¿Qué ver en Milán en un día? Lo mejor de Milán es que en un sólo día puedes ver lo mejor de la ciudad, andando y sin prisa. A pesar de lo famosa que es, no es tan abrumadora como Roma o Florencia, por eso puedes aprovechar bien el día y ver lo más importante de Milán. Es conocida como la ciudad de la moda y una de las ciudades más populares de Italia. Pero aunque se queda atrás respecto a otras en cuanto a atracciones turísticas, bien merece una visita.
El Duomo, el cementerio monumental o degustar algunos manjares típicos, son algunas de las mejores cosas que ver y hacer en Milán. Nosotros proponemos nuestros lugares favoritos para ver caminando en 1 día, aunque seguro que descubres muchos más.
EL CEMENTERIO MONUMENTAL DE MILÁN
Es probable que en tu visita a Milán llegues a la Stazione di Milano Centrale. Sea o no así, la Estación Central de Milán merece una visita, aunque solo sea para admirar su gran fachada y su enorme bóveda de 72 metros. La estación central es un buen lugar para comenzar la ruta a pie por Milán. Desde la estación puedes caminar hacia el Cementerio Monumental de Milán que está a unos 20 minutos. Por el camino aprovecha para pasar por el Bosque Vertical, dos rascacielos que te sorprenderán. Muy acertadamente están junto al Parque Biblioteca de Árboles 😊.
Puede parecer un poco lúgubre visitar un cementerio, pero es una visita muy recomendable en Milán. Los cementerios son un lugar tranquilo y de tremendo simbolismo, y además, muchos se han convertido en museos al aire libre. En el Cementerio Monumental de Milán no descansan personajes tan famosos como en el de Père Lachaise en París, pero también destaca por la abundancia de tumbas y monumentos artísticos. Se inauguró oficialmente en 1866 y llaman la atención las réplicas de templos griegos, obeliscos y otras obras originales. Es fácil localizar las esculturas más famosas gracias los mapas distribuidos por el recinto.
Especialmente resaltan una versión reducida de la Columna de Trajano y La Última Cena esculpida para el descanso eterno de la familia Campari. Efectivamente, esta es la familia propietaria de la marca y famosa bebida alcohólica Campari. También destaca el Mausoleo Civico Palanti construido para honrar a ciudadanos notables como el padre de Albert Einstein entre otros. En el centro del cementerio hay un monumento dedicado a los más de 800 milaneses muertos en los campos de concentración Nazi.
EL ARCO DE LA PAZ DE MILÁN
El Arco della Pace fue inaugurado en 1838 y contiene numerosos bajorelieves y decoraciones conmemorativas de batallas y dioses. El Arco de la Paz es similar a un arco del triunfo al estilo de los de París o Londres. Por aquí entraron en Milán Napoleón III y Victorio Manuel II tras la victoria en la 2ª Guerra de Independencia Italiana en 1859. Años antes y por orden de los emperadores Habsburgo, la posición de los caballos que remolcan el carro de la paz se giró 180 grados para que dieran la espalda a Francia y así burlarse de los franceses.
EL CASTILLO DE LOS SFORZA DE MILÁN
Hay un castillo en pleno centro de Milán, sí. Se trata del Castillo Sforzesco y la entrada es gratuita, aunque dentro alberga un museo dedicado a varias disciplinas artísticas que cuesta unos 5 euros. Nosotros nos conformamos con admirar su decoración, jardines y murallas que han resistido durante más de 500 años. De hecho, los jardines constituyen el mayor parque dentro del centro histórico de Milán, llamado Parco Sempione
El Castello Sforzesco fue ordenado construir en 1450 por la familia Sforza. Esta es una familia de Milán cuya tradición de poder se remonta al siglo XV y se mantiene hasta nuestros días. Alguno de sus descendientes ha ocupado el cargo de ministro durante el siglo XX. Una prueba más de lo que cuesta cambiar el poder de manos.
LA ÚLTIMA CENA DE LEONARDO DA VINCI EN SANTA MARÍA DELLE GRAZIE
A la iglesia de Santa Maria delle Grazie le tocó la lotería cuando Leonardo da Vinci pintó aquí su obra maestra La última cena. Para poder visitarla puedes consultar los horarios y reservar la entrada aquí. Si no es un día muy señalado podrás acceder sin reserva, pero avisamos que la visita dura 15 minutos sin excepción y dentro no hay casi nada más que ver. Eso sí, La última cena es una obra magnífica y legendaria que aún se encuentra en la pared sobre la que se pintó originalmente hace más de 500 años, y está considerada una de las mejores obras pictóricas del mundo.
