Presentamos el DIARIO de las tres semanas que pasamos en el SUDESTE ASIÁTICO por libre. Aterrizamos en Chiang Rai, Tailandia, tras una breve escala en Bangkok, su capital. De allí cruzamos a Laos y fuimos bajando de norte a sur para atravesar Camboya hasta la ciudad de Siem Riep o Siem Reap. Tras explorar exhaustivamente los templos de Angkor regresamos a Tailandia. Pasamos unos días de relax en la isla de Koh Chang para terminar de nuevo en Bangkok.
Viajamos del 7 al 31 de Octubre del 2022, con clima soleado y alguna tormenta ocasional. Salvo algunas noches en lugares montañosos hemos pasado calor. Un viaje muy cómodo en el que hemos usado barco, tren, moto y bus entre transportes públicos y alquileres.
Una vez más nos fuimos a Asia por libre, pasando la mayor parte del viaje en Laos pero también disfrutamos mucho Tailandia y los templos de Angkor en Camboya. En este viaje por Tailandia, Laos y Camboya nos gastamos cada uno un total de 1.480 euros, 427 en vuelos intercontinentales, 50 € en el vuelo interno y el resto en alojamiento, comida, transportes, excursiones y demás gastos.
Empieza el DIARIO de las tres semanas que pasamos en el SUDESTE ASIÁTICO por libre:
DÍA 1 Y 2: SALIMOS DE BILBAO A TAILANDIA, UNA VEZ MÁS
Llegamos con tiempo al aeropuerto de Bilbao. Hemos preferido llegar antes por si nos pueden dar unos buenos asientos. Nada más llegar nos ponemos a la cola, varias personas están mirando la cola pero no se ponen en ella hasta un rato después. Lo que no saben, ni ellos ni nosotros, es que el vuelo tiene overbooking y 30 personas se van a quedar sin viajar en ese vuelo. La azafata que nos atiende nos dice que nos ha cogido las 2 últimas plazas libres del vuelo, así que nosotros volamos.
Montamos al avión con un retraso de unos 20 minutos. Nos dicen que tenemos que facturar las mochilas, pero después de contarles que tenemos escala justa en Bangkok a otro aeropuerto nos dejan llevarlas a bordo. Vuelo sin mascarilla.
Salimos del avión en Ámsterdam rápido rápido, de hecho la cola de los pasaportes nos la saltamos con Katz abriendo camino diciendo «sorry, in a hurry». Todo para que cuando llegamos a la puerta de embarque veamos que el vuelo está retrasado 30 minutos.
POR FIN SALIMOS DE BILBAO AL SUDESTE ASIÁTICO
Finalmente el vuelo sale con una hora de retraso. También sin mascarillas, que se agradece. Nos dan comida, una ensalada de cuscús, y a elegir pollo o pasta. Luego desayuno con fruta, yogurt de fresa, croissant de queso, café y zumo. Katz hace acopio de galletas de gofre con miel y brownies de chocolate.
Aterrizados en Bangkok Suvarnabhumi con ese retraso de una hora, aún se queda el avión parado unos 10 ó 15 minutos porque la puerta está ocupada… lo cual no sería problema, si no fuese la 1 del mediodía y tuviésemos vuelo en Bangkok Don Mueang que sale a las 16:40. Salimos lo antes posible del avión, y al preguntar a la gente si nos deja pasar para el control de pasaportes, un poli nos oye y nos hace pasar a otra cola donde apenas hay gente.
Ahí, un señor que nos deja colarnos delante suyo, nos pregunta y nos dice que estemos tranquilos, que nos da tiempo a coger el vuelo. Vamos al shuttle gratuito entre el BKK y el DMK, que está en la misma planta 1, justo saliendo por la salida 3 (bofetada de calor) y nos dice que hasta las 15:00 no sale el shuttle, que tarda una hora en llegar.
Vamos a ver los taxis, que tienen tarifa fija de 500 baths por ese trayecto y tardan aproximadamente 45 minutos, pero no tenemos dinero cambiado ni hay casas de cambio por aquí, así que no nos queda otra que volver al shuttle, que por cierto sale puntual a las 3. Aún así… ¡Miedo! 😨
DEL BKK AL DMK Y AL CEI
Llegamos al aeropuerto DMK, los vuelos domésticos salen de la T2. Aunque no es nuestra primera vez, aún nos sorprenden los contrastes de esta ciudad durante el trayecto entre aeropuertos. En unos pocos metros te encuentras rascacielos, centros comerciales y hoteles de lujo compartiendo espacio con chavolas y barracones.
No tenemos mucho problema en encontrar la puerta, nos toca en primera fila con bastante sitio en las piernas. ¡Menos mal porque los asientos son muy estrechos y el resto de filas con muy poco sitio para las piernas! Eso sí, mi mochila no cabe y se la llevan con la visera enganchada a ella. ¿la volveré a ver? Nos hacen poner mascarilla para este vuelo. Una hora y poco después aterrizamos en Chiang Rai, mi mochila llega sana y salva y la visera también.
Las dos oficinas de cambio que hay en el aeropuerto están cerradas, aunque el horario que indica en la puerta pone que deberían estar abiertas. Preguntamos a un poli pero no habla mucho inglés, sólo sacamos en claro que tenemos que sacar dinero del ATM. Sacamos 2000 baths, que al cambio son unos 54 eur y nos cobran 10 € de comisión, una barbaridad.
Al salir preguntamos al mismo poli y no hay buses al centro, hay que coger un taxi. Una familia nos oye y nos ofrece compartir camioneta con ellos. Nos dice que cobra lo mismo que un taxi, 200 baths por los dos. Aunque nos parece un poco caro montamos, no nos apetece regatear y ya es de noche.
Primero les deja a ellos en su casa, una urbanización estupenda. El chico habla un poco más de inglés, ha estado en Cantabria, y se dedica al ciclismo profesional.
LLEGADA A CHIANG RAI
Luego nos lleva hasta nuestro hotel, donde nos encontramos con una pareja que habíamos visto en el aeropuerto, son de Murcia. La habitación es sencilla pero bien, no se ve mucho porque está oscuro. Decidimos alquilar la moto para mañana, nos dice que a la hora que queramos.
Vamos andando hasta el night market pero no llegamos, nos quedamos en la walking street. Al final después de mirar varios puestos, nos quedamos en uno en el centro de la plaza junto a gente que baila, donde pedimos un Pad Thai o algo parecido que lleva de todo: aparte de espaguetis transparentes, lleva cacahuetes, tofu, cortezas de cerdo, huevo, quisquillas pequeñas, soja, y para acompañar unos tallos que no sabemos de qué son.
Además Katz va a comprar a otro puesto que hemos visto antes unas patatas, dice que le han ofrecido como 10 polvos de sabores a elegir. El Pad Thai rico, aunque picante. Y eso que nos dan sobres de picante por si picaba poco 🥵. Según salimos del mercado Katz se pilla un gofre con miel, le gusta mucho. Y ya al final en un puesto de batidos pedimos una limonada, que está muy dulce.
Nos vamos hacia el hotel, revisamos excursiones y cosas para ver aquí en Chiang Rai, y a dormir que ha sido un día largo con muchas horas sin tumbarnos. Eso sí, la cama dura como una tabla.
DÍA 3: WAT RONG SUEA TEN O TEMPLO AZUL, BUDA GIGANTE Y TEMPLO BLANCO
Nos levantamos pronto y a las 7 estamos en recepción para coger la moto, pero se disculpa ya que la oficina no abre hasta las 8. Al final hacemos tiempo desayunando un café con galletas que tenemos del avión. Eso sí, antes rellenamos las botellas de agua en una máquina que hay enfrente del hotel, echas 1 bath y empieza a salir agua a tope, nosotros que sólo tenemos dos botellines pequeños, vamos bebiendo como locos jeje.
Ya con la moto, se nos ha hecho más tarde de lo esperado con parada en gasolinera incluida, vamos primero al Wat Rong Suea Ten, El Templo Azul. Llama muchísimo la atención, nos gusta un montón pero es una pena que ya haya bastante gente. Así que decidimos venir mañana a primera hora, y dejamos de sacar fotos hoy (bueno, alguna aún cae).
WAT HUAY PLA KUNG: TEMPLO DEL BUDA GIGANTE
Siguiente visita, el Wat Huay Pla Kang, Templo del Buda Gigante. Cuando falta poco para llegar lo veo desde la moto, impresiona lo grande que es. Cuando llegamos al recinto, vemos que es un complejo de 3 edificios. A mano derecha una pagoda con mucho colorín que a Katz le recuerda a un supermercado chino. En el centro un templo blanco, y a mano izquierda el Buda.
Primero vamos a la pagoda, por dentro curiosa de ver, hay muchas estatuas de Buda, y una escalera de caracol que llega arriba, desde donde hay vistas chulas del Buda. Luego vamos al templo blanco, bonito también por dentro. Como es el primero en el que entramos pues nos gusta mucho.
Y luego vamos al Buda, subimos las escaleras y es precioso y enorme verlo desde abajo. Se puede subir arriba por 40 baths, pero pasamos. Hay tang de naranja y otro azul gratis para beber, se agradece lo frescos que están con el calor que hace. Al volver a la moto no podemos ni sentarnos, le ha estado dando el sol y echa fuego. Tenemos que ponerla a la sombra y esperar un poco.
WAT RONG KHUN: TEMPLO BLANCO
Siguiente visita el Wat Rong Khun, Templo Blanco. Una pena que haya bastante gente, yo me lo imaginaba más grande, pero aunque el recinto tiene más cosas, lo que es el templo es más pequeño de lo que creía. La verdad es que el color blanco, con un montón de mosaicos de espejo, le hacen muy bonito. El resto del recinto sin más, los baños 1 muy normales, los que indican como baños 2 tienen un par de esculturas curiosas fuera. Y los que indican como baños 3, que son los más céntricos, pues muy bonitos, dorados por todos los lados y con azulejos.
Después de esto, vamos a preguntar a la estación de bus. Como en el mapa vemos que hay 2, nos dirigimos primero a la que ponen como Bus station 1, pero aquí solo salen los buses hacia otras partes de Tailandia. En la Bus station 2, salen los que van hacia Laos. Salen desde las 8.30 cada hora hasta las 16.30, indican que tardan 2 horas y cuestan 70 baths.
WAT MING MUEANG: TEMPLO DEL ELEFANTE
Intentamos ahora ir a comer algo, pero la zona que indica como mercado tiene todo cerrado por ser temprano aún. Al final decidimos entrar en un restaurante cualquiera que vemos, y pedimos noodles, yo con vegetales y Katz con cerdo. Todo ello con el traductor, porque las chicas no hablan nada de inglés. Menos mal que se equivocan y nos traen sólo el de Katz con cerdo, porque no nos apetece mucho. Es una sopa con los noodles recalentados y blandos, y con los trozos y las albóndigas de cerdo sin calentar, lo poco que se han calentado con el líquido de la sopa.
Como no vemos ningún otro sitio que nos motive para comer, nos dirigimos al Baan Dam Museum, la Casa Negra. De camino nos encontramos un templo, el Wat Ming Mueang, dedicado a los elefantes. Es muy bonito y está vacío, así que genial.
MUSEO BAAN DAM: EL TEMPLO NEGRO
El Museo Baan Dam es un complejo de varios edificios de madera y piedra, decorados con tallas sexuales, pieles y cuernos. Thawan Duchanee es el artista que hay detras de este complejo con arquitectura poco convencional y contemporánea. Desde 1975 los turistas lo llamamos erróneamente Templo Negro o Casa Negra. El verde que los rodea, los búfalos y gatos que encontramos son bonitos, pero aún así el complejo no merece la pena. Nos quedamos un poco plof. El creador del Museo Baan Dam falleció en 2014 a la edad de 74 años.
