El DIARIO de tres semanas en GUATEMALA y BELICE por libre cuenta nuestro primer viaje juntos al otro lado del Atlántico. Planeamos una ruta por Guatemala, y viendo lo cerca que nos quedábamos de Belice, no podíamos dejar pasar la oportunidad de visitarlo. Comenzamos por la ciudad colonial más bonita que hemos visto hasta el momento, Antigua, y que usamos en varias ocasiones para movernos por Guatemala.
Llegamos a lugares desconocidos para nosotros, sitios mágicos, tranquilos y preciosos. Cumplimos un sueño visitando Tikal y disfrutamos junto a rayas, tortugas, peces, corales y tiburones. Improvisamos un couchsurfing en Iztapa y nos bañamos en el Pacífico aunque al final, el viaje, siempre será recordado por la chikungunya 😣. Un viaje espectacular a dos países que hicieron que nos enamorásemos más si cabe de la cultura de esta zona del planeta.
Viajamos del 29 Noviembre al 22 Diciembre del 2014, con clima tropical, más cálido y húmedo en el Pacífico y en las tierras bajas de Petén, así como en Belice. En este viaje por Guatemala y Belice nos gastamos cada uno un total de 1345 euros, 445 en vuelos intercontinentales y el resto en alojamiento, comida, transportes, excursiones y demás.
Esa es la ruta que hicimos desde que Salimos de Bilbao. Tras una breve escala en Panamá, aterrizamos en el aeropuerto de Guatemala con muchas dudas y mucha ilusión, dispuestos a recorrer parte de su territorio junto con Belice. Aquí dejamos el diario de cómo pasamos tres semanas en GUATEMALA y BELICE por libre entre selva, playa, ruinas mayas, ríos y tormentas:
DÍA 1: SALIMOS DE BILBAO A GUATEMALA
Llegamos al aeropuerto y compartimos espera con el equipo del Eibar que viajan hacia su próximo partido de liga. Nosotros en cambio nos vamos un poco más lejos y además cargados de provisiones. 6 bocatas de jamón y tortilla preparados por el aita de Katz. Tras una breve escala y un corto paseo por el aeropuerto de Panamá, aterrizamos en Guatemala. Unas compañeras de vuelo nos arreglan un taxi de su confianza para nuestro traslado hasta Antigua, ya que nos meten un poco de miedo diciendo que no es muy seguro ir con uno del aeropuerto (un clásico…).
Nos contactan con un conocido que nos lleva por unos 40$ por los 50km que separan Antigua Guatemala del Aeropuerto Internacional La Aurora Guatemala. El trayecto es horrible, a nosotros nos cuesta un triunfo mantener los ojos abiertos porque apenas hemos dormido y el jet lag pesa horrores. El pobre hombre conduce muy mal, extremadamente lento y además parece no conocer muy bien el camino, de hecho en ocasiones Katz le indica por dónde cree que es, ya que el hombre duda mucho y no tiene idea de la zona.
Finalmente llegamos a casa de Héctor, nuestro anfitrión de Couchsurfing, un estadounidense (Texano de unos 45 años y con rasgos latinos) muy amable, que tras unas breves presentaciones comprende que necesitamos acostarnos de inmediato, por lo que nos enseña nuestro humilde cuarto con par de colchones que enseguida acondicionamos para dormir cuanto antes.
DÍA 2: ANTIGUA DE GUATEMALA, VOLCÁN EN ERUPCIÓN
Nada más levantarnos salimos a la calle para tener las primeras impresiones del barrio en el que estamos. Según giramos la cabeza hacia el horizonte, unas columnas de humo sobre una montaña a lo lejos llaman nuestra atención: es el Volcán de Fuego que está echando humo. Y aunque nosotros estamos flipando, Héctor nos tranquiliza, y es que el Fuego es el volcán más activo de Centroamérica.
La expulsión de llamativas columnas de humo es constante, así como erupciones más notables que mantienen en eterna alerta a las comunidades que viven en sus faldas. Acompañamos a Héctor a la abarrotería donde aprendemos que aquí para pedir se usa la expresión regalar, es decir, para comprar el desayuno se dirige a la dependienta diciendo: «Buenos días, ¿me regala unos huevos, un pan francés y dos de leche porfa?» curioso, tomamos nota para el resto del viaje 😄.
Tras compartir el desayuno y parte de nuestros bocatas del día anterior, recogemos nuestras mochilas y Héctor, amablemente, nos acerca hasta el centro del pueblo. Así, visitamos Antigua mientras preguntamos precios en diferentes agencias para ir a Panajachel, nos piden hasta 100 Q pero nos quedamos con una que nos lo deja en 70 Q. Aún nos queda un buen rato hasta la salida del colectivo, por lo que aprovechamos para redesayunar una almuerzo continental por 60 Q los dos y tomar contacto con las calles de Antigua, una de las ciudades más bonitas que hemos visto.
PANAJACHEL, ATARDECER Y PLAY STATION
Después de 100Km y 3 horas de trayecto llegamos a Pana. Panajachel es la capital turística de los 12 pueblos que rodean el Lago Atitlán. Un singular y enorme lago rodeado por tres volcanes de más de 3.000 metros, el San Pedro, el Tolimán y el propio Atitlán. Tras dar una vuelta buscando hostel, elegimos el Larry´s Place, un hotel muy acogedor y con atención familiar en la calle 14 de Febrero. Son 140 Q la noche en habitación doble con baño privado… y además hay un montón de mariposas en su jardín.
El atardecer desde el muelle de Pana es sobrecogedor, un momento precioso tras el cual decidimos ir a cenar. Y menuda cena: churrasco, chivito con papas, arroz y pan de ajo, todo por 100 Q. El camarero es un cachondo y se descojona del hambre que tenemos. El local está en calle Santander y se llama Guajimbo’s, un restaurante Uruguayo.
Dando un paseo nocturno de vuelta al hostel, encontramos un local de juegos para chavales. Es que es habitual que en pequeñas lonjas tengan 4 o 5 pantallas grandes de TV con consolas conectadas por las que cobran a los chiquillos en función del tiempo que quieran usarlas. Katz no se puede resistir a invitar a unas cuantas partidas a los chavales a cambio de que le dejen jugar un par de ellas al pro.
El rival elige al Barça, y tras un partido respetuoso, gana 3-2 con el Bayern. Pero en la segunda partida es obligatorio escoger al Athletic, y ahí sí, de nuevo contra el Barça, Katz no tiene piedad y le mete 6-0, aunque igualmente todos ríen y pasan un buen rato con este turista bilbaíno que seguro recordarán 😁. Sin más nos vamos a dormir completando un día redondo.
DÍA 3: SAN MARCOS DE ATITLÁN Y SAN ANTONIO PALOPÓ
Primer amanecer en Panajachel, y sin perder tiempo nos vamos en busca de la oficina de «Viva Atitlán» en el barrio Jucanyá. Vamos viendo un poquito de Panajachel y el Lago Atitlán por el camino. «Viva Atitlán» es un tour operador local comunitario, que se encarga de realizar tours y excursiones por la zona. Está integrado por 9 organizaciones comunitarias de diferentes etnias que rodean el lago Atitlán.
Ofrecen actividades de todo tipo combinando naturaleza, educación en la cultura y cosmovisión de los pueblos del lago, talleres de tejido, colaboración con comedores sociales, etc… Con la información para llegar al parque Chuiraxamoló y el contacto apalabrado con un transportista para el día siguiente, nos vamos a desayunar un cafe, panqueques y huevos con frijoles por 50 Q.
Nuestro plan para hoy es visitar el pueblo de San Marcos La Laguna, hay que ir en lancha y el trayecto nos cuesta 25 Q por persona, a los locales les cobran menos, lo cual nos parece perfecto. Mientras esperamos la lancha en el muelle de Pana, hablamos con unos peques que están jugando y bañándose, y nos contamos la vida con Evelin, una señora de aquí muy amable que realiza el mismo trayecto cada día.
CHILL OUT EN SAN MARCOS LA LAGUNA
En poco tiempo nos plantamos en San Marcos La Laguna, del cual se dice que tiene una energía espiritual especial, por lo que atrae a hippies modernos, maestros de yoga, amantes de la meditación, etc… Nosotros, en cambio, optamos por investigar la zona y perdernos un poco por las callejuelas mientras el pueblo se despereza ya que es muy temprano. No tardamos mucho en cruzarnos con alguien que nos ofrece cocaína y otras sustancias, pero pasamos alegremente.