LA BASÍLICA DE SAN LORENZO MAGGIORE
La Basílica de San Lorenzo Maggiore es la iglesia más antigua de Milán y la entrada es gratuita. Para entrar en la Capilla de San Aquilino, que está dentro, tendrás que pagar. En el interior podrás ver algunos de los mejores mosaicos de toda Italia como «la otra» última cena. Merece la pena ya que la entrada cuesta un par de euros, no hace falta reservar y apenas hay gente.
Si no eres un apasionado de este arte puedes pasar de ver «Il Cenácolo Vinciano» e ir a San Lorenzo Maggiore. En esta otra iglesia hay posibilidad de disfrutar de «otra» última cena y ahorrarte la entrada a la original. Además nunca tendrás que esperar cola para entrar, por lo que es una buena alternativa a la última cena original.
COLUMNAS DE SAN LORENZO
Las Columnas de San Lorenzo son el último vestigio de la antigua ciudad romana de Mediolanum del siglo III. Están justo en frente de la Basílica de San Lorenzo. La Porta Cicca medieval y Las Columnas de San Lorenzo forman un grupo de ruinas romanas que han sobrevivido guerras y bombardeos. Hoy en día sirven de punto de encuentro para los milaneses ante la mirada de la estatua de Constantino, el primer emperador romano perteneciente al cristianismo.
LAS GALERÍAS DE VITTORIO EMANUELE EN MILÁN
Las Galerías de Vittorio Emanuele II están muy cerca de varios puntos importantes en Milán. Si solo dispones de un rato, esta zona es la más turística y donde están los monumentos más famosos como el Teatro de La Scala y el Duomo. Esta gran galería con bóveda de vidrio es un hito en sí misma, similar a otras galerías comerciales acristaladas de Europa como en Nápoles, Bruselas, San Petersburgo o Budapest.
Seguramente esté plagada de turistas, pero merece la pena admirar sus suelos y techos. Si tus gustos son refinados aquí encontrarás numerosas tiendas de alta gama, restaurantes de lujo y hasta un exclusivo hotel. La Galería Vittorio Emanuele II conecta la plaza del Duomo y La Scala de Milán, pero también el Panzerotto de Luini. Tú eliges, aunque a nosotros nos puede el estómago.
EL PANZEROTTI DI LUINI, LA MEJOR COMIDA DE MILÁN
El Panzerotto di Luini es un Forno que lleva funcionando desde 1888 y desde 1887 ya estaban haciendo cola para comprar aquí. Pero sin duda merece la pena, esta panadería ofrece un gran variedad de productos dulces, salados y al horno, pero sin duda la estrella son los Panzerotti. Este producto típico de Puglia, en el tacón Italia, está hecho principalmente de harina de trigo rellena de tomate, mozzarella y lo que quieras imaginar.
Te recomendamos que mientras haces cola elijas los que vas a probar y tengas pensado dónde comerlos, ya que el local no dispone de espacio interior para comer. Un consejo, Panzerotti Luini no es caro pero la bebida sí, por lo que busca tu refresco en otro lugar o mejor aún, busca una fuente y a gozar de tus Panzerotti. Por cierto, el local está a 1 minuto del Duomo, no tiene pérdida.
IL DUOMO DI MILANO
La entrada a Il Duomo di Milano es gratuita, pero, pero, pero… Si quieres ver «el Tesoro», «la Cripta» o subir al tejado tendrás que pagar. La terraza del Duomo ofrece buenas vistas y podrás caminar sobre la estructura de esta maravilla gótica. Esta catedral es una de las iglesias más grandes del mundo, pero la Catedral de Milán no es famosa solo por su tamaño. Es tan impresionante por fuera como por dentro, y puedes aburrirte de contemplar los detalles de sus ventanas, las puertas, sus mármoles o las innumerables esculturas de gran calidad.
Una curiosidad: la primera piedra se puso en 1386 y tras diferentes cambios en 1577 se consagró como templo nuevo, 191 años después. Pero diferentes reformas y añadidos no permitieron considerarla terminada hasta 1965, aunque todavía quedan algunos bloques sin esculpir esperando ser convertidos en estatuas. Si encuentras alguno pásanos la foto 🙂.
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