Ya de regreso pedimos recomendación para un lugar de masajes y nos mandan de regreso a la zona de Museo Baan Dam. Pasamos del masaje y nos damos un baño en la piscina. Después toca Night Market, pero la fruta y puestos de comida no nos llaman la atención. Decidimos ir al de ayer, y cuando llegamos no hay nada. Aunque se llama Saturday Night Market, no caímos en la obviedad que sólo era los sábados. 🤦🏽♀️
Cuando estamos yendo hacia otro mercado que indica el GPS, pasamos por unos puestos que están al lado del Templo de los Elefantes. Al final comemos ahí unos noodles, Katz de pato y yo, aunque pido de pollo, me traen de cerdo. Igualmente ricos. Rematamos la cena con 3 salchichas para compartir, que vamos a comer al hotel porque aún tenemos pan ahí.
El día aún no ha acabado, queremos ir a ver el Templo Azul de noche. Aunque antes de salir del hotel me doy cuenta de que son las 8. Justo acaba de cerrar, pero vamos igual porque pilla cerca. Está bonito de ver iluminado, una pena no poder pasar. Al Blanco no nos acercamos para verlo iluminado, pilla lejos y no nos apetece más moto.
DÍA 4: DE CHIAN RAI EN TAILANDIA A LUANG NAMTHA EN LAOS
Queríamos madrugar para ver los templos nada más abrir. Nos levantamos más tarde de lo pensado, así que cogemos la moto y pasamos de ir al Templo Blanco. Vamos a ver sólo el Templo Azul, que ya tiene bastante gente. La idea era verlo vacío nada más abrir pero no ha podido ser. Volvemos al hotel, buscando antes un súper para comprar algo de desayuno. Desayunamos tranquilos, Katz le va a pedir al dueño mi pasaporte que habíamos dejado como fianza para la moto, y a la habitación a organizar la mochila.
No sé ni porque, cuando ya tenía el pasaporte guardado lo vuelvo a sacar para comprobar que es el mío, ¡y no lo es! ¡Me ha dado el de un chico de Murcia que se aloja aquí también! De buena nos hemos librado, porque sino no nos hubiésemos enterado hasta estar en la frontera.
Vamos andando hasta la estación de buses, que está a apenas 20 minutitos del hotel. Tenemos la espalda quemada de ayer y se hace pesado cargar con las mochilas. Una vez en la estación, nos dicen que sólo hay bus a las 12.30, cuando se suponía que era cada hora desde las 8.30. Queda aún una hora, así que vamos a cambiar dinero que andamos justos. Al final cambiamos 50 eur a baths cerca de la estación, a kips nos daban mal cambio.
Cuando nos acercamos a la estación, vemos que el conductor del bus nos está avisando de que se ha llenado y sale en 10 min. Como antes habíamos dejado los asientos reservados, montamos rápido en primera fila en un hueco que se supone que es para dos. Pero para dos tailandeses, porque nuestros culos apenas caben.
FRONTERA DE TAILANDIA Y LAOS, CRUCE DE CHIANG KHONG A HUAY XAI
Y así comienza un viaje de dos horas lento lento… pero llegamos a la frontera. El trámite de salida es rápido, pasaporte sellado, y nada más pasarlo hay una ventanilla donde comprar el ticket para el bus que cruza el Friendship Bridge (no dejan cruzar andando), y cuesta 25 baths por persona. En la misma ventanilla aprovechamos a cambiar euros a kips a muy buen cambio. Menos de 5 minutos de bus, y llega a Laos.
Primero hay que pasar por una ventanilla donde rellenas con tus datos unos papeles, y te cogen el pasaporte con ellos y te cobran 20 baths por persona. Luego tienes que ir a la de al lado cuando te llaman, y recoges el pasaporte con un papel. Ya con ello, pasas por el control policial, donde te echan un sello, y por una última ventanilla donde pagas los 40 USD por persona del visado.
LLEGAMOS A HUAY XAI, LAOS
Al salir, hay unos taxis para llevarte a Huay Xai, son unos 15 minutos, y comienzan pidiéndonos 100.000 kips por persona. Justo salen tres amigos alemanes con los que hemos hablado antes, y compartimos taxi a 50.000 cada uno. De camino a la estación de buses, de una de sus mochilas que han puesto en el techo, sale volando algo. Su móvil, al que no pasa nada.
En la estación de buses, preguntamos para ir a Luang Namtha, sale a las 17.30. Son las 16, así que no tenemos mucha espera. Se supone que llega a las 20.30 a la estación de buses de Luang Namtha, ya prevén un pequeño retraso porque en realidad en el Maps indica que se tarda 2h20. Yo me quedo en la estación con las mochilas, y Katz va a intentar cambiar algo más de dinero.
Cuando vuelve, me dice que le ha cambiado el dinero un señor en la calle, y le ha invitado a merienda. Trae unos ricos gusanos de bambú. No me atrevo a probarlos, él se come todos. Yo le dejo y voy al baño, ¡y qué baño!. De los de pulso, pero un poco elevado, así que hay que hacer un poco de equilibrio para usarlo. Y luego, un barreño con agua y un cazo de plástico para echar.
Cuando salgo empezamos a montarnos en el bus. Toda una sorpresa, dentro son camas de matrimonio. Se va bastante cómodo. Poco a poco empezamos a ver que eso no llega a la hora ni de coña. Hace una parada un poco más larga para comer, y varias cortas, imagino que para algúna evacuación rápida.
LA PARADA FANTASMA DE LUANG NAMTHA
Al final llegamos a las 22.30, con 2 horas de retraso. Todo oscuro, no se ve a nadie. Los chicos del bus nos indican «taxi, taxi», y nos señalan enfrente. Cruzamos y ahí no hay nadie, sólo unos chicos borrachos y un taxi sin conductor. Volvemos al bus y les decimos que no hay nada, los pobres chavales ni una palabra de inglés. Uno de ellos nos acompaña y llama al teléfono que aparece en el taxi, pero no contesta nadie. Los hoteles que hay por ahí no parecen estar abiertos, volvemos a decirles que qué hacemos, ya que vemos que hasta el centro son 2 horas andando.
Ellos sólo contestan «taxi, tuk tuk», pero tampoco se van. Al menos no se van y nos dejan en medio de la nada. Me acuerdo que tengo la captura de pantalla de un hotel, y a Katz se le ocurre mirar en Maps a ver si aparece. ¡Bingo! Viene el teléfono, así que les pedimos que llamen para que envíen un taxi. La verdad es que son majos, no se tenían que haber molestado y lo hacen. Nos han hecho de intermediarios.
Finalmente el bus se va, diciéndonos que viene un taxi. Habrá que confiar. Unos 20 minutos después, viendo sólo gente en moto y con pinta de haber bebido, viene un taxi. Nos pide 100.000 a cada uno. Total 10 euros. Está bien, ya que la alternativa es ir andando 2 horas cargados hasta el pueblo y son casi las 11 de la noche.
A CENAR Y MAÑANA SERÁ OTRO DÍA
Cuando llegamos al pueblo, nos para en la calle principal. Entramos en el primer hotel que vemos y nos da buen precio, aún así vamos al que yo tenía anotado. Pensamos que es el que ha mandado el taxi, pero nos dicen que está completo. Lo bueno es que nos da un contacto para excursiones por la zona, por si acaso.
De nuevo en el primer hotel que hemos visto, pedimos ver la habitación, está bastante bien así que nos quedamos. Bajamos a cenar, ya que hoy no hemos comido nada, pero sólo encontramos 2 sitios abiertos que tienen lo mismo. Entramos en uno de ellos, e intentamos pedir unos noodles secos, unas brochetas de salchichas, y 4 pimientos. Las salchichas y los pimientos llegan y no tienen mucho misterio, están fritos, pero pican que matan.
Los noodles, vienen con líquido. Los comemos, y aún tenemos hambre, Katz intenta ir a decirles que sin líquido señalando unos noodles que ve, pero cuando nos los traen son blancos, sólo con un refrito de ajo y sin nada más. Katz les pide carne de vaca, los traen con ella pero siguen igual de malos, y la carne, no sabemos porqué, sabe a cilantro. Al final los dejamos casi enteros, están muy malos. Mañana será otro día.
DÍA 5: MERCADO Y TREKKING EN LUANG NAMTHA
Nos levantamos y vamos a ver si vemos algo de desayuno que nos apetezca. El chico de la empresa de excursiones nos hace una llamada de WhatsApp para explicarnos la excursión, y quedamos con él en recepción. Al final acabamos desayunando galletas que trajimos de Bilbao, y contratando una excursión para hoy de un trekking fácil por Nam Ha. Además, reservamos los billetes de tren para mañana a mediodía, ya que por la mañana nos dice que hay una competición de remo e iremos a verla.
A las 09.45 salimos en un tuk tuk con nuestro guía Tua en dirección a la selva. Primero paramos en el mercado de Luang Namtha a comprar lo que comeremos hoy. Es una pasada recorrer el mercado con alguien natural de Luang Namtha. La sección de la carne echa un poco para atrás, se ve la sangre coagulada en cada puesto, junto con trozos de carne y patas con las pezuñas, orejas o rabos.
Hay ranas y anguilas, un montón de variedades de noodles, bambú con sus gusanos dentro para que los cocinen, incluso un panal con las larvas de abejas moviéndose dentro, listo para comer. Le decimos a Tua que porfa sin cilantro, compra setas con unas hierbas que no sabemos qué son, tomates, un par de salchichas, sticky rice y una comida preparada que nos dice es bambú.
TREKKING POR EL ÁREA NACIONAL PROTEGIDA NAM HA EN LUANG NAMTHA
Con las compras hechas, al tuk tuk y a subir hasta el comienzo del camino. Poco antes de llegar recogemos a otro guía, Pink. Pink vive en un pueblo cerca del Área Nacional Protegida Nam Ha y sólo habla Lao. A pesar de la dificultad de comunicación es majísimo. El día es genial, vemos muchas ardillas, pájaros y arañas extrañas. Durante el camino nos enseñan plantas y frutos que nos dan a probar.
Nos hacen la comida recogiendo bambú de la selva con el que cocinan la comida y hacen cucharas. Recogen también otro parecido al bambú con cuyo interior aderezan las setas. Riquísimo todo. Conocemos a una pareja sueca que ha hecho noche en la selva y les ha encantado. Son dos señores ya jubilados que se dedican a viajar y disfrutar de la vida, muy majos.
Ya de vuelta, Tua nos indica que en el mercado ofrecen el mejor cambio de dinero. Pero cuando llegamos está cerrado, y el banco también. Cuando viene el chico de la agencia para pagarle los billetes de tren, le pedimos que nos cambie. Nos hace el favor de cambiar 50 eur, ya que nos estamos quedando sin nada.
Con todo esto hecho, vamos al Night Market, y probamos varias cosas: una brocheta de cerdo, un torrezno, un plátano frito, un rollito de noodles frito, y unos noodles. Con la tripa llena, vamos a un local cercano, toca masaje. Las chicas no saben dónde meterse, son muy tímidas y les da vergüenza. Una maravilla de masaje, te retuercen todo.
DÍA 6: LAS TRAINERAS DE LAOS
Desayunamos las galletas que quedaban, y ponemos rumbo al mercado a intentar cambiar más dinero. De camino compramos un churro, aunque está frío y sin azúcar. En la casa de cambio del mercado de Luang Namtha dan muy buen cambio. En el banco a 16.269 y aquí a 16.800. Cambiamos 300 eur.
Y paseamos hacia el río para ver la fiesta con las competiciones de barcas, nos han dicho que son un par de kilómetros. Al mitad de camino se empieza a despejar, y cuando llegamos aprieta ya el sol que es horrible. Hay bastante gente, muchos puestos con comida variada, desde los de salchichas hasta palomitas o algodón de azúcar.
La competición de canoas por los ríos de Laos es una tradición muy arraigada. Se llama Boun Souang Heua y se celebra cada Octubre por distintas ciudades del país. Son muy apasionados, se viven con emoción y la música y narradores del evento usan altavoces atronadores. Vemos que compiten canoas de mujeres y de hombres. Al cabo de un rato regresamos, intentando ir por la poca sombra que hay, ya que pega el sol que no es normal.