Nos vamos hacia la cancha deportiva del pueblo, donde Katz no puede resistirse a lanzar unas canastas con la txabalería que anda por allí. Hemos leído que aquí cerca hay unos caminos para hacer trekking y una buena zona de baño, el Cerro Tzankujil. La entrada cuesta 100 Q por persona y puedes estar el tiempo que quieras, así que compramos un poco de avituallamiento a una chica que vende papas rellenas y otras delicias, y nos vamos a pasear un rato. No tardamos en llegar a una bonita plataforma de donde puedes tirarte al lago desde 7 metros.
¡Venga! salto y ¡al agua! Un poco más allá hay un rincón para la renta de kayaks y espacio para nadar en el lago, por lo que el trekking llega a su fin y comienza un buen rato de baños en el lago rodeados por los 3 volcanes, una experiencia que realmente produce una sensación muy especial y mágica aunque no tomes drogas 😊. Toca secarnos, recoger y pillar la lancha de vuelta, ya que por la tarde queremos visitar otro pueblo, San Antonio Palopó.
SAN ANTONIO PALOPÓ
Así, una vez en Pana, arreglamos con Héctor y su tuc tuc 100 Q por el trayecto de ida hasta San Antonio Palopó, con idea de hacer andando los 9km de vuelta. La carretera tiene muy buenas vistas y Héctor nos para en los mejores lugares para hacer fotos. Nada más llegar a San Antonio, se ve que es un pueblo mucho más pobre que los otros. Apenas se quedan turistas en él y enseguida acuden a nosotros niños pidiendo un quetzal o cualquier cosa que llevemos, como pulseras, pendientes, lo que sea…
Como siempre respondemos con sonrisas y pasando un rato con ellos, preguntándoles cosas mientras bromean con nosotros hasta que aburridos se marchan. Nosotros continuamos visitando el pueblo con el corazón encogido, es lo de siempre, pero no por ello se hace llevadero. El pueblo es bonito, humilde y auténtico. Tiene callejuelas que recorren la falda de una colina desde la que se divisa el imponente Lago Atitlán y los volcanes que lo custodian.
Nos quedamos con las ganas, sobre todo Katz, de hacernos unas fotos vestidos con los trajes típicos del pueblo que ofrecen por las calles. Cada pueblo que rodea el lago tiene vestimenta particular que sirve a los lugareños para identificar rápidamente de dónde es cada uno, incluso la mayoría tienen lenguas diferentes derivadas del maya. Por ejemplo, la lengua Kaqchikel es hablada por los pueblos del sur del lago; el tz’utujil por los del noroeste, sobre todo San Pedro y Santiago Atitlán, y el kiché por los pueblos del nordeste como San Jorge.
UN REGRESO APRETADO
Es hora de volver caminando, con preciosas vistas nocturnas del pueblo 😍. Pero lo que pensábamos que sería un agradable paseo de un par de horas, se convierte en una carrera contrarreloj en busca de un baño, por culpa de un apretón salvaje de Katz. Milagrosamente, a pocos kilómetros de empezar a caminar, podemos subir a un tuc tuc, apretadísimos atrás con una señora y su bebé (yo con más de medio culo fuera), que nos dejan cerca del hotel con sudores fríos…
Una vez pasado el mal rato y con todo solventado, toca buscar sitio para cenar, y es que muerto el perro, se acabó la rabia 😆. Decidimos hacer un concurso-tour por los puestos de comida callejera de Panajachel probando todo lo que se nos pone por delante: tacos, elotes, papas rellenas… y los vencedores son las tortas mexicanas y el pollo rebozado de un par de puestos en la calle Santander.
DÍA 4: TIROLINAS EN EL PÁRQUE ECOLÓGICO CHUIRAXAMOLÓ
Hoy nos toca coger lancha a San Juan La Laguna, para ir hasta el Parque Ecológico Chuiraxamoló. Como la lancha sale temprano aprovechamos para desayunar en San Juan (50 Q) antes de que llegue nuestro guía con el «carro de doble» (un pick up 4×4) para subir hasta el parque. A la hora prevista aparece nuestro conductor, que ya habíamos apalabrado ayer con la buena gente de Viva Atitlan.
Él se encargará de llevarnos hasta el parque Chuiraxamoló y al Tour del Café que contratamos con ellos por 250 Q y 75 Q respectivamente. La carretera hacia el parque pasa por el pueblo de Santa Clara La Laguna y es básicamente hacia arriba y hacia arriba, con vistas geniales del lago, los volcanes y bosques, adelantando a campesinos con sus bueyes y pasando entre la gente que hace sus tareas diarias o descansa tranquilamente a los lados de la carretera.
Tras casi una horita, llegamos al parque con nervios y ganas por igual de probar las tirolinas, o canopy como le dicen aquí. Tan solo tienen dos cables pero merecen mucho la pena. Nos cuesta un poco de sudor cargar con los arneses y subir hasta la primera plataforma. El primer tramo mide 200 metros y pasa rápido. Sirve para perder el miedo y cogerle gusto al tema, pero después de subir un poco más llega el segundo.
400 metros de longitud, uniendo dos colinas con una caída vertical de 200 metros. Una pasada. Además puedes elegir entre modo normal o estilo «superman» 😁. Con la adrenalina a tope los guías del parque se despiden de nostros entre risas, sobre todo por el acojone que lleva Katz, aunque ya está acostumbrado a vacilar con cualquiera que se cruce con nosotros 😄.
TOUR DEL CAFÉ EN SAN JUAN LA LAGUNA
Ahora nuestro guía nos monta de nuevo en la parte de atrás del carro y bajamos hasta San Juan La Laguna para ver el proceso de elaboración del café en la Cooperativa La Voz. La visita es muy interesante. Se puede ver el proceso completo de desarrollo del café, desde el sembrado, la recolección de la plantación, el secado, la separación, procesado y molido del café. Al final nos dan a probar varios cafés y pasamos un rato muy agradable charlando con la guía de la cooperativa.
Después le pedimos al conductor que nos deje en San Pedro La Laguna para comer allí, dar una vuelta y así conocer, aunque sea un poco, otro de los pueblos que rodean el lago. Tenemos intención de comer en un comedor comunitario regentado por indígenas prestadores de servicios eco-turísticos. Pero tras dar muchas vueltas nos damos cuenta de que no nos queda apenas de dinero y nadie nos puede indicar ningún cajero operativo.
CENA EN LOS PUESTOS AMBULANTES
Así que tenemos que regresar caminando 3 kilómetros hasta San Juan La Laguna y tomar directamente la lancha de regreso a Panajachel. Ya en Pana sacamos dinero y nos vamos caminando hasta la «Reserva Natural Atitlán» a las afueras del pueblo. Este lugar es un lodge pero también tiene senderos, animales salvajes, mariposario y… ¡canopy!. Llegamos a la entrada y tan solo por hacer una de las tirolinas cobran sobre 40 €, ¡cada uno!
Evidentemente ni preguntamos por los senderos, ni el mariposario, ni nada más. Nos damos la vuelta tan ricamente y regresamos paseando a nuestro centro de operaciones, Panajachel, mientras vemos ponerse el sol en el Lago. Katz aprovecha a sacarse foto con unos polis de aquí 😂.
Hoy hacemos una segunda edición del concurso-tour por los puestos de comida callejeros. Esta vez caen elotes, coquitos, tortas mexicanas, tortas gringas, tacos al pastor y unos batidos con yogurt para rebajar un poco el tema. Está todo tan rico que hoy no hemos podido determinar ganador.
DÍA 5: SANTIAGO ATITLÁN, MANEJANDO EL TUC-TUC DE PEDRO
Hoy agarramos lancha hasta nuestro 7º pueblo del Lago, su capital, Santiago Atitlán. Y nada más llegar lo imprescindible: desayuno con panqueques y jugo natural por 60 Q. Una vez hechos los deberes comestibles, acordamos con Pedro que sea nuestro guía en la mañana de hoy. Un acierto total este conductor de tuc-tuc.
Nos enseña los lugares más conocidos y rincones particulares de su gusto. Algún mirador, la antigua central de bomberos y otros lugares en las afueras. Uno de esos lugares turísticos más populares es la antigua casa de Concepción Ramírez Mendoza, la persona que aparece en la moneda de 25 centavos de quetzal.
Esta mujer de ascendencia maya fue elegida en 1959 por su belleza para aparecer en la moneda nacional, y a día de hoy, una de sus descendientes muestra a los turistas cómo se hace el tocado típico de Santiago Atitlán a cambio de un donativo. A pesar de lo tedioso de su oficio, derrocha simpatía y muestra interés por nuestras curiosas preguntas.
