Todos los diarios son un viaje al pasado, y en este nos remontamos unos años en el tiempo para recuperar la experiencia de mi primer viaje en solitario como turista. Y por “yo” me refiero a Katz. El viaje fue en 2009, del 20 al 26 de octubre, pero me encontré un tiempo bastante agradable con temperaturas suaves y sol, exceptuando el diluvio universal en Washington. Este es el DIARIO de mi viaje a NUEVA YORK y WASHINGTON por libre y en solitario.
En este viaje me gasté 900 euros en total. 120 euros en alojamiento (el desaparecido Tone on a Lex), 50 euros en la entrada NBA, 450 euros en los vuelos y 280 euros en comidas, metros, buses y visitas.
Un consejo un poco obvio pero necesario. Consigue un mapa de la isla de Manhattan y ve rodeando con un círculo aquellos lugares, edificios, museos, restaurantes o atracciones que quieras visitar. Después planifica tus días por cercanía de dichos lugares, y ahorrarás mucho tiempo.
Esa es la ruta que hice y este el DIARIO de mi viaje a NUEVA YORK y WASHINGTON por libre y en solitario:
DIA 1: ATERRIZAR EN NUEVA YORK, MUCHO ESTRÉS Y NBA
Era la primera vez que hacía un viaje transoceánico, y a pesar de ello no estaba muy nervioso. Ya en el aeropuerto de Bilbao me encontré con Cocoliso y sus hermanas, un colega de la infancia de mi hermano ¡que casualmente harían casi el mismo itinerario que yo!
En el avión me tocó sentarme al lado de un cura cristiano que volvía a New York tras haber pasado unas vacaciones visitando a otro cura colega suyo en Santiago. El reverendo llevaba una iglesia en el Downtown, calle 8, me dijo. Me habló un poco de su vida, me contaba que a su iglesia iban muchos hispano-americanos y por eso sabía un poco de castellano.
Parecía majo aunque me soltó una perlita sobre Obama, decía que tenía buena pinta pero escondía un oscuro secreto: estaba a favor del aborto y eso no le gustaba. Me intentó convencer de que Obama quería permitir el aborto dejando que el doctor extrajera al feto con la mano vía vaginal, y estrangularlo antes de que se convirtiese en bebé. Yo flipando en colores, no sabía ni qué cara poner ni qué decir… 🙄
YA HE LLEGADO, ¿QUÉ HAGO CON LA MALETA?
Nada más aterrizar fui corriendo a la zona de visados, ya que tenía el tiempo justo para llegar al partido de los Knicks y aún tenía que comprar la entrada. Tras varias conexiones de metro, llegué al Madison Square Garden y no me dejaban pasar con mi maletón de ruedas. Como no había taquillas en ningún sitio (me dijeron que por temas de seguridad tras el 11S), pensé que no podría entrar.
Desubicado y sin saber qué hacer, un autóctono que me vio apurado me echó una mano. Averiguó qué podía hacer con mi maleta, y me indicó cómo podía dejarla en las consignas de la estación de tren que estaba conectada con los andenes de metro, previa compra con su ayuda, de un billete a New Yersey (1.45$) que evidentemente no iba a usar.
Mientras dejaba la maleta, el hombre se puso a vacilar con una mujer que estaba esperando diciéndole, “Hey nena, aha yeah!! you want to hang out? This is my spanish friend here bla bla bla” y haciendo un bailecito, mientras yo miraba flipando. La mujer medio sonrió y pasó de él.
WILLY G, EL POETA DE CENTRAL PARK
Después me acompañó a las taquillas del Madison para que no me timaran los reventa, y por el camino me dijo: “I would like to hook up with those boobs men!!!” Yo solo asentía mientras pensaba si todo eso estaba pasando de verdad. Pero sí, estaba en New York City.
El samaritano vacilón era un hombre negro con una sudadera de los Knicks llamado Willy. Me contó que vivía en Harlem y que se dedicaba a escribir poemas y vender gorras en Central Park. Que se buscaba la vida como podía vamos…
Por supuesto le compré una gorra por 10 $, me indicó dónde pillar los tickets, me despedí agradeciendo su ayuda y se piró (al tiempo le busqué por internet y me enteré de que era conocido por la zona de Central Park, además aparecía una reseña en una web que contaba cómo un día haciendo un reportaje a Adrien Brody se les acercó vendiendo poemas, recitando y tal…). Aquí la reseña y un vídeo.