Al llegar a la zona del hotel, vamos a un puesto y compramos algo para picar. Un poco de carne tipo torrezno, un guiso de carne con patatas y zanahorias que pica que se mata, una morcilla pequeña, y sticky rice. A las 11.45 viene a recogernos el taxista, vamos al pueblo desde donde sale el tren. La carretera está llena de baches, bastante mala. Por el día los van esquivando metiéndose al carril contrario, pero por la noche tiene que ser horrible.
EL TREN DE LUANG NAMTHA A LUANG PRABANG
La estación de tren está en medio de la nada, aire acondicionado a tope. Esperamos hasta las 14.03 que empiezan a embarcar, un chico empieza a dar instrucciones y la gente se pone en fila muy bien ordenada, nosotros no nos enteramos de nada. Unos minutos después abren las puertas a los andenes, y vuelta a ordenar por vagones. Cuando llega el tren, en pocos minutos estamos todos arriba. Tenemos 2 horas hasta Luang Prabang. El trayecto es cómodo, pasan vendiendo bebidas.
Cuando llegamos a Luang Prabang, hay un montón de gente esperando en el andén a subirse. Salimos contentos de la mala carretera que nos hemos ahorrado, y vamos a la búsqueda de transporte hasta el centro. Al final vamos en tuk tuk por 80.000 kips los dos, la ciudad tiene buena pinta desde del tuk tuk. El conductor pasa a recoger a su hijo al cole, y ya nos lleva al hotel. No hay disponibilidad, ni en ese ni en muchos de los que vamos preguntando. Los únicos con habitaciones disponibles son bastante caros. Mientras buscamos hotel, vemos algún templo con velas de papel, ¡Qué bonitos!
Al final entramos en un hotel que tiene habitaciones y no parece malo, nos quedamos, aunque sólo hay una chica que entiende alguna palabra de inglés. Vamos a pasear por la ciudad y a cenar, que tenemos hambre. El Night Market está cerca del hotel y acabamos cenando ahí. Primero probamos pizza vietnamita, nos gusta mucho, sobre todo a mi. Katz sigue con un banh mi, yo como unos noodles y acabamos los dos con un crepe de Nutella un rato después. Aprovechando los paseos para la comida hemos ido viendo un poco los puestos del mercadillo.
LOS TEMPLOS ILUMINADOS CON VELAS EN LUANG PRABANG
Resulta que hemos llegado la última noche del Boun Lai Heua Fai, el Festival de la Luz. Por eso tenían los templos tanta decoración preparada y velas listas para ser encendidas. Este evento anual celebra el final de la Cuaresma budista iluminando los templos con velas durante 6 días. Terminamos la noche visitando varios de ellos. Es todo un acontecimiento en la ciudad y el festival hace que todo esté especialmente bonito. Si quieres más información te la dejamos en el post, QUÉ VER EN LUANG PRABANG, LAOS.
DÍA 7: BUSCANDO MOTO Y ATARDECER DESDE PHOU SI
No madrugamos, nos merecemos un poco de descanso. Salimos de la habitación en búsqueda de cosas de desayuno, y de paso vemos el Wat Hosian Voravihane, el mercado diurno y preguntamos precios de motos. Desayunamos las cosillas en el hotel, y vamos a alquilar una moto. Lo que parecía tarea sencilla termina en algo imposible, la ciudad está a tope con el festival y todas las motos alquiladas. Encima preguntamos por los billetes de tren a Vang Vieng y en todas las agencias y hoteles que consultamos nos contestan que están full los próximos días. Total, que se nos ha torcido el día. Sin moto no haces nada, y encima no podemos salir de aquí porque los buses van fatal de plazas también.
Al final a las 13:45 conseguimos una moto, más cara de lo estándar que es 120, a nosotros nos sale 170. Pero tenemos moto, que es lo importante. Y sin nada más en mente, vamos a la estación de tren, donde llegamos sobre las 14.30, teniendo que esperar una cola tremenda hasta que abran las taquillas a las 15. Finalmente, unas dos horas después de llegar, tenemos billetes a Vang Vieng para mañana. Próximos días completos.
ATARDECER DESDE PHOU SI
Vamos a la moto con un mini casco que me han dado que me tortura y me deja dolor de cabeza. Llegamos al centro para ver el atardecer desde Phou Si, un montecito en el centro de la ciudad que dicen tiene vistas bonitas. Y es cierto, las vistas son preciosas, pero la subida es también para pasar un buen rato disfrutando. Arriba está a tope de gente. El monte Phou Si de Luang Prabang no sólo tiene unas vistas preciosas para ver amanecer y atardecer. También tiene una leyenda que te contaremos en un post dedicado a Luang Prabang.
Al bajar, vamos al Night Market y cogemos diferentes cosas para probar: setas rebozadas, macarrones coreanos sin agujero, rollito de primavera, rotis indios… ¡y una cerveza! La primera birra tras 7 días de viaje. Después, paseo por el mercado donde la que hace compras hoy soy yo. Luego vamos andando hasta el templo Wat Xieng Thong para verlo de noche, pero justo lo cierran. Así que volvemos dando un paseíto y pronto a dormir que mañana hay que madrugar.
DÍA 8: OFRENDAS A LOS MONJES DE LUANG PRABANG Y CASCADA
A las 5.20 suena el despertador de Katz, yo llevo despierta desde las 3.15. Tenemos ya casi todo preparado, así que nos vestimos y en poco tiempo estamos ya en la calle para ver la ceremonia de las ofrendas. Los monjes pasan por las calles de la ciudad recibiendo comida, ya que no pueden cocinar. La gente del pueblo y los turistas les van ofreciendo alimentos, sobre todo sticky rice. Es curioso de ver, pero los guiris somos demasiado ruidosos e irrespetuosos.
Procuramos observar desde una distancia prudente y hacer fotos sin flash. Mientras, los monjes dan parte de la comida que reciben a gente más pobre de la ciudad. Es una cadena impresionante. La llaman «Ceremonia de las Almas» y no es exclusiva de Luang Prbang. Se hace en otras ciudades de Laos, Myanmar o Tailandia. La accesibilidad y la cantidad de templos y monjes de Luang Prabang la han convertido en la más popuar.
Nos movemos por varias calles, más o menos concurridas. Terminada la ceremonia, cada monje regresa a su templo y nosotros volvemos al hotel. Dejamos las mochilas preparadas y salimos con la moto rumbo a las cascadas. Aunque antes, hacemos una parada para comprar zumo y donuts de desayuno.
LAS CATARATAS KUANG SI DE LUANG PRABANG
El trayecto a la cascada es sobre una hora en moto y sin prisa, y el paisaje es precioso. Llegamos a la cascada de Kuang Si sobre las 8.55, una pena, queríamos haber estado a las 8. Pero tenemos suerte, no se ve mucha gente aún. Subimos directos a la cascada principal, y luego vamos bajando a ver las pozas. Regresamos y «escalamos» hasta arriba, donde hay alguna panorámica de la zona bonita. La cascada queda por debajo y no se ve. Aquí arriba también hay pozas para bañarse e incluso un columpio, aunque hay sombra. Bajamos y vamos enseguida a la poza que más nos ha gustado.
¡Al agua! Abre la marcha Katz, que es el primero que se mete. Luego voy yo, el agua está fresca y se agradece. Me paso un ratito dentro muy agusto. A la salida del parque vemos una zona donde tienen osos en recuperación, o eso entendemos. Tienen muchísimo pelo, son diferentes a los que vimos en Croacia. Un jugo de caña de azúcar para el body, y a la moto de nuevo para volver a Luang Prabang.
Primero al hotel, a sacar las mochilas de la habitación que se nos ha hecho tarde. Con esto hecho y avisos de que vendremos a por ellas sobre las 3, vamos a ver el templo de Wat Xieng Thong, cobran entrada y hacen ir con falda o pantalón por debajo de las rodillas y camiseta de manga corta, así que me pongo el pañuelo por los hombros y la toalla que he llevado a las cascadas a modo falda. El templo es muy bonito, pero todos me lo parecen.
EL TREN DE LUANG PRABANG A VANG VIENG
Devolvemos la moto y vamos a comer junto al hotel, yo unos noodles con gambas y Katz sticky rice y unas pequeñas empanadas con patatas. Están buenísimas, pero tardan en llegar un montón. El tuk tuk que Katz ha negociado antes, junto al templo Xieng Thong, ya ha llegado. Recogemos las mochilas y vamos a la estación de tren.
La estación es muy grande y amplia, se necesita llevar mascarillas. Tiene baños y asientos bastante cómodos. El viaje en tren es un poco aburrido, ya que es un contínuo de pasar por túneles en los que todo es oscuridad, y encima sin cobertura, así que no podemos ni mirar hoteles en Vang Vieng.
Cuando llegamos, vamos directos a comprar billetes para dentro de 2 días a Vientiane, no queremos quedarnos sin ellos y está todo petado. Hacemos una cola de unos 40 minutos, y al final compramos para dentro de dos días por la tarde para aprovechar a visitar cosas ese día también. Cuando acabamos vemos una pareja que sale también, así que hablamos para compartir tuk tuk al centro. Nos hace esperar 5 min hasta que cierren las oficinas por si viene más gente, pero no tiene suerte. La pareja es irlandesa, a él me cuesta entenderle.
Llegamos al hotel y está a tope. El gerente Mr. Yang, que es el único que habla inglés, no para. Nos meten en el hotel de enfrente, el Happy Riverview, y nos da una habitación que está genial. Estamos muertos, así que le preguntamos a ver cómo están los buses de Vientiane a Pakse, precios y horarios. Ahora nos enteramos que existe una nueva autopista de Vang Vieng a Vientiane, pero nosotros ya tenemos los billetes de tren. Vamos a dormir que el cuerpo no aguanta más.
DÍA 9: CUEVAS Y CASCADAS EN VAN VIENG
Cuando despertamos alucinamos con las vistas que tenemos desde la habitación del hotel. Anoche llegamos tarde y sólo veíamos la piscina abajo, pero se ven todas las montañas que tenemos enfrente, precioso. Bajamos al desayuno y sólo hay noodles, desayuno raro. Creo que hoy no tomaremos noodles a la hora de comer 😊. Aunque la pedimos anoche nos dicen que no tenemos moto reservada y no quedan… ¡noooooo otra vez no! De paseo al centro vamos preguntando pero están sin motos. Yo necesito ir al baño y me voy al hotel, Katz se queda buscando y quedamos en la misma calle en 45 minutos.
Cuando llego a la calle no le veo, sigo andando y de repente aparece junto a mi manejando una moto manual. ¡El primer día que conduce una y genial! Vamos a la tienda de motos a pagar, que tengo yo el dinero, y de allí salimos a la estación de tren a preguntar si se pueden cambiar los billetes, pero llegamos a las 10.40 y nos cierran en la cara. Decidimos preguntar a Yang, el manager de nuestro hotel, y nos recomienda coger el bus en Vientiane y así aprovechar los billetes de tren.
WATER CAVE DE VANG VIENG
Ya podemos irnos a la Water Cave. Seguimos alucinados con el paisaje, las montañas de Vang Vieng son excepcionales. Sobre la Cueva del Agua hay una especie de vía ferrata con tirolinas y puentes tibetanos. Parece en desuso pero Katz sube a explorar y a mi me de un infarto de verle. Ya abajo pagamos los 15.000 kip por persona, menos de un euro, y nos adentramos en la Water Cave de Vang Vieng.
Nos dan casco con luz, chaleco, y flotadores tipo neumático gigante. Hay que ir agarrados, tirando de unas cuerdas. Tenemos mucha suerte porque estamos solos dentro. Al llegar al final apagamos las luces y sólo se oye el correr del agua. Está muy chulo. Nos quedamos disfrutando y jugando a la salida de la cueva. Este rato en el agua se agradece, está fresca y clarísima.
CASCADA KAENG NYUI DE VANG VIENG
Siguiente parada, Kaeng Nyui Waterfall, una cascada. Aunque la parte final del camino es sobre tierra, Katz va todo lanzado conduciendo muy bien. Los paisajes son muy bonitos también, y al final hay que cruzar un puente un poco destartalado. Hay que dejar la moto ahí, y seguir un camino junto a unas construcciones que están haciendo. Cruzamos un riachuelo, y seguimos un camino que va a dar primero a una cascada normal, y luego ya a la más grande de 30 metros. Ahora no hay apenas gente, antes del COVID creemos era un lugar muy turístico. Por lo que vemos en el mapa había que pagar entrada y tenían tirolinas.
