En este DIARIO de tres semanas en KENIA y TANZANIA por libre, vamos a contar algo un poco diferente. La mayor parte de la gente suele contratar safaris de 1 a 3 noches en Masai Mara, o alquilar 4×4 para recorrer Serengeti. Pero nosotros hemos optado por circular en transporte público y llegar de esta forma hasta las cercanías de los Parques y visitarlos lo más a nuestro aire posible ajustando el presupuesto, ¡y no nos ha salido nada mal!
Incluso para Tanzania apenas teníamos plan, y fuimos más sobre la marcha si cabe que en otros destinos. Teníamos varios hitos en ambos países, Nakuru, Masai Mara y frontera de Isebania junto al lago Victoria en Kenia y Serengeti, Isimila y Zanzíbar en Tanzania.
Viajamos del 22 de Noviembre al 14 de Diciembre del 2019, con algo de fresco en Kenia, y calor Tanzania, especialmente en Zanzíbar. Toda la ruta, como siempre, utilizando transportes públicos. Autobuses, dala dalas, matatus, bajajis… que, sin contar la isla de Zanzíbar y los Parques, en un total de 16 días nos han ayudado a recorrer aproximadamente 2.700 km.
En este viaje por Kenia y Tanzania nos gastamos cada uno un total de 1.965 euros, 429 en vuelo intercontinental, 69 € en los vuelos internos de Dar a Zanzíbar (ida y vuelta), 135 € en buses y taxis, 188 € en alojamiento, resto en comida, compras, excursiones y demás gastos.
Así que esa fue la ruta final desde que Salimos de Bilbao con unas ganas tremendas y este es el DIARIO de nuestras tres semanas en KENIA y TANZANIA por libre, contado por Saioa:
DÍA 1: LLEGADA A NAIROBI
¡Ya estamos en el aeropuerto de nuevo! ¡Qué ganas! Nos ponemos a la cola y entramos rápido al avión, casualidad las dos chicas que se sientan delante nuestro tienen nuestra misma mochila, y van a Kilimanjaro y vuelven de Nairobi.
Tenemos tres horas en el aeropuerto de Ámsterdam, pero se pasan rápido. Cuando llegamos a la puerta de embarque falta una hora, pero la gente se pone ya a la cola y yo hago lo mismo para que tengamos hueco para las mochilas. El embarque es super ordenado, y tenemos 3 asientos para nosotros solos.
La comida que dan muy rica, ensalada con queso y pimientos pequeños, y de segundo a elegir pollo con arroz y pasta con verduras. De postre una magdalena con chocolate. Lo acompañamos de una cerveza, y entre horas ponen en la parte de atrás bebida y chocolates además de ensaladas que han sobrado.
Estas son las calles de Embakasi al día siguiente ⬆.
LLEGAMOS A NAIROBI A CASA DE NUESTRA ANFITRIONA EN EMBAKASI
Llegamos a Nairobi, seguimos las señales para el control policial, hay mucha gente. Preguntamos a una poli, y nos cuela y nos pone los siguientes de una de las filas, pagamos los 50 usd cada uno y ya estamos. Salimos a la calle, hoy hay mejor cambio de moneda en Barclays pero no nos aceptan la tarjeta.
Un chico nos acompaña a una casa de cambio que está como escondida en un parking junto a unas agencias, pero lo que sacamos de más de mejor cambio se lo damos a él de propina. Compramos una tarjeta para el móvil, y pedimos un Uber. Tardamos como 20-25 min en llegar a destino, las calles no están asfaltadas.
El chico no se va hasta que le decimos que ya vienen a por nosotros. Hemos escrito a Jill, de la casa de AirBnb para esta noche, y viene y nos lleva a su casa. En la casa están ella, su hermana y su prima Rachel. Nos despedimos y nos vamos a dormir, con sonidos de perros, motos y mil cosas más. Las veces que me despierto oigo llover.
DÍA 2: GIRAFFE CENTER EN NAIROBI Y TRASLADO A KARAGITA
A las 8 nos despertamos. Jill, su hermano, y su prima Rachel están ya levantados. Nos hacen el desayuno al momento, tortilla francesa y como unas galletas fritas que están ricas. Ella y Rachel nos acompañan a donde se cogen los matatus, cruzando todo el barrio de Embakasi sin asfaltar, con charcos y barro a tope, y ellas en chanclas.
Cogemos el matatu, y tardamos unos 45 minutos en llegar al centro. Es curioso la cantidad de coches, autobuses, gente, puestos de comida y de venta de ropa y calzado en cualquier sitio, encima de una manta o incluso en el suelo. Con el Google Maps es fácil, vamos directos a coger el otro autobús, el número 24, que pasa por el Giraffe Center, nuestro destino. Mientras esperamos a que salga el bus, picamos unas patatas fritas que están buenísimas.
Nos sentamos delante con el conductor, y se va de lujo. Tan de lujo, que nos pasamos la parada. Como habíamos avisado de cuál es nuestro destino pensamos que se acordarían de decirnos, pero no 😂. Así que nos bajamos, y en un par de minutos cuando estábamos mirando un Uber para ir, pasa otro matatu en nuestra dirección y montamos. Tenemos otros 15 minutos aproximadamente andando hasta el destino.
EL GIRAFFE CENTER ES PRESCINDIBLE
Casi cuando estamos llegando, veo un hotel… el Giraffe Manor, que vimos en un documental, donde mientras desayunas las jirafas meten la cabeza por la ventana (y que por cierto cuesta una pasta). Poco más allá está nuestro destino: Giraffe Center, un centro que rehabilita jirafas para después liberarlas. Pagamos la entrada con nuestras tarjetas de estudiante (¡han colado!) y entramos.
Es una mezcla de sentimientos, ya que puedes verlas y tocarlas de cerca, pero somos demasiados y las mareamos, además de que las empachamos de comida. También hay facóqueros haciéndoles compañía, pero nadie les hace caso. Al salir, Katz mira en internet cómo llegar a Naivasha sin entrar de nuevo en Nairobi y tragarnos todo el tráfico, y lee que hay una intersección por donde pasa el bus, así que pedimos un Uber para ir hasta ahí.
Llega un poco después, y hablando con él resulta que es de Naivasha y hoy va para allí, así que negociamos y por 3.000 KES nos llevará hasta la casa de nuestros couchsurfers. Es un señor muy majete, le gusta preguntar y hablar, y hace ameno el viaje. Mientras estamos parados por el tráfico, compra la fruta de la pasión para que probemos. Las vistas durante el viaje preciosas.
LLEGADA A KARAGITA, EL SUBURBIO DE NAIVASHA
Llegamos a Karagita, el pueblo cerca de Naivasha donde vamos a alojarnos, allí está Mary esperando. Nos despedimos de nuestro conductor Yousef. Vamos con Mary a una peluquería, ya que nos cuenta que una amiga suya está acabando de peinarse, y esperamos a que acaben de ponerle extensiones con trenzas. Nos acompaña a ver si podemos sacar dinero, lo intentamos en dos cajeros pero nada, así que vamos los 4 (Mary, su amiga y nosotros) a buscar a Francis, que está en el curro.
De camino, pasamos por el mercado a comprar cosas para la cena, vemos que compra verduras y huevos. Francis también muy majo, nos dicen que la peque está con sus aitites. Vamos a su casa, son como unos módulos con un espacio diáfano dentro, ellos lo tienen separado por una cortina por la mitad, en una parte está su habitación y la cocina, y en la otra el salón que será donde nosotros dormiremos.
El baño está fuera, es un agujero compartido para todos los módulos. Nos dicen que tienen ducha compartida de agua fría. Yo me quedo con ellas dentro mientras Katz va con Francis a comprar agua y pan para el desayuno. Mary hace la cena, verduras con ugali, que es una masa de harina que llena un montón y está muy rica. Poco después a dormir que estamos agotados y mañana iremos los 4 a subir el Volcán Longonot. A nosotros nos ponen una colchonetilla para dormir en el suelo, la amiga también se queda a dormir y lo hace en el sofá.
DÍA 3: EL MONTE LONGONOT CON NUESTROS ANFITRIONES DE COUCHSURFING
Despertamos más tarde de lo que pensábamos, y con varias picaduras de mosquitos. De desayuno, té con leche, café con kilos de azúcar, y pan de molde con tortilla francesa con verduras y margarina. Nos preparamos y salimos, hay que andar unos 20 minutos hasta la carretera principal, de camino nos despedimos de la amiga que se va ya. En la carretera principal, esperamos unos 10 minutos al matatu, y entramos como podemos, yo en las rodillas de Katz.
