Este es el diario de dos semanas en SENEGAL y GAMBIA por libre. Siempre habíamos tenido Senegal en nuestra lista de opciones y en esta ocasión aprovechamos para visitar también la pequeña Gambia. Teníamos dos semanas por libre entre Senegal y Gambia y preparamos una ruta poco ambiciosa con paradas en Guilor, Wassu y País Bassari. Nos avisaron de la complejidad de realizarlo todo en transporte público y dejamos el final del viaje abierto.
Finalmente terminamos en Saly, descansando un par de días en una zona de playa. Recorrer Senegal y Gambia en transporte público tiene sus complejidades, tanto por frecuencias como por disponibilidad. Para llegar a algunos lugares no hay más opción que el transporte privado. Es por eso que la mayoría optan por ir en viaje organizado o alquilar un vehículo.
Viajamos del 21 de Octubre al 3 de Noviembre de 2023, con muchísimo calor, asfixiante en según que zonas. Nos hemos movido en bus, furgonetas y taxis. En este viaje a SENEGAL y GAMBIA nos gastamos cada uno un total de 1.062 euros. 453 en vuelos y el resto en transportes, guías, comidas, alojamientos y visitas.
MAPA DE LA RUTA DE DOS SEMANAS EN SENEGAL Y GAMBIA POR LIBRE
Ese es el recorrido de nuestro viaje, y a continuación el DIARIO de dos semanas en SENEGAL y GAMBIA por libre:
DÍA 1: SALIMOS DE BILBAO A SENEGAL
Salimos de Bilbao a Senegal vía Madrid. Aprovechamos para visitar de nuevo el Templo de Debod, nuestro monumento favorito en Madrid. El vuelo a Dakar es un poco insufrible con muchísimos niños que no paran de gritar y dar patadas a los asientos. Nos han tocado 3 detrás que hacen de este uno de los vuelos más ruidosos de nuestras vidas.
A la llegada en el control policial de pasaportes sólo hay 4 mostradores abiertos. Aplicamos la ley de Murphy: elegimos la fila más lenta. Menos mal que hay un baño al lado y está impecable. El policía pide dirección en Senegal, así que Katz les da el nombre del Airbnb. Otro policía te pide el pasaporte después para verificar sello y cara.
TODOS SON MAMADOU
Como hemos tardado más de lo previsto en salir no paramos a cambiar dinero ni compramos tarjeta SIM. En teoría nos está esperando el del Airbnb con el que hemos apalabrado el traslado del aeropuerto a Guilor. La salida del aeropuerto es una locura. Todos dicen ser Mamadou cuando decimos que nos está esperando un chico con ese nombre 😄. Tampoco tenemos línea ni wifi para contactar así que estamos un poco vendidos.
De hecho vamos con uno hasta su coche, pero se descubre al no saber castellano ya que nosotros habíamos hablado con Mamadu en castellano por whatsapp. Regresamos dentro de la terminal y pedimos ayuda. Un chico que está esperando a otros clientes nos hace el favor de contactar con el alojamiento y al poco parece el auténtico Mamadou.
Nada más entrar en el coche veo como una cucaracha pequeña. Enseguida se le sube a Katz pero tampoco le da mucha importancia. Estamos molidos. La carretera de salida del aeropuerto es infernal con muchos baches. Está todo muy oscuro y los coches van con las luces largas. Los camiones van decorados con una especie de luces de navidad. El resto de la carretera es de doble sentido, sin líneas y se adelanta sin mirar mucho. Hay muchísima gente y tráfico para ser ya casi las 12 de la noche, aunque igual es por ser sábado. Aunque son 100 kilómetros tardamos más de dos horas en llegar a Guilor.
Por fin llegamos, despierto a Katz y nos llevan a la habitación que nos recibe con un golpe de calor. Hay un grillo gigante corriendo de lado a lado, le habremos asustado al pobre. Por suerte tenemos el aire acondicionado pero tardará en enfriar. Dormimos en camas separadas para no darnos más calor aún.
DÍA 2: GUILOR Y FIMELA
Motos, coches, palomas, burros, el puñetero grillo… ¡vaya noche de ruidos! Jean Claude, el dueño del Hotel Evasion Peche, nos acerca en coche hasta Fimela para cambiar dinero. Nos dice que normalmente es a 650 pero aquí lo cambian a 655 CFA por eur, cambiamos 600 eur. Salimos de la tiendita con una billetada, casi medio millón de CFA.
Compramos una garrafa de 10 litros de agua que cuesta 1000 CFA, la vamos a necesitar. De vuelta en el hotel nos preparan desayuno y aunque cobran un suplemento pedimos una tortilla francesa para cada uno. Se lo toman con tranquilidad y nosotros también. No tenemos prisa por lo que nos tiramos media hora en la cama con el aire acondicionado. Es temprano pero ya pega fuerte el sol y el calor.
MUSÉE D’ART ET D’HISTOIRE DES CULTURES D’AFRIQUE DE L’OUEST
Salimos andando hasta un museo de arte africano que está cerca, dentro del restaurante Niam Niam. Se llama Museo MAHICAO, Museo de Arte e Historia de las Culturas de África Occidental. Es un museo pequeño pero con muchas cosas interesantes. Además solo cuesta 2500 CFA por persona, y si quieres guía cuesta 3500 por el grupo. Hay una familia que pilla la visita guiada pero nosotros no porque es en francés.
El calor en el museo es insoportable. Si al aire libre hay 40⁰, dentro hay 50⁰. Un compañera de la guía va siguiendo a los visitantes que han contratado guía con ventiladores de pie. Nosotros nos aprovechamos de vez en cuando del aire, de lo contrario no hubiésemos aguantado dentro. Resulta que Juliette, la guía, sabe un poco de castellano y nos explica un poco lo más importante. Hay una colección bastante importante de objetos y más que no están a la vista.
Salimos «al fresco» de la calle y caminamos hasta Fimela por la carretera. Hay mariposas, lagartos y pájaros. Uno de ellos chulísimo, con el pico largo y un color azul precioso. Son menos de 3 kilómetros pero vamos con tranquilidad. En Fimela nos dicen que, al ser domingo, las tiendas con tarjetas SIM están cerradas. Compramos 2 plátanos y 4 mandarinas por 1500 CFA y volvemos hacia el hotel. Nos han clavado pero no pasa nada.