De vuelta en la moto, vemos globos aerostáticos sobrevolando la zona para ver el atardecer. Nosotros vamos directos a devolver la moto. Paseamos hasta el hotel, cerca del cual encontramos el restaurante que nos habían recomendado la pareja irlandesa. Se llama Green Restaurant. Estamos muertos, así que pedimos pasta, pizza y pollo a compartir, además de dos zumos. Todo muy rico, aunque Katz se queda con hambre y al salir pide en uno de los puestos de la calle una hamburguesa que lleva de todo. Es gigante, dice que está rica. Yo no encuentro crepe de Nutella, que es lo que me apetecía, así que no como más.
DÍA 10: NAM XAY VIEWPOINT, EL MIRADOR CON MOTOS DE VANG VIENG
Hoy en el restaurante del hotel han puesto pan de molde, así que desayunamos como reyes. Pan con mantequilla y mermelada, nos ponemos morados. De aquí vamos a por la moto, y comenzamos el día. Vamos primero de todo a ver un templo que está en el centro de Vang Vieng con un Buda grande verde. Está muy chulo. Luego, nos dirigimos a subir al famoso mirador de Nam Xay.
Sólo el camino hasta él merece la pena por las vistas que hay. La subida está bastante bien, con pequeñas escaleras y una barandilla de bambú que ayuda bastante. En el último tramo hay que escalar unas rocas y se llega arriba, donde hay vistas casi 360º. Este mirador es famoso porque tiene dos motos aquí arriba para hacerse fotos. Está un poco petado pero las vistas son increíbles. La bajada también se hace bien, sobre todo porque está seco… lloviendo sí debe de ser jodido.
Nos vamos a intentar subir a otro mirador que no encontramos, así que buscamos uno al azar en el Maps.me. Nos dicen que la subida es de aproximadamente 45 minutos, la gente viene con una sudada importante y dicen que está resbaladizo, así que pasamos de ir.
THAM CHANG CAVE
Decidimos ir a la cueva Tham Chang. Desde donde se aparca hay que ir al río a coger una barca que te lleva a la otra orilla. Allí, si quieres subir a la cueva, hay que pagar otra entrada. Si no quieres, hay una pequeña poza de agua clara para bañarse, opción que elegimos. Mientras estamos entrando a la poza, viene una chica que ha estado recogiendo verduras. Trae también una araña enorme, de patas finas y culo amarillo gordo. Por señas nos indica que se la va a comer. El baño en la poza es una gozada, agua fresca para quitarnos la sudada de la subida al mirador.
Volvemos a la moto, y directos a devolverla. Antes de ir al hotel, paramos a comer unos banh mi con pan rico rico, cogemos tortilla con bacon y queso, a los que añaden lechuga, tomate, pepino y cebolla. Brutales. Katz se coge otro de aguacate, y yo un roti o pancake de Nutella.
TREN Y NIGHT BUS DE VANG VIENG A PAKSE
Recogemos todo del hotel, y bajamos a coger un tuk tuk que nos lleve a la estación de tren. Vamos a ir en tren hasta Vientiane. Hemos acordado con Yang que allí nos estará esperando un tuk tuk para llevarnos a la estación de buses. Luego cogeremos un bus nocturno VIP a Pakse.
El viaje en tren está bien, tranquilo, aunque según montamos se hace de noche y no podemos disfrutar de las vistas. Nada más llegar a Vientiane y salir de la estación, se nos acerca una señora con su móvil enseñándonos la foto nuestra que le ha enviado Yang para que nos reconocieran rápido. No deja de hablarnos en lao, y se descojona porque no la entendemos. Ni 15 minutos tardamos en llegar a la estación de buses, donde el señor nos acompaña al mostrador de la compañía a recoger los tickets, y vamos al bus.
De nuevo es bus cama, pero lo que para ellos es VIP a nosotros nos queda un poco escaso. De largo tiene 1.75, porque yo entro justa, y de ancho tendrá 1 metro como mucho. Claro, para los asiáticos un lujo, para nosotros un poco pequeño todo. El aire acondicionado está a tope, intentamos cerrarlo y sigue saliendo, Katz mete los calcetines a modo de bloqueo pero le hacen quitarlos, así que nos tapamos a tope con las mantas y a pasar la noche.
DÍA 11: PAKSE, MOTO Y TEMPLOS DE CHAMPASAK
Llegamos a Pakse sobre las 8, nadie avisa de nada. O andas vivo o te vas en el bus al siguiente pueblo. Buscamos alguna cafetería para desayunar. Entramos en una donde pedimos café y unos huevos revueltos. No está muy allá, pero al menos vamos al baño. Nos ponemos en marcha con las mochilas a cuestas, en un puesto compramos un bollo con pasas que está súper jugoso, muy rico.
Llegamos a la tienda de motos que yo tenía anotada, Miss Noy. El chico que explica las opciones de loops está atendiendo, preguntamos dónde cambiar dinero y vamos a ver. Necesitamos billetes de dólar pequeños para pasar la frontera en unos días y no tienen. Le decimos que vendremos en uno o dos días a ver si ha conseguido, y regresamos a la tienda de motos. Las automáticas salen a 160.000 y las manuales a 100.000.
El chico de la tienda es belga y junto con su mujer laosiana son los dueños del negocio. Lo llevan muy bien. Nos explica que el loop pequeño se hace con un depósito de las automáticas o uno y medio de las manuales. En el loop grande están las cascadas más bonitas, pero peligrosas por robos y atracos, y no recomienda parar. Decidiremos qué hacer sobre la marcha. Hoy estamos un poco cansados e iremos a dormir en el primer punto del loop después de Pakse. Antes visitaremos las ruinas de Champasak. Metemos lo imprescindible para un par de días en nuestras bolsas de mano. Dejamos aquí las mochilas grandes, y una bolsa de ropa para lavar aprovechando estos días.
DE PAKSE A LAS RUINAS DE CHAMPASAK
Cogemos la moto y empezamos la aventura hacia las ruinas ya tarde, sobre las 12. Antes paramos en una gasolinera que la moto está seca. Al salir de la ciudad, cruzas un puente sobre el río Mekong… ¡es enorme de ancho! Luego se coge la carretera a la izquierda, y se entra en una autopista de pago que no tiene nada que ver con las nuestras… es de un carril por sentido, como una nacional nuestra. Eso sí, para las motos es gratis, hay que «colarse» por un hueco a mano derecha y pasar sin pagar.
Como siempre, al llegar a las ruinas de Champasak, primero toca pagar parking por la moto. Es algo que te recalcan en la tienda, que debes pagar siempre los parkings. La verdad es que no es mucho, suelen ser 5.000 que al cambio son como 35 céntimos. Compramos entradas, hace un calorazo tremendo con el sol fuera. Hay que coger un trenecito o carrito de golf grande que te lleva a la entrada de las ruinas. Son unos 5 minutos pero se agradece.
Una vez allí, sólo hay que seguir los caminos para conocer las ruinas. La ruinas de Champasak constan de varios templos en un gran recinto del antiguo Imperio jemer. El complejo se llama Wat Phou o Vat Phou y hay que subir bastantes escaleras para llegar al final. Las vistas y templos son bonitos, aunque la visita se hace dura con el calor que hace.
REGRESO A PAKSE A REPARAR LA MOTO
De vuelta de las ruinas, nos paramos en un restaurante que nos han recomendado en Miss Noy, que tiene una polla en la entrada. No es la única zona del sudeste asiático en que se veneran los penes sin ningún pudor. Pedimos, un pad Thai para mi y Katz un arroz y un bocata de atún que le sabe muy rico. La verdad es que todo muy rico, aunque más caro que lo que pagamos normalmente. Eso sí, nos dejan rellenar el agua que es un punto, porque ya nos la habíamos acabado casi.
De vuelta a Pakse, se ve a gente corriendo, niños que salen del colegio, muchos de ellos descalzos. Algún templo en construcción. Paramos en Pakse, en la tienda de motos, para que la revisen. Katz nota que algo no va bien. Lo arreglan, y para cuando salimos de Pakse son ya sobre las 17.30, vemos por el retrovisor la puesta de sol, y nos toca conducir de noche un buen rato. De momento sólo hacemos que subir, y cada vez se nota más el frío. De hecho, tenemos que parar a ponernos los chubasqueros para cortar un poco el viento frío que nos da de cara.
Llegamos por fin sobre las 7 al alojamiento, cansados. Desde Miss Noy nos habían reservado una noche por 80.000 kip. Es una «Hacienda» de café ecológico llamada CPC coffee. Nos enseñan la habitación que está genial, básica pero muy limpia. Tiene dos camas con mosquitera y baños compartidos, pero no hay más clientes. Hacemos un poco de tiempo con los móviles, pero el silencio del lugar y el cansancio hacen que pronto caigamos redondos.
DÍA 12: LOOP DE DOS DÍAS EN UNO, LAS CASCADAS DE LA MESETA BOLAVEN
Obviamente, nos despertamos pronto. Ayer nos dijeron que los desayunos empezaban a las 7, así que ahí estamos como un clavo a esa hora. Pedimos un café y una tortilla con verduras para cada uno, saben riquísimas. Además, compramos un paquete de café orgánico del lugar. Miramos en Maps y vemos que una de las cascadas está junto al hotel, así que vamos andando desde aquí.
Son apenas 20 minutos hasta la cascada Tad Yuang. Hay muchas tiendas en la entrada que aún están abriendo. Cuando vemos la cascada desde arriba alucinamos, pero cuando bajamos a los miradores que tiene de frente alucinamos aún más. Estamos solos, en el primer mirador llega un poco de brisa de agua que trae el viento de la cascada, en el segundo mirador un poco más allá esa brisa de agua empieza a ser una buena lluvia, tanto que hay momentos en que tenemos que guardar la cámara. Y el tercer mirador, en el que bajas un poco más cerca de la base de la cascada… ¡Directamente es como si estuvieses bajo la ducha!
Bajamos con chubasqueros puestos y aún así nos calamos, pero no hace frío así que es totalmente recomendable. Volvemos al primer mirador para disfrutarlas, y disfrutar de libélulas y mariposas a montones y de todos los colores y tamaños, preciosas. Un buen rato después nos marchamos, que el día acaba de comenzar y va a ser largo.
CASCADA TAD LANE
Cogemos la moto, y retrocedemos para ir a una cascada un par de kilómetros atrás, Tad Lane. Está en un resort, y tiene dos miradores. El que más me gusta es uno de la izquierda donde han puesto una especie de hamaca en un lado desde donde sentarte y disfrutar. Desde el mirador de mano derecha salen las tirolinas que tienen, la verdad es que están genial, son unas cuantas y cuestan 35 dólares que no es mucho. Entre ellas hay que cruzar un puente tibetano de lo que no me veo capaz, y Katz tampoco se anima. Así que después de volver al primer mirador y deleitarnos con la vista de este par de caídas de agua, volvemos a la moto a intentar visitar otra cascada que hay enfrente de esta.
El camino de entrada es bastante malo, lleno de baches y tierra y charcos de agua. En muchas zonas con verdín. De hecho, hay un momento que resbalamos, aunque no nos caemos de la moto. Katz se ha vuelto un experto conductor. Pero la carretera cada vez se vuelve peor, así que paramos, yo me quedo con la moto y Katz se va a la aventura a ver si consigue ver la cascada. Pero viene un rato después que no ha llegado a ella porque le preocupaba dejarme ahí sola, la dejamos por imposible y nos vamos a seguir el loop.
PEQUEÑO LOOP DEL BOLAVEN PLATEU
Decidimos que nuestros culos ya han tenido suficiente moto, y que aunque el paisaje del loop grande sea bonito no lo vamos a disfrutar sabiendo que no podemos parar, así que haremos el pequeño. Intentaremos hacerlo del tirón para dormir en Pakse y así mañana coger el bus de primera hora a las 4000 islas. Pero de momento seguimos con este loop de la Bolaven Plateau. Cogemos la moto desde esta última cascada, y tenemos unos cuantos kilómetros por delante para llegar desde Paksong al norte, a la zona de las cascadas de Tad Lo. Hacemos una parada en todo ese camino para echar gasolina, y vamos bajando lo que ayer subimos.