Son sólo 5 km, y nos bajamos. Ahí hay esperando unos chicos con motos, Mary nos recomienda cogerlas para ir hasta la puerta principal, vamos dos en cada moto más el conductor, es corto pero divertido. La subida no es muy dura, además se hace amena por las vistas que hay y los animalillos que vamos viendo, sobre todo pajarillos super coloridos, e incluso ¡a lo lejos vemos cebras!
Las vistas arriba son espectaculares, a un lado el Lago Naivasha, y al otro el cono del Volcán. No podían faltar las fotos posando en la cima tras la “hazaña”. La bajada la hacemos rápido, y en la puerta principal descansamos un poco mientras Katz y yo buscamos un AirBnb u hotel para esta noche en Nakuru.
Volvemos andando hasta la carretera principal, donde pasa un coche que conduce un amigo de Francis y nos lleva cobrándonos lo mismo que el matatu. El cielo ha oscurecido, se va a poner a llover en breve. En su casa no paramos mucho, cogemos mochilas y nos acompañan al matatu, nos despedimos hasta mañana.
MATATU DE NAIVASHA A NAKURU
En una media hora estamos en Naivasha, donde tenemos que coger otro matatu a Nakuru. Nos llevan casi de la mano, es muy fácil moverse porque preguntas y enseguida te llevan. Nos montamos en una van, compramos unos cacahuetes que hemos desayunado poco y no hemos comido, y alucinamos de lo cómodos que vamos, ya que no meten gente extra y cada uno tenemos nuestro asiento.
Voy mirando por Google Maps por dónde vamos, así que cuando estamos cerca de nuestro alojamiento Katz avisa de que queremos bajar, paran y bajamos. Unos 10 min después estamos ya ante la que creemos que es la casa, un ratín después sale Grace a abrirnos, ahora sí que llueve… Nos enseña la habitación y el baño y están genial.
Nos da el contacto de su hijo para negociar un safari por el Parque Nacional de Nakuru, lo conseguimos por 220 usd para los dos mientras que por internet vemos que cuesta eso por persona. Y para cenar nos recomienda el restaurante de un hotel, pero queda a media hora andando y lloviendo y de noche no nos apetece ir andando.
Así que nos llama a un Uber que tarda en llegar, aunque no importa porque mientras hablamos con ella un rato. En la casa poco más, nos vamos a dormir pronto que mañana tenemos que madrugar para ir al safari.
DÍA 4: SAFARI DE LUJO EN NAKURU
A las 5.45 suena la alarma, Grace nos ha preparado ya una tortilla francesa con cebolla para desayunar y una tartera con sandwiches para almorzar. A las 6.30 salimos con Moshe, nuestro conductor y guía de hoy, hacia el Parque. Está muy cerca, y de hecho nos encontramos en la carretera con el chico de venta de entradas y le llevamos en el coche. Las cebras salen a recibirnos, durante todo el día vemos impalas, gacelas, jirafas, búfalos, pumbas…
El Lago Nakuru está a un lado del Parque. En una zona junto al Lago vemos hipos también, aunque sólo sus cabezas gigantes porque no salen ni un poquitín del agua. Un par de ocasiones nos encontramos la carretera bloqueada por monos o babuinos, una gozada verles jugar, despulgarse o vigilar sin hacer caso a nuestra presencia. Luego Moshe nos lleva a una zona más abierta junto al Lago Nakuru.
Antes había gran cantidad de flamencos, pero hoy en día quedan muy pocos. Ahí, mires donde mires, un montón de diferentes animales hacen su vida entremezclados: hipopótamos, búfalos, flamencos… ¡incluso un par de rinocerontes enormes! Buscando leopardos, nos encontramos una familia de rinocerontes en una explanada junto con búfalos, antílopes y monetes.
Y DE REGALO UN LEOPARDO
Durante todo momento nos encontramos un montón de animales. Este parque es muy entretenido, ya que es “pequeñito” en comparación a otros, y hemos tenido mucha suerte de que no hay muchos turistas hoy. Pasamos la mayor parte el día sin encontrarnos con gente. Vemos un secretario enorme y la grulla coronada, el pájaro nacional de Uganda. Antes de comer nos lleva a ¡una cascada!
En medio del parque, disfrutamos de esta caída de agua ensordecedora. Sin esperarlo, y dándolo ya por perdido… ¡vemos un leopardo! Ahí nos pasamos más de una hora observándole. Paramos a comer en el Nakuru Lodge, ya que a mi los sandwiches no me gustaban, pedimos verduras al curry y pican muchísimo.
Cuando estamos saliendo del parque vemos una culebra enorme, es una pitón ⬆.
REGRESO Y COMPRAS
Antes de llevarnos a casa, nos lleva a cambiar dinero a una casa de cambio, ya que no nos funcionan las tarjetas para sacar. Es curioso que al cambiar dólares, el cambio no va asociado a la cantidad que quieras cambiar, sino al importe de los billetes que vayas a cambiar. Es decir, 100 dólares en billetes de 5 valen mucho menos que uno de 100.
Luego vamos al super, donde compramos cena y algo de desayuno. A las 18.30 estamos ya cenando, hacemos tiempo mirando cosas del Masai Mara, y a dormir pronto que estamos cansados.
¡Muchísimas gracias por este tremendo día Moshe!
DÍA 5: HIPOPÓTAMOS EN EL LAGO NAIVASHA
Hemos dormido 10 horas… Nos levantamos y Grace nos ha hecho pancakes, ¡muy ricos! Después de un rato de charla con ella, salimos a la carretera principal a coger un matatu al centro de Nakuru, para desde ahí coger otro directo a Naivasha. En el trayecto de Nakuru a Naivasha vemos cebras por la carretera.
En el rato de espera a que salga el segundo matatu de Nakuru a Naivasha, pasan vendiendo de todo, desde fruta a dulces, bizcochos, salchichas, bebidas, cacahuetes, usbs, power banks, gafas, carteras, medallas, collares, pulseras, calcetines, trapos de cocina…
NOS CRUZAMOS CON PIKACHU
Llegamos a Naivasha, y como siempre según sales del matatu, te rodean para llevarte donde necesites. Entramos como podemos en un matatu ya ocupado por bastantes personas, Katz detrás y yo en la fila de en medio, eso sí, caerme es imposible porque mi cabeza va tocando techo, mi mochila me tiene encajada en el asiento, mi lateral derecho está parado por una chica enorme que está a mi lado, y mi lado izquierdo es arrollado y achuchado por la puerta al cerrarse.
En la entrada de Karagita, vemos que ha debido de llover bastante, porque riadas de agua bajan la pendiente. Cuando nos deja el matatu, nos centramos un poco, y contra todo pronóstico llegamos a casa de Francis y Mary a la primera. Como no están, la vecina de enfrente nos deja guardar las mochilas en su casa. Avisamos a Francis de que ya estamos, llega poco después y nos sentamos a charlar un rato. Mary está en clase y hasta las 6 no llegará.
Él tiene todo el día libre hasta la tarde, así que como vemos que le hace ilusión, le decimos que vamos a hacer el paseo en barca a ver hipopótamos. Invitamos también a la vecina. De camino al embarcadero, nos encontramos con un ¿Pikachu? Pues sí, alguien disfrazado para una fiesta infantil quizás. Llegando al embarcadero, nos damos cuenta de que es donde hay riadas de agua, las que hemos visto antes desde el matatu.
HIPOPÓTAMOS Y MARABÚS EN EL LAGO NAIVASHA
No nos queremos mojar el calzado ni andar descalzos (¡a saber lo que hay debajo!), así que al final cogemos dos motos para bajar los 4 hasta el embarcadero. Hay unos pájaros enormes comiendo desechos, luego nos enteraremos que se llaman marabús. Nosotros somos los únicos guiris blancos en el embarcadero y por la zona…
El paseo el barca chulo, hay unas vistas preciosas, se ve la península donde rodaron parte de Memorias de África, y luego vamos a ver hipos. El que maneja la barca es Kevin, que nos va explicando alguna cosilla. Se ve el monte Longonot, donde subimos hace dos días… De vuelta al embarcadero, también vemos pelícanos, más marabús, esta vez subidos en árboles, y vacas.