LA CASA DEL PRESIDENTE DE SENEGAL
Regresamos al Niam Niam para mirar la carta de comidas, y aprovechamos a compartir una cerveza Gazelle de medio litro por 2000 CFA. Nos la sirven en una jarra helada y casi nos bebemos hasta la jarra. De nuevo en el centro de Guilor (Djilor Djidiack), vamos a ver la casa donde nació el primer presidente del país. La casa está prácticamente abandonada pero hay algunas fotos y recortes de periódicos. Aunque la maleza casi la ha devorado está guay «colarse» dentro.
Al lado hay un muelle donde se están bañando un montón de chavales y chavalas, así que nos acercamos. Nos sentamos un rato relajadamente y nos mojamos los pies. Aunque el agua esté como caldo se agradece. Guilor está en la ribera norte del Delta del Salum, conocido por su fauna, especialmente las aves.
Al rato vemos venir un blanco y pensamos que es un turista con su guía. Resultan ser Ángel y Eduardo. Ángel es un mallorquín que lleva 10 años viniendo a este pueblo de Senegal. Eduardo es su amigo y ayudante senegalés. Alguien les ha comentado que había un par de blancos por la zona y se han acercado a cotillear. Dicen que pensaban que seríamos franceses ya que nunca habían visto ningún turista español aquí, somos los primeros.
CALLEJEROS VIAJEROS EN SENEGAL
Estamos un rato de charla en el muelle con ellos y luego nos van a enseñar el pueblo. Vamos andando por ahí y parece que estemos en un episodio de callejeros viajeros en Senegal. Nos presenta parte de su familia política y nos muestra la casa que se está haciendo. Se ha casado aquí y todo el mundo le conoce.
Tenemos hambre y nos recomienda un sitio de bocatas. Ya habíamos pasado por delante y ni nos dimos cuenta que preparaban comida dentro. Parece una casa común, pero sí, es el local de Rosa. Pedimos un par de bocatas para hacer merienda-cena ya que no hemos comido. Rosa hace los bocatas rapidísimo. Los bocadillos son grandes, rellenos de lechuga, cebolla pochada, patatas fritas y trozos de pollo. Cada uno cuesta 1000 CFA, un regalo.
Vamos un rato a reposar la merienda-cena con el aire acondicionado y después al bar de a lado a ver el fútbol. Hoy jugamos contra el Barsa y perdemos 0-1. De manera injusta claro, pero perdemos 😄. Al menos disfrutamos del ambiente que más parece un club de amigos que un bar. La cerveza Gazelle de medio litro cuesta la mitad aquí que en el Niam Niam, así que nos tomamos un par con Eduardo y Ángel y a dormir.
DÍA 3: DELTA DEL SALUM Y TARJETA SIM
Nada más levantarse, Katz se va a la piscina a darse un baño. Luego vamos a desayunar y Jean Claude nos ofrece alguna opción de excursión, pero preferimos ir a Dangane (Ndangane Ndagane) y ver allí qué hacer. Dangane (Ndangane Ndagane) es el pueblo más turístico de la zona desde donde la gente visita el Delta del Salum.
Tras una siesta matutina vamos a buscar a Ángel y nos acompaña por un camino hasta la carretera donde paran coches a Dangane (Ndangane Ndagane). De camino vemos plantaciones de cacahuetes y gente recogiéndolos. Justo antes de llegar a la carretera encontramos un camaleón precioso. Al poco, Ángel para un coche y nos dice que nos lleva a Dangane (Ndangane Ndagane) por 300 CFA cada uno.
Hemos traído un portátil a traves de labdoo.org y tenemos que entregarlo a una persona de Dangane (Ndangane Ndagane). Al llegar un chico nos ayuda llamando por teléfono al contacto que tenemos. Mientras llega nos cuenta que hace tours por el delta en pirogue, las piraguas que usan aquí para pescar. Llega Hadji y le entregamos el portátil. Nos toca hablar de precios para la excursión por el delta. Nos dice que el precio normal son 40000, pero a nosotros nos hace un precio especial de 20000 con la entrada a la isla Margot aparte. Más o menos lo que nos habían dicho que costaba, así que aceptamos.
DELTA DEL SALUM
Tenemos que esperar un rato a que preparen la piragua. Mientras tanto intentamos comprar una SIM pero se necesita pasaporte original y lo hemos dejado en el hotel. A los 20 minutos Sido ya viene a por nosotros, puedes contactarle en el +221 77 645 73 91, pero sólo habla francés. Evidentemente él era un intermediario y haremos la excursión con Omar, un chaval más joven. Hay cuatro paradas en la excursión por el Delta del Salum:
- La isla de los pájaros: Aunque al ser finales de octubre no hay muchos ya que las aves han migrado.
- El baobab sagrado: Un pequeño baobab aislado en el que los senegales dejan conchas para rendir tributo a sus difuntos.
- La piscina olímpica: Una zona de aguas poco profundas donde darse un baño, que se agradece, y donde vemos peces, cangrejos y unas medusas curiosas que viven posadas boca abajo.
- La isla Margot: La visita a pie de la isla Margot cuesta 1500 CFA por persona, y a caballo 2500. Está incluido un guía que nos enseña la iglesia y la plaza del pueblo. Nuestro guía se llama Vicent, habla castellano y hace la visita muy amena.
Dejamos las correspondientes propinas y ya en Dangane (Ndangane Ndagane) le pagamos a Sido. Nos pregunta qué planes tenemos y le contamos que vamos para Gambia. Al decirle que queremos cruzar frontera, nos comenta que para evitar transbordo en Fatick hay un bus directo de Dangane (Ndangane Ndagane) a Kaolack a las 6 de la mañana. Y ya de Kaolack podremos continuar hasta la frontera.
LA ODISEA PARA COMPRAR SIM Y DATOS
Arreglamos con él 10000 CFA para que pasen a por nosotros mañana a las 5:30 por el hotel de Guilor. Le pagamos la mitad ahora y el resto mañana al conductor del bus. Todo esto entre francés e italiano, gracias a una pareja belga-italiana que nos ayudan con la traducción.
Paramos otro coche en la carretera y nos deja cerca de Guilor (Djilor Djidiack), 600 CFA los dos. Vamos andando al hotel donde recargamos el agua y caminamos hacia Fimela como ayer. Entramos en la primera tienda que pone Orange y nos dicen que ahí no hay tarjetas SIM. Vamos a la siguiente y tampoco. Nos dicen que un poco más allá. Finalmente encontramos al que vende SIM en la calle y compramos una.