Muchas aldeas, y áreas rurales con animales de granja. Muchos templos en construcción también, parece una burbuja inmobiliaria de templos. Siguiendo Maps.me llegamos a la primera cascada, Tad Hang, pero sólo vemos unos rápidos anchos pero pequeños. Desde un complejo de bungalows abandonado continuamos a la siguiente, Tad Lo. También está, por cierto, junto a un hotel abandonado. ¿Será por el coronavirus o por algún otro motivo el abandono de tantos hoteles y restaurantes? Esta cascada es muy bonita, bastante grande, y con un puente tibetano también abandonado. Se ve que antes cobraban ticket por subir, y es que las vistas desde él sobre la cascada tienen que ser espectaculares.
Sólo nos queda una cascada por la zona. Es Tad Soung y se llega cruzando una aldea. Una familia nos llama y hace señas desde su casa, y aparcamos la moto en su casa por 10.000. Luego vemos que la zona de entrada a la cascada y el parking están abandonados. No cobran ya por ninguno pero bien está haber dejado la moto bajo cuidado.
CASCADA TAD SOUNG
Primero seguimos un sendero desde el cual no se ve apenas la cascada. La tapan los árboles. Luego, vamos al comienzo y bajamos unas escaleras que llevan a la parte de arriba de la cascada Tad Soung. Sólo se ve la caída pero no la propia cascada, una pena porque creemos que tiene que ser espectacular. Las vistas son buenas.
Pero la verdad es que no sabemos desde dónde se podrá ver bien. Abajo, a unos 200 metros hay una fábrica y no se ve ningún sendero o mirador. Aunque desde nuestro lado hay un camino que baja pero es tarde. Queremos pensar que no se ve nada, ya que la cascada al caer gira un poco hacia el otro lado, así que desde ese sendero sólo se verán árboles.
Nos vamos con un poco de pena, pero si salimos ahora hacia Pakse llegaremos sin conducir de noche y nos ahorramos un día. Si nos quedamos a dormir por aquí hoy no tenemos más que ver mañana. En realidad hay visitas de plantaciones de café, pero ya hemos visto en otros sitios así que no nos interesan. Con lo que de nuevo a la moto, y haciendo un par de paradas de estiramiento de piernas, llegamos a Pakse atardeciendo.
EL PUENTE DE PAKSE SOBRE EL RÍO MEKONG
Cruzamos el puente sobre el río Mekong para verlo de noche, y a la tienda de motos. Ahí nos recomiendan un hotel que está a menos de 10 minutos para esta noche. Con mochilas, bolsas y colada hecha, vamos hacia el hotel que está genial. Muy bueno, muy limpio, por 150.000 la noche y con wifi. Salimos de inmediato a cenar, son sobre las 18:30 y la tortilla del desayuno ha desaparecido ya.
Nos ha recomendado el Sisi restaurant para cenar, regentado por un francés. De camino vemos puestos de comida con unas salchichas rebozadas gigantes que no tienen mala pinta. En el restaurante, hay mucha espera para que nos sirvan. Pedimos una hamburguesa cada uno. Menos mal que Katz pide una ensalada que nos traen más o menos rápido, porque las hamburguesas tardan casi una hora. Muy ricas la verdad, pero no deberían ir a Francia para hornear el pan.
Salimos rápido que a Katz le apetece un helado de postre y el supermercado cierra a las 9, llegamos a 10 minutos de que cierre. Y pasamos por la farmacia a comprar unas pastillas para el resfriado, que Katz se ha pillado imaginamos por el aire acondicionado del bus y yo estoy a punto de cogerlo. Con esto y un bizcocho, hasta mañana que salimos a las 8.
DÍA 13: DE PAKSE A DON DET, LAS 4000 ISLAS DE LAOS
Salimos pronto del hotel, con tiempo de ir a desayunar junto a la tienda de motos. Pasarán ahí a buscarnos para ir a Don Det, en las 4000 islas de Laos. El restaurante también es de Miss Noy. Katz pide unos huevos revueltos, yo unas crepes, y para compartir pancakes. Mientras nos sirven vamos a cambiar dinero a dólares para la frontera. Hoy si tenían billetes pequeños. Al poco de terminar ya pasa nuestro bus, ahora sí rumbo a las 4000 islas.
Al llegar a la última población, Nakasang, hay que bajarse del bus e ir andando hasta la taquilla de las barcas, cuyo trayecto tenemos incluido en el precio. Las barcas son embarcaciones largas, en cada tabla que hace de banco/asiento sólo caben dos personas máximo. Al llegar al embarcadero de Don Det, nos ponemos a buscar hotel. Tenemos un par apuntados, vamos a verlos y preguntar precios. Al final acabamos en uno con unas cabañas básicas que dan al Mekong y ahí nos quedamos.
MEGA CENA MEGA BARATA Y A DORMIR
Un poco de relax (siesta mañanera por mi parte en la hamaca hasta que me despierto por el solazo que me pega de lleno), y vamos a comer. Una pareja de la cabaña de al lado, burgaleses, nos dice un par de restaurantes que están bien, vamos al más cercano que hemos visto antes. Katz se pide unos macarrones carbonara y yo unos noodles con vegetales. A compartir un pan con ajo y queso, una hamburguesa de calabaza y unas patatas fritas. Todo por 150.000 kips, 7 euros, dos cervezas tamaño gigante incluídas.
Preguntamos por el transporte a Siem Reap, nos da un infarto cuando nos dicen que sale 50 dolares por persona. Eso no es tan barato. Vamos a dar un paseo hasta la mitad de la isla y volvemos junto a campos de arroz. Un rato de hamaca hasta que los mosquitos me empiezan a comer viva, y a la habitación a descansar.
DÍA 14: SOL ABRASADOR EN LAS 4000 ISLAS, DE DON DET A DON KHON
En esta isla no hay mucho que hacer, es de relax total. Se supone que hay un par de cascadas, o rápidos, pero con los que hemos visto en el Bolaven ya nos damos por satisfechos. Otras opciones son excursiones organizadas a ver el atardecer que salen 25 dólares. En otras épocas hay excursiones a ver delfines de Mekong, pero ahora hay demasiada agua en el río y no se ven. También se alquilan motos o bicis para recorrer la isla, cosa que nosotros pensamos en hacer andando. Así que después de coger fuerzas desayunando a tope en nuestro bar favorito, comenzamos a recorrer la isla. Yo un crepe muy muy rico y Katz una hamburguesa.
Hoy hay competición de barcas similar a la que vimos en Luang Namtha. Igual de camino podemos ver un poco. Antes de nada, reservamos el bus para mañana ir a Siem Reap. Y luego empezamos a recorrer la isla por la costa oeste, hasta que llegamos al puente que la separa de Don Khon, y lo cruzamos. Es una maravilla la de mariposas tan bonitas y diferentes que hay. Nada más cruzar el puente, está la locomotora de un tren que empezaron a hacer los franceses. Tenían intención de crear una línea férrea para unir las islas con parte del continente. También pensaron usarla para turismo, pero que se quedó en idea cuando los japoneses invadieron el territorio.
Seguimos la carretera bajo el sol abrasador y un rato después nos damos cuenta de que vamos mal. Teníamos que haber cogido otro camino para llegar a las cascadas de la zona norte de Don Khon. Así que sólo a nosotros se nos ocurre ponernos a cruzar campos de arroz. Las hormigas nos muerden, atravesamos zonas encharcadas, y no hay sombras donde refugiarnos.
QUEMADOS Y REVENTADOS PERO SALVADOS
Llegamos a la carretera correcta y la seguimos, vamos muertos, nos va a dar una insolación. Cuando llegamos a lo que marcan como zona de cascadas no es más que unos rápidos con mucha basura, así que damos media vuelta cruzando un templo en construcción. Hasta aquí también ha llegado la fiebre inmobiliaria de los templos. Poco a poco volvemos a nuestra isla, pasamos por la zona de la competición donde hay puestos varios de comida y bebida, y ahí siguen dando a los remos.
Nos damos una buena ducha y nos ponemos bajo el ventilador en la habitación para refrigerarnos un poco, y vamos a comer. Si volvemos a la habitación ya no nos vamos a mover. Decidimos ir hasta donde está la competición para hacer tiempo, pero cuando llegamos ya están recogiendo y todo acabado. Así que media vuelta. Es increíble la cantidad de mosquitos que se concentran al atardecer. Realmente salvaje, lo bueno es que no son de los que pican, pero impresiona mucho. Katz se da un baño en el Mekong, luego otro rato de hamaca y a dormir.
DÍA 15: DE DON DET EN LAOS A SIEM REAP EN CAMBOYA
Desayunamos fuerte. Yo un crepe de nuevo y Katz una hamburguesa además de un plato de huevos fritos para cada uno. No sabemos a qué hora llegaremos a Siem Reap, así que hay que comer por unas cuantas horas. A las 7:50 am estamos ya en el embarcadero esperando. Salimos a las 8:10 para el pueblo de Nakasang, donde los que van a Pakse salen ya. A nosotros nos toca esperar un poco más. Cuando salimos vamos solos en la minivan, en primera fila, así que genial. Paramos a recoger a un chico de camino, y en unos 20 minutos ya estamos en la frontera con Camboya.
FRONTERA LAOS CAMBOYA, EL TIMO HABITUAL
Primero en la parte de Laos ya nos cobran 36.000 por el sello del pasaporte, corrupción pura. Sin recibo ni nada, no es legal. O pagas o no te ponen el sello. Justo llega otra van, y vienen los 3 amigos alemanes que nos encontramos en la frontera de Tailandia con Laos. Hay que ir andando hasta la parte de Camboya. Primero nos toman la temperatura, y después un chico nos mete en el edificio fronterizo.
Nos da unos papeles a rellenar, diciendo que el visado cuesta 35 dólares más 5 de extra fee. Sabemos que el visado son 30. Se lo decimos, el tío un impresentable que poco más o menos nos dice que nos den, que o pagamos o no nos lo dan. Que estamos indefensos ahí y si queremos continuar sin pagar entraremos ilegalmente. Se ríe literalemente de nosotros, pero no tiene ni placa ni identificación de ningún tipo.
Yo me voy hacia unas ventanillas que veo en un lado. Cuando les pregunto para hacerlo sin la intermediación del personaje este, me señalan hacia donde estamos. Es una pena, no nos damos cuenta de que la ventanilla donde te ponen la pegatina del visado está a nuestras espaldas. Podríamos habernos acercado, pero con el impresentable amenazando y los nervios no nos damos cuenta.
Para colmo tenemos que dejar dinero a Richard, un suizo que venía con nosotros en el bus. No tiene metálico ni para el visado, pero luego nos hizo transfe. Al menos con el movimiento de billetes Katz le ha conseguido guindar 20 dólares al timador sin que se entere. En las últimas ventanillas nos toman las huellas y nos dan ya los pasaportes. Salimos y andamos 5 minutos a una zona de tiendas donde debemos esperar a que salga el bus a Siem Reap.
AVITUALLAMIENTO EN STUNG TRENG Y DIRECTOS A SIEM REAP
Esperando comentamos entre todos los turistas, y a algunos les han cobrado por tomarse la temperatura. A otros también por el sello, aparte de los 40. Toda una estafa tremendamente bien organizada. Mucha sensación de impotencia, frustración y mosqueo, mucho enfado. Esperamos un buen rato, y nos dividen en dos minivan.
Un rato después, nos paran 15 minutos en Stung Treng. La gente aprovecha a comer algo y los 15 se convierten en 30 minutos. Katz intenta cambiar los kips que nos quedan, y ahí dan un cambio de risa, así que yo me quedo vigilante y él se va a intentar cambiar. 5 minutos después me dice un chico que al minibus. Tengo que salir a buscar a Katz que menos mal que está cerca, justo acaba de conseguir cambiar dinero a mucho mejor precio.