La subida del camino también la tenemos que hacer en moto, aunque esperamos un poco mirando qué hacen con un bus público que se ha quedado ahí varado. Francis se va al curro, nos da las llaves de casa y nos dice que en un rato llegará Mary. Estamos en la casa cuando aparece un amigo suyo a charlar un rato, cuando viene Mary salimos con ellos a hacer compras para la cena y de paso les compramos alguna cosilla extra.
De vuelta en la casa, ella pela las patatas, yo la zanahoria y la cebolla y las parto en trozos, luego ella lo cocina. Cuando viene Francis está ya todo a punto, cenamos y a la cama, que mañana queremos madrugar para ir hacia Masai Mara.
DÍA 6: CARRETERA HASTA MASAI MARA
Nos levantamos a las 6.30, y Francis nos acompaña a coger un matatu para ir a Naivasha, desde donde salen buses directos a Narok. Al poco de salir, pinchamos. Todo el mundo abajo menos una chica y yo, que no nos da tiempo y nos dejan encerradas en el matatu durante todo el proceso de cambio de rueda. Con vistas al Longonot, por cierto.
Las vistas desde la carretera son muy chulas, y vamos cómodos ya que las mochilas van en el maletero. Escribimos al chico de couchsurfing de Narok (que ya nos ha avisado que no nos puede alojar) para ver si tomamos algo con él, pero nada más llegar a la terminal nos cogen en un coche que se supone que va para Sekenani, una de las puertas de entrada a Masai Mara.
Cuando el coche se llena (lo que consideran ellos por lleno es que en un coche de 5 plazas vamos 8 adultos, una niña y un bebé), salimos. En el trayecto, whatsappeamos con varios hoteles, uno de ellos el Mara Explorers que hemos leído es el más barato de la zona para hacer safaris en Masai Mara. Finalmente decidimos ir a este último, así que le pedimos al conductor que nos pare en Sekenani para hacer compras.
LLEGANDO A SEKENANI EN MASAI MARA
Aún están haciendo la carretera, así que al principio es buena pero luego pasa a ser un camino de tierra con baches. En Sekenani hacemos una buena compra de comida para estos días, ya que el hostel se supone que tiene cocina compartida.
Cuando les decimos para que nos lleven al hotel (unos 15 minutos), nos quieren cobrar 1.500, cuando el trayecto hasta aquí han sido 1.000 entre los dos (unas 2h30′). Al final lo conseguimos bajar a 500. Nos llevan al alojamiento, hoy somos los únicos aquí. La tienda está genial, los baños limpios y la cocina tiene de todo lo que necesitamos para un par de noches.
Así que nos damos una ducha y cenamos. Damos un paseo por el sitio ya que no se puede salir por los animales, y luego rato de wifi en recepción. Además echamos unas partidas a varios juegos de mesa que tienen. Nos vamos pronto a dormir que mañana madrugamos para ver más animales.
DÍA 7: UN DÍA EN EL LEGENDARIO MASAI MARA
A las 5.30 nos levantamos y vamos a la cocina a desayunar. Unos minutos después de las 6.30 estamos ya en recepción, donde nos presentan a Ken, que será nuestro guía y conductor hoy. En el coche hay tomas de corriente para cargar, y agua para rellenar. Pincha en el enlace para saber cómo hacer un SAFARI BARATO en KENIA.
La entrada está a apenas 15 min del hotel, hay muchas mujeres Masai intentando vender cosas. Las tarjetas de estudiante no cuelan ya que hay que pedir el descuento de estudiante por internet al menos dos semanas antes. El día increíble, tenemos muchísima suerte. Por supuesto no se nos escapan al comienzo del día jirafas, gacelas y ñus.
¡Pero qué bien nos caen los ñus desde que los vimos en el Parque de Matobo en Mozambique! La sabana de Masai Mara es espectacular. Nos acercamos para ver unos “Topi” o “blue jeans” pero a lo lejos vemos algún coche parado, así que Ken va rápido hacia allá. Donde hay coches, hay algo interesante, en esta ocasión ¡guepardos!
Les dejamos un ratito tranquilos que no se mueven mucho, aunque nosotros podríamos estar viendo a estos “lindos gatitos” horas y horas. Ken decide volver al lugar de los guepardos, a ver si cazan o se mueven. Aunque pronto empiezan a andar hacia nosotros… 😃 Y pasan junto a nuestro coche… 😨 Ya estamos mega-ultra emocionados y contentos con el día.
UN ELEFANTE CON CINCO PATAS, HIPOS Y GUEPARDOS
Pero esto sigue, incluso vemos a un elefante con cinco patas 😅 Paramos a almorzar junto a un árbol de las salchichas. No son ni las 11 de la mañana y ya estamos felices con todos los animales que hemos visto. Volvemos a ver una familia de elefantes, un termitero… cuando vemos un coche parado junto a la pista, sabemos que hay algo “interesante”.
Los guías están tan acostumbrados a ver a todos los animales, que sólo paran cuando hay felinos o algún otro “Big Five”. Son un grupo de cachorros de leona ¡Qué cerca estamos! Nos sentimos felices y afortunados de poder estar aquí y ver todos estos animales tan cerca, con la única compañía de Ken, y durante el tiempo que queremos porque vamos sólos en el coche… Pero queda mucho día por delante.
Paramos a comer, Ken extiende una manta y saca la cesta con la comida. Luego vamos camino a zona de agua, a buscar hipopótamos. Hay muchos hipos, y son enormes. De vuelta a la zona más cercana a la entrada de Masai Mara que usaremos para salir, seguimos con nuestro día de suerte. Primero, otra vez muy cerca, unos guepardos echando la siesta a la sombra.
HIENAS Y LEONES
Pero… aún hay más. Poco después, nos encontramos con varias hienas. Las primeras del viaje. El día se va acercando al final, pero no dejamos de ser unos afortunados. Ahora, más leones y leonas. Empieza a oscurecer, y las nubes se echan, dejando unas imágenes realmente bonitas… ¡e incluso un arco iris plano! Cuando vamos sentados, pensando en no ver más animales ya que nos dirigimos a la salida, Ken ve a lo lejos otro grupo de coches. Vamos para allá, y para terminar el día en Masai Mara, vemos una guepardo con sus cachorros.
Antes de salir del parque se pone a llover. Nos deja en el campamento y hay unos charcos de la leche, vamos a la cocina y nos hacemos unos espaguetis con cebolla y tomate, con la compañía de cientos de mosquitos-polillas que van a la luz. Es casi imposible cocinar, con todo mojado, goteras, y esa cantidad de mosquitos que se meten en las cazuelas. Así que nos vamos a comerlo a una zona de sofás junto a la recepción.
Conocemos a Alex, un chico catalán que ha venido dos semanas, y que probablemente nos crucemos al final del viaje en Zanzíbar. Nos deja una guía que se ha traído, y echamos un vistazo y decidimos irnos mañana. Queremos pasar un día o dos en el Lago Victoria, a mitad de camino de la frontera. Nos despedimos ya pasadas las 22.30, que nos echan de recepción porque cierran ya.
DÍA 8: CRUCE DE FRONTERA ENTRE KENYA Y TANZANIA
A las 5.45 nos levantamos y en la cocina nos preparamos el desayuno. En recepción esperamos a nuestro taxi compartido, que llega a las 7.30 en lugar de a las 7. Este trayecto de lujo, porque él pensaba ir recogiendo gente por el camino, pero al final sólo coge a otro y casi al final, mal para él pero estupendo para nosotros.
En Narok vamos al super a comprar chapatis, y Katz se compra en un puesto un aguacate. Una chica del super nos dice por dónde está la oficina de los buses que van hacia la frontera, así que vamos para allá. Y es que durante el trayecto en coche hasta aquí, hemos cambiado de idea y vamos a cruzar hoy la frontera. En la oficina nos dicen que nos toca esperar, ya que el próximo bus está completo, así que tendrá que ser en el de las 10.30.
Hacemos tiempo esperando por allí, Katz le da unos pantalones a un chico que los lleva muy rotos. Casi a la hora, el señor de la oficina de tickets nos hace entrar dentro, y de paso aprovecha a que Katz le rellene quiniela de aquí con equipos de Europa.