Por fin entré en el Madison y lo primero y más importante era pillar comida y bebida. Me pillé unas patatas y un refresco de cola del tamaño mínimo (que era de un litro) y a ver el Knicks VS Celtics con la presentación, y toda la ceremonia yankee de rigor incluida. El himno lo cantó una niña de 8 años mientras la gente se ponía en pie super emocionada, y yo pensando… 🙄🥱
ME PIERDO EL FINAL DEL KNICKS VS CELTIC EN EL MADISON
No había mucho ambiente, se notaba que era pretemporada pero aún así estaban los que tenían que estar. Kevin Garnett, Rasheed Wallace, Paul Pierce, Ray Allen, Rajon Rondo, Nate Robinson… un buen puñado de futuros Hall of Famers y nombres conocidos. El partido no tuvo mucha historia, me pareció un correcalles. Fue interesante cómo en el descanso se hizo un saludo y ovación a Willis Reed (que tiene su número retirado en el techo del Garden) y a Spike Lee, que estaban sentados a pie de pista.
En un momento del descanso intenté llegar hasta la cancha. Sin mucho problema conseguí acercarme hasta las filas cercanas al parqué para tomar unas fotos, hasta que al poco apareció un segurata que tras ver mi cara angelical me dijo: “Make it quick and go back to your seat”.
El resto del partido lo vi desde una localidad infinitamente mejor a la que había comprado, ya que el pabellón estaba con media entrada, pero me perdí el final porque las taquillas donde había dejado la maleta cerraban y no quería volver por la mañana a pillarla. Así que recuperé la maleta y me fui al hostel en metro, que estaba en la calle 94 al borde de Harlem.
El garito fue lo más barato que pude encontrar, pagué toda la estancia nada más llegar (145 $ si recuerdo bien) por lo que le dije al de recepción: “Acabo de llegar y ya me he quedado sin dinero”, ante lo cual respondió: “Welcome to New York!”. Tras escuchar esa típica frasecica me fui para mi cuarto, ocupé mi litera, y a dormir en una de las camas más incómodas que recuerdo.
DIA 2: PRIMER DIA EN NUEVA YORK, VOY A BROOKLYN
Amanezco sobre las 5:30, una ducha y en marcha. Paro a desayunar en uno de los esos puestos de café callejeros con ruedas. La chica que lo lleva me pregunta: “What do you want papi?”, pues un chocolate, zumo y donuts para el camino.
Bajé andando de la 94 a la 42 por Madison hasta la Quinta. Fui viendo amanecer por las calles transversales entre rascacielos, y observando cómo la ciudad que nunca duerme despertaba poco a poco. Sobre las 8 ya estaba en la pista de hielo del Rockefeller Plaza y fue flipante, porque no había nadie y sólo dos personas patinando con música clásica de fondo. Pasé por delante del Planet Hollywood y por la Zona Cero de la que apenas se veían las obras de reconstrucción, cimientos y grúas.
El objetivo era comprar una cámara de fotos en J&R, tienda con fama de buenos precios para productos electrónicos. Una vez hecho el gasto pillé otro hot chocolate en un Starbucks, que por cierto tenía el baño más cerdo que he visto en mucho tiempo, pero ante una emergencia hay que hacer lo que hay que hacer… y así pude cruzar ligero el puente de Brooklyn.
PIZZA PARA DESAYUNAR NYC STYLE
Pasé un rato en un parquecillo de esta parte de la ciudad, donde había un grupo de chavales de colegio dibujando el skyline que se veía desde esa orilla del río. Aunque eran las 11 am, ya tenía bastante hambre por el madrugón y el Jet Lag, así que fui a Grimaldi’s Pizzeria designada mejor pizzería de Nueva York durante más de 7 años. Ya tenía fichado el sitio y la verdad es que estaba cojonuda y no me pareció cara.
Junto a mí se sentaron unas viejas que iban de excursión a Nueva York. Eran del norte del estado y les flipó que estuviese solo allí de viaje, sin ninguna compañía. Se hicieron fotos conmigo para enseñarle a sus hijos y hasta el dueño de la pizzería vino a saludarme.
ESTO… ¿ERES JOHN TURTURRO?
Un buen rato después, y ya con el estómago lleno, llegué al Soho a ver el edificio donde vivían Demi Moore y Patrick Swayze en la película Ghost, una pequeña frikada. Al rato me llamó mi colega Germán que no sabía que estaba de viaje en New York y me perdí un poco por Chinatown. Realmente está colonizado por la comunidad asiática.