Pero él no puede recargarla, así que volvemos a la primera tienda. Elegimos pack y compramos datos pero no funcionan. Vuelta a buscar al chico de la SIM a ver si nos ayuda. No sabemos qué hace pero consiguen que funcione tras un par de llamadas. Regresamos a la tienda del pack de datos para verificar lo que hemos comprado y empieza un lío.
Que si ellos no saben nada, que todo funciona pero en realidad no. Que hay que hacer otro pago, que el pack nuestro es para móviles regitrados en Senegal… no entendemos mucho la verdad. La de la tienda pasa totalmente de nosotros. Tras un buen rato y gracias un chaval que iba a transferir dinero, conseguimos los datos con su ayuda.
Ya se ha hecho totalmente de noche y volvemos al hotel andando. Pedimos tortilla con patatas para cenar y pagamos lo que les debemos. Tardan tanto que también vamos a comprar un bocata donde Rosa. Con el estómago lleno nos vamos a descansar que mañana madrugamos.
DÍA 4: DE GUILOR, SENEGAL, A WASSU, GAMBIA, EN EL DÍA
A las 5:30 estamos fuera del hotel esperando nuestro bus a Kaolack. Llega 15 minutos después. Es un bus destartalado y bastante petado. Se supone que llegábamos en hora y media, pero a mitad de camino pinchamos. Ya nos pasó otra vez igual en Kenia y las mujeres se quedan en el bus mientras los hombres bajan a ayudar o a mirar. Se tarda mucho en cambiar la rueda, el gato es viejo, no hay superficie de apoyo… Al final se cambia la rueda pero con lo que hemos tardado nos comemos mucho más tráfico.
La llegada a la estación de buses de Kaolack es tremenda. Como siempre todos alrededor queriendo saber dónde vas, agarrándote, preguntando y ofreciendo transporte a todos lados. Al final, con ayuda del conductor, montamos en un coche compartido de 7 que nos cuesta 6000 CFA. Nos parece entender que el bus tarda más, aunque cuesta 4000.
Nos pega todo el sol en este trayecto, muchísimo calor. El coche, sept-place, nos deja a falta de 1 km de la frontera. Tenemos tanto calor que en vez de caminar vamos de paquete en una moto cada uno.
CRUCE DE FRONTERA Y LLEGADA A WASSU EN GAMBIA
Para entrar en Gambia nos piden 10000 CFA. Katz regatea un poco y al final se queda en 5000. Otra vez a las motos, que circulan libremente entre fronteras, para llegar a la primera población en Gambia. Farafenni está a 3 kilómetros de la frontera de Keur Ayip. En Farafenni es donde debemos coger el transporte a Wassu. Los mototaxis nos acercan al supermercado en el que podemos cambiar dinero y después a «la estación».
La «estación de bus» es la esquina de una calle cerca del centro donde hay «sept-places», los coches compartidos igual que en Senegal. No hay autobuses ahí, es simplemente un punto de salida de coches compartidos. Perfecto para nosotros porque va directo hasta Wassu. Nos toca en los tres asientos de atrás y pasamos un calor horrible, pero llegamos en un par de horas.
Una vez en Wassu encontramos fácilmente nuestro hotel con google maps. Es un pueblo pequeño atravesado por una carretera, y tampoco hay muchos alojamientos. Se llama Reliable guest house y Suleyman, el dueño, nos está esperando. Casi sin dejar las mochilas y mientras nos cuenta un poco sobre el pueblo y su hotel, nos saca un plato de arroz con cordero y verduras. Está riquísimo.
Nos acomodamos en la habitación y damos un mini paseo por el pueblo para comprar SIM de Gambia. Lo de la SIM aquí ha ido sin pegas, todo bien a la primera. Relax y descanso hasta mañana.
DÍA 5: CÍRCULOS MEGALÍTICOS DE SENEGAMBIA
Después de dormir 10 horas, desayunamos con Suleyman y sus compañeros. Hay café y pan para untar con Nocilla, mantequilla o mayonesa. Sorprendentemente, la mayonesa está a la orden del día en toda esta zona del planeta. Suleyman nos cambia a una habitación mejor, y vamos a explorar la zona.
Hemos venido aquí por ver una especie de Stonehenge africano, los círculos de piedras Patrimonio de la Humanidad. Los Círculos megalíticos de Senegambia o Círculos de piedra de Senegambia están en esta región de Gambia y en la región de Kaolack de Senegal. Fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2006.
En Wassu están 11 de los 93 círculos de piedra encontrados hasta la fecha. Se cree que formaban parte de ritos funerarios entre el siglo III a.C. y el XVI d.C., aunque se desconoce la fecha. La verdad es que el sitio no es la bomba, es un «descampado con piedras«. De todos modos hay túmulos funerarios cerca, un pequeño museo y visitar sitios históricos siempre es interesante. Además estamos solos, la hierba está crecida por el complejo, y rondan mariposas y pájaros, lo que hace el paisaje muy fotogénico.
La guest house está muy cerca, así que regresamos a descansar y refrescarnos con el aire acondicionado. Después vamos caminando hasta la ribera del río Gambia acompañados por muchos Zazús de colores y otras aves exóticas, azules, verdes… De vuelta al hotel nos juntamos con Suleyman para comer. Somos 5 alrededor de un gran plato de arroz con pescado que está verdaderamente rico. Pasamos la tarde relajadamente entre la habitación y paseos por el pueblo. Suleyman nos trae una cantidad ingente de pasta con pollo para cenar pero dejamos la mayoría, es demasiado. Suficiente por hoy.
DÍA 6: JANJANBUREH, ESCLAVOS Y CHIMPANCÉS
Hoy nos acercamos al pueblo a comprar un par de bocatas de tortilla trancesa con verduras. Creo que los compramos en el puesto más sucio en que hemos estado. De hecho las tortillas vienen con un par de escarabajos diminutos de regalo. 😅 2 bocatas con dos huevos cada uno, más o menos 1 euro, total 70 dalasis.
Con buena proteína del desayuno subimos al tejado de una parte de la guest house que está en obras a ver pájaros. Hay muchísimos diferentes, de varios colores y son preciosos. Después nos vamos de excursión a Janjanbureh, conocida como Georgetown durante la trata de esclavos en tiempos coloniales. Nos acompaña Sampa, un compañero de Suleyman. Cogemos un bus que cuesta 25 dalasi por persona y un bote para cruzar el río de 10 por persona.