Vamos al bus, las maletas van en el maletero lo que es buen comienzo. Pero a nosotros nos toca separados, al menos al principio, porque vamos cambiando asientos según va bajando la gente y acabamos juntos. Así aprovechamos a mirar alojamiento para hoy, y al final por una confusión vamos a uno que sale caro, 65 usd la noche, así que esperamos poder aprovecharlo.
FRONTERA DE ISEBANIA ENTRE KENIA Y TANZANIA
Bajamos del bus, y cruzamos frontera. Primero hay que pasar por donde un poli que hace una foto y toma huellas, y luego por otra donde ya te hacen el visado de Tanzania y lo pagas, y donde por cierto, nos piden la cartilla de vacunación. Katz vacila al poli preguntandole si no hay 2×1 en el visado, y nos contesta serio que nos apartemos. A Katz no se le ocurre nada mejor que preguntarle si ha tenido mal día…
Salimos ya en el lado de Tanzania, y cogemos un taxi compartido sin apenas pararnos. Se nos está haciendo tarde, el último bus a Bunda es a las 7 y ya son más de las 6.30. No tenemos tiempo ni de comprar unas tarjetas de internet tanzanas para el móvil si queremos llegar al alojamiento que hemos reservado. El taxi nos deja junto al bus, al cual tenemos que subir con mochilas, nos sentamos atrás del todo. Son las 19.05 cuando sale.
LLEGADA A BUNDA POR LA NOCHE
Y son algo más de las 21 cuando llegamos a Bunda, sin internet y sólo con las coordenadas del alojamiento que venían en AirBnb. Cogemos dos motos para llegar al hotel, al poco de arrancar mi visera se va volando, pero aunque le aviso el chico no para porque no me entiende. Aquí no hablan inglés como en Kenya.
Nos llevan a un hotel donde nos abre un chico que nos dice que su jefe no se llama como nosotros tenemos apuntado, así que seguimos buscando. Varias vueltas después, y después de que uno de los chicos de la moto compre saldo para llamar al alojamiento, era ese primero donde hemos estado. Así que nos llevan y conocemos a Yusa, el dueño.
Como nos deja cambiar el desayuno por la cena, yo pido un wrap de pollo y Katz hamburguesa. Mientras la hacen, vamos a nuestra habitación, que está muy bien, y nos duchamos, aunque somos incapaces de poner el agua caliente. Cenamos y a la cama rendidos.
DÍA 9: MONTE DE BUNDA Y LAGO VICTORIA EN LAMADI
Nos levantamos y bajamos a recepción en busca de wifi. Hay un chico esperándonos, y es que Yusa nos explica que ha pasado vendiendo tarjetas para el móvil, y como sabía que queríamos le ha dicho que nos espere. Hacemos los trámites, comprando una tarjeta de 1 giga cada uno. Mientras, baja Rubén, un chico que está aquí alojado por trabajo, y cuando acabamos con lo de las tarjetas bajamos nuestro desayuno y desayunamos con él en la zona de recepción.
No hay luz, así que no podemos cargar los móviles. Una hora después seguimos sin internet, Yusa mira y cree que lo que nos han vendido es sólo la tarjeta. En el jardín junto a recepción hay un montón de coloridos lagartos. Ha pasado ya más de media mañana, y queremos subir un montecito curioso que hay junto al hotel.
Empezamos el camino, y al poco nos encontramos con un montón de chavales y niños, un profe se nos acerca y se pone a hablar con nosotros, nos explica que es una iglesia-escuela. Llama a sus alumnos y nos hacemos un par de fotos con ellos. Seguimos la subida, cruzando bosquecitos y matojos, dejando arañas y lagartos atrás. Cuando llegamos a mitad y ya vemos las vistas decidimos bajar.
Hemos cogido un AirBnb para esta noche en Lamadi, un pueblo que está a 20 minutos de Bunda en dala dala, y tenemos que comprar para hacernos cena, así que no queremos llegar tarde. La bajada la hacemos por otro camino distinto, no porque queramos, sino porque nos perdemos un poco. Descansamos un ratito en recepción, hablando con Yusa. Recogemos nuestras mochilas, nos despedimos, y bajamos a la carretera principal.
PARA EL LAGO VICTORIA EN LAMADI
Esperamos al dala dala junto a la carretera principal, de un carril en cada sentido. A los 10 min viene un dala dala, nos montamos con un montón de chicas que vienen del cole. El chico que está sentado a mi lado me habla en suajili, cuando le digo que no hablo, que inglés, me pregunta si en el colegio no me han enseñado suajili jeje
Llegamos a Lamadi, intentamos mirar el GPS pero es imposible, preguntamos y un chico nos acompaña, aunque también tiene que llamar para saber dónde vamos porque no lo conoce. El apartamento está genial, salimos a hacer compras y aprovecho a comprarme una mazorca.
Empieza a llover, así que volvemos rápido al apartamento. En la tienda más cercana a casa, un peque de menos de 2 años llora al vernos, de aquí en adelante cada vez que nos ve llora desconsolado. Se oye llover un montón. Ponemos un poco la tele y vemos que hay fútbol, así que mañana que juega el Athletic a ver si podemos verlo.
DÍA 10: LAMADI Y LA GRAN TORMENTA
Nos levantamos sin prisa, dedicamos parte de la mañana a hacer algo de colada y a whatsappear con unos y otros para el safari del Serengeti. Al final lo haremos mañana con Yusa, y Rubén (si se apunta). Katz sale a comprar agua, y se encuentra con el chico que ayer nos acompañó a casa, tiene monedas antiguas muy chulas. Nos dice que tiene una barca, y quedamos con él sobre la 1 para ir a dar una vuelta por el Lago Victoria.
Antes salimos a dar una vuelta e intentar ver el lago en la zona más cercana en Lamadi, se nos une otro chaval. Nos lleva hasta el lago, donde hay unos pescadores y huele un poco mal a pescado seco. Una señora se extraña de que esté comiendo la mazorca, que como anoche me sobró estoy acabando ahora, porque dice que los mzungu no suelen comer. De aquí vamos paseando de vuelta a casa, la gente nos mira.
Aunque nos parezca difícil, ya que hoy en día parece que hay turismo en todos los sitios, hasta en el más alejado, aquí no parece que estén muy acostumbrados a que los guiris se paseen y compren. Se nos acercan, alguno de ellos pidiendo fotos. No vemos al chaval para ir con la barca. Como sabemos que es amigo del que cuida la casa donde estamos alojados, le decimos que porfa le llame.
Total, que al final estamos saliendo de casa casi a las 2, y viene con nosotros también su mejor amigo. Andamos por arrozales, entre casas de gente que se nos queda mirando, hay unos paisajes preciosos. Salimos a la carretera y seguimos andando por ella, ya son las 3. Y de repente, empieza a llover.
NOS QUEDAMOS SIN LAGO VICTORIA POR TORMENTA
Pero empieza a llover increíble, intentamos refugiarnos pero no hay mucho sitio donde hacerlo, estamos calados. Cinco minutos después salimos de debajo del árbol porque no tiene pinta de que vaya a parar, y nos ponemos a andar hacia el pueblo. Los chavales se han quedado un poco tristes, nos da mucha pena no poder ir con ellos y compartir un rato en la barca, pero así no podemos.
Pasa una moto-taxi y la cogemos Katz y yo, ellos dicen que cogerán otra cuando pase. Pensamos que irán andando mojandose, se quedarán con el dinero que les hemos dado y harán bien. Estamos llegando al pueblo, y empiezo a notar que las gotas me hacen daño… ¡es granizo! Para la moto y nos refugiamos bajo techo junto a una tienda, parece un pequeño tornado.
Llueve que no se ve casi la acera de enfrente, graniza unos pedrolos enormes, y el viento es huracanado y se lleva una caseta. Cuando para un poco decidimos ir hacia casa, porque sino no sabemos cuánto tiempo estaremos ahí. Las calles están inundadas, muchas casas con el agua dentro. Llega un punto en el que no podemos seguir sin mojarnos las zapatillas, así que decidimos descalzarnos e ir como ellos.