Después, para seguir con el tour internacional, llegué a Little Italy, plagado de “Ristorantes”. Mientras paseaba por allí me crucé con John Turturro que salía de uno de esos Italianos, le fui a saludar y al pedirle una foto me dijo que no, pero que encantado de saludarme. ¡Ya había visto a un famoso en New York!!! Tras perderme nuevamente bajé hasta City Hall, donde había un chulo parquecito con mesas de ajedrez y gente jugando y mirando. Allí pillé el metro y me fui a echar una siesta, que estaba reventado.
TIMES SQUARE Y RESTAURANTES TEMÁTICOS
Desperté sobre las 19:00 y encontré un tipo descomunal de los empleados del hostel, le llamaban Big B y era tan grande que me ponía detrás de él y me cubría por completo. Decliné su invitación para ir a un “Pub Crawling” organizado por el hostel, y me puse en marcha hacia Times Square. Al llegar vi un tipo haciendo mímica que realmente no molestaba a nadie y era gracioso, aunque a la policía no le pareció lo mismo y le mandó a tomar por el culo rápidamente.
Después decidí volver al Planet Hollywood y me di una vuelta viendo reliquias de películas, como una maqueta de la Estrella de la Muerte, la cabeza de Depredador o el piano de la película Big. Además de las típicas huellas en las paredes de pies y manos de famosos.
Allí cerca estaba el restaurante Bubba Gump, el cual merece la pena un vistazo aunque sea. Por supuesto todo es temático sobre Forrest Gump, y hay todo tipo de alimentos con gambas. No muy lejos también está el Hard Rock Café, donde no encontré nada de mi interés salvo una guitarra y setlist firmados por miembros de Disturbed (me han gustado más los ítems de otros Hard Rock como Barcelona o Roma la verdad…).
TOP OF THE ROCK
El Rockefeller Center está a 10 minutos y subir hasta el Top of The Rock es algo que hay que hacer como turista en New York. 67 pisos en 40 segundos en un ascensor con el techo transparente en el que… bueno, mejor verlo. Arriba hay que subir a pie los últimos pisos para llegar hasta el piso 73, desde el cual todo NY parece una maqueta con pequeños coches, luces y sirenas.
En la cima está el típico tipo haciéndonos fotos a los turistas que luego te venden al bajar, y aunque le advertí que no me iba a comprar ninguna, se notaba que el tipo estaba aburridísimo ya de hacer fotos y se entretuvo conmigo pidiéndome que pusiera caras o hiciese gestos, lo cual hice con gusto, para dar un poco la nota y deleitar al resto de visitantes.
Ahí terminó el día, así que al hostal a dormir que al día siguiente me tocaba patear hasta la NBA Store. Aunque no pude resistir una parada previa.
DIA 3: TIENDAS, RASCACIELOS Y ESTATUA DE LA LIBERTAD
NBA STORE EN EL 555 DE LA 5ª AVENIDA
Llegó la hora de ir a la tienda oficial NBA, y poner en marcha mi plan. Mi intención inicial era cambiar una camiseta del Dr. J que me compraron allí 2 años antes. Estaba sin usar por ser muy grande, y necesitaba una talla inferior, me costó un poco, pero al final conseguí cambiarla por un vale de su precio actual ¡80 dolaracos!
Tras 2 horas o más flipando con la tienda, las fotos, los ítems de Jordan, los muñecos, y demás merchandising, pillé una camiseta de Magic por 55$ y una de Paul Pierce (aún en Boston) por 35$. El precio era inferior ya que eran tallas XL de Niño!!!! Mido 192 cm y peso casi 100 kg y me valen las tallas XL de niño USA… owwww yeaaah.
Con las compras principales hechas, me dirigí a buscar el edificio que salía en la cabecera de Friends en la esquina de Bedford St con Groove St. Y también me crucé por casualidad con la tiendita del Village Cigars que salía a veces en las cortinillas de la serie. Seguí de paseo y me llamó la atención una señora gritándole a su marido en castellano: “¡Dónde va!! ¡vándalo!! ¡Ándele, corra a coger lo que le dije, vándalo!!!”
ESTATUA DE LA LIBERTAD Y KATZ´S
Algo habitual, sencillo y barato es usar el Staten Island Ferry gratuito para pasar cerca de la Estatua de la Libertad (¡que en realidad está en aguas de New Jersey!) y llegar hasta Staten Island. En mi caso nada más llegar retorné y fui hasta Wall Street, donde había muchísimos policías por metro cuadrado, y donde me encontré con uno que sé que llevaba una camiseta de la Ponferradina.