CASA DE ESCLAVOS DE GEORGETOWN
Ya en Janjanbureh empezamos la visita por «la prisión» más grande de Gambia que ya no está en uso. Un guía se nos une para contarnos la historia de esta casa de esclavos. Una casa como muchas otras a lo largo del país, donde llevaban a los esclavos para venderlos a ultramar. Es estremecedor entrar y sentarse donde hacinaban a más de 50 personas en espacios diminutos con unos pequeños agujeros para echarles comida. Los que estaban cerca del agujero «tenían suerte», ya que al resto apenas les llegaba comida.
Conservan algunas de las cadenas y grilletes que usaban. Las condiciones en que «los almacenaban» sobrepasaban lo inhumano, enfermedad, violencia, salvajismo puro… Hacían todas las necesidades en el propio recinto excavado bajo la casa en el que hay un agujero. Este hoyo se llenaba del agua cuando subía el río llegando a cubrirles de agua hasta la cabeza… Un edificio que es testimonio de una lamentable historia. Por suerte hoy podemos visitarlo aunque esté plagado de murciélagos gigantes.
A la salida pasamos por el árbol del poder. Lo llaman y llamaban así porque los esclavos que conseguían llegar a él corriendo se libraban de ser vendidos. El premio era quedarse de esclavos sirviendo a los colonos blancos de Georgetown. Sampa nos lleva de paseo por el pueblo hasta la casa de un amigo suyo y tras tomar un té regresamos a Wassu.
LOS CHIMPANCÉS DEL RÍO GAMBIA
Apenas nos da tiempo a refrescarnos un poco, cuando salimos a hacer el paseo en barca para ver chimpancés. Cuando llegamos a Wassu no sabíamos nada de los chimpancés. Resulta que aunque se extinguieron en Gambia a principios del siglo XX, en 1979 se inició un proyecto de rehabilitación cerca de Wassu. Trabajadoras francesas de la primera Reserva Natural de Gambia en Abuko introdujeron unos pocos y ya hay más de 140 chimpancés. Hay 3 islas en el Parque Nacional del Río Gambia habitadas por chimpancés desde entonces, a salvo de amenazas externas.
El parque se vista con rangers encargados de la manutención de los chimpancés y no se puede bajar de la barca. Ellos se encargan de alimentarlos y cuidarlos si enferman. Al escuchar el ruido del motor muchos se acercan a las orillas, y es emocionante verlos tan de cerca. Los chimpancés, como otros primates y animales, están en peligro de extinción. Tenemos la suerte de ver bastantes y un cocodrilo, pero ningún hipopótamo. No pasa nada, estamos muy felices.
De vuelta al hotel nos tienen la cena esperando. Esta noche toca arroz con salsa de cacahuete, que a mi no me va mucho pero a Katz si. Cena «ligera» y a dormir.
DÍA 7: DE GAMBIA A SENEGAL EN BUS
Queríamos salir pronto para cruzar la frontera, pero Katz ha pasado mala noche y está un poco mal. Esperamos un rato, nos despedimos de Suleyman y salimos como a las 9. Cogemos el bus hasta Janjanbureh, cruzamos en lancha y montamos en bus hasta Fatoto. Durante el trayecto se ven rebaños y cabras sueltas por doquier. Lamentablemente, al cruzar una de las aldeas, nuestro minibus atropella un corderillo al que no le da tiempo a apartarse, a pesar de que no íbamos rápido.
El conductor para unos segundos e intercambia unas palabras con alguien de la calle. Continua unos metros hasta las afueras del pueblo donde hay un control policial. Parece que explica brevemente al policía lo sucedido, aunque en realidad no entendemos nada, y le deja continuar. Ya estamos en Basse Santa Su, cerca de la frontera, y cogemos un taxi para que nos lleve hasta el puesto fronterizo de Manda Douane. Pero nos llevan al de Sabi que está al lado.
El puesto fronterizo de Sabi es bastante pequeño y apenas hay gente. A Katz se le ocurre sacar una foto a la bandera de Gambia antes de ir a sellar los pasaportes. Grave error: le hacen pasar a un cuarto mientras yo me quedo esperando fuera. Media hora después me cuenta lo que ha pasado. Uno de los policías le dijo que estaba prohibido hacer fotos ahí, cosa que ya sabía pero en fin.
EXTORSIÓN EN LA FRONTERA DE GAMBIA
Le sentaron en una silla y el policía empezó a amenazarle con meterle en el calabozo y llevarle a juicio por la foto. Había otro policía que apenas decía nada y sólo sonreía de vez en cuando mientras el «poli malo» intentaba intimidar a Katz. Tras unos minutos de intimidación empezó la extorsión, preguntando por el dinero que llevaba encima, que se iba a quedar la cámara, que habría un jucio, etc… Katz me cuenta que se hizo pasar por atemorizado pero que se veía claramente que sólo querían dinero.
Casi media hora después sale del cuarto y va al coche a por la cartera y no me dice nada más que: «espera aquí y no te rías», mientras él se aguanta la sonrisa con cara de circunstancias. Regresa dentro del cuarto del control policial y cuando acaba todo el rollo y nos sellan los pasaportes me cuenta. Le pedían dinero, pero dijo que sólo tenía 500 dalasi, uns 7 euros. El policia insistía e insistía, pero aunque llevabábamos más de 500 euros en la mochila, Katz seguía diciendo que no tenía más que 500 dalasi. Que viajábamos con tarjeta de crédito y poco efectivo, y que si había que ir a jucio pues iría a juicio pero que le parecía injusto.
El poli insitía en que él era la ley ahí y que habría un jucio y cárcel etc… hasta que Katz volvió con el dinero, que eran 600 dalasi en total. Menos de 9 euros al cambio que tras borrar la foto de la bandera y entregárselos al poli sirvieron para continuar el trayecto.
DE MANDA A TAMBACOUNDA
Ahora nos toca lidiar con el puesto fronterizo de Senegal a pocos metros del otro, pero ya con los sellos en regla. Ningún problema en el control de entrada y el taxista, alias LeBron, nos lleva finalmente hasta Vélingara, el pueblo más cercano a la frontera. Que paciencia ha tenido el chaval, aunque no nos quedan dalasi para darle una propina.
En la estación de Vélingara tenemos que esperar a que se llene un destartalado sept-place que nos llevará a Tambacounda. En la parte de atrás se montan un chico y dos chicas con un bebé muy pequeño tapado hasta las cejas. No esperamos ni una hora y ya nos ponemos en marcha, aunque hace un calor horrible. En poco más de un hora hemos llegado a Tambacounda.