Pero aún nos queda lo mejor, primero clases de conducción de tuc-tuc… parece fácil pero Katz apenas es capaz de llevarlo unos cientos de metros sin estrellarnos.
MAXIMÓN, EL DIOS MAYA
Suficiente para el experimento 😄 y después el verdadero plato fuerte, el momento más curioso y extravagante del día, conocer al Dios Maximón. Un dios en forma de muñeco al que se rinde culto dándole de beber aguardiente por un orificio que tiene en la boca. También se le ponen puros y cigarrillos encendidos para que fume, como hacían los grandes señores mayas.
Pedro nos lleva a la casa donde se encuentra la santa figura del Tío Maximón. La ubicación va cambiando periódicamente, y habitualmente está custodiada por varios hombres medio ebrios que tampoco paran de fumar. Tras el donativo de rigor puedes pasar a ver a Maximón, que verdaderamente infunde cierto respeto. Tras pasar el ritual de entrada y verte rodeado de humo de trabajo, velas y en definitiva un ambiente de tasca digno del medievo.
Una vez presentados nuestros respetos a Maximón, Pedro nos acerca hasta el mercado y ya nos despedimos sabiendo que hemos dejado un nuevo hincha del Athletic en Guatemala 😄. Ahora toca continuar por nuestra cuenta disfrutando de los murales que cubren cada pared con mensajes religiosos, de respeto y de cuidado a la naturaleza.
A DESCANSAR
También es constante encontrar por las calles de Santiago, y demás pueblos, los símbolos de apoyo a los diferentes partidos políticos que en su mayoría son manos con diferentes gestos y colores. El tiempo pasa y nos perdemos hasta terminar en un pequeño embarcadero que hace las veces de lavadero frente al Volcán San Pedro. Allí hay unos niños jugando en el agua y pescando.
Enseguida se percatan de nuestras miradas indiscretas y suben hasta donde estamos para curiosear, preguntar y pedir algún quetzal o algo que llevarse a la boca. Compartimos con ellos lo poco que llevamos encima y alguno ya se quiere meter en nuestra mochila para venirse a Bilbao, pobrecillos. Ya en Panajachel nos echamos una siesta «obligada» debido a un malestar estomacal de Katz, y con el atardecer y una cena liviana damos el día por finiquitado.
DÍA 6: EL MERCADO DEL JUEVES DE CHICHICASTENANGO
Cada jueves y domingo llegan comerciantes de otras regiones y municipios cercanos a comerciar en el mercado de Chichicastenango. A pesar de haberse convertido en una visita obligada dentro del circuito turístico del país, este descomunal y bullicioso mercado tradicional no ha perdido su esencia. Perderte por sus incontables puestos o simplemente sentarte a ver pasar la vida del mismo por delante de ti es una experiencia muy enriquecedora.
Llegamos en ayunas, y como Katz sigue con su «problema gástrico», optamos por una visita más estática, aunque sí podemos hacer algunas compras de mochilas y pulseras con los tejidos tradicionales. Saturados por el gentío nos arriesgamos a alejarnos de esta zona con baños para visitar el cementerio, y es todo un acierto.
EL CEMENTERIO DE CHICHICASTENANGO
Las tradiciones funerarias son muy diferentes a las nuestras y es habitual que los familiares acudan al cementerio con comida y bebida a celebrar eventos a las tumbas de sus familiares, por lo que no es raro encontrar a alguno que otro con una copa de más. El cementerio es tan colorido y diferente a los nuestros que bien merece una visita.
Por supuesto siempre procurando mantener el máximo respeto y no molestar con foto o charlas a los allegados que se congregan junto a las tumbas de sus seres queridos. Muy cansados y con el riesgo de pirrilera acechando, decidimos esperar sentados en la calle a que salga la combi para Antigua.
REGRESO A ANTIGUA
En Antigua hemos quedado para cenar con Héctor, nuestro host de Couchsurfing del primer día, ya que para hoy no tenía sitio y nos quedamos en el Hotel Burkhard por 200 Q la noche. Ya con el estómago en orden y gracias a Héctor que nos lleva a un sitio típico, podemos tomar una excelente cena tradicional en el Restaurante «Rincón Típico», que cuesta la friolera de 75 Q entre los 3 (unos 8 euros). Rápidos al hotel y a descansar.
DÍA 7: DE ANTIGUA A LANQUÍN EN COLECTIVO
Pasamos una noche movidita ya que hay un pequeño terremoto del que Katz ni se entera, pero se ha sentido la tierra temblar. Ya hemos dejado las mochilas preparadas y todo listo para tomar un desayuno rápido y esperar al transporte que hemos dejado reservado para ir a Lanquín. Ayer contratamos un pack de transporte que incluye el trayecto Chichi – Antigua – Lanquín por 200 Q cada uno.
Después de mucho esperar y esperar nos informan que el bus se ha olvidado de nosotros y está regresando a buscarnos con el consiguiente mosqueo del resto de pasajeros claro… Así que el trayecto de 8 horas hasta Cobán, donde se hace el transbordo para Lanquín, no es muy divertido, incluso nos libramos por poco de tener un accidente, pero bueno, desgraciadamente los accidentes de tráfico son muy habituales en esta parte del mundo.
Cobán es una gran ciudad que sirve de enlace para los viajeros que se dirigen al área norte del país. Nosotros nos damos un pequeño paseo y compramos unas provisiones.
LANQUÍN, LOS BAÑOS MÁS BONITOS DEL MUNDO
Enganchamos con la combi que nos lleva a Lanquín. Apenas 60 km que se tardan más de 3 horas en recorrer, un viaje muy pesado pero que merece la pena. Nada más llegar no faltan los comisionistas que te quieren llevar a sus hostales y ofrecerte todo tipo de servicios, aunque nosotros tenemos claro que nos queremos alojar en «El Retiro«, un ecolodge regentado y administrado exclusivamente por indígenas y habitantes de la zona de Lanquín.
Ofrecen todo lo que viajeros como nosotros podemos necesitar: habitaciones cómodas, limpieza, mosquiteras, trato familiar y muy buenos precios. Por suerte tienen sitio para nosotros aunque venimos sin reserva, como siempre… El sitio esta chulísimo, tienen servicio de restaurante, cabañas y lodges de varios tipos, una zona de relax con hamacas, un río cercano para bañarte y muy buen ambiente.
La cabaña más económica nos cuesta 100 Q la noche. Bueno, no es una cabaña entera, es una cabaña compartida de la que nosotros usamos la parte de arriba. No tiene baño, y por ello tenemos que usar los baños compartidos junto al restaurante. Por cierto, los baños son chulísimos, quizás los baños más bonitos del mundo. La parte de abajo de la cabaña sí tiene baño privado, pero es mucho más cara.
DÍA 8: SEMUC CHAMPEY, EXCURSIÓN EN LA NATURALEZA
Nada más levantarnos bajamos la escalinata de nuestra buhardilla de la cabaña. Tenemos ganas de ver el recinto y el río a la luz del día y, cómo no, a Katz se le antoja un baño matutino en el río. Sorprendentemente el agua baja caliente y da gusto bañarse al amanecer en un lugar así. Enseguida encargamos el desayuno, crepe de nutella con banana, tortilla francesa rellena, y plátano frito, espectacular.
Hay que coger fuerzas porque hemos contratado el tour por Semuc Champey. Este incluye varias actividades y nos ha costado 150 Q por persona. A la hora acordada nos reunimos en la entrada con el grupo del tour, a pesar de que somos muchos y alguno llega con retraso, no tardamos demasiado en salir. Tras un largo trayecto en pick-up, empieza el tour.
CUEVAS KANBA A LA LUZ DE LAS VELAS
Lo primero es un recorrido a través de una cueva subterránea por la que discurre el río Cahabón. Hay que subir y bajar por el cauce resbalando por las cascadas como si fuesen toboganes, incluso hay algún agujero por el que te tienes que tirar a ciegas, pero no tiene peligro y es muy divertido.
Dentro de la cueva nos iluminamos sólo por velas que se nos apagan cada poco por los salpicones, pero los guías, que son muy majetes, las vuelven a encender.