Fue gracioso porque yo llevaba la del Athletic, leones e hijos de Obelix en Wall Street. No hay mucho que hacer en Wall Street si no te dedicas al tráfico, ya sea de dinero o de drogas, con lo cual me fui en busca del restaurante con mejor nombre de Nueva York: Katz.
Lo encontré en una zona un poco alejada que me pareció bastante auténtica. El local estaba decorado con fotos de Katz, el dueño, con famosos desde Clinton hasta Jerry Seinfeld. Muchos de los currelas del garito eran latinos. Me pedí lo típico, sándwich gigante de pastrami con pepinillos y patatas, le dije al camarero que nunca había probado el Pastrami y me dijo: “You are about to get a big load of it right now papi!!”. Y así fue, el sándwich estaba buenísimo y las patatas también, todo ello por 15 $ sin bebida.
EL EDIFICIO MAS BONITO DE NEW YORK: EL FLATIRON
Con el estómago lleno salí a preguntar por el metro más cercano ya que me había desorientado un poco, y una pareja de mexicanos me acompañó amablemente durante varias manzanas hasta el metro más conveniente. El tipo trabajaba en el hotel Hilton, bastante parecido al mío…
Conseguí llegar al Flatiron Building y lo flipé. Es un edificio chulísimo, me gustó mucho y eso que no suelo disfrutar los edificios muy a menudo, pero pasé un buen rato dando vueltas y haciendo fotos. Continué paseando por callejuelas llenas de puestos ambulantes, trapicheadores, y peña extraña, hasta el edificio Chrysler y el Empire state.
Caminando por la zona me gritaron Aúpa Athletic y acabé visitando el Madison Square Garden por fuera y la post office que está al lado. El jet lag seguía haciendo estragos, así que me fui para el hostel. Antes de dormir, conocí a una profesora de inglés brasileña que había ido a Boston a mejorar su inglés, y una de California que estaba de paso, que eran mis compañeras de cuarto.
DÍA 3: MANHATTAN, MUSEOS Y JUGUETES
Por la mañana, tras el ya habitual chocolate, zumo y donuts de rigor, fui a visitar la Biblioteca Pública de Nueva York, célebre por las escenas que ahí se rodaron de Cazafantasmas…
Aprovechando el acceso gratuito a Internet, pude mirar el email. Tenía un mensaje de Iberia en el que me decían que debido a una huelga cambiaban el vuelo a un día más tarde. Movida. Nervios. Para finalmente y por consejo de mi hermana, me hice el loco hasta el día del vuelo, que fui pronto al aeropuerto, y conseguí que me cambiaran a un vuelo de American Airlines hasta Barcelona y luego de Spanair en primera clase hasta Bilbao.
Hoy tocaban parques, primero al parque privado de Gramercy, al que solo pueden acceder los vecinos millonarios de los edificios que lo rodean, después un mercadillo que terminaba en Union Square, y después al Central Park. Por el camino me comí una fruta que no había visto nunca, ¡un Kaki! y la mítica manzana roja que los Yankees llevan al profesor. De complemento pillé unos hot dog y una kielbasa (salchicha gigante polaca) mmmmmmmm, riquísima.
CENTRAL PARK Y TIENDA DE JUGUETES
Entré al Parque por Columbus Circle, donde se encuentran las ahora dos únicas torres gemelas que quedan en la ciudad. Muy chulas. También alcancé a ver el Hotel Plaza y la Apple Store. Aprovechando que estaba por la zona, me acerqué hasta la FAO Schwarz, una conocida tienda de juguetes, tipo Hamleys en Londres, con un montón de juguestes curiosos.
Un paseíllo por Central Park y salí camino hacia el Hostal, pasando por el Guggenheim, el Metropolitan muy chulo, y el Museo Judío. Ya en el Hostal me encontré con unas madrileñas muy moradas que me contaban su vida, un italiano que se las quería zumbar, y algún que otro colega de Big B viendo el fútbol americano.
DÍA 5: EXCURSION EN BUS A WASHINGTON
Me pasó algo curioso cerca de Times Square, y es que un joven judío con pinta de judío se dirigió sin vacilar a mí y me preguntó si era judío, y como le dije que no, se fue. Es decir, que algo me quería preguntar, pero antes tenía que saber si yo era judío para poder resolver su duda… quizás era alguna cuestión sobre la Torá o el Bar Mitzvah… y por otro lado, ¿qué le hizo pensar que era judío? Eso, nunca lo sabremos.