TAMBACOUNDA
Una vez en Tamba, le pedimos que nos acerque a un hotel que nos ha recomendado un conocido de Suleyman. Antes de salir de Wassu, Suleyman nos puso en contacto con Yunus, un taxista que hace tours al país Bassari. El hotel es carísimo y los de alrededor también. No bajan de 60 euros la noche. Al final, buscando en Google maps por la carretera que atraviesa Tamba encontramos uno. El motel Bassari sale 26000 CFA la noche con aire acondicionado y desayuno. 40 euros que, visto lo visto, está muy bien.
Salimos a cenar sobre las 18:00 pero todos los sitios que vemos tienen cuscús con carne y no nos apetece. Por suerte encontramos uno que nos ofrece cuscús vegetariano y también patatas fritas. Tardan una eternidad en traerlo y ya mientras cenamos viene Yunus. Nos comenta las opciones para viajar al País Bassari y quedamos en confirmarle más tarde. Se olvidan las patatas fritas, pero mejor porque nos quedamos llenos con el cuscús.
Después de pensarlo, whatsappeamos a Yunus desde la habitación y le decimos que iremos por nuestra cuenta, en autobús. Nos hace una rebaja pero aún así no queremos. Esto sucede dos veces más, hasta que nos lo deja en 185000 CFA en total. 280 euros a lo que preguntamos si incluye transporte, alojamiento, comidas etc… y nos dice que si. Aceptamos y quedamos para mañana a las 8:30 am.
DÍA 8: MALENTENDIDO Y LLEGADA AL PAÍS BASSARI
Desayuno rico en el hotel con tortilla francesa y pan. Recogemos y a las 8:30 ya está Yunus esperando. Primero nos lleva a cambiar dinero antes de salir de Tamba. Cuando llevamos 35 km en el coche, empezamos a hablar y nos damos cuenta que no ha entendido lo que le pusimos ayer por WhatsApp. Él no habla inglés y el francés es justito, a muchas cosas dice que sí pero se ve que no. Se supone que hemos contratado sólo el transporte a País Bassari. Alojamientos, guías y comidas por nuestra cuenta, lo que sube desorbitadamente el precio.
Gracias a unos conocidos suyos con los que hablamos por teléfono en castellano, conseguimos entendernos. Acordamos en pagar 50000 CFA por ir hasta Kendougou, 76 eurazos. Kendougou es la ciudad más grande de la región y ya nos apañaremos allí. Por el camino seguimos intercambiando mensajes con Kareem, uno de los contactos de Yunus. Le damos nuestro presupuesto y nos dice que nos deje en un restaurante de Kendougou mientras él intenta organizarnos algo. Nos despedimos de Yunus y aprovechamos a compartir un cuscús con cordero, muy rico, mientras esperamos.
TAXI AVERIADO Y BANDAFASSI
Al rato nos viene a buscar un taxista que envía Kareem para llevarnos al primer campamento. Son menos de 20 km hasta Bandafassi, pero a medio camino se para el coche porque el motor se calienta de tanto calor. El taxista intenta refrescar el motor con agua pero el sol pega que da gusto y se termina el agua. El taxista se va caminando hasta un río cercano a recargar el agua.
Un chico que pasa en moto por al lado nos pregunta si va todo bien o necesitamos ayuda. Habla castellano y es muy majo. Nos despedimos de él y al rato llega nuestro condu, un poco más de agua y ya funciona el coche de nuevo.
Ya en un campamento a las afueras de Bandafassi conocemos a Kareem que nos ha organizado por 120000 CFA alojamiento dos noches, visita al pueblo de Iwol y a Dindéfelo. Las comidas y el guía en castellano incluido por 183 euros. Nuestro guía se llama Fula, un chaval muy simpático que ha aprendido a hablar español con los turistas. Es increíble lo bien que habla para ser autodidacta.
EMPIEZA LA VISITA AL PAÍS BASSARI, VAMOS A IWOL
Nos proponen aprovechar la tarde e ir a ver la fábrica de mármol de un amigo en moto. Nos preparamos pensando que vamos cerca a ver el mármol pero resulta que vamos a subir a Iwol. Una aldea de 500 habitantes arriba del monte. La subida es dura por el calor, llegamos arriba en unos 45 minutos empapados en sudor. El pueblo es precioso y con la luz del atardecer muy especial. Somos los únicos turistas ahora. Paseamos un poco y pasamos por el baobab sagrado, centro neurálgico del pueblo.
Al bajar paramos en Ibel, el pueblo de Fula, que va a recoger unas cosas a su casa. Mientras le esperamos en la carretera principal coincidimos con el chico que nos ha ofrecido su ayuda cuando el taxi se ha parado antes. Se llama Seidu Keita e intercambiamos el contacto, nos dice que suele tener a gente de couchsurfing en su casa. Compramos agua en la tienda del pueblo porque en nuestro campamento está más cara. Con el dinero que nos hemos ahorrado compramos un balón a los peques que andan por allí.
Regresamos al campamento de Bandafassi. Está bastante bien, ducha y cena de pasta, ensalada y patatas. A dormir pronto que mañana vamos de excursión a Dindéfelo.
DÍA 9: DINDÉFELO Y DANDE
Cogemos fuerzas desayunando pan con nocilla y mantequilla senegalesas. Hay una pareja de señores viajando también, que van a llevar nuestras mochilas a Dindéfelo. Nosotros vamos con Fula, ya estamos acostumbrados a ir 3 en la moto. Hay 5 kilómetros hasta el desvío y luego una pista de tierra de 23 km hasta el pueblo de Dindéfelo. Se hace bastante largo pero no tenemos ningún percance.
Es temprano cuando llegamos y están poniendo el mercado aún. Compramos un bocata de tortilla y unos cacahuetes para llevar avituallamiento. Vemos un poco el campamento y empezamos la subida hacia Dande por los senderos de las montañas de Dindéfelo.
SUBIDA A LA MESETA DE DANDE
Son las 10:07 y ya hace un calor y una humedad sofocantes. Tenemos una hora de subida por delante y vamos poco a poco, danka danka. Mientras paramos a descansar cada rato, empapados en sudor, nos cruzamos con gente de otros pueblos que bajan al mercado de Dindéfelo. Señoras mayores, mujeres, hombres y niños de todas las edades, en chanclas, descalzos y cargados con bebés, bultos pesados en la cabeza o las manos llenas. El macizo montañoso de Guinea llamado Futa Yallon empieza aquí, y las vistas mejoran a cada parada.