Es una turistada de libro, pero una gozada también. La siguiente actividad, de camino a la última parte del tour, es un columpio – trampolín desde el que «saltar» al agua. Katz lo quiere intentar, aunque parece un poco peligroso por una rampa de cemento que hay justo a la orilla del cauce del río. Nos advierten que si vas a usarlo tienes que saltar al agua sí o sí. No vale quedarse en el columpio y regresar con el balanceo de retroceso, que ya ha habido algún accidente severo por alguna imprudencia.
Finalmente Katz se anima y el salto es tan bueno que lo intenta una segunda vez. En el vídeo sólo hemos puesto el primer intento, ya que a la segunda el salto no es tan bueno y me dice que se ha pegado una buena leche con el agua al caer en mala postura al río, pero nada grave.
DESCENSO POR EL RÍO CAHABÓN Y EL MIRADOR DE SEMUC CHAMPEY
Otra actividad: nos toca echarnos al agua para hacer el ultimo tramo del río cómodamente sentados en unas ruedas hinchables gigantes mientras chavales de la zona, que se sacan cuatro pelas, lanzan latas de cerveza a los turistas que las piden encantados. La aventurilla termina en un puente sobre el río desde el que invitan a saltar a los más valientes. Viendo a los muchachos del lugar tirarse de cualquier forma parece fácil e invita a probar, pero al mirar para abajo nos parece demasiado alto y se nos quitan las ganas.
Ahora nos toca la parte mas «dura» del día: subir hasta un mirador a 700 metros por escaleras de madera y cuerdas que se nos hace interminable, pero merece mucho la pena al llegar arriba. Es un coñazo esperar el turno para asomarse al mirador y sacar las fotos. El paisaje es totalmente deslumbrante. Se ve perfectamente todo el cañón de Semuc y sus famosas pozas de agua turquesa escalonadas, flanqueadas por una jungla hiper densa que hace que todos los colores resalten mucho más por el contraste de los azules, verdes y marrones del entorno.
Esperamos a que todo el grupo se vaya y nos quedamos un rato solos admirando tanta belleza, con lo que nos ha costado subir no íbamos a estar sólo un minuto para sacar la foto y marchar 😄. Bajamos poco a poco y tardamos en engancharnos al resto del grupo que están esperando tranquilamente bañándose en las pozas, por lo que no les fastidiamos por tener que esperarnos.
BAÑO RICO EN LAS POZAS DE SEMUC
Nosotros tenemos menos tiempo para bañarnos en las aguas turquesa, pero suficiente para disfrutar de esa maravilla, refrescarnos e investigar un poco por las pequeñas cavernas naturales que se forman entre las rocas escalonadas. El río de Semuc baja con fuerza, pero en esa zona está muy tranquilo ya que las piscinas escalonadas frenan el agua.
Ya están esperando con los 4×4 para llevarnos de vuelta al lodge donde llegamos casi ya de noche. A pesar de lo numeroso del grupo que han montado, el tour ha estado muy bien y lo hemos disfrutado a tope. Ya en el lodge dejamos contratado el bus para flores del día siguiente por 100 Q cada uno y nos vamos a dar una ducha y a cenar.
Hoy toca enchilada, nachos y guacamole. Socializamos un poco con el grupo del tour pero nos vamos a dormir cuando ellos empiezan con las birras y los chupitos, que estamos reventados.
DÍA 9: DE LANQUÍN A FLORES Y A EL REMATE EN COLECTIVO
Antes de pillar el bus nos metemos otro desayuno tan bueno como el del día anterior y salimos hacia Flores. Al igual que para llegar, el camino para salir es muy precario y cada kilómetro pesa. Además hace mucho calor y vamos asados en la combi. De todos modos el trayecto se hace más ameno con los compañeros de furgo. Nos ha tocado junto a Daiki Suzuki, un japonés que apenas habla inglés, y Thomas, un francés que habla castellano muy bien.
Entre los 3 que hablamos castellano intimamos bastante y también hacemos partícipe a Daiki, que como puede nos cuenta que está dando la vuelta al mundo. Como siempre el idioma no es barrera si hay buen rollo entre la gente. Entre aburrimiento y bromas, risas en japonés, francés, inglés y castellano, calor y sudor, ya hemos llegado a nuestro destino, Santa Elena.
Y es que hemos decidido no ir a Flores y hospedarnos en El Remate, el pueblo más usado como punto de partida para explorar Tikal. La combi nos ha dejado «tirados» a nuestra suerte en una carretera de Santa Elena hasta que pase otra combi para El Remate. Al rato nos recoge una que va en nuestra dirección y los que manejan están bastante bebidos, pero tampoco nos queda otra alternativa porque empieza a oscurecer.
EL REMATE
Como es habitual, van recogiendo pasajeros y más pasajeros cada pocos metros durante todo el camino, así que llegamos ya de noche. Una vez más llegamos sin reserva y tras preguntar en dos o tres hostels nos quedamos en uno económico que nos convence y además nos pueden reservar, a pesar de lo tarde que es, el tour para ver el amanecer en Tikal. De hecho reservamos dos tours para el día siguiente, el del amanecer y el del atardecer. Nos dicen que la mayoría suelen elegir uno u otro o hacerlo en días separados, ya que es muy cansado, pero nos la jugamos.
Con la reserva hecha nos vamos a cenar a un puesto cercano una deliciosa limonada y unos espaguetis. Es un pequeño restaurante familiar junto al Lago Peten Itzá. La parte de atrás del restaurante conecta a través de un puente tibetano muy inestable con un muelle. Desde ahí se puede disfrutar de las vistas del lago pero ya ha oscurecido demasiado y apenas intuimos la luces de las orillas cercanas.
DÍA 10: TIKAL, AMANECER Y ATARDECER EN EL PARAÍSO MAYA
Hemos pasado una noche horrible. Los gallos de las casas vecinas no han parado de cacarear en toda la noche, no sabemos cuántos eran, pero creemos que unos 7 mil 🤣. Además a las 4 de la mañana han empezado a incrementar tanto el ritmo como la intensidad, y ha sido insoportable… De todos modos a las 5 ya estamos en la entrada del parque para empezar el tour del amanecer.
Hemos leído que la única forma de ver amanecer en Tikal es alojándote en alguno de los 3 hoteles que están dentro del parque, pero hay un par de tours que juntan a turistas que duermen fuera y les llevan en bus. Cuando abren la puerta del Parque, se camina directamente a la cima del Templo IV y se disfruta del amanecer. El mismo tour se ofrece para el atardecer.
Como planeamos ayer, contrariamente a lo que nos recomendaban, hemos elegido los dos para el mismo día. Como buen tour que se precie incluye un guía, y el que nos toca en suerte es majísimo, nos da la impresión de que sabe mucho y además parece apasionado a pesar de ser un curro que se haga tan repetitivo.
AMANECER EN TIKAL
Aún es de noche y tras una breve presentación y guiados por linternas en la oscuridad, el guía nos lleva hasta el andamio de escaleras de madera del Templo IV, lugar habitual para ver el amanecer. Al principio apenas se ve nada y se escucha una tenue calma en la selva con algún ruido de animales y susurros del viento. Poco a poco, los distantes ruidos de los animales se incrementan.
Cada vez se oyen más alto y en mayor cantidad, es literalmente el despertar de la selva. Los cientos especies de aves, mamíferos, insectos y otras especies que habitan allí junto con el crujir de las ramas y el balanceo de las hojas, realmente te atrapan y te emocionan. Si tienes suerte, como en nuestro caso, el resto de turistas estarán callados o hablarán muy bajito.
Y si ya tienes muchísima suerte, cosa que no nos pasó, el día amanecerá despejado. Nos imaginamos que podrás ver los rayos de sol brotar en el horizonte mientras se van descubriendo ante ti los templos I, II y III, lamentablemente al V lo tapa una pequeña colina. Los amantes de Star Wars enseguida reconocerán la panorámica porque aparece en el Episodio IV, ubicando la base rebelde del planeta Yavin 4.
EL RECORRIDO POR TIKAL
El ruido animal que más llama la atención son los monos aulladores, que rugen como lo hacen los grandes felinos marcando territorio. Con el sol suficientemente alto se termina el silencio, bajamos del Templo y el guía nos empieza a explicar información del parque. Es todo muy interesante y responde a cualquier duda que nos surge, incluso sobre La Guerra de la Galaxias…
Nos da consejos y nos advierte que tengamos cuidado porque los monos nos pueden cagar encima o sin querer podemos pisar alguna tarántula de las que abundan en el parque. También hace el día muy ameno con historias, leyendas y nos muestra los antiguos agujeros excavados que usaban como bodegas frigoríficas para conservar víveres.