Ya en el bus, pasé el trayecto contemplando el paisaje y charlando con una pareja de alemanes que estaban de Erasmus, por cierto fue el primer bus que vi con WiFi en mi vida.
LAAAARGO PASEO POR WASHINGTON
Llegué a la hora prevista a la estación, y empecé a caminar hasta la zona de monumentos. El Senado, el Capitolio, Jefferson Memorial y Lincoln Memorial que preside todo el complejo. La estatua de Lincoln es particularmente impresionante (otra vez me dijeron Aúpa Athletic a sus pies).
Después tocaba cruzar un largo puente hasta el Cementerio de Arlington. Impresionante con todas las tumbas de los muertos en las guerras, praderas y más praderas llenas de lápidas y cruces. Como la portada de “Master of Puppets”. En lo alto de una colina está la estatua de los soldados sujetando la bandera en recuerdo de los caídos, vista en tantas películas y documentales.
Es una visita bastante interesante, y además coincidí con un autobús de veteranos de la Segunda Guerra Mundial que estaban de visita. Sólo imaginar lo que habrán vivido… qué pena. Por cierto, todos ellos llevaban chapas y banderitas con la frase “Thank a WWII veteran”…
De camino al metro, en un paso de cebra, un coche me empezó a pitar. Le miré, bajó la ventanilla y me gritó: “¡Aúpa Athletic!!”… Si es que ¡somos la ostia!!! Llegué al Pentágono en metro, pero nada de mi interés, salvo ver las paredes del icónico edificio. De nuevo en el metro, conocí a Bud, que me contó su visita de joven a Barcelona, y que tenía muy buen recuerdo de España.
THE WHITE HOUSE
Y por fin llegué puntual a mi cita con Barack, aunque al final no me pudo recibir, que estaba liado con un pedido de drones o no sé qué… La Casa Blanca se ve a través de una valla custodiada por una pantalla policíaca durante 24 horas. La verdad es que me recordaba bastante a la casa del Tío Phil.
Cerca de mí había una familia que se piraba y el padre le dijo a la muchacha: “Hija, ¡dile adiós a Obama!” y la niña muy obediente: “Goodbye Obama”. Quizás se fueron a comprar algún recuerdo, ya que vendían hasta chubasqueros con el YES WE CAN de Obama. Merchandising a tope. Justo enfrente está el punto cero de Estados Unidos, osea como la Puerta del Sol de Madrid. Un mojón del que parten todas las rutas al resto de Estados Unidos.
Visto el 1600 de la Avenida Pennsylvania continué caminando, muy cansado ya, hasta el Monumento Washington, el gran obelisco al que se puede acceder gratis mediante el registro previo en una web. Me gustó imaginar discursos legendarios como el de Martin Luther King o Forest Gump 😊 desde ahí.
VÁMONOS
La lluvia no llegó a parar del todo, y ya de regreso al Capitolio me pillo el mega diluvio. Gracias a una chica peruana que estaba haciendo fotos, me pude refugiar un poco bajo su paraguas. En un día y caminando a todo trapo conseguí ver todo lo que pretendía antes de llegar, salvo Georgetown. Eso sí con un par de viajes en metro incluídos.
El metro, por cierto, es espectacular y muy cuidado. Muy moderno, pero con unas expendedoras de billetes un poco complejas. Empapado llegué a la estación de bus con un par de horas de antelación y sin necesidad de ningún cambio, pillé el bus que justo salía para NYC. Excelente. Ahora a esperar 4 horas y media chorreando en el bus hasta New York City.
DÍA 6: JOHN LENON, MISA GOSPEL EN HARLEM, BYE BYE NEW YORK
Me levanté pronto con intención de ir a una misa Gospel a las 9, pero cuando llegué a la iglesia en Harlem resulta que a esa hora no dejaban entrar a turistas, con lo cual me voy a dar una vuelta por Central Park hasta la misa de 11. Antes de llegar a Central Park aproveché para pasar por el edificio Dakota, donde asesinaron a John Lennon. Otro lugar icónico.
En esta zona hay una entrada a Central Park con un rosetón en el suelo, que contiene la palabra “imagine” grabada. Está bastante chulo, y la gente deja flores, libros y pinturas en memoria de John, aunque Ya sabemos que un héroe de la “working class” es Cañamero, no John Lennon!