La subida no es muy larga pero es muy vertical, aunque nosotros la disfrutamos como turistas. Para todos los que nos cruzamos es el camino diario para hacer los recados, ir al colegio o trabajar. Llegamos a la cima cumpliendo la hora a pesar de las paradas. Arriba ya todo lo que queda de caminata es llano. Primero vamos a un mirador con vistas muy bonitas de todo el valle desde la meseta de Dande. El camino por la meseta discurre entre campos con la hierba super crecida, hasta 2 metros, y plantaciones de cacahuetes. El mirador es conocido como Dents de Dande, los dientes de Dande. Les llaman los dientes de Dande ya que desde abajo parecen unos dientes… pero igual de una dentadura como un piano roto.
LA CUEVA DE LOS MURCIÉLAGOS
Retrocedemos sobre nuestros pasos dejando atras los dientes de Dande y a un lado el propio pueblo de Dande. Vamos a una pequeña cascada, medio seca, que esconde unas cuevas debajo. Este pequeño hilo de agua también es manantial de la cascada de Dindéfelo. Dentro de las cuevas hay murciélagos, yo paso de bajar y van ellos dos aunque no se meten dentro. A Fula le asustan bastante y Katz tiene suficiente con acercarse a la entrada y escuchar los aleteos y chillidos de los murciélagos.
Por último, aprovechamos para comer y refrescarnos donde se acumula el agua del que surge la cascada de Dindéfelo. Según empezamos el camino de regreso, nos caen unas gotas de lluvia. Escuchamos truenos y vemos destellos de relámpagos. Fula nos manda apagar el móvil por seguridad y cuando nos damos cuenta ya llueve a mares. Empezamos la bajada y para cuando llegamos al campamento estamos totalmente calados, tenemos que escurrir hasta la ropa interior.
DOMINGO DE FÚTBOL EN DINDÉFELO Y ALUBIAS CON MAYONESA
Este campamento es muy básico y está bastante sucio. No llega el agua corriente pero al menos hay electricidad. Con ropa seca nos juntamos en el comedor con otros inquilinos del campamento, la pareja de Dublin, la novia de Kareem, Beatriz, que es de Madrid, y con un viajero solitario que viene de Mauritania, Pablo. Aún no ha atardecido y vamos a ver un partido de fútbol. Cada domingo hay partido, juegan en un campo totalmente irregular con vacas cruzando y gente bailando en uno de los córneres con la música a todo volumen. Es bastante divertido y aunque cae la tarde y no hay luz siguen jugando.
Se monta una buena fiesta alrededor del partido de los domingos con jóvenes y niños bailando y jugando entre las huertas y los animales de las afueras de Dindéfelo. Nos vamos a cenar pero no con el resto de huéspedes del campamento. Ellos tienen cena especial, ¿o la cena especial es la nuestra?. Como seguramente hemos pagado menos, en lugar de cenar en el campamento vamos a un puesto callejero.
Fula nos lleva al tenderete de una señora que cocina en una pequeña chabola a 3 minutos del campamento. El menú consiste en espaguetis, tortilla francesa y patatas fritas. La verdad es que está todo buenísimo. Mientras cenamos escuchamos al Athletic empatar contra el Valencia en el último minuto y nos vamos a dormir bastante cansados.
DÍA 10: LA CASCADA DE DINDÉFELO Y LA CASA DE SEIDU
Hemos dormido bastante bien, pero creo que había pulgas porque amanezco con muchas picaduras. Al menos no ha hecho tanto calor como en otros sitios. La ropa y el calzado siguen empapados. Desayunamos en el puesto en el que cenamos ayer. Katz se atreve con el Ndambe, o Nieve como lo llama Fula. Un guiso de frijoles untado en baguette con mayonesa. Dice que está bueno pero no me convence. Yo café y pan con su Nocilla.
Ahora toca ir a lo más famoso, la cascada de Dindéfelo. Es un paseo de media hora, apenas kilómetro y medio. Llegamos los primeros y no hay nadie. Unas fotos y a bañarse. Para Fula está demasiado fría pero a nosotros nos encanta. Es un sitio precioso y refrescante. Cuando salimos empiezan a llegar otros turistas, perfecto.
NOS VAMOS A IBEL
Recogemos todo del campamento, y vamos al centro de Dindéfelo a por transporte hasta Ibel, el pueblo de Seidu. Hemos hablado por Whatsapp con él y aceptamos su invitación para quedarnos una noche en su casa. Fula se viene ya que también vive en Ibel. Compartimos un sept-place hasta la carretera. Se supone que en estos taxis compartidos van 7 personas más el conductor, aunque en este montamos 10 más dos niños. Está hecho polvo el taxi.
Una vez en la carretera, bajamos y vamos a una parada de bus improvisada con unas chapas y maderas. Al menos hay sombra para esperar. Pasa alguna moto pero ni coches ni buses. Le decimos a Fula que si puede que coja una moto, nosotros con las dos mochilas tardaremos más en encontrar alguien que nos lleve. Así lo hace y al poco se va en una moto.
A los 20 minutos aparece un bus y nos deja en Ibel, perfecto. Avisamos a Seidu por mensaje y esperamos junto a la carretera. Hay una tienda al lado, en la que el otro día compramos el balón, y somos la atracción de niños y adultos. Nos inventamos un juego con los niños que consiste en meter piedrecitas en un cuadrado de hierro pero terminan tirandose piedras entre ellos 🥴.
Conocemos al hermano de Fula, que se casa hoy y se está cortando el pelo ahí mismo, en la plaza del pueblo. Estamos esperando más de 3 horas hasta que Seidú llega del trabajo. Lo que nos ha dejado alucinados es ver una chica con la camiseta del Athletic.
LA CASA DE SEIDU EN PAÍS BASSARI
Estamos hambrientos porque no hemos probado bocado desde el desayuno. Nos lleva a su casa y nos explica que hace de guía con la gente que le llega de couchsurfing. En nuestro caso no porque ya hemos hecho las visitas. Dejamos las cosas en la habitación de su hermano, que es la nuestra por esta noche. Le llama un conocido que trabaja en turismo y se va a subir a Iwol con un grupo de 6 vascos de Sanse.