Recorremos a pie gran parte del recinto, estamos ansiosos por llegar a la plaza famosa Plaza Central, pero comenzamos por el complejo ceremonial Mundo Perdido. Vamos al encuentro de más ruinas mientras los monos zarandean los árboles y las tarantulas parecen acudir a la llamada del guía. El tour termina temprano en la Plaza Central.
LOS TEMPLOS MAS IMPORTANTES DE TIKAL
Gracias a una densa tormenta llegamos empapados, lo cual no nos impide disfrutarla a tope y pasar mucho rato subiendo por todos los lugares que permiten las señales… Bajando de una pirámide resbalo, reboto con el culo en dos escalones y de la misma casi me rompo el coxis. O igual me lo he roto y no me he enterado, pero duele mucho, aunque a mí me da la risa…
Menos mal que Katz enseguida me consigue una cachava natural para continuar el camino. La mayoría de templos están señalados con números romanos, pero también se les llama de la siguiente forma:
- I: Pirámide del Gran Jaguar, es la más conocida y representativa de Guatemala.
- II: Templo de las Máscaras, justo enfrente del anterior en la Gran Plaza.
- III: Templo del Gran Sacerdote, mayormente cubierto por la vegetación selvática excepto la cumbre de sus 55 metros.
- IV: Templo de la Serpiente Bicéfala, el más alto, con 70 metros, y donde se puede subir a ver el amanecer y atardecer.
- V: Templo Kital, uno de los más espectaculares y bien conservados, además de ser el segundo más alto con 57 metros.
- VI: Templo de las Inscripciones, situado lejos de la plaza central de Tikal y por ello una de las visitas más tranquilas.
Exploramos bastante por nuestra cuenta pero sin salirnos mucho de los caminos marcados, ya que el guía nos advierte que es habitual que todos los años algún turista se pierda por el recinto entre la selva ya que solo una ínfima parte está excavada y es fácil desorientarse si no se siguen las indicaciones.
ATARDECER EN TIKAL
Llegamos solos a muchos sitios pero de lo que más nos gustó fue cruzarnos con un par de familias de tejones. Aunque eran un poco tímidos te podías acercar bastante, incluso pudimos hacer algunas fotos. Después nos enteramos que su nombre es coatí de nariz blanca y aquí los llaman pizotes. A pesar de caminar hasta la hora de comer no da tiempo a todo, pero ahora, sin el grupo, es una gozada caminar a nuestro aire y encontrar lugares solitarios.
Además aún nos queda el tour del atardecer, al que acudimos tras jamarnos una pizza en el centro de visitantes, el lugar para comer más económico que encontramos en todo el parque. El guía de la tarde también es majo, pero no supera al de la mañana. El tour del atardecer es inverso al del amanecer, empieza en la plaza principal y termina en el Templo IV para ver… atardecer 😃.
A pesar de que el itinerario repite algunos lugares no aburre, también enseña tarántulas y otros sitios nuevos para nosotros, como las Pirámides Gemelas, o el que nosotros llamamos Templo de Indiana Jones. Subimos de nuevo a la cumbre del Templo IV para el atardecer. Han sido más de 13 horas de caminata continua tras levantarnos a las 4 de la mañana y sin apenas haber dormido gracias a los gallos cantores. Se agradece sentarse a ver el sol ponerse cerrando un día realmente excepcional. Regreso al hotel y a dormir pensando en mayas, pirámides, tarántulas y pizotes.
DÍA 11: SALIMOSDE BILBAO A BELIZE, LET´S GO!
Esta noche hemos dormido, los gallos nos han respetado un poco más y la paliza del día anterior ha ayudado mucho a dormir como un tronco. Hoy tenemos un trayecto de apenas 3 horas que se convierten en 4 entre cambios de bus y fronteras, y es que nos vamos a otro país, Belice, que es el único país de América Central en donde el idioma oficial es el inglés. De todos modos muchos hablan castellano y la mayoría criollo.
Apenas en una hora ya hemos llegado a la frontera y tras un trámite y una tasa el bus nos recoge de nuevo ya en suelo beliceño. Lo más reseñable de las siguientes dos horas de bus hasta Belice City es que nos cruzamos con unos Amish en su carro de caballos, igualitos que en las películas, y que atravesamos las afueras de la capital del país, Belmopán.
Aunque no es la capital, Belice City es la mayor ciudad del país y es donde vamos a pillar el transporte que nos lleva a nuestro destino, Cayo Caulker. Hay varias opciones para llegar a este pequeño, popular y delicioso cayo: por avión, speed boat de 10 minutos o taxi boat de 50 minutos. Cada uno más barato que el anterior claro, pero los precios ya no son los de Guatemala, se nota que aquí cuestan mucho más los servicios (al menos para el turismo).
El viaje de ida y vuelta nos cuesta 25 dólares (siempre dólares beliceños claro), que está bastante bien, y en 50 minutos ya hemos desembarcado en este lugar de postal. El cayo es muy popular pero el espacio es muy limitado, por lo que tiene sus limitaciones de aforo y de oferta hostelera para bolsillos apretados.
LLEGAR, BAÑADOR Y A DIFRUTAR DE CAYO CAULKER
Nos han hablado de dos sitios económicos para dormir, 2 camas por 20 dolares en dormitorio de 8 en el Backpakers Hostel (ahora Travellers Palm Backpackers Hostel) y el Lana´s Place (ahora cerrado) por 30 en habitación privada con baño. Aunque el dueño de Lana es un poco personaje y el hotel esta descuidado, nos quedamos aquí. No hay mucha gente, tenemos terraza frente al mar y tranquilidad.
Enseguida nos ponemos los bañadores y nos vamos al muelle con las máscaras de snorkel. Ya sólo sumergirte en el muelle te da una idea de lo bello que va a ser esto, un montón de peces coralinos entre las piedras del muelle y alguna estrella de mar hermosa. De todos modos no es el lugar más recomendable para hacer snorkel.
Katz se hace varios cortes y la visibilidad no es buena del todo debido a la arena que se remueve por el oleaje, aún así disfrutamos como niños y nos vamos a cenar con una sonrisa. Elegimos Roy´s Place que nos da una buena cena por 20 dólares y vamos al supermercado a comprar algunas cosas.
No hay mucho donde elegir pero suficiente para tener suministros en nuestro cuarto. Pasamos el resto de la tarde de charla con varios lugareños que nos cuentan cómo era todo antes de la llegada de los turistas, es curioso que a pesar de lo pequeño del lugar aún quedan bastantes habitantes de Caye Caulker de toda la vida.
DÍA 12: HOL CHAN, EL MEJOR SNORKEL DEL MUNDO EN BELICE
Tras mirar varias opciones para hacer la excursión a Hol Chan nos decidimos por Caveman, una empresa más pequeña que otras del cayo. Los lugares que enseña son similares, salvo una sorpresa final, pero el rollo es muy diferente al que veíamos en otros barcos, mucho más familiar y con menos pasajeros a bordo.
Caveman es un personaje muy conocido en todo el cayo y nos encantó. Nos contó sus inicios, que desde pequeño le apasionaba el mar, como llegó al cayo siendo huérfano y ayudando a pescadores, muy poco a poco, montó su propio negocio con turistas. Ahora vive por y para el mar lo más honestamente que puede.
El tour dura casi todo el día e incluye la reserva de Hol chan, el callejón de las rayas y tiburones, jardines de coral, un pequeño pecio y los manglares junto al cayo. Hol Chan es una reserva y ahí se ve de todo, pero todas las zonas que se visitan están plagadas de vida y son una delicia. Shark Ray Alley está lleno de tiburones de arrecife y rayas. Coral Gardens es un collage de peces, corales y plantas.
Además de que por cualquier lado aparecen tortugas, mantas raya y tiburones puedes aburrirte entre los corales y miles de peces que habitan el arrecife. Es increíble y maravilloso, para nosotros es una experiencia emocionante. Las rayas pintas, las morenas, los peces aguja, los ángeles, el globo… todos.
FIN DEL TOUR Y ÚLTIMA NOCHE EN CAYO CAULKER
El tour finaliza visitando un pequeño pecio que tampoco tiene mucha historia, por último una interesante visita a los manglares de la parte de atrás de Cayo Caulker, donde Caveman guarda una sorpresita con los tarpones, unos peces enormes que… bueno, en el vídeo de nuestro canal se ve jeje. También coge un caballito de mar para que lo veamos y lo suelta en cuanto lo vemos todos.