UN DOMINGO EN CENTRAL PARK
Me adentré en Central Park para ver el ambiente de domingo. Muchas familias de picnic, gente haciendo yoga, tomando el sol, jugando al frisbee o al fútbol americano. Atravesé uno de los lagos por donde estaba el Castillo Belvedere. La verdad es que es gigante el parquecillo, aunque nada que envidiar al de Doña Casilda, que quede claro.
Ya era hora de la misa de 11 así que nuevamente me planté en la misma iglesia, la más famosa para este tema, pero ¡joder! estaba petada. Había una cola que la rodeaba por completo y escuche a algún turista mencionar otra que estaba cerca… Así que terminé en una iglesia afroamericana evangelista y sionista.
MOTHER AME ZION CHURCH
De la misa se encargaban 5 curas. Uno de ellos mujer, que iban dando el sermón poco a poco, y a ratos un coro en un altar cantaba con mucha pasión. Tenían un órgano guapísimo con sonido espectacular por toda la iglesia. Al principio de la misa, una de las mujeres del público se levantó de su sitio y se puso en el pasillo central. Algunos la miraban pero nadie pareció darle importancia.
Llevaba un pañuelo en la cabeza que se quitó rápidamente y empezó a danzar con el pañuelo en la mano. Lo agitaba por el aire con bailes espontáneos. La mujer no fue interrumpida por nadie, en un momento dado se puso de rodillas y empezó a dar gracias a Dios como si estuviese poseída. ¡Poseída por la fe! Después de un buen rato y cuando se la pasó el subidón de fe se fue sin más.
Durante la misa había gritos ocasionales de la gente del público reafirmando lo que decían los curas, aunque no tanto como en las películas. Hacia el final entró en acción un grupo completo de música con todos los instrumentos, dando un concierto en toda regla: bajo, batería, guitarra y voz.
A continuación, los curas invitaron a los niños presentes a subir al escenario para dar las gracias y decirles que no se dejan corromper por el mal, pues ellos son nuestro futuro. Junto con los bailes de Black Magic Woman fue lo que más me gustó de la misa.
ESTÁ BIEN, PERO YA VALE DE MISA
Se acercaba el final, y tras pasar el cepillo llegó el momento, al parecer, más esperado. El cura más viejo, el anciano que había estado sentado y medio dormido todo el rato, comenzó su sermón. El hombre se parecía a James Earl Jones con una voz similar a Marvin Gaye, y pegaba unos gritos espectaculares. Basó su sermón en el cuento del Mago de Oz. No paraba de hacer alegorías al camino de baldosas amarillas y decir: “We are not in Kansas anymore”. A lo que el público respondía: “Aaaaaaaaaaaaaaaaamén!”.
También tuvo tiempo para referirse a Obama, y reflexionar cómo era posible su elección como presidente. No hace tanto los negros no podían ni montar en autobús y estaban despreciados por una sociedad extremadamente racista. Pero falta mucho camino por recorrer…
El discurso o sermón no terminaba y la gente, turistas, querían irse, pero había una especie de vigilante que no les dejaba. Les decía que esperasen a que acabase de hablar el cura, y por respeto creo que así debía de ser. Era curioso ver cómo la gente quería escaquearse por diferentes salidas y el tipo se lo impedía. Al final todo terminó y pudimos salir tras casi 3 horas.
NACIONES UNIDAS Y NINTENDO STORE
Ahora hacia un teleférico muy espectacular para visitar la pequeña isla de Queensboro. Allí conocí a una canadiense y una mexicana majísimas. A continuación me fui a visitar las Naciones Unidas donde había un papel gigante para dejar mensajes. Allí escribí: “Feed that people of the world!!!”
Visto el edificio por dentro y por fuera, fui paseando hasta el centro. Unas vueltas por la 5ª Avenida, Rockefeller Center de nuevo y… la Tienda Nintendo, donde tenían un montón de consolas para jugar y cientos de reliquias para frikazos como yo.
Llegue al hotel y ¡sorpresa! Recordé que me había dejado unos plátanos en el chequeo que te hacen para entrar en el edificio de las Naciones Unidas. Aunque no regresé a por ellos. Al día siguiente vi mi último amanecer en la capital imperialista y directo al aeropuerto. Cansado pero contento.
Y ya sabes, si quieres hacernos algún comentario puedes encontrarnos en Twitter, Instagram y Facebook, en todos nos llamamos @SalimosDeBilbao. Te agradecemos mucho y nos ayudas si le das a seguirnos en Instagram u otra red social. Si te ha gustado este post puedes compartirlo fácilmente en cualquiera de las redes con los botones de aquí abajo 👇🏽.