Aquí tenemos el DIARIO de la escapada que hicimos al ATLAS y las cascadas de OUZOUD por libre. Tras varias visitas a Marruecos, nos habíamos quedado con ganas de conocer de cerca las montañas del Atlas. En esta ocasión, nuestra idea es visitar alguno de los pueblos del Atlas, así que buscando información el elegido es Imlil. Y ya que alquilaremos coche, pues también las cascadas de Ouzoud, Ozud o Uzud, porque en cada sitio aparece escrito de una manera 🙃.
Viajamos del 17 al 20 de Enero de 2020, justo antes de la dichosa pandemia. En realidad en Marruecos han sido 2 días y medio, llegamos el primer día muy tarde y el último regresamos por la tarde. Hacía un poco de frío y en las montañas ya había nieve. Todo lo hemos hecho en autobuses y taxis compartidos. Nos gastamos cada uno un total de 140,10 euros, de los que desglosando: 39,98 € en vuelos ida y vuelta desde Santander a Marrakech, 15,12 € en el alquiler del coche, 24 € en alojamientos, resto en comidas, compras, gasolina…
Esa ha sido la ruta del finde largo en Marruecos y este el DIARIO de la escapada que hicimos a los ATLAS y las cascadas de OUZOUD por libre:
DÍA 1: SALIMOS DE BILBAO A MARRUECOS, RUMBO A IMLIL
Encontramos unos vuelos baratos desde el aeropuerto de Santander. Dejamos el coche cerca del aeropuerto, y nos dirigimos a coger el avión. La salida del aeropuerto de Marrakech bastante rápida, cola para enseñar el pasaporte, sello y listos. Intentamos sacar dinero en un cajero que hay en la salida pero no funciona, así que nos metemos a la zona de salidas y allí conseguimos sacar.
Ahora tenemos que coger el coche, hemos alquilado uno para estos 3 días por Marruecos, son pocos días para moverse en bus. Al salir no hay nadie de la empresa esperándonos, vamos hacia la zona del parking donde hay varias compañías de coche de alquiler pero la nuestra no está ahí. Miramos en internet y vamos andando hasta la oficina.
Está fuera del aeropuerto, a unos 15 minutos andando. Cogemos el coche, hacemos mil fotos por si acaso, aunque adelantamos que luego ni lo miran al devolverlo. Y así, empezamos la ruta. Tenemos hora y media por delante hasta llegar a nuestro destino, Imlil. Las carreteras estrechas y sin luz, vemos a gente haciendo autostop y cogemos a un par de personas. Intentamos hablar un poco como podemos, lo que nos hace más ameno el camino.
YA LLEGAMOS A IMLIL
Llegamos ya de noche a Imlil, nos cuesta llegar al hotel y damos unas cuantas vueltas, incluso preguntamos a la policía. Al final, conseguimos encontrarlo. Dejamos el coche aparcado junto a una casa, y nos metemos por unas callejuelas.
El chico del hotel ya nos está esperando y nos acompaña hasta el hotel y nos enseña nuestra habitación. Con el frío que hace fuera, la habitación es super cálida, tiene un montón de mantas y calefactor. Tenemos baño privado. A dormir, mañana empieza la aventura…
DÍA 2: IMLIL, SUS TERRAZAS Y SUS MONTAÑAS
Cuando nos levantamos aún es de noche, Katz sale a investigar, y descubre junto a nuestra habitación un balcón. Vemos amanecer ahí, primero miles de estrellas con la sombra de las montañas, y luego se va aclarando hasta que empezamos a ver casas a los lados, las montañas de colores ocres y a manchas blancas de la nieve. Subimos a la planta de arriba y nos traen el desayuno… ¡y vaya desayuno!
Tortilla francesa, aceitunas, pan, mantequilla, mermelada, café o té… ¡Con esto tenemos energía para un rato! Hablamos con el chico del hotel, que muy majete nos ofrece contactar con un guía para que nos acompañe a hacer alguna caminata. Aceptamos, nos va a cobrar 20 eur cada uno todo el día, así que ¿por qué no? El chaval viene al poco y salimos al duro frío. Aún no ha salido el sol por detrás de las montañas cuando empezamos a andar.
