Belver de los Montes es un pequeño pueblo de Zamora, en él podemos disfrutar de la tranquilidad característica de la Tierra de Campos. Estos campos interminables, con esquivos conejos y topillos, rodean el pueblo. Está situado a una altura del 688 metros sobre el nivel del mar. Tiene censados menos de 300 habitantes, aunque en los años 50 llegó a tener más de 1400, pero la dura posguerra apremió la emigración hacia lugares como Vitoria, Bilbao, Asturias, Barcelona, Suiza, Francia o Alemania.
EL RÍO SEQUILLO DE BELVER DE LOS MONTES
El pueblo de Belver de los Montes es el último pueblo de Zamora por el que pasa el río «Sequillo» antes de desembocar como afluente del río Valderaduey. El río debe su nombre al escaso caudal que tenía, incluso menor que en la actualidad. A pesar de su nombre nace en León a unos 900 metros y recorre más de 120 kilómetros hasta Belver.
Tradicionalmente las cuencas de Belver eran famosas por tener abundantes cangrejos escondidos en sus guaridas, que los paisanos cazaban para después sonrojar su pinzas en la cazuela. Parte del agua del río suministra la fuente del Barrero que recibe a los visitantes a la entrada de Belver. Ahora se dice que no es potable, pero no hace mucho era el único agua que se bebía en el pueblo.
EL CASTILLO DE BELVER
Castilla y León le debe su nombre a la cantidad de castillos que hay en sus tierras. En lo alto del monte Tarsa, Belver de los Montes aún conserva restos de un antiguo castillo del siglo XIII. Apenas quedan unos pocos restos de las murallas medievales que están abandonadas y en proceso de desaparición a manos de las inclemencias meteorológicas.
A pesar de que estas ruinas están en un precario estado, merece la pena subir a la loma en la que se asientan para contemplar la puesta de sol sobre los prados castellanos. El castillo de Belver fue una construcción militar romana que servía de mansión entre los caminos de Astorga a Zaragoza y Mérida.
Muy cerca del pueblo y por toda la zona aún se pueden ver cantidad de palomares. Estas construcciones son testigos de una tradición milenaria para la crianza y consumo de pichones y palomas. Puedes leer un buen resumen con la historia de Belver en la web de su ayuntamiento. Cuentan desde los primeros asentamientos hace 200.000 años en el Paleolítico hasta la paulatina despoblación del siglo XX.
LAS FIESTAS DE BELVER DE LOS MONTES
Hay numerosas fiestas en Belver de los Montes. El 16 de agosto se celebra San Roque, Patrón del pueblo, con hoguera y verbenas, además de actividades festivas organizadas por el ayuntamiento y la Asociación Cultural Río Sequillo. Una de las muchas fiestas y tradiciones que se ha perdido es la del «Mayo». Esta consistía en levantar, en lo que ahora es el corro, un tronco de árbol que representaba al mayo y que rememoraba una costumbre ancestral.
Aún sobrevive la Fiesta de los Quintos y la Inmaculada en Diciembre, el Carnaval o la Semana Santa. Se celebran especialmente el Domingo de Ramos y los días santos con procesión y reuniones populares. También se festeja el final del verano el día 14 de Septiembre. Esta es la Fiesta del Cristo que es en realidad la más importante de todas y mantiene la tradición que empezó por el fin de la cosecha con la clásica hogera.
El centro de las celebraciones es la Iglesia de Santa María y la plaza central, aquí llamado «corro». Aquí está el ayuntamiento y muy cerca un bar donde no debes perder la oportunidad de probar las míticas «cachuelas». No son otra cosa que deliciosas mollejas de pollo fritas y rebozadas pero… ¡ojo que pican!. 🔔🆕 Nos informan que lamentabemente el bar ha cerrado 😢.
La legendaria casa de Evelio en Belver 🏠⬆
Otra casa legendaria de Belver de los Montes 🏘⬆
ALREDEDORES DE BELVER
Los prados y montes que una vez fueron atravesados por calzadas romanas tienen infinidad de senderos para pasear. No faltan oportunidades en Castilla y León para disfrutar de las vistas de esta tierra de campos. Pero un par de visitas curiosas a pocos kilómetros en coche son San Pedro de Latarce y Benafarces, que aunque están al lado pertenecen a la provincia de Valladolid.
Lo que nos llama la atención en San Pedro de Latarce es su castillo de hormigón en ruinas y la Iglesia de la Inmaculada Concepción del siglo XVI. El castillo está justo a la entrada del pueblo y aún conserva la muralla de hormigón y canto rodado de forma ovalada, pero está en estado ruinoso.
Por otro lado está Benafarces, con su curiosa Iglesia de la Asunción construida en piedra en el siglo XVI. A esta iglesia, unas fuertes lluvias a finales de los 90 le arrebataron la torre y parte de los muros. Después, en vez de reconstruir la iglesia o abandonarla, se repararon los cimientos y se sustituyó la pared derrumbada por una enorme vidriera.
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