En uno de los bordes, de repente Katz me llama gritando, le miro y tiene una pierna totalmente sumergida en el barro. Dejo las cosas y voy a ayudarle, cuando mi pierna también se mete, aunque sólo hasta media espinilla. Salimos de ahí como podemos y vamos rápido para casa, calados. Una ducha que agradecemos, aunque no vamos a poder ver el partido porque han cortado la luz. Así que la tarde casera, sin luz, Katz sale a comprar agua y poco más, a dormir pronto que mañana vamos al Serengeti.
DÍA 11: SAFARI EN EL SERENGETI
A las 6.30 estamos esperando a Yusa, que aparece unos 15 min más tarde. Montamos con él en su coche, y salimos hacia el Serengeti. Vistazas por la carretera. Nos dice que él no puede acompañarnos hoy, pero que nos deja en buenas manos. Pincha en el enlace para saber cómo hacer un SAFARI BARATO en TANZANIA. Justo enfrente de la entrada del Serengeti, hay un camping, el dueño se llama Richard y será nuestro conductor y guía hoy.
Además viene con nosotros un chaval porque dice que con este tiempo, y con el agua que ha caído, necesitará ayuda si el coche se queda atascado. El día empieza bien, en la misma entrada vemos un nido con pajarillos, un monete con un bebé se nos acerca y otros se suben al coche. Nada más entrar, una cantidad inmensa de cebras y ñus.
BUSCANDO LEOPARDOS EN SERENGETI
Un par de árboles en mitad de la carretera hacen que nos paremos. Tienen que cortarlos y apartarlos del camino para poder continuar con el coche. Al cabo de un rato por una carretera recta, empezamos a darnos cuenta de que este parque es mucho más grande que los otros visitados, con lo que ver animales es más complicado. Aún así, Katz tiene buen ojo y gracias a él vemos unas hienas.
Seguimos el camino, Richard está decidido a que veamos leopardos, y lleva el coche a toda marcha, sin hacer caso de animales como jirafas o elefantes. De vez en cuando le tenemos que decir que pare para poder verlos, porque si por él fuera los pasaría de largo. Después de un buen rato de no ver animales, y de darnos la vuelta por algún camino encharcado por el que no podemos pasar, vemos una leona con sus cachorros.
Pasamos junto a unos búfalos, uno de los cuales está herido y nos quiere atacar. Junto al camino, vemos varias tortugas. Nos acercamos a zona de agua, pero sólo vemos huellas de hipos, de ellos ni rastro. Eso sí, vemos un cocodrilo. Empezamos a estar un poco cansados de decirle que no nos importa ver elefantes, cebras, o impalas…
SALVADOS POR LOS LEONES EN EL SERENGETI
Lo que queremos es ver animales y no estar todo el rato pasándolos de largo intentando encontrar leopardos, que nos da igual… De vez en cuando, vemos algún animal suelto que nos alegra el momento. Ya por la tarde, el tiempo empieza a cambiar y hace más fresco. También nos llueve a ratos, pero nos da igual. Sobre todo cuando bajamos del coche y el agua nos pilla viendo a unos hipopótamos… ¡a disfrutar del momento, ya nos secaremos!
Siempre es genial encontrarte con los animales, por suerte vemos muchos conocidos, y alguno que no habíamos visto nunca. También mangostas que no paran quietas. En la salida, tristes porque llevamos todo el día buscando leopardos y leones y nada, de repente nos encontramos con una leona con intenciones de cazar, y que pasa junto al coche…
Y poco más allá, con una jirafa y un elefante ocupando la carretera. Ya al final del todo, un león tumbado tranquilamente… Richard nos dice que tenemos que irnos, que nos cierran el Parque, y no quiere parar. Pues ya pueden dejarnos dentro porque apenas hemos visto nada hoy. Para el 4×4 5 minutillos y gozamos con el melenudo león. Es el único que hemos visto en todo el día, pero nos ha salvado el safari junto con la leona justo al final.
A DESCANSAR TRAS EL SAFARI
Del Serengeti nos lleva al hotel de Yusa, necesitamos cambiar dinero y los bancos y casas de cambio están cerrados ya, así que él mismo nos cambia. De vuelta en Lamadi, compramos los billetes de bus para mañana a Dodoma, a la chica que nos los vende le echan la bronca y discuten, creemos que porque querían cobrarnos más.
Compramos unas patatas, nos preguntan que si le echan huevo y les decimos que sí, para nuestra sorpresa hacen una especie de tortilla de patata. Compramos más cosillas y las cenamos en casa. Preparamos mochilas y a dormir.
DÍA 12: CARRETERA Y MANTA, 14 HORAS DE BUS EN TANZANIA
Nos despedimos del chaval y del perrillo que nos ha hecho compañía estos días. A las 06.15 salimos de casa, tenemos que estar a las 6.30 en la parada de bus, y allí estamos… aunque hasta las 7 no llega. El bus muy bien, hasta con usb para cargar el tlf. Sobre las 12 hace parada para comer, Katz se coge dos raciones de arroz y yo 2 de patatas, acabo tan saturada que las acaba él. Compramos una bolsa de patatas por si acaso un rato más tarde.
Las vistas con arrozales al principio y baobabs después preciosas. Nos habían dicho que eran 9 horas de bus, pero llegamos a Dodoma a las 21 horas, así que 14 horas en total. La chica de AirBnb nos está esperando, se ha ofrecido a ir a buscarnos. Primero vamos a comprar los billetes de bus a Iringa para mañana, sólo hay en la última fila y carísimos.
Después nos lleva al apartamento, está muy bien, hay dos habitaciones y dos baños, salón y cocina, eso sí, un montón de escarabajos voladores. Nos arregla un bajaji para ir mañana al bus, que sale a las 7.30 pero hay que estar a las 7, y sobre las 11 nos acostamos. Ha sido un día largo.
DÍA 13: IRINGA, ORFANATO Y GANGILONGA
Nos levantamos y sin desayunar cogemos el bajaji y vamos a la estación. El bus viene unos 15 min tarde, pero también está muy bien. El viaje horrible, las vistas de los baobabs muy chulas, pero en los resaltes que hay para que los coches reduzcan velocidad, no lo hacen mucho y vamos botando todo el rato, y volando literal. Además la carretera tiene muchas curvas, la chica que va al lado nuestro con dos niños se marea y vomita, yo ni miro.
NOS AYUDAN EN EL ORFANATO DE IRINGA
Llegamos a Iringa, Katz va a preguntar al conductor y le dice que este es el centro y que hay otra parada 10 min después. Cuando viene Katz a avisarme para bajar, el conductor tira para adelante, así que pensamos que bajamos en la siguiente que por 10 min no pasa nada.
Pero si pasa, porque esa parada está más allá de 10 min, en otro pueblo y en medio de la nada, además el de AirBnb no nos ha contestado, y mientras estamos ahí sin saber qué hacer, nos dice que no tiene disponibilidad. Así que miramos la otra opción que vimos ayer. Reservamos y se nos confirma al momento, cogemos un taxi con el que quedamos que nos lleve a la otra parada del bus.
Pero no nos entendemos muy bien, porque cuando quedan 15 min andando nos dice que eso está muy lejos y él se refería a otra parada, nos pide más dinero por ir a la que le decimos, así que nos bajamos y vamos andando. No encontramos la casa que hemos reservado por AirBnb, pasamos por un aserradero y no hay ni rastro de la casa de las fotos. Vamos a lo más parecido a una casa, y resulta que es un orfanato para niños de la calle, que recogen, educan, visten y alimentan mientras buscan a sus familias.
GANGILONGA ROCK EN IRINGA
Una de las chicas que gestiona el lugar nos ayuda y llama a Emima, la chica de AirBnb que no contesta a nuestros mensajes. Al final estamos allí un ratillo, hasta que Emima llega y nos lleva en coche a su casa, donde vive con 2 de sus hermanos, su sobrina, y una chica que ayuda un poco en todo: hacer la casa, la comida, atender la tienda… Es una chica muy maja y activa, al final nos vamos a comer con ella a un restaurante que ayuda a gente con discapacidades.
Katz compra una camiseta de fútbol de la selección de Tanzania, y luego vamos en coche hasta la zona de abajo de la Roca Gangilonga, donde aparcamos.
Subimos andando, es menos de 15 min hasta la entrada, y el amigo de Emi nos cobra 10.000 en lugar de 15.000. Luego hay una pequeña subida y la final más pronunciada entre dos rocas. Las vistas chulas, aunque poca puesta de sol por las nubes. El chico nos explica un poco la historia de la roca. La bajada es fácil, bastante mejor de lo que esperaba. Vuelta a casa. Ducha y relax, y a dormir.