COMIENZA UN LARGO PASEO
Primero vamos al pueblo, que está enfrente de nuestro hotel, a comprar algo para almorzar. Y luego empieza la caminata, mezclándonos al principio con gente que va a trabajar, muchos de ellos subiendo con burros. El sol empieza a salir por detrás de las montañas y la zona donde está nuestro hotel se empieza a iluminar, precioso.
Cruzamos el pueblo de Tamarmet, casi vacío, y seguimos subiendo. La subida es por carretera, por la que apenas pasan coches. Por las rocas de las montañas, pastores con sus cabras. La vista de las montañas, incluido el Toubkal, que tenemos durante la subida, es preciosa. Arriba del todo, después de un rato de camino, nos encontramos con que hay ¡un bar! Perdido ahí en medio de la nada… Paramos y pedimos un té.
MENUDAS VISTAS
Las vistas son espectaculares hacia el otro valle, con montañas por todos los lados, y nieve también, que estamos ya un poco altos y la nieve cubre los montes y los picos de las montañas. Decidimos subir a un monte que hay junto a nosotros. Está nevado, y cuesta subir, al final no llegamos arriba y vamos hacia la otra cara del monte (la que da hacia Imlil) medio rodeando la loma.
Mirar hacia Imlil con las montañas nevadas y la luz del sol es un espectáculo. Ahora sí que se ven bien las terrazas. Bajamos, esta vez cruzando monte y ahorrándonos parte de la carretera. Llevamos unas cuantas horas andando, y nos falta aún la visita a una cascada…
LA CASCADA DE IMLIL
Cuando estamos llegando a Imlil se nota mucha más gente, más movimiento de turistas que suben las cuestas en burros. Y es que desde Marrakech venden excursiones de día hasta aquí para ver la zona (sin hacer trekkings claro, no da tiempo). Seguimos la ruta que hacen durante el día los burros, nosotros a pie. Son casi las 5 de la tarde, y los turistas que quedan son los que vuelven ya hacia Imlil.
Cuando parece que estamos andando por una zona ya menos bonita que lo que hemos visto hasta ahora, se empieza a oír un ruido ensordecedor… ¡aquí está la cascada! De cerca es más chula, los “puentes” para llegar hasta ella son un poco… «precarios». Además, hay unas sillas de plástico de colores de un puesto que hay vendiendo zumos y té que afean un poco el entorno, pero la cascada desde cerca está bien.
A CENAR POR FIN
Con esto ya emprendemos la vuelta al hotel, pasando junto a varios vendedores de té. Hay zonas en las que el sol apenas da que tienen hielo por camino y hay que andar con cuidado. Llegamos al hotel y pedimos la cena para en cuanto se pueda, no hemos comido apenas y tenemos hambre.
Por la mañana hemos sido previsores y hemos dejado pedido un tajín de cordero, por el que hemos estado salivando todo el día al recordarlo. Las vistas desde la terraza siguen siendo espectaculares 😍. Primero nos traen el pan (riquísimo) y una sopa espesa con fideos, alubias… Luego ya llega el tajín… ¿qué decir? Delicioso. Si queréis verlo, está al final de nuestro vídeo de «avalancha«, aunque había más hambre que ganas de grabarlo jeje
DÍA 3: EN COCHE POR MARRUECOS RUMBO A OUZOUD
Nos despertamos y levantamos de noche aún, volvemos a ver amanecer desde el balcón del hotel. Ya sacan el desayuno, tremendo, ¡vaya desayuno de nuevo!. Con pena nos despedimos de este sitio, al que estamos seguros que volveremos. Hay muchos sitios y rutas interesantes por aquí, y después de esta toma de contacto hay que volver a saborearlo más y mejor. Actualización: Y así lo hicimos en 2021 y te contamos como subir al TOUBKAL con GUÍA BUENO y BARATO.
Cogemos el coche y vemos que tiene un pequeño golpe… no le damos muchas vueltas, no se puede hacer nada. Y comenzamos la ruta. Nuestro destino de hoy es Ouzoud, pero pararemos por el camino y nos desviaremos cuando nos apetezca, tenemos todo el día para llegar.