Nosotros nos quedamos con su mujer e hijos, el pequeño de 2 años sólo llora al vernos. La otra de 6 está encantada con nosotros. Ayudamos a traer agua del pozo, y hacemos un poco de profesores ayudándola a escribir los números en una pizarra gigante. La mujer de Seidu está haciendo cuscús para cenar, pero tiene pinta de que va a tardar.
Cuando regresa Seidu hablamos con él y nos cuenta un poco de su vida, su trabajo, la familia e intercambiamos anécdotas de la vida. Tuestan unas mazorcas y tomamos té mientras terminan de preparar el cuscús. El cuscús viene acompñado de nieve, los frijoles, y al poco nos vamos a dormir.
DÍA 11: TAMBACOUNDA Y LA CENA IMPOSIBLE
Aunque nos levantamos pronto Seidu ya se ha ido a currar. Antes de irnos la mujer saca el desayuno. Es como una sopa de maíz, la probamos y está dulce, pero no nos apetece demasiado. Nos despedimos de toda la familia y les damos las gracias por su inmensa hospitalidad. Salimos a esperar el bus a la carretera. Tenemos mucha suerte, ya que el bus viene en poco más de 10 minutos.
En el bus nos sentamos por casualidad junto a un chico que vive en Barcelona y también va a Tambacounda, Amadou. Tenemos que hacer transbordo en Kedougu y nos dice que prefiere el autobús al sept-place, así que vamos con él. Hay unos 15 minutos andando de la parada a la estación de autobuses para Tamba. Para comprar los billetes hay que dejar el número de teléfono. Así te pueden llamar sino no estás cuando el bus va a salir. Ahí mismo hay un puesto y nos sentamos a comer un bocata de tortilla, muy rico.
Aunque el bus sale tarde al final, se va bastante bien. Eso sí, hay alguna cucaracha andando por el suelo y llevamos un cordero que no para de balar en el techo. Igual llega asado con este calor, porque más que balar parece que está eructando a un volumen brutal. Llegamos a Tamba a mediodía y confirmamos que el cordero sigue vivo. Vamos directos al hotel Le Bassari del otro día y disfrutamos de una buena ducha.
TAMBACOUNDA Y CUSCÚS SÍ O SÍ
Salimos al restaurante de la otra vez, el del cuscús sin patatas fritas. En la entrada del restaurante había un señor con un puesto vendiendo sándwiches y patatas fritas, pero no está. Entramos al restaurante y pedimos si pueden servirnos sólo patatas fritas. Dicen que sí y que nos sentemos a esperar. Un par de días antes, para cenar, pedimos agua y una Fanta naranja. Al rato y sin mediar palabra aparece la del restaurante y nos pone una botella de agua y una Fanta naranja, vaya memoria… aunque hoy no queríamos refresco y ya teníamos agua, pero se agradece el detalle.
No mucho después vienen con la comida, dos platos de cuscús iguales a los del otro día pero ni rastro de las patatas. Nos partimos de risa la verdad, porque la única palabra que nos han dicho desde que hemos entrado es SÍ y todo lo demás ha venido rodado… No queda más remedio que comernos el cuscús que está bueno 😂.
Seguimos con antojo de patatas y caminamos casi media hora hasta otro sitio que vemos en Google maps a ver si ponen. Resulta ser una pastelería pero dice que sí nos hacen unas patatas aunque piden bastante por ellas, y las cambiamos por un bollo y unos helados.
INSECTOS Y PATATAS FRITAS
Retirada en busca del aire acondicionado del hotel porque no aguantamos el calor. Cuando salimos a cenar hay una plaga de insectos rodeando el marco y la luz de la puerta. Chinches, saltamontes y grillos por todos lados, en el suelo, volando y pegados a la pared, increíble.
Somos cabezones y volvemos al restaurante. El señor ya tiene el puesto funcionando y pedimos fataya, hamburguesa y patatas fritas. Cuando nos ve la chica del restaurante le para los pies al señor y le dice que no, que lo que queremos es cuscús. El señor nos mira y dice que entonces tenemos que ir dentro, al restaurante, y la señora tira de nosotros para dentro. Insistimos que no, que queremos patatas fritas y dice que sí, que vayamos dentro. Locurón.
Tenemos que buscar una foto de patatas fritas en el teléfono para que se convenza de lo que queremos y le deje al señor servirnos. Se va entre risas y el señor nos pone los que hemos pedido. Por las patatas fritas nos pegan un buen palo pero ya nos da igual, como si hay que pagar 100 euros 🤣, bueno no. La fataya es un triángulo de hojaldre relleno de carne guisada, como una empanada gigante.
Descubrimos que tanto la hamburguesa como la fataya llevan patatas fritas dentro por lo que no habría hecho falta pagar el extra por la ración… en fin, ha sido muy divertido la verdad. Está prohibido comer en la habitación del hotel, así que nos sentamos a comer a un lado de la acera que es donde se ven menos insectos. Nos hacen compañía un par de currelas de seguridad de un banco. Terminada la cena nos vamos a dormir.
DÍA 12: DE TAMBA A SALY Y CASA ALAIN
Tomamos un buen desayuno en el hotel y para la estación de autobuses. Nada más llegar nos suben a uno y a esperar a que salga. Nos dan los asientos de detrás del conductor, y mientras esperamos me entretengo mirando a un zapatero arreglando zapatos, menuda habilidad. Salimos a las 09.20 hacia Mbour con mucho calor. Durante el trayecto nos cruzamos con bastantes coche con las ruedas reventadas y la gente arreglando pinchazos.
Llevamos casi 6 horas de trayecto y no hacen ni una parada. Al final Katz pide ir al baño y paran. Todo el mundo se baja y aprovechan para ir al baño y estirar las piernas. Parece que no era el único con ganas de parar. Se agradece ponerse de pie, el culo duele por todos los sitios. El microbús nos deja en un cruce a las afueras de Mbour y no queda más remedio que coger un taxi hacia Saly. Como no tenemos hotel le indicamos una zona en la que Google maps marca que hay varios.
TARDEO EN SALY
Vamos preguntando y algunos ni existen, otros están abandonados, y los dos o tres que están operativos nos parecen un poco caros. Al final encontramos uno barato, Keur Alain. No es un hotel sino una casa privada que alquila habitaciones. Nos atiende Alain, un señor mayor con el pelo por los hombros, estilo Einstein. Decidimos quedarnos sólo una noche por el momento.