De vuelta en el minibús, nos toca sentarnos en la parte de atrás, Katz que va en la última fila va botando muchísimo. Se hace eterno. Para cuando llegamos a Siem Reap está lloviendo y cogemos un tuk tuk a dólar por persona. Compartimos con Richard, que tiene el hotel cerca del nuestro. Dejamos las cosas en el hotel, nos ponemos chubasqueros, y a cenar a un restaurante que tengo fichado.
De camino deja de llover y se nota más el calor. El restaurante un poco decepción. Pensaba que era más auténtico, pero está lleno de gente y turistas. Por lo demás está bien, muchos platos a elegir bien de precio, y te dan botellín de agua gratis. Cenamos y a dormir, hemos quedado para mañana a las 4:45 am con un guía que habla español para ver los templos de Angkor… ¡Qué ilusión!
DÍA 16: ANGKOR WAT Y RECORRIDO CORTO POR EL COMPLEJO
Buen madrugón, pero no cuesta tanto cuando sabes que vas a ver una maravilla. Y menos a nuestro guía Chang, que nada más montarnos en el tuktuk se pone a hablar sin parar. Primero hay que ir a comprar los tickets, donde te hacen una foto que imprimen sobre la entrada. Ahora hay una promoción de 2 días de entrada a precio de 1, así que muy bien. Hoy haremos el que llaman circuito corto por Angkor.
Nuestro conductor y nuestro guía Chang nos llevan a Angkor Wat. El conductor se queda en el tuk tuk, y vamos con Chang a la entrada. Ya está entrando bastante gente, pero conseguimos coger bastante buen sitio para ver amanecer. La verdad es que es bonito pero no espectacular, recuerdo mucho más impresionante el amanecer que disfrutamos en Ayutthaya por ejemplo. Cuando sale el sol aún queda un rato para que podamos entrar. El edificio no lo abren hasta las 6:40 am, según nos dice Chang.
Así que aprovechamos a ir a desayunar a unos puestos que hay junto al templo, donde nos enseñan la carta y flipamos con los precios, se han vuelto locos. Piden por un café 2 USD, y por un bocata de tortilla francesa 5. Al final nos dejan el café a 1 dólar y el bocata a 2,50. Aún así es imposible que estos sean los verdaderos precios del país, es una locura. El café me parece que está malísimo.
Una de las aldeas que rodean Angkor celebra hoy su festival de ofrendas anual. Está bastante concurrido ya que es el primero desdesde la pandemia. Probablemente el primero también con 2 del athletic dando la nota.
ANGKOR WAT Y MUCHOS TEMPLOS MÁS
Entramos a ver Angkor Wat, y pasamos varias horas dentro, precioso. Para ser el circuito corto hemos visto muchos templos y monumentos. Tonle Om Gate, Prasat Suor Prat, la Terraza del Rey Leproso, la Terraza de los Elefantes, el Baphuon Temple, el famoso Bayon Temple y Templo de Ta Prohm. Quizás uno de los más espectaculares es Ta Prohm, donde se rodó Tomb Raider, una pasada. Hacemos una parada para picar fruta y vamos a ver atardecer al estanque West Mebon. Está bonito pero pedimos a Chang regresar a Angkor Wat para verlo a última hora. Y para allí que vamos. Cierran a las 17:30 y entramos 10 minutos antes, una maravilla verlo así sin gente, ya que vamos cerrando el complejo 😊.
De vuelta a Siem Reap, le pedimos a Chang que nos deje cerca de alguna zona de agencias. Preguntamos precios para ir a la isla Koh Chang de Tailandia y está carísimo también. No lo dejan a 40 dólares por persona y reservamos para dentro de dos días. Preguntamos por una pizza rica y nos dice la chica una pizzería cercana. La dejaremos para mañana o pasado. Vamos hacia el restaurante de ayer y compramos unos helados para cenar. Después directos al hotel a descansar lo antes posible. Hoy ha sido un día muy muy completo y mañana aunque no hay que madrugar tanto, hemos quedado a las 6 am.
DÍA 17: RECORRIDO LARGO POR EL COMPLEJO ANGKOR
Hemos quedado a las 6 am, y además pasamos por la gasolinera antes de ir hacia los templos del recorrido largo que haremos hoy. Se conoce como «largo» porque la distancia que se recorre es mayor, aunque se ve menor número de templos. Nuestra sorpresa es que llegamos al primer templo que vamos a ver, y nos dice que hasta las 7:30 no abre. No son ni las 7, no entiendo nada.
Nos lo debería de haber dicho, y hubiésemos quedado más tarde. Justo enfrente de la entrada al templo hay un mercado local. Desayunamos ahí y la verdad es que no hay ni un turista. Nos sentamos a tomar un café con galletas y napolitanas que compramos ayer. Yo no pido café porque ayer no me gustó. A Katz le dicen primero 2 dólares y se lo bajan a 1, aún así, es carísimo. Al acabar de desayunar, Katz, se empieza a encontrar mal. Vamos al baño y al de un rato se le empieza a pasar, ¡menos mal!
Hoy vemos varios templos más pequeños, uno llamado “del agua” y otro estilo Tomb Raider, con raíces, muy chulo. Los nombres son estos, Pre Rup Temple, East Mebon Temple, Ta Som Temple, Prasat Neak Pean, Preah Khan Temple y Phnom Bakheng.
REGRESO A ANGKOR WAT Y ATARDECER
A mediodía sobra tiempo y los templos que nos quedan por ver están lejos según Chang. Vamos al hotel donde nos damos un baño en la piscina y echamos una merecida siesta. Un poco más recuperados, volvemos a Angkor Wat. La hora en Angkor Wat se nos pasa rapidísima entre los monetes de la entrada y las vistas desde la biblioteca. Katz incluso mete un poco los pies en el lago.
Subimos a ver el atardecer al templo Phnom Bakheng en una montaña. Llegamos sudados a la cima por la subida y la humedad que hay. Estamos todos los guiris aquí metidos. El atardecer bonito, pero tampoco para echar cohetes.
A la vuelta a Siem Reap, nos dicen dónde podremos ver mañana a los murciélagos, y nos dejan cerca del old market, donde nos despedimos de ellos. Un poco de pena al final ya que su castellano no era muy bueno y las explicaciones justitas. La información de horarios y organización ha sido escasa. Pero bueno, todo bien, ningún drama. Vamos a comer de nuevo al restaurante, y tranquilos para el hotel sabiendo que mañana tenemos día libre por aquí.
DÍA 18: EN BUSCA DE MURCIÉLAGOS E IMITACIONES NBA
Dormimos un montón. Vamos a desayunar al restaurante unos huevos revueltos con pan, mantequilla y mermelada. Katz incluso pide una hamburguesa.
Estamos impacientes por ver a los murciélagos del parque. Llegamos, y los árboles están plagados, son como racimos de murciélagos. Luego regresaremos para verlos volar. Volvemos al hotel a echar una siesta reparadora. Sobre las 12 salimos de nuevo esta vez a hacer unas compras. Luego vamos a comer a la pizzería que nos recomendaron el otro día. Es «I am pizza», y está bastante buena. La pizza grande nos sale a 10 USD.
Vamos dando un paseo por más tiendas buscando camisetas NBA de imitación. Tomamos unos helados de postre, y de regreso al hotel yo hago alguna compra. Otra ducha más con agua fría para refrescar un poco, y a las 5 me acuerdo de los murciélagos. Nos preparamos rápido y salimos al parque junto al Palacio Real a verlos. Es una pasada ver cómo van moviéndose poco a poco, empiezan a volar, y al final salen en grupos a buscar comida. Una pena que esté tan oscuro y no se les pueda ver tan bien como quisiéramos.
Regresamos al restaurante de todos los días para cenar. Katz pide piña rellena de arroz con pollo y piña, y yo berenjena con mozzarella. Todo muy rico pero en la mesa que nos han sentado hay una cantidad de bichillos bárbara. Vuelta al hotel sin suerte para Katz, que no ha comprado las imitaciones de camisetas NBA que quería.
DÍA 19: DE SIEM REAP EN CAMBOYA A KOH CHANG EN TAILANDIA
Despertamos antes de que suene la alarma, dejamos todo preparado y vamos a comprar en unos puestos del final de la calle unos cafés y unos churros y buñuelos. Nos paramos a vistar el templo de la misma calle, ya que al final no hemos visto ninguno en Camboya. Vamos a la habitación del hotel a comer el desayuno. Estamos en ello cuando llaman a la puerta. Habían quedado en recogernos de 7:30 a 7:45 y han llegado 10 minutos antes. ¡Menos mal que teníamos todo ya preparado!
Montamos en una minivan donde hay una chica joven ya dentro, y cogemos primera fila. La pena es que menos de 10 minutos después para en un bar y nos hace bajar, nos dice que el bus llegará en 15 minutos. Esos minutos se transforman en casi 30. Cuando llega el minibús cogemos la primera fila… ¡genial! Por cierto 2 de los tres chicos alemanes que nos hemos ido encontrando varias veces vienen en la furgo también.
A mitad de camino a la frontera hacemos una parada para ir al baño y estirar las piernas. Los trámites en la frontera son tremendamente fáciles. Hay unos chicos de la compañía esperando. Recogen nuestros tickets, nos dan unas tarjetas identificativas, y nos dicen que nos veremos al otro lado. Del lado de Camboya todo muy bien, con carteles donde indica que no hay que pagar nada. Y del lado de Tailandia ningún problema, pasamos y a esperar al bus. Todos nuestros compañeros de viaje van hacia Bangkok, se meten en una minivan y adiós.
COCHE VIP PARA HASTA EL FERRY DE KOH CHANG EN AOW THAMMACHAT
Nosotros esperamos 10 minutos más, durante los cuales Katz mira los precios de una SIM, por la que le piden 200 baths por 8 megabytes. Suponemos serán gigabytes, pero no nos lo confirman. Los de la compañía del bus nos venden la misma a 150, pero como tampoco nos queda claro lo de los gigabytes no compramos. Nos dicen que vayamos con ellos, que ya está el transporte. Y nos meten en un coche a nosotros solos. El bus que nos debía llevar se ha estropeado y llegará tarde, así que viajamos en plan VIP nosotros solos en coche. Salimos sobre las 12 de la frontera.
Unas tres horas y media más tarde llegamos al puerto, no nos lo creemos, ¡qué rapidez y qué suerte llegar tan pronto! Aunque mejor no mirar a la carretera mientras conducen. Tenemos los billetes del ferry a Koh Chang incluidos. La chica de información que vende también el bus a Bangkok nos dice que sale en unos 15 minutos. También nos informa de que un traslado privado al hotel sale 600 baths y uno compartido 100 por persona. Además nos informa para la vuelta de que el precio de este ferry es de 80 baths por persona, y que el ferry de Koh Chang a Koh Kood (por si acaso nos animamos a ir) cuesta 700.
Al final no son 15 minutos los que tarda en salir, sino 45. Acabamos saliendo a las 16:30. Ni tan mal sabiendo que sólo hay 5 ferrys al día. El viaje hasta la isla dura aproximadamente 30 minutos.
YA ESTAMOS EN KOH CHANG
Cuando bajamos, hay esperando “taxis” compartidos, camiones pequeños con la parte de atrás descubierta donde se monta la gente. Nos montamos en uno sin saber exactamente el precio, al final nos cobra 60 baths por persona y nos deja justo en el camino de entrada al alojamiento. Hemos reservado el Tips Hut, un complejo con cabañas muy bonito, rodeado de verde. El primer problema es que no he leído bien, y la cabaña que hemos reservado es con baño compartido, y el baño tiene zona descubierta sin mosquitera. Nada más entrar en la cabaña vemos 3 ó 4 mosquitos, lo que no nos da mucha confianza. El sitio es bonito, pero no queremos ser comidos por los mosquitos.