DÍA 14: ISIMILA, VIAJE A LA EDAD DE PIEDRA
Seguimos las instrucciones que nos ha dado Emi para llegar al Parque de las formaciones de Isimila, lo primero es ir a coger un bajaji, y ya nos entretenemos en un bar en la Plaza del Reloj a desayunar fuerte y compramos chapatis para luego por si acaso.
Después de comprar agua, a por el bajaji. Tardamos unos 20 min en llegar a un cruce donde tenemos que bajarnos, y esperamos menos de 5 min cuando llega nuestro dala dala. Nos toca montar atrás del todo, así que cuando tenemos que salir se tiene que bajar casi todo el mundo 😅
YACIMIENTO DE LA EDAD DE PIEDRA EN ISIMILA
Seguimos las señales para llegar, hay como 1,2 km por un sendero no asfaltado entre casas y huertas. Compramos las entradas y conocemos a nuestro guía. En el parque muchos lagartos y chicharras, que no habíamos visto nunca. Primero nos lleva a ver trozos de herramientas encontradas de la Edad de Piedra que están en una caseta. Luego ya vamos al cañón donde están las famosas formaciones.
Una pasada, son muy altas, y el paseo por el cañón muy chulo, aunque duro con el calor que hace. Estamos solos, somos la primera visita de hoy, y dice que en temporada alta de junio a septiembre está lleno, lo siento por él que se lleva menos propinas, pero qué gusto verlo así. Nos cuenta que está estudiando antropología y que a temporadas viene a trabajar y ahorrar para seguir estudiando. Entramos con él a ver el museo, y nos despedimos, le toca otra visita con 2 chicas que han entrado.
Nos toca hacer el camino de vuelta, aunque ya nos han explicado que sólo los dala dala con verde nos llevan hasta el centro, el resto van a la estación de buses. Así que nada más llegar a la carretera nos para el dala dala, pero no el verde, así que nada. Y por no quedarnos parados vamos andando por la carretera, aunque hace mucho calorrrr…
PINTURAS RUPESTRES EN ISIMILA
Y por fin pasa el dala dala que necesitamos, aunque creo que nos hubiésemos subido en cualquiera, no llevamos mucho andando, unos 15 min, pero se ha hecho eterno. En el dala dala se suben una chica con su bebé, una niña, y una señora muy mayor, todos masais. Impresiona muchísimo esas caras curtidas, los agujeros de las orejas, los pendientes que lleva, el bastón…
Bajamos y vamos hacia la tienda de Emi, desde donde le preguntamos cómo ir a ver las pinturas rupestres, y nos dice que nos envía a un chico. En estas que empieza a llover un montón, son unos 15 min que no para, una barbaridad. Cuando para llega el chico que nos ha enviado Emi, cogemos un bajaji y vamos hacia el sitio, se tarda unos 20 min. Subimos, la subida es por un camino empinado, a veces con rocas, pero el paisaje increíble.
Hay que entrar por un hueco en la roca. Es increíble que las pinturas estén donde están, sólo tapadas por la propia roca. Una roca gigante bajo la cual están las pinturas rupestres. Para bajar bajamos por unas escaleras y un camino pavimentado, fácil para bajar pero por el que hemos subido me ha encantado, mucho más bonito y auténtico.
REGRESO A IRINGA, CENA Y REGATEO
Vuelta en el bajaji, y nos deja en el centro. Tenemos que ir a hablar con el de la agencia de safaris que nos ha llamado para decirnos que tiene algo. Al final hay un chico que quiere hacer safari compartido, y como le han dado un precio más alto, a nosotros nos hace el precio que les habíamos dicho, 65 por persona más las entradas, así que mañana último safari del viaje en Ruaha.
Vamos a cenar al mismo sitio del desayuno, y compramos chapatis y una chips mayai para mañana comer en el Parque, además de una magdalena para el desayuno. Compramos también agua, vamos andando a casa y a dormir pronto que mañana hay que madrugar.
DÍA 15: RUAHA, ATASCADOS EN EL PARQUE DESCONOCIDO
A las 6 en punto estamos fuera de casa esperando al coche, llegan 5 min después y nos presentamos a Manuel, el chico con el que compartiremos el safari, es Suizo. Son dos horas y media de coche hasta la entrada del parque, de las cuales sólo habrá 45 min asfaltados. Al poco de entrar, paramos junto a un río.
Hay un montón de hipopótamos y cocodrilos. Empezamos viendo luego los animales más numerosos, sobre todo gacelas. Cruzando un riachuelo, el coche se para. El conductor intenta arrancar, pero no consigue sacarlo de ahí. Así que nos toca esperar a que venga algún coche que nos ayude, lo cual en esta época del año con tan pocos turistas, es cosa de un buen rato.
Aunque las vistas son preciosas. Cuando conseguimos salir del atasco, pasamos un ratillo de conducción sin parar, viendo algún animal y parando sólo cuando le pedimos. Pasan horas y ya nos dice que tenemos que empezar a salir del parque. Parece que sin ver felinos que es lo que él está buscando, pero Katz le grita que pare… ¡y ahí están! Vemos por fin a la pareja de leones de luna de miel.
HIPOPÓTAMOS Y DÍA SALVADO
Antes de salir volvemos a parar para ver los hipopótamos en el río de la mañana, ahora están bastante activos y fuera del agua. En fin, el día lo salvan la pareja de leones y ver los hipopótamos, además del atasco que ha sido divertido. Poca cosa, mucho conducir sin ver nada.
A la vuelta cena en nuestro sitio de estos días. Luego vamos a la tienda de Emi cuando está cerrando, nos ha comprado los billetes de bus para mañana en el mismo que va a viajar ella a una convención. Los pagamos, y ya nos vamos a casa en coche. Organizamos, y a dormir.
DÍA 16: BUS DE IRINGA A DAR ES SALAAM Y CHIPS MAYAI
Como hemos quedado con Emi que a las 6 desayunamos, nos levantamos un poco antes, pero a las 06.05 aún no hay nadie. Poco después entra ella como una loca movilizando a todos, despierta a su sobrina y la viste mientras grita y está como atacada. A y 15 estamos saliendo, nos lleva su novio en coche a la estación de bus, hay tiempo de sobra, aunque ella no lo piensa así.
El trayecto en bus horrible, nos toca la última fila y en los resaltes de la carretera me duelen tanto los ovarios que nos levantamos en cada uno cuando los vemos con tiempo. Hace sólo una parada “larga” para comprar comida de 20 min. En una de las paradas, suben dos niños, el mayor no tendrá más de 8 años, y se sientan junto a nosotros. Van super formales todo el camino, sin moverse.
Les compramos un paquete de palomitas y les damos un poco de chapati para que coman algo. Llegamos a Dar, nos despedimos de Emi y de su sobrina Cloe y vamos andando a nuestro hotel, el Whitemark, que está a 15 min andando. Necesitamos cambiar dinero, pero nos damos cuenta que mañana es domingo y estará todo cerrado, así que mientras me ducho Katz sale a ver si puede sacar en un cajero, y al final lo consigue.
Compramos un bono de internet que ya lo hemos gastado, aunque en realidad es un chico que nos hace el favor de comprarlo él con su tlf y traspasarnos el saldo, mientras lo hace entran chavales con muchos billetes, parece la tienda trapicheos del barrio jeje. Luego Katz entra a una barbería, y se corta la barba. Un chips mayai para cenar, y a dormir.
DÍA 17: EXCURSIÓN A LA ISLA MBUDYA
Nos levantamos sin prisa, vamos al desayuno que tenemos incluido. Recogemos y dejamos este hotel, hemos reservado un hostel cerca del mar. Salimos a una calle más principal a pedir un Bolt, durante el camino el chico habla bastante, sobre todo de fútbol, es fan de Cristiano Ronaldo. La calle principal está cortada por obras, las calles secundarias sin asfaltar.
Llegamos donde el GPS pone que está el hostel, bajamos del coche y quedamos en que mañana nos viene a buscar a las 10.30 para llevarnos al aeropuerto. Un chaval aparece y nos dice por señas que le sigamos, en una calle transversal está el hostel. Es pronto y están arreglando la habitación, así que vamos a dar una vuelta a ver si vemos la playa.