El día ha estado genial y las explicaciones e historias de Caveman le han dado un valor añadido a todo. Tanto que le hemos dedicado el post, que ver en BELICE, el mejor snorkel del mundo. Ahora nos toca cenar y seguimos la recomendación de Ana y William, dos compañeros colombianos del tour, que nos aconsejan el Wish Willy Bar & Grill. Un acierto por precio, sabor y cantidad. Antes de ir a dormir damos un pequeño paseo por el cayo viendo un festival navideño de niños, y terminamos hablando con un chino beliceño que estaba por allí de visita.
DÍA 13: HOPKINS, SIGUIENTE PARADA EN BELICE
Tomamos un desayuno temprano en el muelle sur del cayo y nos vamos, de nuevo en taxi-boat, a Ciudad de Belice. Una vez allí caminamos por las calles de Belice City hasta la estación de autobuses, no más de 45 minutos muy entretenidos viendo el día a día de esta bulliciosa ciudad. Compramos los boletos y esperamos un rato hasta que sale nuestro bus, que por la música y los pasajeros más bien parece una fiesta reggae.
El bus para primero en Dangriga y después continua hacia Mango Creek y Punta Gorda, dos poblaciones más al sur de nuestro destino, por lo que a nosotros nos dejan en el cruce de carretera que lleva a Hopkins. No tarda en aparecer un taxi que compartimos con lugareños. No tenemos nada reservado, así que les pedimos consejo sobre alojamiento a los pasajeros y al taxista. Tras unas sugerencias que se nos escapan de nuestro presupuesto, el taxista y una pasajera han dado con algo que nos encaja perfectamente.
Lebeha Drumming Center & Cabanas, es decir, las cabañas de Jabbar. Sin mucha dilación nos vamos a cenar a un restaurante cercano, que más bien parece una txosna de fiestas con unas mesas en la playa, y menuda cena. La dueña es Marva y cocina de maravilla. Mientras esperamos nuestros platos hablamos con un hombre de Ohio, con aspecto hippy que ha venido a Belice, básicamente, a ponerse bien la dentadura porque es más barato que en EEUU.
DÍA 14: HOPKINS, EN BICI POR BELICE
Lebeha Drumming Center & Cabanas también es una escuela para aprender a tocar el yembé y otros instrumentos de percusión, y además tiene algunas cabañas económicas para poder alojarse en Hopkins. El lugar carece de lujos, las cabañas y el baño compartido son muy básicos pero están genial para lo que nosotros íbamos buscando, sobre todo con los precios que se manejan en Belice.
El dueño (y maestro de percusión) es Jabbar, un tipo alto y serio pero majete que nos ayuda y aconseja en lo que puede. Shamara´s es el lugar elegido para desayunar hoy, está bastante cerca y abierto así que pedimos huevos, bacon, frijoles y Fried Jack, una especie de triangulo gigante inflado con sabor a churros que está delicioso. Todo por 9 dólares beliceños.
Con el estomago lleno, Jabbar nos alquila unas bicis baratas para recorrer un poco el pueblo porque Katz está muy fastidiado de los pies y a mi aún me duele el culo del resbalón en la pirámide de Tikal. El clima es agradable aunque casi todo el día hay bruma y no termina de salir el sol. Pasamos el día tranquilos, entre la playa, la bici, el pueblo y el hostel.
Ya es la hora y toca cenar. De nuevo en el restaurante de Marva, y es que tiene una mano espectacular. Nos hacemos una foto juntos de despedida y nos vamos agradecidos por estos días tan sabrosos. De vuelta en la cabaña charlamos un poco con otros huéspedes de diversos lugares como Grecia, Suecia o Guatemala y a dormir.
DÍA 15: DE BELICE A GUATEMALA, PUNTA GORDA Y PORORÓ
Nos pegamos un buen madrugón para pillar el bus que va hacia Punta Gorda, y durante el trayecto vamos decidiendo qué hacer, si quedarnos allí o pasar la frontera e ir hacia Livingstone, en Guatemala, ese mismo día. Llegamos a Punta Gorda a las 10:15. Como el sol no termina de explotar estos días, decidimos reservar lancha para Livingstone, pero no sale hasta las 14:00, así que pasamos el día entre el Parque Central y un mercado cercano.
El parque está concurrido y tenemos oportunidad de hablar con unos tipos que van moraos, un yanky del Bronx que quiere abrir un restaurante en el pueblo, varios rastafaris y otros transeúntes. Al ser frontera internacional, hay que pasar un control de pasaportes antes de agarrar la lancha para Livingstone.
Esperando en el control Katz se hace un cigarrillo de liar y el tipo del parque, el del Bronx, le pregunta si estaba haciéndose un porro… ¡pues anda que no hay diferencia! No sé de que parte del Bronx será… El trayecto hasta Livingstone es tranquilo, aunque la hora y media se hace larga por el aspecto precario de la lancha y la amenaza de lluvia.
LLEGAMOS A LIVINGSTON
Nada más llegar nos recibe Darío, un chico del pueblo que se dedica a acompañar turistas y ganarse la vida como puede. No hay ningún control de pasaportes ni aduana ni nada, pero Darío nos dice que no hay problema, que luego hagamos el trámite en la oficina de policía, que primero nos acompaña al hostel.
Despreocupados nos dejamos guiar y recomendar por él, y nos quedamos en el Hotel Garífuna, está bastante limpio y apañado de precio, así que dejamos las mochilas, nos vamos a sellar el pasaporte y a cenar. Ahí ya nos despedimos de Darío, que no se ha despegado de nosotros en todo el rato, no sin antes darle una propina claro. Antes de irse nos dice que esta misma noche hay baile navideño, el pororó, así que nos veremos allí.
Ya llega la cena y nos hemos pasado, un plato de spaghettis y hamburguesa con patatas para cada uno. Es la primera vez que dejamos patatas en el plato a pesar del hambre que traíamos.
EL BAILE DEL PORORÓ
Casualmente nos cruzamos con otros turistas alemanes con los que habíamos compartido el trayecto de Lanquín a Tikal, y nos acercamos juntos al almacén donde se celebraba el baile del pororó. El almacén está presidido por la Virgen de Guadalupe y es que el baile del pororó típico del pueblo garífuna es para celebrar su «devoción a la Virgen». Las mujeres visten sus trajes típicos mayas y todos bailan en grupo dando vueltas y en círculos.
Es una gran masa de gente saltando y danzando a son de los timbales y la música que atruena por los bafles. Hoy es el segundo día de baile que siempre empieza el día 12 de Diciembre y dura 3 días. Aguantamos un rato pero no tenemos el cuerpo para bailar entre el cansancio y las múltiples lesiones, por lo que nos vamos «disimuladamente» a dormir.
DÍA 16: DE LIVINGSTON A ANTUGÜA DE GUATEMALA
Se ha pasado toda la noche lloviendo y por la mañana la tormenta tropical no para. Llueve mucho pero conseguimos cruzar un par de calles para desayunar en un garito. Mientras tomamos el desayuno nos fijamos que el otro cliente de la tienda lleva una pistola bien visible y no parece policía. Como el clima no da tregua decidimos recoger nuestras cosas y empezar a regresar hacia Antigua que pone que hace bueno.
El plan principal en Livingstone era visitar los conocidos 7 Altares y Playa Blanca, pero lo dejamos para otra ocasión. Al empezar el trayecto parece que amaina y decidimos pararnos al poco de salir en el Hotelito Perdido. Un lugar del que habíamos leído en una guía y nos daba muchas ganas de visitar. Es un pequeño hotel, cuyo nombre le viene al pelo, ya que está perdido en un afluente del Río Dulce.
Decorado con mucho gusto y muy integrado en la selva, el lugar parece un remanso de paz para turistas relajados. Los propios dueños del hotel nos dicen que el tiempo no tiene pinta de mejorar y que podremos realizar pocas actividades desde allí, por lo que un par de horas después nos montamos de nuevo en la siguiente lancha río arriba.
RÍO DULCE
Enseguida el río se abre a El Golfete, un precioso lago anterior al Lago Izabal, mucho más grande y conocido. La parada de autobus está justo en el puente que hace de puerta de entrada (o salida) al Lago Izabal, una población de tránsito que se llama Río Dulce, igual que el propio río vaya. Ahí hay varios buses que van para Tikal, Ciudad de Guatemala, etc… y decidimos regresar del tirón hasta Antigua.