Además, está a unos 20 minutos andando de White Beach donde hay restaurantes y tiendas, y ya no alquilan motos. Nos dicen que en el hotel de al lado alquilan por 250 baths al día. Decidimos ir a un supermercado que hay cerca. No vemos nada llamativo para comer. Son las 17 y no hemos comido aún, así que nos metemos en el restaurante que hay junto a nuestro hotel. Nos pedimos pad thai, que está muy rico. Luego, aunque ha oscurecido, vamos andando hasta White Beach para ver qué podemos hacer estos días.
HACIENDO PLAN PARA KOH CHANG
Preguntamos en varias agencias por los tours de snorkel y es una barbaridad, porque hay muchas opciones: de 5 paradas con actividades como kayak, 700 baths + 200 de entrada al parque natural. 4 paradas con dos comidas, 600 baths + 200 de entrada al parque natural. Medio día de mañana o tarde con 3 paradas y en lancha rápida, 1000 baths + 200 de entrada al parque natural.
Vamos preguntando también por motos, y las más baratas nos las dejan en un hotel de la entrada del pueblo, el Hut White Beach. Son a 150 baths el día, el resto nos piden de 200 a 300 baths. Compramos pollo en los puestos del Night Market para rematar la cena. Llegamos hasta BB Divers, centro de buceo que había mirado Katz, y nos explica salidas y nos recomienda una de pasado mañana. Se visita la isla Koh Mak a la que no se suele ir. También nos recomienda el hotel de una conocida, que sale 300 baths la noche, y que pasamos a ver según salimos del pueblo.
Volvemos sobre nuestros pasos queriendo alquilar la moto en el hotel Hut y aprovechar a llegar hasta el nuestro en moto evitándonos la caminata, pero está cerrado. Así que toca andar hasta nuestro alojamiento. Aprovechamos a buscar opciones de alojamientos más céntricos. Vemos en Booking el que acabamos de visitar y directamente está a 300 la noche. En su web sube de precio bastante, así que elegimos un par para preguntar mañana en persona y nos vamos a dormir.
DÍA 20: SEGUNDO DÍA EN KOH CHANG, EXPLORACIÓN
Nos levantamos muy pronto, dejamos todo recogido y vamos hacia el centro del pueblo con la intención de desayunar. En el hotel Hut paramos a alquilar moto, pero nos dicen que hasta las 9 nada, así que seguimos el camino con una parada en el supermercado. Compramos unos bollos con mantequilla y azúcar con pintaza. Seguimos andando hasta que vemos una cafetería abierta. Pedimos unos cafés y picamos galletas y bollos. Conocemos a un chico de Alaska con su hijo Angelo de 3 años. Lleva viviendo en la isla 4 años y en breve se va unos meses a Canadá, extraña mucho su país. Mantenemos una conversación entretenida, es muy majo.
Los hoteles y sus precios no nos convencen del todo hasta que regresamos a alquilar la moto en el Hut. Ponen que las habitaciones con ventilador salen 350, pedimos ver una y están muy bien, así que decidimos reservar aquí. Volvemos a nuestro hotel en moto. Cargados con nuestras 2 mochilas y las 2 bolsas subidos a la moto volvemos al que será nuestro hotel el resto de la estancia en la isla.
Pasamos por un banco que hay 200 metros más allá del hotel donde cambiamos dinero, y compramos una SIM con datos para nuestro teléfono (150 bath 1 semana de internet ilimitado). Ya con estos trámites hechos, cogemos la moto y empezamos a visitar el norte y la costa este de la isla.
MOTORIZADOS POR KOH CHANG
La primera parada es un templo chino, el Chao Por Koh Chang Shrine, antes de llegar a la parada del ferry. Muy bonito y con 0 turistas. Mola que al andar sobre la hierba que lo rodea, decenas de saltamontes enanos saltan en todas direcciones.
Segunda parada la Cascada de Tham Mayom, vemos que el coste de la entrada para extranjeros es de 200 baths por persona. Miramos en internet y es que puedes bañarte y pasar el día en ella, pero preferimos seguir investigando. Nos parece caro para lo que es, y de cascadas vamos servidos en el viaje. Así que montamos en la moto de nuevo, y poco más allá un cartel anuncia “Scenic Area”, nos metemos y es un muelle en el que un cartel indica que no se puede pasar. Entendemos que prohibido con la moto y andando sí se podrá, así que aparcamos y vamos andando hasta el final del muelle, que se llama Than Mayom Pier.
Las vistas son muy chulas, hay varias barcas varadas y pensamos que puede ser un buen lugar de snorkel si queremos venir en otro momento. Pero ahora seguimos la ruta dirección otro Templo, el Wat Salak Phet. Es un templo chulísimo, está abierto y aunque pone que hay que pagar entrada no hay ninguna taquilla ni nadie viene a cobrarnos. Es increíble la cantidad de templos que hay, incluso empezando a construirse o sin acabarse por completo, en todo el camino hacia aquí.
KO CHANG MEMORIAL
Nos motorizamos de nuevo para llegar al Memorial que está bastante más al sur, así que toca un buen rato de moto. En cuando vemos un supermercado nos detenemos y compramos avituallamiento para picar algo, que hoy no comemos. Yo me cojo un helado que está muy muy rico. Llegamos hasta el Memorial de Ko Chang en Hat Yuttanavy pasando Long Beach.
Junto con otro memorial en la parte continental de Laem Ngop, conmemora las vidas de unos 36 militares navales tailandeses. Ellos perdieron la vida en una importante batalla naval durante la guerra franco-tailandesa en 1941. Tres buques de guerra tailandeses fueron hundidos por la flota francesa. Estos eventos se enmarcan durante la Segunda Guerra Mundial.
El Memorial es bastante sencillo, aunque la zona tiene cosillas. Nos dirigimos hasta el final del camino ya de tierra, hay una bahía preciosa con una playa increíble del otro lado. Es una isla enana llamada Ko Ngam y es parque nacional. Alquilan kayaks a 100 baths por persona, así que es otra opción para otro día. Vamos a ver el Memorial de nuevo, está junto a una playa donde apenas hay 10 personas, y hay una señora con un puesto de venta de cocos.
LOS MANGLARES DE KOH CHANG
Luego, Katz ha visto una señal de sendero por manglares, así que ahí nos metemos, seguidos por un perro que se nos une hasta el final de mini paseo y se queda por allí, mientras nosotros damos la vuelta al punto de partida y cogemos la moto para volver a White Beach. El camino de vuelta desde el Memorial es incluso más bonito que el de ida, hay un par de viewpoints que a la ida ni ves, y a la vuelta paramos, el más chulo es Ao Ka Rang. También paramos en una “plantación” de árboles, tiene como un cacito puesto para recoger la savia del árbol, son árboles de caucho y hay un montón por esta zona.
Llegamos a White Beach cuando ya ha oscurecido, primero paramos en BB Divers a contratar para mañana, Katz buceo y yo snorkel. Hay un señor que justo viene también a contratar snorkel para mañana. Como no le entiende el nombre, le pone en el papel Smith ya que en el casco de bici pone eso. El buceo es carito, pero a ver qué tal. Luego, pasamos por el restaurante del White Elephant. Los miércoles tiene una oferta de pizza + pinta a 199 baths y nos pedimos una para compartir. Está muy muy rica la pizza, pero nos quedamos con un poco de hambre, así que en los puestos del Night Market nos cogemos un kebab que está muy rico.
DÍA 21: MALA EXPERIENCIA DE BUCEO CON BB DIVERS KOH CHANG
Pasamos por el supermercado a comprar algo para desayunar, café para llevar incluido, y lo tomamos en la habitación. A las 8 estamos puntuales en recepción y poco después viene el coche de BB Divers a por nosotros. Ya vienen en él 3 chicos y 1 chica, además de Smith. El canadiense «Smith», hace él solo un viaje al año con su bici. El camino hasta el puerto de salida tiene un sinfín de cuestas. El pueblo desde donde salen los barcos tanto para buceo como snorkel es Bang Bao. Hay muchos puestos y restaurantes hasta llegar al muelle.
El barco es muy agradable, hay que descalzarse para entrar. Hay café, té y galletas gratis todo el tiempo. Tenemos hora y media sin parar de navegación hasta la isla de Koh Mak para recoger a una pareja que se aloja allí. De momento la vemos de lejos ya que les van a recoger en lancha. Poco después se hace la primera parada de buceo y snorkel. Hay muchos peces y coral muy bonito, el problema es que nos echamos todos a la vez al agua. Casi todos los asiáticos con chaleco ya que no nadan muy bien, y vamos todos en grupo. Hay que estar atenta a que no te den con las aletas o te suelten algún manotazo sin querer.
Mueven el barco hacia otro punto y nos indican que tenemos un rato para comer ahí. Hay arroz, verduras, pollo con patatas y salsa de coco, muslitos de pollo… todo muy rico la verdad. El problema viene que cuando acabamos nos dicen que este punto también era de snorkel. Dicen que ya no nos da tiempo porque hemos elegido comer. Horrible, si llegan a avisar antes hubiésemos estado menos tiempo comiendo y de charla.
EXCURSION DE SNORKEL Y BUCEO DESASTROSA
Total, que nos movemos a la tercera parada, segunda para nosotros. El snorkel es mejor, ya que huyo de toda la tropa y voy a mi bola, incluso veo una stingray. A Katz le gusta el buceo, aunque dice que no merece la pena ya que con snorkel se ve prácticamente lo mismo, aunque han tenido suerte y han visto un cortejo de rayas 😍.
Total, que el tiempo empieza a empeorar, no ha hecho sol pero ahora empieza el viento. A lo lejos se ve el agua, que empieza a caer poco después sobre nosotros. Tenemos que ir a Koh Mak a dejar a la pareja de allí, pero no bajamos, de todas formas llueve mucho. Tienen que bajar los toldos de los laterales, ha refrescado y el viaje de vuelta no es muy agradable.
UN REGALO Y A CORRER
Una vez en White Beach, vamos andando hasta la tienda de BB Divers a quejarnos, ya que nos habían vendido en mi caso 3 paradas de snorkel y en el de Katz 2 buceos y 1 de snorkel. Además de una parada en la isla de Koh Mak, y todo se ha quedado en 2 paradas de snorkel. La chica nos dice que no puede hacer nada, ni tan siquiera decírselo a un superior, nos regala una bolsa impermeable y con ello nos tenemos que conformar. Nos encontramos con Smith y nos despedimos de él, que ya se vuelve a Bangkok y a casa.
En nuestro hotel ya estaba cerrada la recepción y no podíamos alquilar moto, así que buscamos por el pueblo hasta dar con una agencia que las alquila al mismo precio de 150 baths, aunque está un poco peor que la del hotel. Paramos junto al puesto de los crepes de burbujas, donde nos pedimos uno, cuando empieza a llover como si no hubiese un mañana. Desde aquí al hotel son un par de minutos de moto, pero llegamos totalmente calados, nos quitamos la ropa y la escurrimos, y las zapatillas están como si acabasen de salir de la ducha.
DÍA 22: DE VUELTA POR KOH CHANG EN MOTO
Vamos al banco a sacar dinero, presentando tu tarjeta y pasaporte en el mostrador no te cobran los 5 dólares de gestión que cobran en los cajeros. Desayunamos enfrente del hotel, Katz un arroz con torreznos y yo una tortilla francesa. Salimos un poco tarde, pero lo que vemos por la zona de Lonely Beach es un chasco, son playas a las que sólo puedes acceder a través de hoteles.
El camino tiene muchas curvas y cuestas, pero nos encontramos un monete en la carretera. La zona a la que accedemos a Lonely Beach es de bares y restaurantes, Katz se da un chapuzón y yo ni eso. Decidimos ir al muelle que vimos anteayer a ver si se puede llegar a las barcas hundidas.
Primero se mete Katz, pero me dice que no hay mucha visibilidad y apenas ve peces. Ni me meto. Como el tiempo está cambiando, cogemos la moto para volver a White Beach. De camino nos pilla la lluvia y tenemos que detenernos unos 5 minutos a cobijo. Cuando para un poco salimos rápidamente para no calarnos como ayer.
Una vez en el hotel, bajamos a la cala que tiene para hacer snorkel. Vemos unos cuantos peces y cangrejos. Es una pena porque con este tiempo, la cala está llena de basura traída por el mar, y las piedras hacen mucho daño en los pies.