La vuelta no nos lleva más de 25 ó 30 min, ya que el acceso que marca Google Maps está cerrado con un hotel. Hace muchísimo calor, el sol pega fuerte, así que volvemos hacia el hostel, que está en zona de asociaciones de protección a niños, a animales, etc… De vuelta en el hostel subimos a la habitación, es gigante, aunque tiene muchísimas hormigas.
Nos cambiamos de ropa por algo más ligero, les preguntamos por algún super, y vamos hacia allí andando de nuevo. Está a unos 20 min andando, con este solazo a mi se me hacen como 2 horas, en el super está el aire acondicionado a tope, se nota que es un supermercado de gente con poder adquisitivo.
Katz estrena corte de pelo en Mbudya, ahí está el día anterior en la peluquería ⬆.
EQUIPADOS PARA MBUDYA
Compramos 2 botellas de agua y comida variada, y subimos a la segunda planta que hay mesas y comemos ahí, eso sí, a temperatura ambiente que no hay aire acondicionado.
Pedimos un Bolt para ir de excursión, Katz tiene apuntado un sitio para ir a una isla chula. El destino es el Serena Beach Hotel, ahí se compran las entradas para la barca y se paga el fee de entrada a la isla. Así que montamos a la barca, y en unos 15 min estamos en la isla. Vamos hacia donde nos dicen que hay snorkel, les pedimos a unos chicos que nos vigilen las bolsas, y al agua.
El snorkel malo, no vemos nada salvo algún pez suelto y al final uno chulo. Y cuando íbamos a alejarnos más en busca de corales, muchas medusas, así que volvemos a la orilla. Cogemos las bolsas e intentamos seguir un camino que pone que lleva a otra playa, pero no está muy abierto y Katz que va descalzo para no manchar las zapatillas se va haciendo daño en los pies, así que después de un buen rato decidimos darnos la vuelta.
Intentamos hacer snorkel en la misma playa de antes, pero en la zona contraria ¡Y vaya si encontramos! Hay una zona de snorkel bastante buena un poco alejada de la orilla, así que estamos un ratillo por ahí. Nos secamos un poco y cogemos la barca de vuelta, la última es a las 6 y nosotros la cogemos a las 5, aún queda bastante gente.
A DESCANSAR CON LAS PICADURAS
Pedimos un Bolt para ir al hotel, es un chico majete, le decimos que nos gustan mucho las chapatis y nos dice que de camino hay una tienda con chapatis muy ricas, dice que nos para. Al final Katz compra 5 chapatis para nosotros y una para darle a él, y una chips mayai para cenar.
Para cuando llegamos al hostel es de noche, así que cenamos, y después de una ducha a la cama. A los 10 min me miro las piernas que me pican mucho, y cuento 11 picaduras. Mato 3 mosquitos, echo antimosquitos por dentro de la mosquitera, y a intentar dormir.
DÍA 18: ¡ZANZÍBAR, ALLÁ VAMOS!
Bajamos al desayuno y ya hace calor. Me sorprende que la yema de los huevos es blanca. Organizamos un poco las mochilas para dejar a mano la ropa limpia y más fresca y enterrar de momento las sudaderas.
El chico con el que ayer quedamos que nos venía a buscar no contesta al whatsapp, así que pedimos otro Bolt para ir al aeropuerto. En el hostel, a pesar de que lo habíamos pagado por Booking, nos hacen pagar en mano así que habrá que reclamar. La terminal 2 del aeropuerto es muy pequeña, y los controles están tranquilos, así que pronto estamos esperando.
LLEGAMOS A ZANZÍBAR, HOGAR DE FREDDIE MERCURY
Llega el momento de montar al avión, y si fuera hace calor, dentro es horrible. Es como estar en una sauna, no podemos dejar de sudar. Menos mal que el vuelo sólo son 25 min, bajamos y cogemos mochilas, y salimos de la terminal.
En la oficina de turismo preguntamos cómo llegar al centro de Stone Town en bus, y salimos hacia los dala dala. No tarda mucho al centro, en unos 15 min estamos, y nos deja en una calle con muchísima gente. GPS en marcha, y vamos andando hacia el hotel. Hace mucho calor, mucha humedad, hay mucho polvo, mucha gente…
En el hotel, nos dan una habitación superior con baño privado, está muy bien. Salimos a dar una vuelta, conocer la ciudad y preguntar precios de buceos. Es agobiante tanto calor, y tanta gente parándote a ver si necesitas taxi, agua, excursiones… Llegamos hasta la casa donde nació Freddie Mercury, y tras las fotos de rigor volvemos hacia el hotel.
DE PASEO POR STONE TOWN
De camino Katz se coge una pizza de Zanzíbar, que es como un crepe con carne, tomate y queso. Luego vamos a un bar, The Passing Cross, y ahí pedimos comida muy rica y un zumo para cada uno, el de Katz de varias cosas incluyendo aguacate, y el mío de zanahoria y naranja con jengibre. Al final, nos invitan a un spicy coffee, pero es muy raro tomar un café picante.
Vamos al hotel a refrescarnos un poco, y viene Otumani aquí. Es un chico de couchsurfing que nos ha dado mucha información. Salimos a dar una vuelta con él, la ciudad ha cambiado. Ahora hay una temperatura muy buena, corre un poco el aire, y la gente está por el paseo cenando en unos puestos que han montado, o tomando algo.
Estamos un rato con él, le invitamos a una soda. Probamos el jugo de caña de azucar con limón y jengibre, y nos despedimos. Nos ha puesto en contacto con una agencia de buceo que nos hace muy buen precio, ya veremos. De vuelta en el hotel, un rato de wifi y a dormir.
DÍA 19: EXCURSIÓN A PRISON ISLAND
Nos levantamos y subimos al desayuno que ponen en la terraza. Nos traen un plato con fruta, café, y luego una tortilla con dos tostadas. Whatsappeamos con Alex, el chico al que conocimos en Masai Mara, que también ha llegado a Zanzíbar, y quedamos en ir a Prison Island los tres.
Mientras nosotros organizamos el tema del buceo, hotel en el otro lado de la isla, y vuelo de vuelta a Dar, Alex está por el paseo, y negocia con una barca el precio para los tres para ir a Prison Island. Se supone que cuesta unos 10 usd por persona, o eso piden todos, y él lo ha negociado por 20 los 3. Vienen con la barca, montamos, y tardamos una media hora en llegar.
TORTUGAS DE GALÁPAGOS Y SNORKEL EN ZANZIBAR
Pagamos la entrada, y alucinamos cuando vemos las tortugas, ¡no nos las imaginábamos tan gigantes! Al final la hora que íbamos a estar en la isla la pasamos viendo sólo las tortugas. Vamos hacia la playa donde nos han dejado y no vemos nuestro bote, vamos un poco más hacia la derecha, donde están ahora dejando y cogiendo a la gente porque en el otro lado hay mucho viento, y nada.
Al final pasa 1 hora y tres llamadas al que habla inglés que es con quien estaba todo negociado, hasta que el capitán viene y nos dice que estaba esperando al otro lado, que nos ha visto antes y nos ha hecho señas… ¿Y entonces por qué no nos ha venido a buscar?
En fin, subimos a la barca y encima nos dice que ya no hay tiempo para hacer snorkel. Pero le decimos que snorkel sí, no es negociable, aunque le tenemos que pagar alquiler de las aletas y la máscara y tubo para Alex. La zona de snorkel muy mala, sólo hay algas, estrellas y erizos de mar, algún pez suelto pero poca cosa. Volvemos a tierra, y vamos con Alex a la casa de Freddie Mercury, y luego callejeamos hasta llegar a una locura de restaurante donde ha comido él ayer.
COMIDA NO TRADICIONAL EN ZANZÍBAR
Tienen de todo, pero es enorme y hay mucha gente, con lo que tardan en servirte y cobrarte bastante. Además de la compañía de Alex, la de un gatete precioso. Nos despedimos de Alex que se vuelve hoy para casa, y volvemos andando tranquilos al hotel. Cuando refresca salimos de nuevo a pasear por el paseo marítimo, y hoy como vamos solos nos ofrecen más cosas que ayer. De vuelta al hotel pronto y a dormir.
