos en bañador ¡y al agua!
Es una gozada, porque tiene una muy buena temperatura y no sales sucio del salitre. Y las vistas desde aquí… ¡de impresión! De vuelta a Mogoyalpa, duchados nos vamos a devolver la moto y pasamos por la pizzería que queríamos probar. La chica muy maja, y lo que nos sobra nos lo pone para llevar.
Ya tiene Katz desayuno mañana. Nos despedimos de nuestros anfitriones. Lucy nos dice que nos dejará en la cocina unas tortitas para que las llevemos y desayunemos en el ferry, queremos coger el de las 6 para aprovechar el día.
DÍA 23: ESPÉRAME EN LA PLAYA DE SAN JUAN DEL SUR…
Madrugón, cogemos las tortitas y al ferry, no tenemos que esperar mucho. Las vistas del amanecer sober Ometepe desde el lago impresionantes. A nuestra llegada en el puerto de San Jorge, cogemos un taxista para que por 30 córdobas nos lleve al bus para ir a San Juan del Sur. Nos cuenta que hoy es Día de Muertos, que los buses no funcionan del todo bien, blablablá…
Total, que nos come un poco la cabeza y a nosotros que tampoco nos parece mal para aprovechar el día, al final nos lleva él mismo hasta San Juan de Sur por 400 córdobas los 2. Y es que no nos podíamos ir de Nicaragua sin ver esta ciudad que también menciona Enrique Bunbury en «La Pulpería de Lucita«.
Nos deja en el centro, junto a la terminal de buses, que es una calle donde están parados hasta que les toca salir. Preguntamos por los horarios para llegar a Granada, y nos vamos a conocer la ciudad. Nos vamos hasta el extremo izquierdo de la playa por el paseo que la bordea, y luego decidimos bajar y andar por la arena hasta el otro extremo.
EL CRISTO DE SAN JUAN DEL SUR Y EL ÚLTIMO VIGORÓN
Allá arriba se ve el Cristo. Se nota que es una ciudad muy turística, hay muchísimos hoteles, bares y restaurantes. En uno de los bares entramos y nos pedimos un desayuno a compartir. Viene un café, huevos revueltos, bacon, patatas y una tostada de pan. El chico que nos atiende es muy majo, y nos dice que sin problema podemos dejar ahí las mochilas mientras vamos a ver el Cristo.
Así que dicho y hecho, dejamos las cosas y nos vamos hacia donde nos ha dicho el chaval. Hay que coger una barca para cruzar al otro lado de un riachuelo. Compramos agua en una pulpería, y con ello comenzamos la subida, ¡y qué subida! La última cuesta es mortal, y con el calor que hace… Desde arriba están las conocidas vistas que aparecen en internet cuando buscas algo de esta ciudad. Toda la bahía, la playa…
Regresamos al bar, tomamos una cerveza, y nos marchamos contentos de haberla visitado. El trayecto en bus genial, sobre todo yo que con la mochila encima mío me hace de almohada y voy dormida casi todo el viaje. Cogemos primero uno a Rivas y luego desde ahí a Granada. En Granada, nos deja en medio del mercado, así que vamos entretenidos hasta el hotel.
Yo tengo ganas de comer por última vez en el viaje vigorón, así que vamos y nos sentamos en el puesto del otro día. Empieza a llover una barbaridad, lo como rápido porque me estoy mojando. Compramos nuestras últimas bolsitas de yuca y tajadas…
DÍA 24: HASTA LUEGO NICARAGUA, FIN DE VIAJE
Desayunamos esos huevos revueltos y gallo pinto que tan ricos hace Marta, y nos despedimos de todos ellos con unas fotos de recuerdo. Tranquilamente nos vamos a coger el bus hacia El Empalme de Masaya, de ahí esperamos a coger el bus a Tipitapa. Finalmente un tercero de Tipitapa al aeropuerto que nos deja justo enfrente. Entre uno y otro compramos un raptor, que tanto oírlo y verlo y no lo hemos probado. Es una mierda de bebida energética.
Y poco más que contar, que las vueltas son siempre mucho más aburridas que las idas. Sólo decir que la comida no nos pareció tan mala como a la ida, que en Miami tuvimos un poco más de cola y de trámites que a la ida, ¡y que queremos volver a irnos de vacaciones!
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