Empezamos cogiendo a un chaval en Imlil, y a lo largo del día cogemos varias personas y hacemos un tramo del camino con ellos, incluyendo a un señor que lleva una gallina. Las vistas impresionantes, verdes explanadas de cultivos, olivares, altas montañas que dejamos de fondo…
UN ZORRO POR LA MESETA MARROQUÍ
¡Tenemos tanta suerte que hasta vemos en un lado de la carretera un zorro! Paramos a almorzar con vistas a un pueblo. Como se nos hace tarde, comemos en una estación de servicio. Nuestro hotel en Ouzoud está como en las alturas, tapado por un monstruo de hotel que están construyendo y que le ha rodeado quitándole las vistas de las cascadas.
Eso no quita para que el hotel esté genial, también con baño privado. Y a dos minutos andando, un mirador hacia las cascadas. Salimos con intención de bajar a visitar la cascada, pero menos de 3 minutos después estamos entrando de nuevo, llueve un montón. Esperamos un rato dentro del hotel, pero no para y decidimos salir aunque llueva. Nos dejan un paraguas.
OUZOUD EN SU MÁXIMO ESPLENDOR
Después de contemplar las vistas junto al hotel, cogemos el coche y bajamos al centro de Ouzoud, donde aparcamos cerca del centro y vamos a caminar por los senderos que hay junto a la cascada. Se nota que el sitio es muy turístico, muchos bares y restaurantes, aunque hoy apenas hay turismo por el mal tiempo.
La cascada cae con fuerza, el agua marrón de las lluvias. Sólo rodeamos los senderos que hay por la parte de arriba, y vamos a buscar un sitio donde cenar. Vemos que en un restaurante tienen cuscús, aunque no es domingo. Así que aquí nos quedamos y nos sacan un pedazo plato que casi no nos acabamos, y eso que tenemos buen saque.
Bajamos hasta la mitad del camino que lleva al pie de la cascada, las tiendas ya están cerrando y está oscureciendo. Al hotel a descansar para que mañana podamos ver bien la cascada.
DÍA 4: OUZOUD PARA NOSOTROS SOLOS Y FIN DE VIAJE
Nos levantamos pronto y pedimos el desayuno. Crepe, pan, zumo, café, yogurt, mantequilla y mermeladas, huevos cocidos, aceitunas… Cuando salimos del hotel es pronto aún, nos han dicho por dónde bajar hasta las cascadas andando para no tener que coger el coche y eso hacemos. El sitio va a dar al camino que baja por la parte derecha de la cascada, donde hay tiendas, bares y restaurantes.
A estas horas están cerrados y estamos nosotros solos con la única compañía de los monos. Miles de fotos en la bajada a la cascada, que sigue cayendo con fuerza. El cielo está gris pero al menos no llueve. Paseamos por una zona que hay al pie de la cascada con más bares y restaurantes (cerrados también), desde donde se ve una buena panorámica de la cascada y otras caídas del agua.
NI UN ALMA POR LAS CASCADAS
Cruzamos un “puente” que lleva a otra zona con más bares y restaurantes, donde no hay aún nadie y desde donde hay unas vistas tremendas de la cascada. Subimos tranquilamente hacia el hotel, no podemos evitar el pararnos en algún punto desde donde se ve la fuerza del agua y sacar alguna foto más…
Recogemos las cosas del hotel y nos despedimos, tenemos que volver a casa. Último vistazo a la Cascada de Ouzoud desde el mirador que hay junto al hotel. Coche hasta Marrakech, donde llegamos bastante tiempo antes de la salida del vuelo. Pero como vamos un poco acojonados por el golpe del coche, preferimos ir con tiempo.
DEVOLVEMOS EL COCHE Y NOS QUEDAMOS LOS RECUERDOS
Apenas lo miran y nos dan el ok, así que lo que pensábamos que nos iba a llevar más tiempo está hecho. Tenemos que buscar algún sitio donde comprar algo para comer, encontramos ahí cerca un restaurante local y pedimos. Katz cordero y yo un plato de lentejas, además de un poco de pan. Las lentejas está brutales, tanto que pedimos otro plato de ellas para cada uno.
De aquí al aeropuerto, vamos a hacer cola al mostrador de la compañía aérea, que aunque no vamos a facturar recordamos que nos tienen que sellar el billete para poder salir. Otro finde terminado, apenas nos hemos ido y ya tenemos ganas de volver… ¡Marruecos nunca defrauda!
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