DÍA 20: LOS MONOS DE JOZANI EN ZANZÍBAR
Desayuno en la terraza de nuevo, y preguntamos cómo ir al Jozani National Park. Tenemos que coger dos dala dala, así que nos ponemos en marcha. Hay que ir hacia el otro extremo de la ciudad, unos 20 min andando, y allí cogemos un dala dala hasta un cruce, donde bajamos y cogemos otro que nos para junto a la entrada al Jozani. Somos 6 personas con el guía, 2 chicas francesas, una pareja de Suiza y nosotros.
Primero se hace un recorrido por el bosque, por donde el guía nos va explicando los diferentes usos de las plantas. Salimos en busca de los monos colobos rojos y junto a la carretera vemos estos monos endémicos de la isla de Zanzíbar, que si lo llegamos a saber no pagamos entrada y venimos a verlos aquí. Luego, montamos en el coche de los suizos y las francesas en el suyo, y vamos hacia los manglares, donde hacemos un pequeño recorrido.
MANGLAR Y REPTILES
En total todo una hora y media. Preguntamos al guía qué hay en el área donde anuncian tortugas y nos dice que un centro de recuperación. Como ya se nos está haciendo tarde para volver hoy a Prison Island, decidimos entrar aquí a verlo, los suizos vienen con nosotros. No nos gusta mucho el sitio, los animales están más enjaulados, tienen tortugas de agua que se supone que liberan cuando empiezan a poner huevos, tortugas más pequeñas, lagartos, unas serpientes y las tortugas gigantes.
De nuevo en la carretera principal, tarda poco en pasar el dala dala, que nos deja en el cruce de esta mañana. Pero aquí preguntamos y nos dicen que cojamos uno que no acaba de pasar, y hace mucho sol y mucho calor… así que Katz decide hacer dedo, y nada más ponerse para un coche y nos lleva por 5.000. Comparado con los 800 del dala dala es mucho, pero al menos llegamos un poco antes a Stone Town que si no se nos hace muy tarde.
DE STONE TOWN A KIWENGWA
Nos deja cerca del hotel, vamos a coger las mochilas y volvemos al restaurante del otro día a comer. De aquí, vamos a donde salen los dala dala a Kiwengwa.
El camino se hace eterno y se nos hace de noche. Vamos revisando con el tlf la ubicación del hotel, y cuando estamos cerca un par de golpes y gritos de Katz hacen detenerse al dala dala. Por el camino que indica Google Maps no se puede ir porque está cortado por el Melia Zanzíbar, preguntamos a los de seguridad y uno de ellos que se iba ya a casa nos acompaña parte del camino.
Damos bastante bien con el hotel, y tiene buena pinta. Nos dan aunque sólo para esta noche una habitación superior, y tenemos que comprar una botella de agua en el hotel aunque cuesta una pasta. Les avisamos que mañana necesitamos desayunar pronto ya que pasan a buscarnos a las 7.30 para ir a bucear, y a dormir.
Nos despedimos de David, del Hotel Malindi ⬆.
DÍA 21: BUCEO CERCA DE LA ISLA DE MNEMBA
A las 6.30 estamos ya en la zona de desayunos, y aunque tardan un poco en empezar a prepararlo, nos traen primero fruta. Luego, una tortilla francesa con verduras, y además un zumo recién hecho. Hay té y café para auto servirse.
A las 7.35 ya en el coche, paramos a recoger a dos chicos alemanes que vienen con nosotros hoy, aunque ellos van a hacer snorkel, y nos llevan al centro de buceo, donde conocemos a Adam que es el dueño y con el que ha estado hablando Katz. Ahí nos dan la ropa y el material para el buceo, y conocemos al que va a ser nuestro Dive Master Omishi.
Montamos en el coche, y nos llevan hacia el norte, hacia Matemwe, donde cogemos la barca y vamos cerca de la isla de Mnemba. Los buceos genial, es como un acuario, y la corriente nos va llevando así que no tenemos ni que nadar. Entre buceo y buceo nos dan agua y fruta que está riquísima, y volvemos, ahora sí, en barca hasta el centro de buceo, que ya ha subido algo la marea y ya se puede llegar hasta ahí.
Quedamos en bucear mañana los dos de nuevo, nos ha gustado mucho. De vuelta al hotel, no hay electricidad ni agua, ya que hay corte de luz, ¿pero quién la necesita? Subimos a un puesto que hemos visto al inicio del pueblo y comemos dos chips mayai. Luego paseo por la playa, piscina, internet, y a descansar para mañana. Cuando estamos entrando en la habitación, veo la luna… ¡vaya luna! Naranja y enorme, preciosas vistas.
DÍA 22: BUCEO EN KIWENGWA
De nuevo madrugón. Como hemos quedado hoy a las 8, bajamos al desayuno a las 7… pero no empiezan a traernos hasta casi las 8, eso sí, con dos pancakes extra. Desayunamos rápido, y al coche que Adam lleva un rato esperándonos. Nos lleva directos a la playa del norte a coger la barca ahí, el buceo precioso igual que ayer, cerca de la Isla Mnemba.
Todo muy bien, muy tranquilos. De vuelta en el centro de buceo, quedamos con Adam en hacer mañana snorkel, y luego él nos dejará ducharnos en casa de su hermano y además nos llevará al aeropuerto, así que genial para aprovechar el último día.
De vuelta al hotel piscina, ducha y vamos andando hasta el centro del pueblo, donde comemos dos chips mayai. La ida es dura por el calor, la vuelta se hace más amena ya que ha refrescado.
DÍA 23: SNORKEL CERCA DE MNEMBA
Último día, nos levantamos al desayuno y muy rico todo. Hoy salimos en barca a la zona de snorkel desde el centro de buceo, ya que la marea está algo más alta. Los pescadores ya están a la faena, y las aguas están limpias y transparentes. Hoy vamos con el capitán, un chaval de 18 años con los pies más enormes que hemos visto nunca, y con otro chaval que será el que vendrá con nosotros a hacer snorkel.
Ellos no hablan inglés, y nosotros no hablamos suajili, así que complicado entendernos. El snorkel es también muy bueno, aunque esta vez nos ha gustado más el buceo. Hacemos dos snorkel cerca de nuevo de la isla Mnemba, y vamos de vuelta al centro de buceo. Por esta zona hay muchos pescadores, y alucinamos porque hay muchísimos erizos de mar y andan descalzos como si nada.
SORPRESA TRAS EL SNORKEL
En el centro, tenemos sorpresa, y es que Adam nos ha preparado pescado a la barbacoa con patatas fritas para que comamos. Luego nos lleva a casa del hermano, donde nos tenemos que duchar a cubos de agua, y al aeropuerto, hasta donde tardamos hora y cuarto.
Entramos en la sala de espera, y hace muchísimo calor, nos ponemos junto a un ventilador pero es horrible, y el precio del agua… carísimo, hasta ahora una botella grande costaba 1.000, aquí una pequeña 2.000. El vuelo rápido y con menos calor que el otro día, y en Dar Es Salaam se va andando de una terminal a otra. En la terminal de los vuelos internacionales se han pasado con el aire acondicionado, hace mucho frío.
Nos toca esperar varias horas, sacamos la ropa de abrigo para mañana para Ámsterdam, y pasamos sueño… queremos subir ya al avión. Que por cierto, vemos en las tarjetas que nos han dado sitios separados y encima de los del centro, así que un poco mal.
DÍA 24: ZAANSE SCHANS, ESCALA EN HOLANDA
El desayuno del avión es a elegir entre huevos y pancakes. Aterrizamos en Ámsterdam, nos ponemos toda la ropa de abrigo que tenemos, y compramos los billetes de tren para ir a Zaanse Schans, un pueblo con molinos. Hace un frío que pela, mucho viento, aunque al menos no llueve, porque unos chicos nos dicen que ayer llovió mucho.
Vemos amanecer por detrás de los molinos… ¡Qué frío! Me quedo helada con ese paseo, vamos al centro de Ámsterdam y entramos a tomar un chocolate a un bar. Luego, comemos un bocata en otro, y compramos dos raciones de patatas. Al aeropuerto con tiempo, y menos mal porque vamos a paso tortuga con lo cansados que estamos.
Vuelo tranquilo aunque separados de nuevo, y vuelta a casa. Ahora toca el post viaje, que es organizar fotos y vídeos y revivirlo de nuevo… ¡y es que es increíble todo lo que hemos hecho en tres semanas!
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