El siguiente autobús aún tardará, así que dejamos las mochilas en la garita de los boletos. Damos una pequeña vuelta por los alrededores del puente y nos comemos unas piezas de pollo que tendrán que llenarnos hasta la noche. Por el camino hacemos una parada de descanso en una estación de servicio. Katz me cuenta que se ha encontrado con un par de tipos esnifando coca en el parking.
Trae un pequeño aperitivo porque el viaje es largo. Hay pocos turistas en el bus pero antes de llegar a Ciudad de Guatemala, uno de ellos, de una pareja que vive a caballo entre Madrid y Alemania, nos dice que si estamos locos por llegar sin reserva a la capital, que nos van a secuestrar o a robar o lo que sea. Nos ofrecen llamar a su hotel para que nos den habitación y que nos recojan a los 4. Pero rechazamos amablemente al enterarnos que costaba 150 USD la noche.
EL DÍA NO TERMINA
Nos mete un poco el miedo en el cuerpo pero a pesar de todo bajamos del bus en Ciudad de Guatemala y nos montamos en el primer taxi que pillamos, no tiene pinta de ser muy oficial pero nos da confianza. Es un señor que se llama Reginaldo y nos confirma que el riesgo de robo y secuestro es real, pero como todo en la vida es cuestión de actitud y mala suerte. Amablemente Reginaldo nos deja en la zona 3 en una improvisada terminal de la que parten las parrillas para Antigua.
Tenemos suerte ya que hay algún asiento libre al fondo, pero en la primera parada que hace el bus empiezan a subir adolescentes sin fin. Parece que son las celebraciones del fin de curso y algunos van un poquito pasados. Uno vomita por la ventana y se van colocando como pueden, varios de ellos terminan encima nuestro literalmente y el viaje se hace largo, pero muy divertido.
El trayecto desde la capital hasta Antigua nos ha costado 10 Q y ahora tenemos que pagar 20 Q para que un tuc-tuc nos acerque de la parada al centro de Antigua. Estamos reventados y nos vamos a dormir, afortunadamente tenían habitaciones libres en nuestro anterior hostel y caemos rendidos hasta el día siguiente.
DÍA 17: PUERTO SAN JOSÉ, LLEGAMOS AL PACÍFICO
Otra vez en Antigua, otra vez hipnotizados… Ya tenemos plan, nos vamos hacia la costa del Pacífico que no llueve y hace muy bueno. Compramos viandas en una panadería y nos las comemos en una acera antes de montarnos en la parrilla que va para Escuintla. Seguido nos montamos en un colectivo hasta Puerto San José.
Nada más llegar, como siempre, nos damos una vuelta por el pueblo buscando hotel. Encontramos uno un poco rancio con una piscina un poco rancia también, pero se ajusta a nuestra necesidad y decidimos pillar una noche. Enseguida nos vamos para la playa. Es un playa larguísima con arena negra y bastante ambiente, niños y perros juegan con el agua mientras vendedores ambulantes y pescadores recorren la orilla.
Nos sentamos en una terraza al atardecer y un alemán borrachillo nos da charla un rato, nos cuenta que está saliendo del alcoholismo pero que le cuesta, nos pide un poco de cerveza, es bastante triste. Al rato también se acerca un chapín y nos cuenta historias de atracos y violencia contra turistas en la playa.
Las historias no hacen que el atardecer sea menos bonito, con el sol fundiéndose en oro al horizonte. Nos vamos a dormir temprano tras una cena bastante regular.
DÍA 18: DE SAN JOSÉ A IZTAPA EN COLECTIVO
Las historias de miedo de ayer junto con el aspecto de pueblo veraniego de paso, bullicioso y un poco decadente, hacen que decidamos continuar nuestro camino hacia Iztapa. Antes de tomar el colectivo desayunamos y nos damos un baño en la playa al amanecer.
Realmente es una playa preciosa pero preferimos estar tranquilos y mantenemos la decisión de ir para Iztapa, que nos han dicho que es más tranquilo.
Al llegar vemos que es un pueblo pequeñito y humilde con poco movimiento. El primer hotel que miramos es bastante carcelario y el segundo no es mucho mejor. Pillamos habitación y dejamos las cosas en este último para visitar un poco la zona.
Tenemos ganas de playa pero en el pueblo no hay. Feliciano, un señor mayor que huele un poco a alcohol, nos dice que para ir a la playa debemos cruzar a «la barra». La playa esta separada de Iztapa por la desembocadura de un río que se junta con una lengua de agua del mar. Roberto, el barquero que rondará los 70 años, nos cruza por unos quetzales. Apenas son unos metros y no cubre, pero el hombre hace el servicio.
La playa es larga y de arena negra con buenas olas para hacer surf.
BETI, ADIXA Y LOS NIÑOS DE LA PLAYA DE IZTAPA
En un improvisado chiringito conocemos a Beti y Adixa, dos hermanas de Iztapa con las que enseguida hacemos migas. Adixa tiene una escuela de surf y además se encarga de ayudar como pueden a los niños de Iztapa. De hecho muchos de ellos están pasando la tarde en playa jugando a volleyball.
Bety y Adixa nos invitan a participar de la comida que habían preparado para todos los allí presentes. Nosotros compartimos también lo poco que llevábamos. Mientras charlamos y vemos jugar a la txabalería, pasamos el día y la tarde, y para regresar ya no tenemos barca. No hay problema, zapatillas y mochila en alto para atravesar el río a pie y listo.
Adixa nos ha recomendado una pupusería callejera en el centro del pueblo para cenar. Está regentada por unos Salvadoreños que tienen una mano excelente para la cocina. Es la primera vez que las probamos y estamos encantados, tortas de maíz rellenas de queso, chicharrón y/o verduras ¡tendremos que ir a El Salvador!
Tras las pupusas nos viene a recoger Beti y vamos para su casa. Nos han invitado a pasar el rato esa noche y no podemos rechazarlo. Resulta que en su casa tienen espacio para huéspedes. No es un hotel ni hostel pero en un cobertizo adyacente o casa de invitados alojan huéspedes que vienen atraídos por la escuela de surf. Así que pasamos el resto de la noche con ellos y sus huéspedes alemanes hasta que el cansancio hace mella. Nos vamos a dormir agradecidos por la suerte que tenemos.
DÍA 19: SURF SHACK IZTAPA, LA HOSPITALIDAD HECHA SURF
Nos levantamos temprano y damos un pequeño paseo por el pueblo mientras abren algún lugar para poder desayunar. Al rato abre «Lucky», típico ultramarinos con variedad cosas para elegir y la música a todo trapo. Hacemos acopio de viandas y con el estomago llenos volvemos a la barra, con Beti y Adixa las responsables del club de surf de Iztapa. El club se llama Surf Shack Iztapa.
Beti y Adixa han preparado un montón de comida para todos y de nuevo nos pasamos el día allí con los niños y los huéspedes alemanes. Una de las formas que tienen de ayudar a los niños del pueblo y mantenerles alejados de «problemas» es enseñarles a hacer surf y a tratar con turistas. Así pueden, de vez en cuando, sacarse algún dinerillo enseñando a algún novato como Katz a subirse a una tabla.
El profesor de Katz no es malo pero lo tiene difícil, a pesar de todo y de las pocas olas Katz consigue ponerse de rodillas y se siente como «Le llaman Bodhi»…
La noche anterior Adixa nos insistió para que nos quedemos en su casa a dormir. No les queda sitio en el cobertizo pero nos prepara su propia habitación y ella dice que dormirá con su hermana. Por mucho que queramos no nos deja negarnos así que vamos para su casa, dejamos las cosas y a cenar de nuevo en el puesto de pupusas y también pollo en otro cercano.
DÍA 20: MONTERRICO, LA CABAÑA EN EL BOSQUE
No se nos ocurre otra cosa que hacer unas tortillas de patatas de desayuno para agradecer la hospitalidad y pasamos la mañana entre la hamaca, charlas y piscina. Nos despedimos de Beti, dejamos alguna cosa para los niños de la playa, y Adixa nos acerca hasta la combi que va para Monterrico, un pueblo más turístico a poco más de 25 km.
Justo antes de montar compramos unos merengues para el camino y en menos de una hora ya estamos en Monterrico. Adixa nos ha puesto en contacto con el director del tortugario de Monterrico, y nos deja quedarnos en una de sus cabañas a cambio de que limpiemos un poco la zona y colaboremos con él durante nuestra estancia.