Hoy cenamos un lahmacun en un turco, está fuertecito. Devolvemos la moto en la agencia, y a la vez contratamos el tour de snorkel de 4 paradas para mañana. Como la señora del puesto de gofres de burbujas no está, compramos un roti de nutella para mi y Katz se coge pollo.
DÍA 23: EXCURSIÓN MASIVA DE SNORKEL EN KOH CHANG
Desayuno enfrente del hotel, y a esperar a que nos recojan para el tour de hoy. Llegan con un poco de retraso. En la camioneta ya vienen 7 pasajeros. Un padre con su hijo francés, y un grupo feliz que vienen juntos, formado por 3 coreanas con el que parece hijo de alguna, y otro chico tailandés. Poco más allá recogemos a un padre con su hija, y tenemos que hacer un tetris para caber todos.
Una vez en Bang Bao, el muelle donde se accede a los barcos está bajo el agua. Se ve que las mareas afectan bastante y queda sumergido unos centímetros. Como vamos en chanclas no hay problema. El barco es gigante, vamos más de 100 personas. Nuestra sorpresa viene cuando dicen que las aletas hay que alquilarlas, no las prestan. Aparte de eso todo bien. Hacemos una primera parada de snorkel en la que nosotros vamos a contracorriente así que rodeamos la isla solos. Hay muchísimos bancos de peces y corales muy coloridos y bonitos. La segunda parada de snorkel también bastante aceptable.
Después, hora de la comida, hay arroz, noodles, pollo… muy rico todo la verdad. En la tercera parada ni nos bajamos, ya que es en una playa en la que no hay snorkel.
FIN DEL TOUR DE SNORKEL Y CENA
Toca momento barbacoa, nos dan a cada uno dos pinchos morunos de pollo con verduras ricos ricos. Además hay brocheta de frutas con sandía y piña. El último punto de snorkel es un poco chof, porque es zona de manglares. No hay coral y pocos peces, además el agua está sucia. Sólo lo mejora un poco gracias a un nudibranquio que Katz localiza y me enseña. En general el tour ha estado bastante bien, sólo que demasiada gente, y eso que no se ve mucha por la isla, pero sabíamos que podía ser así.
De vuelta en White Beach, salimos a comprarnos un helado para cenar. Nos encontramos con dos de las coreanas felices, y dejamos todo organizado para mañana salir temprano. Las minivan directas que te venden desde aquí para Bangkok salen a las 10 como pronto, y el bus a las 14:30 desde el ferry. Hemos decidido intentar viajar por nuestra cuenta a ver si conseguimos llegar un poco antes a Bangkok. A ver cómo nos sale…
DÍA 24: PA THONG KO Y DE KOH CHANG A BANGKOK
A las 7 salimos a desayunar. Compramos pa thong ko, osea churros, para mi. Katz se come un par de platos de arroz con tortilla y torreznos. Con energías renovadas y mochilas a la espalda, comenzamos el viaje de hoy. Vamos andando hasta el otro lado de White Beach a la búsqueda de un taxi. Cuando vemos uno preguntamos, y nos dicen que hay que esperar hasta las 8:30. Mientras esperamos Katz hace dedo por si hay suerte.
Flipamos cuando para una minivan y se asoman las 3 coreanas. Nos dicen que ellos nos llevan, subimos y entonces se monta una buena, ya que el del taxi se acerca gritando al conductor de la minivan suponemos que diciendo que le estaba quitando el trabajo. Todo queda ahí, el conductor nos dice que no hay problema y nos llevan al ferry. Katz les pregunta a dónde van y nos dicen que a Pattaya.
El hijo coreano vive ahí, y su madre y dos amigas le han ido a visitar. Como vemos que nos puede venir bien, preguntamos cuánto nos cobrarían por llevarnos hasta allí. Decidimos ir con ellos, ya que vamos comodísimos en esa minivan. Entre una parada para coger café y otra para comer, llegamos a Pattaya más tarde de lo pensado. Pero el camino lo hacemos super cómodos y relajados. Además de vez en cuando la madre del chaval se pone a cantar y el resto hacen karaoke. Tiene 67 años y una energía que parece que ha desayunado algo más que café.
DE PATTAYA A BANGKOK
Llegamos a Pattaya a las 14:30, y tenemos que esperar al bus de las 16:00. Lo bueno es que para muy cerca del hotel que tenemos reservado en Bangkok. Hacemos tiempo comiendo, Katz un par de platos de arroz a la cubana y yo unas verduras. Montamos al bus, y casualidad tiene que parar para repostar, lo que lleva unos 20 minutos. Llegamos a Bangkok ya de noche, y vamos andando al hostel a 10 minutos de donde nos ha dejado el bus. La habitación está en la última planta y para una noche no está mal, tiene aire acondicionado que se agradece con el calor que hace aquí.
Lo regentan unas filipinas, que no nos explican nada y sólo nos dicen que la habitación está en la última planta. Vamos buscando los interruptores de las luces, cosa no tan fácil como pueda parecer cuando están colgados o tapados. Llegamos al cuarto y nos damos una buena ducha. Ahora toca visita en Bangkok.
Nos dirigimos a casa de un conocido de Katz que vive en Bangkok con su novia tailandesa. Cenamos jamoncito que llevamos nosotros y ha viajado en la mochila hasta aquí, queso y paté rico. El edificio en el que viven es increíble, con piscina y unas vistas desde la planta 48 alucinantes. Estamos de charla hasta más de las 23, y sobre las 12 volvemos al hotel.
DÍA 25: WAT ARUN Y COMPRAS EN BANGKOK
Último día por tierras tailandesas. Queremos repetir visita al Wat Arum, que cuando estuvimos la otra vez lo pillamos en obras, y hacer compras. Además, un masaje de despedida estaría bien. Empezamos la mañana bajando a desayunar a las 8, nos ponen un café con un sándwich de huevo frito. Vamos hasta un supermercado más grande y aprovechamos a desayunar a tope. Hace ya bastante calor.
Vamos a coger el tren BTS que nos lleve al centro. Al ir a comprar los tickets entendemos a la chica que hay una tarjeta para todos los transportes todo el día, excepto el del aeropuerto. La compramos a ver si así nos da más tiempo a ver y hacer cosas, son 150 baths por persona. Cuando nos bajamos y vamos a coger el metro, nos damos cuenta de que no nos hemos enterado bien. Esa tarjeta sólo sirve para todos los viajes en BTS que quieras, el resto de transportes no están incluídos. Así que nos toca comprar billetes de metro, que son como unas fichas negras de barracas.
Salimos y andamos unos 15 minutos hasta la primera visita de hoy, el Wat Arum. Justo antes de entrar Katz ve un mail de la compañía aérea de que nos retrasan el vuelo. Salía a las 00.30 de esta noche y el nuevo horario es a las 09:20 de mañana. ¡Mierda! Encima no cogemos la conexión de Ámsterdam a Bilbao, no sabemos bien qué hacer. Decidimos entrar, hacer la visita y luego lo pensamos.
EL WAT ARUN, EL COLUMPIO Y LA MONTAÑA DE ORO DE BANGKOK
El Wat Arum es precioso, con muchísimos detalles de cerámica haciendo mosaicos. No dejan subir hasta arriba, sólo a la “primera planta”. Llama la atención la gente que se alquila traje típico en la entrada, y contratan reportajes fotográficos y de vídeo, incluso guiris. Antes de salir del complejo revisamos nuestras opciones. Toca ir andando al centro comercial MBK, cuando acabemos ir hacia el hotel a recoger las mochilas y dirigirnos al aeropuerto.
Así que nos despedimos del Wat Arum y sus chulísimos guardianes. Cogemos un barco público de los que te cruzan el río Chao Phraya. Al llegar a la otra orilla nos damos cuenta de que la marea está altísima, ya que los bares y comercios junto al río están inundados.
De camino al MBK, pasamos por «The Swing» y paramos en el Templo de la Montaña Dorada. Cuando estuvimos la otra vez subimos de noche, esta vez ya que pasamos cerca lo veremos de día. Hay unas cuantas escaleras de subida. La verdad es que las vistas desde arriba son bonitas e identificas unos cuantos edificios. Han cambiado las ofrendas. Cuando vinimos hace unos años la gente enganchaba el dinero, ahora compran unas “lágrimas” de papel o plástico, y eso es lo que ofrendan.
Continuamos el paseo, paramos a comprar unas cortezas de pollo que nos saben a gloria. Cuando llegamos al centro comercial un poco locura, vamos con las ideas de lo que comprar pero una vez allí no vemos nada de lo que queremos.
DÍA EXTRA EN TAILANDIA
Después de recorrernos toda la planta de ropa y souvenirs, acabamos saliendo con unas cuantas camisetas de basket. Katz ha saqueado el único puesto de camisetas de la NBA que hay, yo salgo con alguna tontería. Aprovechamos para comer aquí. Un pad thai con gambas que está bastante rico, y de postre nos compramos un waffle de bolas con helado y nata, está muy rico pero acabamos llenos.
De nuevo metro y tren hacia la zona de nuestro alojamiento, ya son más de las 5 de la tarde, según internet desde allí al aeropuerto hay como 1 hora, así que decidimos saltarnos nuestro masaje deseado, ¡una pena!
Cuando llegamos al aeropuerto no está ni el personal de KLM en sus puestos. No han abierto las ventanillas, aunque tenemos suerte y lo hacen al poco de llegar. Finalmente nos recolocan en el vuelo de mañana a las 09:20 con una conexión buena a Bilbao. Nos ponen una pegatina para coger el traslado a un hotel que nos proporcionan para esta noche. Tras insistir nos dan un voucher de 300 baths a cada uno, que Katz va rápido a gastar para la cena, aunque por ese importe en el aeropuerto poco hay que comprar.
Nos llevan al hotel, poca información, nos dicen que el transfer al aeropuerto mañana es a las 6 o a las 8. Si cogemos el de las 6 nos perdemos el desayuno, que empieza a las 6:30. Si cogemos el de las 8 no llegamos. Decidimos coger un taxi sobre las 7:10 para ir al aeropuerto. La habitación de lujo, cenamos las compras del aeropuerto, y a dormir en una cama gigante.
DÍA 26: SALIMOS DE TAILANDIA A BILBAO
A las 6:25 ya estamos preparados. Mientras yo acabo Katz va a avisar en recepción para que nos llamen a un taxi para las 7:10. Cuando nos juntamos en el restaurante me dice que nos han puesto un transfer a las 7, así que vamos rápido al desayuno. Es buffet y hay un poco de todo.
El traslado al aeropuerto nos pone un poco nerviosos, el recorrido en el que ayer por la noche tardamos unos 20 minutos, hoy está siendo más largo. El tráfico está parado y nos movemos apenas un par de metros cada 5 minutos. Compartimos traslado con unos señores pijos que presionan sobremanera al conductor. Como si no hiciese todo lo posible ya por llegar cuanto antes, incluso conduce en dirección contraria algún tramo.
Al final tardamos unos 50 minutos en llegar al aeropuerto. Cogemos las tarjetas de embarque, y al avión con tiempo de sobra. El vuelo genial, vamos muy pocas personas, la comida está muy rica y podemos repetir. Hay vistas alucinantes de los Himalayas y las montañas de Afganistán.
En Ámsterdam tenemos 4 horas que se nos hacen largas, estamos cansados y con ganas de llegar a casa. Encima el vuelo se retrasa un poco. Al final llegamos a Bilbao sobre las 23:25 cansados y contentos ¡viaje finalizado con éxito!
No olvides consultar las recomendaciones oficiales para viajar a Tailandia. Esperamos que te haya servido nuestro DIARIO de Tres semanas por libre en el SUDESTE ASIÁTICO. Y ya sabes, si quieres hacernos algún comentario puedes encontrarnos en Twitter, Instagram y Facebook, en todos nos llamamos @SalimosDeBilbao. Te agradecemos mucho y nos ayudas si le das a seguirnos en Instagram u otra red social. Si te ha gustado este post puedes compartirlo fácilmente en cualquiera de las redes con los botones de aquí abajo