Entre hablar y refrescarnos se nos pasa el tiempo y nos ofrece preparanos la cena. Le preguntamos por la posibilidad de cenar patatas fritas y dice que sin problema. Pedimos una pizza por recomendación de su hija que nos cuesta 4500 CFA. Cenamos muy rico, y a la cama a descansar mientras escuchamos el partido del Athletic. Nos ponen un ventilador en la habitación, ¡menos mal! porque el calor es terrible.
DÍA 13: SALY, PLAYA Y ALAIN
Hemos pasado mala noche, demasiado calor y el ventilador no ha hecho mucho. Mientras Alain prepara el desayuno salimos a ver si vemos alguna panadería para coger algo. Encontramos buñuelos callejeros que venden en un cruce y tienen una pinta estupenda.
Desayunamos pan con Nutella, los buñuelos y echamos una sobremesa larga arreglando el mundo. Alain es un personaje, tiene 80 años, fue militar y ha vivido en muchísimos países de África. Aunque es veterano está en contra de los militares, en su época era una de las pocas salidas que tuvo. Disfrutamos mucho de la charla, y a pesar de que él no habla inglés, nos apañamos entre francés y castellano.
La noche ha sido tan mala y tan calurosa que salimos a ver si alguno de los hoteles caros con aire acondicionado tiene sitio. Nos quedan dos noches y nos damos el lujo de cambiar a un hotel con aire y jacuzzi compartido. Se llama Keur Diam y podemos entrar ya, así que vamos a recoger mochilas. Quedamos con Alain en regresar para cenar. Tanto él como Sebastien, un inquilino de larga estancia, son muy majetes.
EL PUEBLO DE SALY EN EL CARIBE DE SENEGAL
Nos instalamos en el nuevo hotel y nos quedamos un rato refrescándonos con el aire acondicionado. Al rato nos vamos de paseo a la playa con baño incluido. La temperatura del agua es buenísima, aunque un poco más fresca se agradecería. La playa es kilométrica, con unas cuantas palmeras. Hay resorts por doquier, algunos un poco destartalados, y se ven muchos turistas blancos, algo que hasta ahora apenas habíamos encontrado.
Regresamos al hotel para quitar el salitre y nos damos una vuelta por el pueblo para cambiar dinero y comer. Nos recomiendan el Chez Paulo, uno de los más frecuentados por turistas. El sitio está bien, buen precio, buena comida y buena cantidad pero no hay el plato que queríamos probar, así que comemos pescado los dos.
Pasamos un rato en el jacuzzi y planificamos un poco el día de mañana. Buscamos por internet y hacemos cuentas de cuánto nos sale ir a la reserva de Bandía. No es muy caro pero vemos que hay animales en jaulas y no nos convence demasiado, así que tenemos que buscar otro plan.
Regresamos a la playa justo cuando vuelven algunos pescadores de faenar. La llegada de los pescadores en Mbour es bastante conocida por el bullicio que se monta alrededor. Aquí es más tranquilo, aunque también se puede comprar el pescado directamente ahí. Tambien hay muchos que se acercan para vendernos excursiones. Nos salimos de la playa tras el atardecer y sin querer estamos en la calle de la casa de Alain. Él y Sebastien están preparando la cena, pinchos morunos de carne y pollo, con verduras a la barbacoa y patatas fritas. Espectacular. Tras una charla de sobremesa nos vamos a dormir.
DÍA 14: DÍA DE VACACIONES EN SALY
Despertamos, nos preparamos y vamos a por unos buñuelos para desayunar en casa de Alain. Tras la ya tradicional sobremesa regresamos al hotel y charlamos con unos huespedes que han estado ayer en la reserva de Bandía. A ellos les ha encantado pero ha sido la primera vez que veían animales africanos y no nos ha molado mucho lo que nos han contado. Decidimos hacer una excursión mañana a la Laguna de Somone con una chica griega que también se queda en el hotel.
Apenas recorremos 2 kilómetros de playa pero se nos hacen eternos bajo el sol abrasador, así que pasamos el día entre la playa y el hotel. Para comer repetimos en Chez Poulo y por la noche vamos a cenar con Alain y Sebastien que han preparado espaguetis con verduras. La cantidad es salvaje y además han comprado vino español para despedirnos. Pasamos un buen rato y quedamos en despedirnos mañana en el último desayuno.
DÍA 15: LAGUNE DE LA SOMONE Y REGRESO
Es nuestro último día en Saly pero el vuelo no es hasta las 22:40 por lo que tenemos todo el día. Cumplimos la tradición de los buñuelos y tras el último desayuno con Alain y Sebastien nos despedimos. Vamos a hacer la excursión a la Laguna de Somone, un humedal a unos 15 kilómetros de Saly con una playa turística. La Laguna de Somone es un lugar protegido con manglares y multitud de aves.
La chica griega ha invitado a otra amiga que conoció el otro día al visitar Bandía, así que somos 4. El sitio está bien pero tampoco nos entusiama. Apenas hay aves, o al menos no muy especiales para nosotros, porque es época de migración. Al menos los manglares esconden multitud de coloridas arañas y cangrejos. También pasamos por un baobab sagrado y, aunque el guía hace bien su trabajo e intenta animar la visita, nos sabe a bastante poco.
Básicamente se paga por bañarte en una playa con chiringuitos para comer y beber al doble de precio que la playa de Saly. La playa está bien pero tampoco tiene nada que envidiar a otras de la misma costa. Regresamos a Saly, vamos a despedirnos de Alain y Sebastien agradeciéndoles su hospitalidad. La últimas horas antes de coger el taxi al aeropuerto las pasamos bajo el aire acondicionado de la habitación.
SALY MOS A BILBAO
Tardamos hora y media en llegar al aeropuerto. Aunque el aeropuerto está a 33 kilómetros de Saly y el taxista nos ha dicho que se tarda menos de una hora, llegamos un poco justos porque es sábado noche y hay mucho tráfico. Entramos al aeropuerto apenas una hora y cuarto antes de que salga el vuelo, pero no tenemos ningún problema al pasar los controles. Tras una pequeña escala de madrugada en Madrid llegamos a Bilbao a las 8:30 de la mañana con otra experiencia viajera en el zurrón.
No olvides consultar las recomendaciones oficiales para viajar a Senegal y Gambia. Esperamos que te haya servido el DIARIO de dos semanas en SENEGAL y GAMBIA por libre. Y ya sabes, si quieres hacernos un comentario puedes encontrarnos en Twitter, Instagram y Facebook, en todos nos llamamos @SalimosDeBilbao. Si te ha gustado este post puedes compartirlo en cualquiera de las redes sociales con los botones de aquí abajo