Está peor que la cabaña de Jacob en Perdidos, destartalada, llena de hojas, polvo y mosquitos por todos los lados. El baño está totalmente plagado de ellos y pasamos toda la tarde intentando adecentarla un poco sin mucho éxito. Eso sí, está junto a la playa, bajo unos matorrales en un lugar envidiable. En Monterrico, además de playa (la que continúa desde Iztapa) hay una Reserva Natural.
Es un canal de agua rodeado de manglares y hemos apalabrado un tour en barca al amanecer con Ruben, un guía del tortugario. Por la tarde vamos a ver como sueltan tortugas en la playa, es la época y por un pequeño donativo permiten que los turistas soltemos algunas. Es emocionante y triste a la vez ya que sabemos que muchas de ellas no sobreviven. Cenamos bastante mal y nos vamos a dormir en la cabaña de Jacob…
DÍA 21: RESERVA NATURAL DE MONTERRICO TRAS UNA NOCHE DE TERROR
Son las 4 de la mañana y nos llaman. Apenas hemos podido dormir. La noche ha sido horrible: fiebre, alucinaciones, camas insufribles, mosquitos y ruidos extraños. A mitad de la noche Katz se ha levantado y yo estaba convencida de que alguien había entrado por la noche en la casa. Pero aún así nos vamos a ver amanecer a la Reserva Natural de Monterrico.
Montamos en una pequeña barca y Ruben nos guía en silencio a través de los manglares mientras la oscuridad se desvanece en amanecer. El agua está muy tranquila, parece un espejo y poco a poco el día despierta mientras, de vez en cuando, algún pájaro o insecto rompe el silencio.
Mientras todo esta maravilla sucede yo me sigo encontrando fatal y tengo que vomitar por la borda, lo cual me ayuda a mantener la compostura hasta que termina el amanecer y regresamos al pueblo.
LA CHIKUNGUNYA
Katz me acompaña hasta la cabaña para que descanse lo que pueda mientras busca un hotel «de verdad» donde pueda descansar. Me cuesta horrores llegar a ella, mis piernas no me sostienen y se me hace eterno. Quiero apuntar que el capítulo 11 de la cuarta temporada de Lost se llama «Fiebre en la cabaña», no digo más…
Ha habido suerte, Katz ha encontrado una habitación a buen precio y con piscina en el hotel Brisas del Mar. Según llegamos me meto en la cama tiritando y Katz se va a buscar medicinas y desayuno. Al rato vuelve con Panadol, una marca de paracetamol, y es que resulta que yo estaba tomando Ibuprofeno y con estos síntomas está totalmente contraindicado.
Le han dicho a Katz que probablemente tenga chikungunya, una enfermedad de la que nunca hemos oído hablar pero que cumple a rajatabla mis síntomas. Fiebre, cansancio y dolor fuerte en las articulaciones. Además está pegando muy fuerte en la zona. (No sé hasta meses después que escuchamos de ella en Bilbao en prensa y televisión).
La enfermedad tiene fácil tratamiento pero alta mortalidad en zonas pobres, debido a que los más afectados por ella no pueden pagar las medicinas. Venden paracetamol en cualquier sitio, incluso en las abarroterías. Pero a diferencia de Bilbao (que hay recetas y cajas a precio asequible), aquí venden cada pastilla individualmente, por 5 Q. Una barbaridad.
NAVIDAD EN LA PLAYA
Yo me paso el día en la cama y Katz justo en frente sin perderme de vista pero de vez en cuando aprovecha la piscina. Me cuenta que ha ido a comer a un restaurante regentado por una alemana. Lo dejó todo por montarse allí la vida y le han preparado pasta al pesto y unas quesadillas muy ricas.
A última hora mejoro un poco con el paracetamol y Katz se va a dar una vuelta. Se nos olvida que estamos casi en Navidad, es 19 de diciembre y hay misa y procesiones por el pueblo. Son como las que aún hacen en los pueblos de España. Paseando al Santo, Virgen en este caso, a hombros, con la gente detrás cantando para terminar en una pequeña homilía.
DÍA 22: DE MONTERRICO A ANTIGUA CON CHIKUNGUNYA
No ha sido una buena noche, pero hemos podido descansar y parece que la fiebre ha remitido. Katz trae hojaldres, magdalenas, salchipanes y zumo para desayunar. Todo para él, claro, yo no pruebo bocado. He mejorado un poco pero no lo suficiente. Así que Katz se va solo para el tortugario a dar un donativo en agradecimiento por habernos dejado la cabaña de Jacob. Así aprovecha a visitar un poco el recinto.
Aunque el sitio pertenece al Centro de Estudios Conservacionistas de la Universidad de San Carlos de Guatemala, no tienen muchos fondos y los animales están en recintos bastante precarios. Se encarga de proteger no solo tortugas, sino también iguanas, caimanes, pez róbalo y pejelagartos.
Uno de los que más le llama la atención son los pejelagartos, también conocidos como machorras o peces armados. Considerado como una especie prehistórica de aproximadamente 75 millones de años, en peligro de extinción por la pesca indiscriminada ya que su carne es muy apreciada.
Katz regresa con sensaciones encontradas respecto al tortugario, por el evidente estado decadente del lugar y a la vez el buen trabajo que realizan de conservación, especialmente con las tortugas y su liberación.
Decidimos abandonar Monterrico y poner rumbo a Antigua por la tarde. Así que aún nos queda tiempo de disfrutar un poco de la piscina y conocer a unos chapines que nos dan buena conversación. Andrea, Nati y Jose Carlos viven en Ciudad de Guatemala y han venido a pasar la Navidad en la playa.
VUELTA PARA ANTIGUA
Se nos echa el tiempo encima, el bus ya va a salir y con las prisas nos olvidamos los bañadores que habíamos dejado secando al sol a un lado de la piscina. El trayecto es horrible, me mareo a menudo y me dan muchas ganas de vomitar. Katz pasa el rato hablando con un pasajero anciano.
Es un profesor jubilado norteamericano que sigue viajando en transportes como este. A pesar de necesitar bastón por su fascitis plantar y otros problemas físicos, un gran espíritu el de este hombre. Por fin llegamos a Antigua y me quedan las fuerzas justas para dar un pequeño paseo y despedirnos de Héctor. Nuestro anfitrión de Couchsurfing del primer día del viaje.
DÍA 23: CAMILO TOURS, FIN DE VIAJE Y REGRESO A BILBAO
Hemos pasado la noche bastante bien y hasta las 19:25 no sale nuestro vuelo desde Ciudad de Guatemala. Aprovechamos el día para recorrer una vez más la ciudad de Antigua Guatemala.
Callejeando, vamos a parar en Camilo Tours, una pequeña agencia que organiza todo tipo de tours por todo Guatemala. Es un pequeño negocio regentado por Walter Ochoa, un tipo muy peculiar y super amable que tiene un aire a Fidel. Nos pasamos mucho rato con él, nos cuenta como empezó. Dice que tiene raíces vascas, sabe perfectamente que su apellido es de origen euskaldun y hacemos muy buenas migas.
Por voluntad propia y sin que podamos negarnos, Walter nos guía por Antigua contándonos anécdotas y partes de la historia que, obviamente, nosotros desconocemos. Desde la época precolombina, la evangelización y hasta como está el panorama de la ciudad hoy en día.
Después nos lleva hasta el Cerro de la Cruz. Es una colina desde la que hay unas espectaculares vistas de todo Antigua y los volcanes que la rodean. Es una fortuna encontrar a gente así. Tan humilde, desinteresada y con tanta humanidad, no podemos por más que ofrecerle nuestra gratitud y una buena propina que no quiere aceptar. Tras mucho insistir conseguimos que lo acepte y además hacemos en su propio coche el traslado hasta el aeropuerto.
UN VIAJE PERFECTO
El viaje no puede terminar de mejor manera. Bueno sí, comiendo pizza jeje, así que pillamos un par de ellas en el aeropuerto para gastar las últimas monedas. Es lo primero que meto en el estómago desde hace un par de días, y me sienta genial. Aunque me da un poco miedo tener algo de fiebre y que no me dejen embarcar. Están tomando la temperatura en el aeropuerto por el dengue pero estoy de Panadol hasta arriba, no hay problema.
Embarcamos hacia Bilbao con doble escala, primero en Ciudad de México y después en París. ¡Un viaje perfecto!
Y ya sabes, si quieres hacernos un comentario puedes encontrarnos en Twitter, Instagram y Facebook, en todos nos llamamos @SalimosDeBilbao. Si te ha gustado este post puedes compartirlo en cualquiera de las redes sociales con los botones de aquí abajo 👇🏽